Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

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Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Dom Nov 08, 2009 12:13 pm


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La proteccion ideal
materialpolicial.com
Seguridad y balizamiento

El personal sanitario que interviene en situaciones de urgencia y emergencia, en muchas ocasiones, debe colaborar con otros cuerpos de seguridad como, por ejemplo, bomberos, policía, etc. Aunque este personal sanitario no es el responsable de la seguridad de la zona en la que se precise la asistencia médica, muy a menudo, por ser el primer equipo interviniente o por falta de recursos, debe colaborar o participar en la consecución de que la zona de intervención sea un lugar seguro.

Por este motivo, el personal sanitario ha de poseer unos conocimientos mínimos que le permitan señalizar correctamente el lugar de intervención ante la ausencia del equipo responsable. En ningún caso, se debe intervenir en la asistencia a las víctimas hasta que la propia seguridad del personal sanitario esté garantizada.

En esta unidad didáctica, se indican las técnicas de protección del vehículo y el material más comunes, para generar un entorno seguro y así garantizar que el personal sanitario que interviene pueda prestar asistencia al paciente de forma segura.

Asimismo, el objetivo de esta unidad es proporcionar los conocimientos y herramientas necesarios para comprender la importancia de la seguridad de la zona de atención y del balizamiento de la misma, para evitar daños mayores. Esto facilitará que la labor del personal sanitario se desarrolle en un entorno de trabajo seguro.

Técnicas de protección de la zona con el vehículo asistencial

Durante la actuación asistencial, es fundamental prestar especial atención al estacionamiento del vehículo, ya que no en todas las atenciones se va estacionar del mismo modo.

En caso de atención en avisos domiciliarios, es necesario detener la ambulancia en un lugar que permita llevar a cabo la actuación, si se obstaculiza la circulación se solicitará la presencia de la Guardia Civil, Policía Local, etc. Mientras se presta la atención en el domicilio, se intentará dejar en funcionamiento las señalizaciones luminosas y se conectarán las luces intermitentes de avería.

Habrá que tener especial cuidado en cerrar siempre la ambulancia para evitar robos, tanto del propio vehículo, como del material, medicación y aparatos de electromedicina, ya que tienen un coste elevado.

En el caso de accidentados situados en el arcén, acera o fuera de la vía, lo primero que se debe hacer es señalizar la maniobra de detención del vehículo. Para ello, se utilizarán reiterativamente las luces de frenado y las de intermitencia, situadas en el lado en el que se va estacionar el vehículo asistencial.

Si el paciente se encuentra en el arcén, se detiene la unidad y se sitúa de tal forma que constituya una barrera. La distancia entre la ambulancia y el lugar del siniestro será, como mínimo, de 25 m si no existe presencia policial y si existiera, hay que detenerse en el lugar que ellos indiquen, siempre y cuando no suponga un riesgo a la integridad del equipo sanitario.

Con pacientes que se encuentren en la acera se actuará del mismo modo, pero no será necesario guardar ninguna distancia de seguridad, ya que el campo de trabajo va a estar fuera de peligro.

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Ante la presencia de un accidente en la calzada, la acción prioritaria será la señalización del lugar de intervención mediante el empleo de las luces de freno e intermitentes de avería. Será recomendable cerciorarse de que los vehículos que circulan detrás de la ambulancia han advertido la intención de detener el vehículo.

Una vez completa la detención del vehículo, es preciso establecer una zona de peligro, en la cual hay que respetar un orden de actuación determinado. El vehículo asistencial debe estacionarse siempre fuera de la calzada, y si no fuera posible, en el arcén o en la calzada. Si no hubiera presencia policial, la forma más segura de actuar es detener la ambulancia antes del accidente, a una distancia mínima de 25 m del siniestro.

Finalizada la maniobra de detención del vehículo, y una vez que éste se ha estacionado en un lugar seguro, es importante proteger al equipo sanitario interviniente y a las víctimas. Para ello, se ha de señalizar correctamente la zona, utilizando los equipos luminosos disponibles.

También es necesario situar a 150 m la señalización de precaución, ya sean triángulos de emergencia, conos, etc.

