Son policías nacionales de las Brigades de répression de l'action violente motorisées (BRAV-M). Los BRAV-M intervienen principalmente en el contexto de manifestaciones susceptibles de degenerar, o con el objetivo de dispersar movimientos no declarados. Su papel es distinto al de las unidades policiales habituales y especializadas, como el CRS y la gendarmería móvil, que supervisan la procesión y las áreas donde se producen los incidentes. Los BRAV-Ms tienen como misión, según el plan de intervención que suele prevalecer en situaciones de disturbios espontáneos o violencia urbana, intervenir muy rápidamente para poner fin a los disturbios y proceder a las detenciones. La formación de unidades muy ligeras y el modo de transporte en moto les permite adaptarse a la estrategia de determinados grupos violentos siendo lo más móviles y reactivos posibles. Un policía piloto, el otro vela por el mantenimiento del orden.