Si uno pretende leer el contexto de estos sucesos puede intuir que detrás de cada decisión se encuentra un premio y una represalia, respectivamente. El acuerdo del Gobierno con el País Vasco para favorecer a la Ertzainza es otro resultado de la sintonia alcanzada por estas entidades a raíz del apoyo vasco a los Presupuestos Generales del Estado. La negativa del Gobierno al mismo trato con los Mossos, en cambio, se enmarca en el estado de tensión al que ha contribuido el desafío soberanista catalán. Así, las decisiones relevantes en materia de seguridad nacional no responden a criterios basados en el mejor interés del país sino al mero oportunismo político. Cuando desde Barcelona vuelvan a virar hacia la cohesión del Estado probablemente también la situación de los Mossos se desatasque.
Sé que es una lectura política y ante todo personal, pero es interesante cuestionarse por qué ahora, y no antes, se toman las decisiones que se toman.
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