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Los antidisturbios, la USP, se conservan, pero cambiarán de nombre y tendrán nuevas funciones
Barcelona | 05/10/2015 - 00:00h
Ultiman la reforma de la Guardia Urbana para convertirla en una policía diferente del resto
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Proximidad, territorio, transparencia y una nueva organización. Estos son los cuatro pilares que sustentarán el nuevo modelo de la Guardia Urbana de Barcelona en el que trabaja el comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens. La estructura ya está lista en su cabeza, una nueva organización en la que "no sobra nadie" y que está pendiente del plan director que ultima el gerente de Seguridad Jordi Samsó. Por el momento, una primera novedad, la unidad de asuntos internos, que hasta ahora dependía del intendente mayor Evelio Vázquez, jefe de la policía municipal, pasará a ser dirigida personalmente por Recasens, el responsable político de la Guardia Urbana, según ha podido saber La Vanguardia.
La decisión "no pretende castigar a nadie por lo que se ha podido hacer mal en el pasado". La medida, sostienen fuentes al corriente de la reforma, pretende dotar a la unidad de asuntos internos de más cometidos que ser exclusivamente los encargados de vigilar e investigar las conductas negligentes del resto de los compañeros. "Se trata de crear un grupo de trabajo transversal encargado de velar por el contenido ético que hay que inculcar poco a poco en todas las actuaciones policiales". Recasens ya advertía antes del verano: "Quiero mucha más empatía humana. No me conformo con una actuación policial correcta".
El plan director definirá las funciones de todas las unidades. En estos momentos se están fiscalizando todas. Los responsables de la Guardia Urbana defienden una nueva estructura menos centralizada en la que el peso de las actuaciones recaerá en las unidades territoriales. Un modelo que premiará por encima de todo la proximidad y la mediación con las organizaciones sociales y vecinales.
Desde que regresó a Barcelona procedente de la Universidad de Oporto, Recasens tiene una obsesión, recuperar el máximo número de guardias urbanos para que patrullen a pie en los barrios. Y que exista un "contacto mucho más humano entre los guardias y los barceloneses". Para el comisionado de Seguridad es crucial que en estos momentos los guardias empaticen con las víctimas y con las situaciones complejas que a consecuencia de la crisis sufren muchas personas. "Quiero que los guardias urbanos tengan ese plus de atención y empatía que les haga diferentes al resto de las policías", ha contado Recasens en las reuniones que está teniendo estos últimos días con los diferentes grupos municipales.
Y qué pasará con la USP (Unitat de Suport Policial), los conocidos popularmente como antidisturbios. Durante la campaña electoral, Ada Colau se comprometió a disolver está unidad. Tras ser elegida alcaldesa, Colau ha mantenido en sus intervenciones la necesidad de trabajar en Barcelona por una nueva cultura de la seguridad en la que la policía no sea el único actor, pero ha dejado en manos de Recasens la reorganización de la policía de Barcelona.
En esos primeros borradores con los que trabaja el comisionado de Seguridad, la USP se mantiene. Con otro nombre, quizás un nuevo uniforme y con nuevas funciones que se sumarán a las que ya tienen y otras que se perderán. No se renunciará al material de antidisturbios para situaciones muy concretas, pero no volverán a intervenir en las manifestaciones, de cuyo orden público se encargaran exclusivamente los Mossos d'Esquadra. A nadie se le escapa, en el equipo del gobierno municipal tampoco, que los USP han sido los encargados este verano de lidiar en el conflicto de los manteros. Y no lo han tenido fácil porque el número de vendedores ambulantes se ha multiplicado en la ciudad, y los manteros han reaccionado con una violencia desconocida hasta ahora.
Tras varios episodios de enfrentamientos entre manteros y guardias urbanos, con heridos, Recasens se comprometió con los sindicatos a elaborar un protocolo de actuación con los manteros. El documento no está terminado, y el comisionado de Seguridad está a la espera de recibir las propuestas de los representantes sindicales.
Mientras se termina de hacer ese protocolo de actuación, hay algo que ya ha cambiado. Ya no hay unidades de paisano de la USP vigilando a los manteros. Todos los dispositivos relacionados con la venta ambulante se hacen desde hace días con guardias urbanos de uniforme.
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