Equinocio escribió:
¿Su respuesta es para mí?
No sé si se ha leído la página que he publicado, creo que no, pues es fácilmente inteligible y respecto a mí, le aseguro que no tiene que explicarme que es un secreta, pues con 21 años fui parte de una operación secreta de la guardia civil, sin riesgo por supuesto, pero fundamental para la identificación de alguien que había cruzado el límite de la honorabilidad para trabajar en el cuerpo.
Sí, era para ti, Sr. Técnico Especialista en «Secretas» que portan la pulsera con la bandera de España. No sé si te habías dado cuenta pero por aquí lo que abundan son policías. Algo sí que te podremos explicar ¿no crees? Lo que puedas saber de la policía en general y de los servicios de información en particular, se escribe en una hoja de papel de fumar y te sobra una cara. ¿Secretas? Hay qué joderse. La
pringue y los
secretas eran otra cosa, hombre. Aquellos que gastaban medalla bajo el ala de la solapa, no pulseras de colores. Para ti un «secreta» es, simplemente, un poli de paisano actuando de incógnito. Y no, no he leído esa página. Para qué. Hace años que todo está escrito ya. Y que no se hace sino reproducir en un bucle lo ya dicho.
Equinocio escribió:Perdón acabo de observar que la foto que he enviado compara la pulsera de España de un violento con la de los secretas que en su caso es amarilla. Si no me publicáis el anterior mensaje lo entiendo ya que es manipuladora, así que envío otro tan solo con la información del violento que está en todas partes. .
Si pones algunas comas, probablemente entendamos mejor lo que tratas de decir. Y ya si concuerdan el género y el número, mejor todavía. Así debiste escribir manipulador y no *manipuladora, porque
mensaje es masculino y no concuerda, aunque tú trataras de referirte a
fotografía, palabra que queda aislada del contexto por, como digo, la puntuación.
Equinocio escribió:Llevo más de dos horas intentando encontrar una fotografía que vi anoche en la red sobre aquella noche, la foto captaba las baldosas apiladas por obra del suelo de la calle, además de sacos de arena y al recordar los cascotes que se ven corresponden con el color y el grosor de los de la foto. El gobierno ya había anunciado que se esperaban actos violentos y por tanto, creo que en previsión a quién o a quiénes les corresponda deberían de haber decidido quitar para la manifestación esas baldosas que precisamente estaban por el lugar de dónde se iniciaron los altercados. Me parece que éso es como servirles en bandeja de plata un arma que lanzada a mucha velocidad y con acierto debe de hacer mucho, muchísimo daño. Ya sabemos que quiénes la quieren armar cogen lo que pillan, pero nunca hay que ponérselo así de fácil por lo que creo que es un elemento a tener en cuenta.
Si alguien localiza la foto o sabe el lugar en dónde se encontraban dichas baldosas que la ponga y/o que lo diga.
Miguel Ángel Aguilar, ayer, en una tertulia de la Sexta, al enterarse de la detención de estos individuos tras la denominada "operación PUMA", vino a decir algo parecido a esto: si la policía sabía que se iban a juntar estos alborotadores en la manifestación ¿por qué no hizo nada para impedir su presencia? Muy sabio él, ya nos dirá cómo sin vulnerar la ley de reunión y manifestación y conculcar el derecho a ello, se logra impedirle su participación a nadie, y sin cerrar la calle y establecer entradas, como en el fútbol, se logra seleccionar y apartar el ganado bueno del malo sin que nadie ponga el grito en el cielo y recuerde, sin haberlo vivido, el anterior régimen. Y tú, sostienes que tendrían que haber retirado las baldosas porque era fácil prever que con ellas iban los ‘niños’ a hacer armas arrojadizas. Ergo, para ti y para el Aguilar, el gobierno es culpable por negligente: comisión por omisión. Y de paso habría que haber retirado las señales de tráfico para que no las usaran como lanzas, y blindar las lunas del café Gijón y de los bancos para que no se convirtieran en objetos cortantes, así como las sillas, las tapas de alcantarilla y las vallas, en arrojadizas, y las papeleras y los contenedores en carros de fuego, sin olvidarnos de los adoquines de las marquesinas que consiguieron desenterrar, seguramente porque, de poco previsores, no habían pegado debidamente. Ah, y dejar al camión de bomberos en base para que no pudiera hacer de ariete o de tanque con las masas detrás. Vamos, que habría que dejar Madrid como un erial. Y ni aún así.
