Cartera Mossos D`esquadra |
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Tras su intervención se escuchó entre el público «¿Ahora?» y varios silbidos de reprobación. Incluso hubo un familiar del joven parapléjico que se tuvo que salir de sala con los ojos llenos de lágrimas y con la rabia contenida ante las palabras del agente del instituto armado. Entonces el juez pasó la palabra a los otros cuatro acusados, pero todos se abstuvieron de declarar nada más.
De esa forma quedó visto para sentencia el juicio que comenzó el pasado 21 de abril. Según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, el agente y un cuñado suyo, José Salvador L., observaron que tres jóvenes golpeaban el retrovisor de un vehículo estacionado en Santiago de la Ribera, se acercaron a ese grupo y el agente mostró su placa de la Benemérita.
El agente manifestó el primer día de juicio que al dar el alto a José Antonio Carmona, le mostró su placa, que la víctima gritó: «¡h*****, la policía!», que portaba la pistola en el cinto apuntando hacia abajo, y que solo cuando uno de los acompañantes del herido intentó arrebatársela la sacó e hizo un disparo de advertencia al aire. Añadió que luego continuó el rifirrafe y al echársele encima José Antonio, el arma se le disparó.
Por su parte, José Antonio testificó que el día del suceso el guardia no se identificó como tal y que iba vestido de calle (lo que reconoció el funcionario). Añadió que con una mano lo encañonó y con la otra lo cogió del pecho para sacarlo de la furgoneta en la que regresaba de una comida de su empresa de fontanería. En el vehículo iba con su hermano y con otro compañero de trabajo.
Disparo al aire
Según José Antonio, al ver peligrar su vida, forcejeó para desviar el arma y, tras un primer disparo al aire por parte del guardia, hubo otro rifirrafe físico. Fue entonces, prosiguió, cuando se produjo un segundo tiro que le alcanzo.
La Fiscalía pide para el guardia civil dos años de prisión por lesiones imprudentes y dos de inhabilitación en su profesión. Para la víctima del disparo y sus dos acompañantes, reclama seis años y medio de cárcel por atentado y lesiones; y para el cuñado del guardia, 450 euros por faltas de lesiones.
También solicita que el agente pague una indemnización de 301.500 euros por las secuelas físicas, 60.000 euros por daños morales, 200.000 euros por lesiones permanentes y 50.000 euros por la adecuación de la vivienda de José Antonio a su invalidez.
En caso de no poder afrontar el pago, tendría que asumirlo en su totalidad el Ministerio del Interior. El abogado de José Antonio reclamó para su cliente un millón de euros de indemnización. Todas las defensas pidieron la absolución de sus clientes. La sentencia se hará pública en unos días.
http://m.laverdad.es/murcia/v/20140429/ ... 40429.html