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El piloto del helicoptero de la DGT siniestrado en Madrid dio positivo en cocaína: «Iba hasta arriba»
La aeronave sufrió un aterrizaje forzoso en Robledo de Chavela este domingo, resultó herido junto a su compañero operario de cámara y radar, y huyó a pie
El extraño aterrizaje forzoso del domingo de un helicóptero de la Dirección General de Tráfico (DGT) en el municipio madrileño de Robledo de Chavela escondía un misterio mayor.
Según han confirmado fuentes policiales a ABC, el piloto es un consumidor habitual de cocaína. Es más, sin especificar la cantidad que había ingerido, manifiestan que «iba drogado hasta arriba». Eso sí, no han podido afirmar si, como adelanta 'El periódico de España', había tomado, además, metanfetaminas.
El siniestro se produjo a mediodía. En un principio, entró la llamada al 112 como una colisión de helicóptero con dos heridos. Luego, se supo que había sido un aterrizaje forzoso.
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ABC
El piloto y un funcionario del organismo que viajaban a bordo no han sufrido daños
Cuando el Summa llegó al lugar, se encontró a una persona, el operario que acompañaba al piloto, en estado leve. El aparato estaba destrozado. Sin embargo, el empleado de la DGT le dijo que iba un compañero con él, a los mandos, y que se había marchado.
Efectivamente, el piloto había huido a pie. Pretendía llegar desde allí, caminando o pidiendo ayuda a un conductor hasta el pueblo. Desde allí, a Villanueva de la Cañada, donde tiene familia.
Vigilaban las motos de la Cruz Verde
Pero la Guardia Civil de Tráfico dio con él en ese último municipio. Estaba alteradísimo. En el hospital Puerta de Hierro, adonde le trasladaron, le practicaron un análisis de sangre y dio positivo en cocaína. Se trata de un trabajador de la DGT que está en excedencia en otro puesto. No ha trascendido que fuera detenido.
Aquella mañana, como tantos domingos, el piloto y el compañero encargado de grabar y del radar, habían comenzado a volar para controlar la subida de motoristas a la Cruz Verde, cerca de El Escorial. Sin embargo, lo que no sabía el cámara, era que de quien había que estar alejado era de quien estaba a los mandos del helicóptero. Lo pueden contar de milagro.