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Dana es el primer perro de un protectora en España que obtiene la certificación para localizar explosivos en mercancías aéreas
Hace tres años algún desalmado la abandonó. Deambulaba por las calles de Puçol, perdida, buscando la manera de sobrevivir. Esta vez le había tocado a ella sufrir el maltrato de los humanos. Había entrado en la vergonzosa lista de los 15.000 perros que, cada año, propietarios irresponsables dejan a su suerte en cualquier punto de la Comunitat. Aunque su pena no duró demasiado. Una patrulla de la Policía Local la encontró y llegó a parar a la Asociación Adopta Un Perro Abandonado (AUPA). Una vez allí, Dana, una mezcla de pitbull y labrador color chocolate, conoció al hombre que cambió sus ojos tristes por unos llenos de esperanza y la ha convertido en el primer mestizo que proviene de protectora que ha obtenido la certificación oficial para localizar explosivos en carga aérea de España.
«Es una apuesta personal. Quería demostrar que una perra como Dana, que no tiene las cualidades de un pura raza genéticamente preparado para llevar a cabo esta labor, es capaz de certificarse utilizando buenos protocolos de trabajo», cuenta Javier Cano (Jaén, 1975), ex guardia civil y responsable de Adiestramiento Valencia. Es la única que ha alcanzado la meta entre «unos 200 perros» de refugio testados por el adiestrador. Y es que la mayoría de los canes que se dedican a esta tarea son ejemplares de pura raza como el pastor alemán o pastor belga.
Javier vio en Dana mucho potencial. Encontró en ella todos los requisitos de un perro que puede ser adiestrado en la detección de bombas: «Tiene muchas ganas de jugar, es muy pelotera, activa, con gran instinto de caza y presa y una estabilidad brutal». Tras seis meses de trabajo, la pareja ha alcanzado el éxito. Han superado los dos rigurosos tests de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) sin problemas: «Complicamos mucho más las pruebas durante el adiestramiento para que cuando lleguen al examen les sea más sencillo a los perros».
El secreto reside en la metodología de entrenamiento: «Utilizamos técnicas de vanguardia como la colonización odorante. Creamos una asociación entre el juego y el olor que queremos condicionar». Los animales «disfrutan durante el tiempo de adiestramiento». En el inicio del aprendizaje, los futuros perros detectores de explosivos realizan un ejercicio en el que se colocan varias cajas en el suelo, una de ellas contiene una gasa impregnada con el olor del detonante y una pelota. El animal acaba asociando el juguete con el aroma y eso es lo que le lleva a seguir avanzando en su preparación. Después, el entrenamiento se complica con olores distractores «para ver si los discrimina». El perro avisa de la presencia del explosivo, «sin margen de error», mediante una marcación pasiva, sin ladrar ni rascar. Se sienta delante del lugar a la espera de su recompensa.
Adiestramiento Valencia es un referente a nivel nacional con sus certificaciones. Asia, de SOS Sagunto, será la siguiente perra abandonada en obtener el título.
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