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Diez de ellos forman parte del clan de los Sandulache que captaban a sus víctimas en Rumanía y las hacinaban en un piso de la capital.
Operativo, llevado a cabo el 19 de diciembre, en Cerdeño. / E. C.
El historial de los doce detenidos en Oviedo por un delito de trata de explotación sexual no deja dudas sobre su peligrosidad: diez de ellos formaban parte del núcleo del clan Sandulache, una de las organizaciones delictivas «más activas» asentadas en la región. Sobre dos de ellos, además, pesaban delitos como el robo con fuerza, con violencia, lesiones, hurtos, pertenencia a organización criminal y agresión sexual. Todos ellos, ahora en prisión, están acusados de captar a sus víctimas en Rumanía y alojarlas en un piso de la ciudad en condiciones de hacinamiento e insalubridad.
Las detenciones se llevaron a cabo el pasado 19 de diciembre, gracias a un operativo conjunto entre la Policía Nacional y la Agencia Tributaria en diversos puntos de la ciudad: un piso de la calle Víctor Sáinz, en el barrio de El Cristo, y un pub ubicado en el barrio de Cerdeño. Diversas investigaciones llevaron a los agentes a la detención de los criminales.
Las mujeres eran captadas en Rumanía donde se les ofrecía la oportunidad de ser contratadas para trabajar en España. Una vez en territorio nacional, las trasladaban a Oviedo, en avión por norma general y acompañadas por algún miembro de la organización. Aquí comenzaba su infierno porque fue la capital asturiana donde los criminales centraron su cuartel de operaciones.
Las jóvenes eran alojadas en pisos patera, en pésimas condiciones de hacinamiento e insalubridad, mientras que sus captores disfrutaban de un alto nivel de vida. Durante los registros realizados, la Policía Nacional intervino varios vehículos de alta gama, por un valor de 250.000 euros, y sustancias estupefacientes para su tráfico en los clubes de alterne.
Una vez instaladas, las mujeres descubrían el motivo real de su viaje, que no era otro que el ejercicio de la prostitución. Se les retiraba el teléfono móvil y se les impedía cualquier contacto con su entorno en Rumanía. Sobre ellas, la organización criminal ejercía un «férreo control». Curiosamente, lo hacían las propias mujeres que ya llevaban tiempo integradas en esta red criminal, algunas de las cuáles habrían vivido la misma situación que las recién captadas. Con el paso del tiempo, estas veteranas asumían este cargo de carceleras como un «ascenso».
Tal era la situación sufrida por las víctimas que con el paso del tiempo llegaban a normalizar sus vivencias y llegaban a dar por «buenos» los 200 euros semanales que les eran entregados si «se portaban bien», pese a generar más de 1.000 euros semanales. Todo ello a pesar de que sufrían amenazas, agresiones y abusos sexuales por parte de los líderes de la organización.
Las investigaciones constataron que los miembros del clan se incrementaban con el paso del tiempo mediante la llegada de Rumanía de la matriarca junto a más hijos y sobrinos, muchos siendo menores y que en la actualidad ya tienen entre los 18 y 24 años. Así aseguraban la continuidad del «negocio», con la idea de seguir con la captación de mujeres a través del conocido método del 'lover boy', cuyo objetivo es enamorar a una mujer hasta el punto de que renuncie a toda su vida. Después, la obliga a ejercer la prostitución.
Mientras se incrementaba el número de miembros del clan aumentaba a la par el número de mujeres explotadas, alguna de ellas con la mayoría de edad recién cumplidas. Un modo de actuar que el clan de los Sandulache siguió repitiendo aprovechando la vulnerabilidad de las víctimas.
Misma operación en 2013
Los investigadores ya habían desarticulado, en parte, a este grupo delictivo con la detención de ocho integrantes, siete de nacionalidad rumana y un vecino de Lugones. Una operación que destapó que este grupo criminal había obtenido, en tan solo ocho meses, 120.000 euros, que luego enviaron a Rumanía a través de empresas de envíos. En este país del Este, la matriarca del clan era la principal receptora del mismo y los destinó a la construcción de inmuebles y compra de vehículos de alta gama. Tras su paso por prisión, la Policía Nacional explicó que continuaron con el «negocio» y con las actividades delictivas.
Más reciente, el pasado mes de diciembre, la titular del Juzgado número 3 de Oviedo envió a prisión a dos hermanos del clan de los Sandulache, por el mismo delito: explotación de jóvenes rumanas en locales de prostitución. En febrero está previsto que se celebre el juicio, junto a otros cuatro detenidos más, cuyas penas suman un total de 617 años de cárcel.
Las nuevas detenciones se conocen tras el levantamiento del secreto de sumario que posibilitó conocer los detalles de esta nueva operación enmarcada dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual. Un plan que entró en funcionamiento en 2013 cuando se creó la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos, adscrita a la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional. Desde ese momento, se activó un número de teléfono y un correo electrónico para facilitar la denuncia anónima y confidencial de este tipo de delitos: 900 10 50 90 y trata@policia.es.
La última gran trama de trata de seres humanos en Asturias se llevó a cabo el pasado mes de diciembre. La Policía Nacional detuvo a once personas, dos de ellas en Soto del Barco, y se liberaron a trece víctimas.
La red operaba en Alemania, República Checa y Países Bajos. Las investigaciones comenzaron en noviembre de 2015 y confirmaron que el responsable de la trama en España resultó ser un hombre apodado 'Becu', quien comenzó su carrera delictiva en Rumanía en el año 2000.
http://www.elcomercio.es/oviedo/explotacion-sexual-oviedo-20180118000633-ntvo.html