Los pabellones deberían considerarse rentas en especie, y como tal tributar de cara a Hacienda. Sería lo más justo para todos, para quien lo disfrute, y para quien no.
El salario en especie es una retribución, diferente al dinero, basada en bienes o servicios que benefician o interesan al trabajador. Es una práctica extendida en muchas empresas y está regulado como tal, y a efectos fiscales igualmente.
Y quien no disfrute de pabellones, pues no le contabilice como pago en especie, y quien los disfrute, cotice sobre ello en la Renta anual.