"Ahora vivo por y para ser policía local"
Quique Zanella y Gema Aparicio, dos de los aspirantes, miran el tablón de anuncios en la academia Códice.
Quique Zanella y Gema Aparicio, dos de los aspirantes, miran el tablón de anuncios en la academia Códice. / Roberto Ruiz
Con la incertidumbre de conocer la fecha de los primeros exámenes, los 481 aspirantes para las 19 plazas de agente aprietan el acelerador de una intensa preparación
Álvaro Machín
17 abril 201609:34
«¿Dónde está la calle Bratislava?». Te pueden pillar con algo así y el margen de error es muy pequeño cuando hay más de 25 candidatos por puesto. «La oposición es un trabajo y yo ahora vivo por y para ello», cuenta Gema Aparicio. Lleva desde 2010 «opositando en serio». Reinosa, Camargo, El Astillero... Aprobó en más de una ocasión, pero se quedó sin unas plazas que no abundan y hace mucho que no salen. «Yo estoy apuntado en la academia desde el 2014 y hasta el lunes pasado no me pude presentar a un examen, las pruebas físicas de las oposiciones en Reinosa», explica Quique Zanella. Son dos de los481 aspirantes a los 19 puestos de policía local en Santander. Desde el año 2009 no se contrata un agente en la capital.
policía local de santander
Una oposición de seis ejercicios
Test de 50 preguntas sobre la Constitución, el municipio, derecho, delitos, tráfico...
Test de 50 preguntas sobre el callejero de la ciudad y las ordenanzas municipales.
Uno o varios supuestos sobre el callejero (también monumentos) y ordenanzas.
Test psicotécnico sobre la capacidad profesional.
Aptitud física: Subir por la cuerda, salto vertical, carreras de 50 y 1.000 metros, salto horizontal y natación.
Reconocimiento médico practicado por facultativos designados al efecto.
La Constitución Española de 1978 o la potestad normativa de las entidades locales. Son dos de los cuarenta temas que toca estudiarse para uno de los exámenes. Para el callejero, en la academia Códice salen con un profesor a memorizar la ciudad y a repasar calle por calle. Eso y conocer, por ejemplo, quién dio forma a la escultura de la Sardinera y en qué año la inauguraron. Monumentos, edificios singulares y organismos oficiales también van para examen. Y todo eso no vale de nada si no son capaces de trepar por una cuerda lisa de cinco metros y tocar la campana en lo alto en menos de doce segundos (esa es una de las seis pruebas físicas).
Gema trabaja con un nutricionista con el que a la vez prepara una tabla de ejercicios. A eso, se suma la academia (para la teórica y también para la parte física). «Unas cuatro horas al día de entrenamiento y el resto, estudiar y estudiar». Y Quique, parecido. Los dos lo cuentan desde un aula de Códice. «Intentamos ayudarles a organizarse mejor, orientarles, estar pendientes del proceso y hacer también una labor de tutores para mantener la constancia, que es difícil a veces», explica Elena Sarabia, del centro académico. La «incertidumbre» es más dura que el temario. Oposiciones impugnadas, años sin plazas y ahora, en las de Santander, no saber aún cuando serán los exámenes. «En teoría quieren que salga antes del verano, pero me da que será para después o igual se retrasa hasta el 2017. Y eso ya es un bajón...». Zanella es nieto de oficial de policía. Otra tía en el Cuerpo, un primo en la Guardia Civil, otro en seguridad que también lo intentó... Él estudió Informática y «ejerció cuando había trabajo». Luego hizo un poco de todo. De cajero, sus pinitos en la radio...Pero se apuntó a la academia y se centró en la oposición en 2013. «Y en el momento que te preparas ya te tienes que presentar a todo lo que salga». Como Aparicio, hija de legionario y esposa de policía. «Es vocación. Me llama atención el hecho de tratar con el ciudadano y prestar un servicio social». Ella hizo Magisterio por Educación Física y ha compatibilizado la oposición con algunos trabajos (fue personal de refuerzo en la policía local de Noja o Ribamontán en dos periodos). Ahora los dos están centrados en la preparación. Exclusivamente (y los dos están convencidos de que lo van a sacar).
Clases, estudio y entre tres y cuatro horas de entrenamiento diario, la rutina del aspirante
«Lo peor es que el temario o las pruebas físicas cambian en cada municipio». Eso o que el mismo tema se pregunta en forma de test en unos y en otros, a desarrollar. «Hay que estudiar muchísimo. Más que los conceptos, todos los detalles. Y te quita de disfrutar muchas cosas, pero merece la pena. El esfuerzo de hoy es la victoria de mañana. Una plaza es mía, solo pido una. Las otras 18 que las repartan», se repite Gema. «Tengo esquematizados y resumidos los cuarenta temas», explica Quique, que se acaba de borrar de la piscina a la que se tuvo que apuntar además de a un gimnasio para conseguir la marca que les piden. Otro factor de desgaste, el económico.
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