Si los muertos hubiesen sido el "señor" -miserable- embajador y su segundo, otro gallo cantaría. Qué vergüenza de País y de dirigentes, negando un ataque contra nuestra nación por salvar un maldito puñado de votos. Que no se engañe nadie, esa fue la única intención del gobierno de turno: negar la verdad del ataque para no perjudicar su resultado electoral.
Las palabras de esos héroes encogen el alma. Sirven, sobretodo, para engrandecer más aún la valentía de Jorge y de Gabi. Seguid descansando en paz, HÉROES de Kabul.