Aguilar, como suele, se contradice. Porque con sus humoradas lo que está pidiendo es que salga adelante la ley de seguridad ciudadana contra la que, en otros días, clama por considerarla totalitaria y coercitiva de derechos, por si no se había dado cuenta.
No se puede prever todo, eso resulta imposible de toda imposibilidad. Mucho menos sin una legislación clara y que se haya redactado al gusto y al alimón de todos.
Equinocio escribió:¿Alguien que entienda me puede explicar cómo se pasa uno de la ultra derecha a la ultra izquierda?
A mí me parece inexplicable e imposible.
Tienen que detener al fascista ese que aparece en todos sitios y también al que lleva en la muñeca la bandera de España pues que yo sepa ningún antifascista la lleva.
Creo que esta información habría que tenerla en cuenta.
Pues muy fácil: son las dos caras de la misma moneda. Digamos que debido a la escasa materia gris que tienen en la cabeza, a estos encapuchados fanáticos de mierda no les importa estar, primero, en un lado y, luego, en el otro con tal de que en ambos haya violencia, masacre y destrucción. La violencia es pura abstracción de su problema. Y su problema no es otro que el que no sirven absolutamente para nada en una sociedad normal y democrática, de inútiles e inservibles que son. Del caos que creen que generan, en su idiocia, esperan volverse de repente útiles algún día, como las SA o las SS, en la Alemania de los años treinta y lograr así subir peldaños en la nueva organización piramidal que de otro modo no les corresponderían por méritos. U otras que fueron alentadas por aquellas en otros países. Sembrar el terror y hacerse con el poder. Revolución. Claro que Recoletos no era Sierra Maestra ni esa noche era la noche de los cristales rotos, ni el acorazado Potemkin estaba anclado en el estanque del Retiro. Y al amanecer del nuevo día no hubo ninguna revolución triunfante que revertiera el curso de la historia y fumigado el sistema y el estado actuales. Nada. Sólo algún trasnochado concejal filocomunista y un abuelo, exsargento de la guardia urbana, oprobio de la profesión, defendieron a los primeros detenidos de ese día, éste último con una soflama,
soflamilla, que colgó en YouTube y que si pretendió ser solemne, en más de la mitad le salió zafia y ramplona y apoyada en graves insultos, que, como se sabe, son siempre los peores argumentos, para nada gloriosa. Estamos a la espera de que se pronuncien de nuevo ante la detención de estos paladines descerebrados, pelafustanes de tres al cuarto, a ver qué nuevas tonterías dicen en esta ocasión a los que se las quieran escuchar, sobre si se respetaron sus derechos como tales detenidos.
Lo que es la careta de pacifistas torturados, hace tiempo que se les ha caído ya para el conjunto de la sociedad de bien, y ha sido suplida por la foto con que a su paso por calabozos retratan, desde hace un siglo, a todos los delincuentes. Delincuentes. Eso es lo que son, y presuntos luchadores pacifistas.
Llámeseles fascistas, antifascistas, neonazis, anarquistas, perro-flautas, Okupas, bucaneros o como se quiera, la terminología es tan abundante como carentes son las ideas,
idiotologías de fuerte base doctrinal, lo único cierto es que son la misma mierda cenagosa todos, que ven en el contrario la imagen distorsionada, pero fiel reflejo de sí mismos, solo que con el otro perfil, que les devuelve el espejo. Y a río revuelto de Recoletos, pues pescan. Para lo único que valen, para lo único que sirven. Y en esas es que se unen y alían sin mayores problemas. Las razones están contenidas todas en el morrillo que lanzan contra la cabeza descubierta del policía, en esa
delgada línea azul (frase de un comisario, no es mía) que separa la barbarie que representan unos y la legalidad que representaban otros, sus garantes.
Por poder pueden llevar un mantón de Manila o la medalla del Cristo de los Remedios o invocar a Sáenz de Ynestrillas para que les defienda, tras haber desertado del yugo, o del arado, tanto da, y asir con fervor la coz y el martillo, para ocultar lo que son o no son o dejaron de ser, o tratar de confundir al personal con una cortina de humo, alentando otra teoría de la conspiración, que, simplificando, son los mismos perros con distinto collar. De los que no dudarán en mentir para salvar el pellejo y denunciar en falso torturas de la policía o implicar a quien no estaba ni se le esperaba. Lo cual deja patente la pasta de la que están hechos.
Concluyo: de todas las enseñanzas que la vida me ha proporcionado, la más acerba, más inquietante, más irritante para mí ha sido convencerme de que la especie menos frecuente sobre la tierra es la de los hombres veraces. Cuesta encontrar a alguien que una verdad con perspectiva.
Un saludo