Mucho más que buzos
Los integrantes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) de la Guardia Civil de Las Palmas son popularmente conocidos por la búsqueda, localización y recuperación de personas en el mar, pero su labor va mucho más allá. Sus cometidos, siempre vinculados al medio acuático y subacuático, se encaminan en muchos casos a garantizar la máxima seguridad ya sea a la hora de bucear, en competiciones lúdicas o en los puertos isleños.
Mantenerse en forma es clave para poder desempeñar todas las labores y cometidos asignados al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil de forma óptima. «Tenemos dentro de la rutina diaria una hora y 45 minutos de deporte nada más llegar, dentro del plan de instrucción. Vamos todos juntos, hay días que lo dedicamos a una carrera continua, otros hacemos natación y otros solo con las aletas. Lo importante es hacer siempre el deporte en equipo», explica Moisés José Requena, sargento del Geas de Las Palmas.
Una vez finalizada la actividad física, y ya de regreso a las dependencias del grupo en la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas, llevan a cabo el briefing o repaso a la jornada con la asignación de tareas y cometidos.
Al menos una vez a la semana realizan una práctica de buceo para la que se preparan previamente. «Para cualquier inmersión que hacemos tiene que haber un briefing donde se apunta el tipo de inmersión que se va a hacer, se estudian las corrientes que hay, las mareas o si es una zona de rompiente o no para saber que equipos se van a utilizar. Habrá siempre una pareja de buceo, un buceador de socorro en la embarcación y el patrón arriba en la embarcación», añade.
Material listo para el uso
Un reparto de funciones que es vital para cumplir la normativa y, ante todo, garantizar su seguridad al estar en un medio que no es el habitual. El plan de trabajo siempre está sujeto a cambios por la aparición de algún servicio de reacción al que deben acudir. Por eso, es de vital importancia contar siempre con todo el material listo para su uso. «Detrás del buceo hay mucho material, tenemos recipientes a presión, botellas o chalecos. Todo el equipo necesario está ya en la furgoneta, es llegar a base, cambiarse, subirse a la furgoneta y dirigirnos al lugar del aviso. Se ahorra tiempo. Cuando tenemos un servicio de reacción, en el que te llaman de un momento a otro, todos tenemos el equipo preparado, pero los que están de guardia localizada lo van a tener ya en el furgón para salir de forma directa», explica Requena.
Por ello, el grupo funciona en prestación combinada, es decir, cuentan con un horario presencial por la mañana, en el que hacen deporte, realizan sus servicios de apoyo y prácticas, y luego cuatro de ellos están en localización para responder de forma inmediata ante cualquier servicio de reacción.
Por eso, cada vez que finalizan una de sus prácticas, se encargan de endulzar todo el material usado y ya en la base desmontan los equipos, los endulzan, los dejan secándose en el secadero y posteriormente los guardan listos para volver a usarlos cuando sea necesario.
Quizás una de sus funciones más desconocidas y de mayor importancia en la prevención de accidentes en el medio acuático son las inspecciones a centros de buceo de ocio y profesionales. Una labor que va encaminada, no solo al cumplimiento de la normativa vigente, sino, sobre todo, a evitar accidentes durante las inmersiones. Una labor que desarrollan, como todas sus funciones, a lo largo y ancho de toda la provincia.
Estas inspecciones ya han dado sus frutos con un descenso de las infracciones en los últimos dos años.
Inspecciones preventivas
En la actualidad se encuentran con pocos incumplimientos, fruto de la intensa labor que desempeñan con las inspecciones preventivas. En ellas, se aseguran de que el centro cuente con todos los permisos en vigor, que el maletín de primeros auxilios y el equipo de oxigenoterapia esté en óptimas condiciones, en el caso de que el centro cuente con centrales de carga, compresores, que estén en regla y, sobre todo, que las griferías de las botellas no hayan sido manipuladas y hayan pasado la revisión visual obligatoria. «Los compresores tienen que estar dados de alta en Industria y tienen que pasar una revisión que se llama la OCA (Organismo de Control Autorizado) que es como la ITV de los coches. Garantiza que ese compresor, que es el que le da aire a las botellas, dé un aire de calidad, esa revisión se pasa cada cinco años. También está la notificación de la calidad del aire que se pasa de forma anual. Cuando se bucea estás respirando un aire que si en algún momento no tiene las cantidades correctas puede derivar en un accidente. Sufrir un accidente o un desmayo a 15 metros de profundidad es bastante complicado y más si lo sufre la pareja de buceadores a la vez», añade.
Estas acciones preventivas son vitales para evitar tragedias y que un día de inmersión para disfrutar de los fondos marinos en los 751 kilómetros de costa de la provincia no termine en tragedia y con los Geas teniendo que ir a recuperar un cuerpo, desgraciadamente, uno de sus cometidos, y el más conocido popularmente.
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