Valle de los CaídosEn el complejo se hallan una abadía benedictina, parte de la cual se remodeló como hospedería para atender al turismo, una basílica excavada en la roca donde se encuentran las tumbas de Franco, Primo de Rivera y ocho capillas donde están enterrados combatientes de ambos bandos (Según la investigación de Joan Pinyol ha documentado que al menos 500 cadáveres fueron trasladados sin el consentimiento de sus familiares).[6]
Sobre la basílica se alza la más alta cruz cristiana del mundo[cita requerida] con 108 metros de altura visible a más de 40 kilómetros de distancia.
Desde el acceso al recinto, una carretera lleva al pie del monumento de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, desembocando en una gran explanada. A medio camino entre la entrada y la explanada el viajero se encuentra con cuatro grandes monolitos cilíndricos, de granito, de 11,50 metros de altura y 1,50 metros de diámetro cada uno, que reciben el nombre de «Juanelos». Fueron esculpidos durante el reinado de Felipe II, bajo la dirección del ingeniero italiano, afincado en Toledo, Juanelo Turriano.
Podía accederse a la base de la cruz por medio de un funicular. La altura de la cruz es de 150 m y sus brazos miden 46 metros y tiene dos basamentos. A 25 metros de altura, en el primer basamento, se encuentran las esculturas de los cuatro evangelistas y sus símbolos —Juan y el Águila, Lucas y el Toro, Marcos y el León y Mateo y el Hombre alado— realizadas por Juan de Ávalos. En el segundo basamento, a 42 metros de altura, se representan las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
En la explanada se encuentra la entrada a la cripta (o basílica) de 262 metros de longitud. Se excavaron 200.000 metros cúbicos de roca para su construcción. La puerta de entrada, construida en bronce, es obra del escultor Fernando Cruz Solís. En ella están representados los 15 misterios del Rosario y un apostolado; de Carlos Ferreira son los dos arcángeles del atrio. En la reja que da paso a la nave se hallan representados cuarenta santos y está rematada en el centro con la figura del Apóstol Santiago, patrono de España. La nave está dividida en cuatro tramos; hay en ella seis capillas y en los murales ocho tapices flamencos realizados en el siglo XVI, aunque los que hoy vemos son copia del siglo XX, teniendo como tema iconográfico el Apocalipsis de San Juan.
El altar mayor es de una pieza de granito pulimentado. Cuenta con dos relieves de hierro dorado forjados por José Espinós Alonso sobre dibujos de Diego Méndez, que representa el Santo Entierro y la Sagrada Cena. Sobre el altar se encuentra una cruz de madera de enebro con un Jesucristo obra de Julio Beobide, policromado por Ignacio Zuloaga, Tras él se encuentra la tumba de Francisco Franco y frente a él la de José Antonio Primo de Rivera. Esta encuadrado por cuatro arcángeles de bronce, obra de Juan de Avalos. Sobre el altar mayor la cúpula de 42 metros de altura y 40 de diámetro, decorada con mosaico policromado por Santiago Padrós.
En la cabecera del crucero está el coro, con sitiales en madera labrada. En los laterales hay dos capillas con buena parte de los restos de las más de 40.000 personas que hay en la basílica, caídos en los frentes de la Guerra Civil, aproximadamente la mitad de cada bando.
Abadía de la Santa Cruz del Valle de los CaídosLevantada sobre una explanada en la parte posterior al Risco de la Nava, la abadía está compuesta de dos edificios principales. Uno, el más cercano a la Cruz de 150 m de altura (contando los evangelistas -p.ej.:S. Mateo y el ángel- y las virtudes), es la abadía benedictina propiamente dicha; el más alejado es una hospedería turística regentada por los monjes. Su uso está orientado a actos religiosos y culturales. En la hospedería rigen las normas de la abadía. El conjunto mide 300 metros de largo por 150 de ancho y está flanqueado por las boscosas laderas de la montaña.
Junto a la abadía se encuentra el cementerio de los monjes benedictinos. La visita requiere el permiso de los monjes. La basílica y la abadía están comunicadas a través de un acceso privado que cuenta con una gran puerta monumental de bronce, obra de Damián Villar González.
Es la Orden de San Benito y no otra la que se hace cargo de la abadía debido a una decisión personal de Francisco Franco tomada sólo dos años antes de la inauguración del monumento. Su primer abad fue el benedictino burgalés Fray Justo Pérez de Urbel.
HistoriaEl monumento, comenzado en 1940 e inaugurado en 1959, se levantó según proyecto de Pedro Muguruza y Diego Méndez, fue decorado con monumentales esculturas obra de Juan de Ávalos y con una cúpula decorada con un mosaico debido al artista barcelonés Santiago Padrós.
En el monasterio se encuentran en 19 archivos las fichas con los datos de aproximadamente la mitad de los allí enterrados. Se desconoce la identidad de la otra mitad, existiendo varias hipótesis, y siendo casi seguro que fueron recogidos de fosas comunes de Brunete, Grado, Gandesa, Tarragona, Badajoz o Teruel entre otras, después de la Guerra Civil y hasta 1983. Joan Pinyol ha documentado que al menos 500 de estos enterramientos son fruto de un traslado ilegal; caso que fue abierto por el juez Baltasar Garzón y ahora está siendo investigado.
Hasta hace varios años, cada 20 de noviembre (20-N, fecha de la muerte de José Antonio Primo de Rivera y de Francisco Franco), el Valle de los Caídos se convertía en punto de reunión para ultraderechistas seguidores del franquismo, y seguidores de José Antonio Primo de Rivera.