suceso en a coruña
El toxicómano coruñés fue asesinado por no pagar una deuda de 20 euros
El supuesto autor de los navajazos, que fue detenido a las puertas de una pensión, reconoció los hechos
Autor:
Alberto Mahía
Fecha de publicación:
14/6/2008
El supuesto autor de la muerte de Fortunato Fernández es Alfonso Amoedo Aumente, un toxicómano de etnia gitana, de 35 años, con un importante historial delictivo y al que muy poco han tenido que presionar para confesar el crimen, según fuentes de la investigación. La policía lo arrestó a las diez de la noche del jueves, horas después de que, supuestamente, clavase su navaja hasta tres veces en el cuerpo del hombre con el que había compartido piso hasta hace un mes. Cuentan sus conocidos que lo hizo por una deuda de 20 euros.
Para ponerle las esposas, a los agentes les bastó montar guardia en la pensión coruñesa donde Alfonso Amoedo residió en los últimos tres años. No había pasado ni una hora del homicidio y a los investigadores no les cabía duda alguna de que este delincuente habitual podría ser el autor del crimen. Pero el supuesto homicida se les escapó por minutos. Esperaron, y a las diez de la noche lo vieron aparecer. No opuso resistencia. Se sabía fugitivo y no tardó en confesar.
Relación
Según fuentes policiales y algunos testigos de los hechos -fueron varias las personas que presenciaron el homicidio-, Fortunato acudió por la mañana como todos los días a recibir su dosis de metadona a la ronda de Nelle. Allí coincidió con Alfonso Amoedo. No andaban bien las cosas entre ellos. Su relación se deterioró por una deuda de 20 euros que Fortunato no era capaz de saldar. Al parecer, la arrastraba desde hace un mes, cuando Alfonso lo echó de la habitación que compartían en la pensión. Sus allegados recuerdan que la víctima le servía de mula, que, en la jerga de los toxicómanos, es el chico que hace los recados a cambio de pequeñas dosis de droga.
Tras discutir, la víctima abandonó el piso y se fue a vivir a una casa abandonada en la calle Bellavista, situada también en el barrio del Agra do Orzán, hasta que el jueves volvieron a encontrarse. Discutieron, y Alfonso, supuestamente, le clavó su navaja hasta en tres ocasiones, una de ellas en el corazón. Fortunato se apoyó en la puerta del centro meteorológico y cayó desplomado sobre la acera. Nadie pudo hacer nada para salvarle la vida.
Entonces, según fuentes de la investigación, Alfonso y su compañera se dirigieron a la pensión. Pasaron allí unos minutos hasta que el supuesto homicida abandonó la habitación instantes antes de que llegase la policía para atraparlo. Hablaron con su pareja. La interrogaron dos veces y esperaron, hasta que Alfonso regresó por la noche.
Desde entonces, el presunto homicida permanece en dependencias de la Policía Nacional en el cuartel de Lonzas. Y allí estará hasta mañana o el domingo, cuando pase a disposición judicial, una vez que los investigadores tengan atados todos los cabos del caso. Por ahora, ya confesó el crimen y alegó que apenas podía acordarse de nada, ya que «estaba drogado».