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Han tenido que pasar tres años para que la Fiscalía empiece a darle la razón reconociendo que María Aroa asumió su identidad
Desde el 2012, el abogado pontevedrés Fernando Romay fue «una voz que clama en el desierto» defendiendo que su clienta Rebeca Arriba-Silva Montoya había sido condenada -un año de prisión por atentado, seis meses por hurto e idéntica pena por un tercer delito contra la seguridad vial- por unos delitos que, en realidad, había consumado su hermana. Han tenido que pasar tres años para que la Fiscalía empiece a darle la razón reconociendo que María Aroa asumió la identidad de su hermana cuando fue detenida el 9 de diciembre del 2010, un engaño que mantuvo, ya no solo en comisaría, sino también durante la instrucción judicial y la vista oral que terminó con su hermana purgando un castigo que nunca debería haber recaído en ella.
A día de hoy, María Aroa se expone a una condena de dos años y multa por un delito continuado de falsedad documental, mientras que Rebeca Arriba-Silva permanece desde agosto del 2014 recluida en el centro penitenciario de A Lama. Fernando Romay lamentó ayer que su clienta disfrutaba de la libertad condicional derivada de la condena puesta en duda cuando recayó sobre ella una nueva sentencia. «Esta medida cautelar le fue revocada e ingresó en prisión», remarcó el letrado pontevedrés.
Pese a que el ministerio público ya ha formulado acusación contra María Aroa, su hermana sigue entre rejas. La intención de su abogado es lograr que se anule la primera sentencia, de tal modo que entiende que debería beneficiarse, de nuevo, de la libertad provisional en el supuesto de la segunda condena. Ya se ha dirigido a las autoridades judiciales instando a que «se suspenda provisionalmente y con urgencia el cumplimiento de la pena a mi mandante, mientras no se solucionan los trámites legales» y «se vea libre de esta pesadilla que está viviendo».
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/ga ... P13993.htm