Se debe mantener esta señalización provisional hasta que el siniestro quede correctamente señalizado por la presencia policial. A partir de este momento, los agentes policiales serán los encargados de garantizar que la zona de intervención quede exenta de riesgos.

Si a la llegada del equipo sanitario existe la presencia de unidades policiales u otros recursos, se deberá sobrepasar el accidente con el equipo asistencial, y deberá detenerse delante del mismo, aproximadamente a unos 10 m. No se tendrá que detener hasta llegar al lugar donde finalmente se vaya a dejar estacionada la ambulancia.

El equipo sanitario nunca deberá bajar del vehículo si éste no se encuentra parado y si eltécnico conductor no los autoriza. El técnico conductor es el responsable de la seguridad de los ocupantes del vehículo asistencial, por lo que comprobará a través de los espejos retrovisores que no hay otros vehículos que pudiesen ocasionar nuevos accidentes como, por ejemplo, atropellos, caídas en marcha y colisiones, al encontrarse de repente con el equipo sanitario en la calzada.

Al estacionar el vehículo asistencial, se tendrá que dejar ligeramente ladeado hacia el lado delportón lateral unos 30 ó 35 m. De esta forma se facilita el acceso al vehículo, tanto para bajar, como para acceder si hay que recoger material; además, se amplía el campo de protección, ya que la ambulancia queda situada entre los vehículos que se aproximan y el lugar del accidente.

Si intervienen varios equipos y se siguen estas normas, no se obstruirán el paso mutuamente y facilitarán la salida de los vehículos en las evacuaciones de los heridos.

Es importante dejar en funcionamiento todas las señales luminosas disponibles, en especial lassituadas en los laterales del vehículo, y el puente luminoso trasero, también llamado ratón, paraasí aumentar la señalización del vehículo. El puente trasero se habrá de orientar de forma que su dirección indique hacia donde se debe dirigir la circulación para evitar otro accidente.

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Si las condiciones climatológicas son adversas, es aconsejable aumentar la distancia a la que se deja el vehículo asistencial en al menos otros 25 m, es decir, el vehículo quedará estacionado a 50 m del siniestro. Si las condiciones de luminosidad son escasas y no se posee otra fuente de iluminación, se utilizarán los faros de los vehículos para iluminar el lugar del accidente, teniendo en cuenta que éstos deben situarse adecuadamente sin olvidar en ningún momento las instrucciones de seguridad mencionadas.

En las situaciones en las que las condiciones de visibilidad de la vía sean escasas, como son los casos de cambios de rasante, curvas y túneles, la ambulancia se ha de colocar al inicio de los mismos, y respetará, en cualquier caso, las distancias de seguridad indicadas. Siempre que la unidad asistencial se encuentre en marcha, el puente de señalización trasero debe estar encendido.

Además de las medidas mencionadas, será necesario crear una zona operativa segura, que se creará por medio de conos, independientemente del momento del día. Con los conos y con las luces de emergencia, se pretende alertar al resto de conductores para evitar un nuevo siniestro. Si el accidente ocupa todos los carriles de una vía (de dos o varios carriles), hay que detener totalmente el tráfico de la carretera o autopista. Asimismo se deberá detener la circulación en el arcén más alejado del accidente, ya que éste puede constituir un punto de peligro para los equipos asistenciales.

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Si en el lugar de intervención todavía no están los agentes de seguridad, se deberá reclamar su presencia con carácter de urgencia. En todo momento, el personal sanitario ha de bajarse del vehículo por el lateral más cercano al accidente. Es importante resaltar que el personal sanitario debe mantenerse siempre en la zona de intervención o zona caliente, y llevarán los equipos de protección individual indicados para la situación.

Hay que recordar que el motor del vehículo deberá permanecer en marcha en todo momento, y con todos los dispositivos luminosos disponibles encendidos.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Dom Nov 08, 2009 12:23 pm



intervencionpolicial.com
Material para generar un entorno seguro en la asistencia

Cada año se producen demasiadas muertes entre aquéllos que quieren ayudar a otras personas accidentadas, y no se deben incrementar estas estadísticas innecesariamente.

Durante la asistencia en cualquier tipo de actuación, ya sea domiciliaria, en la vía pública o carretera, se han de utilizar todos los medios de protección disponibles, adaptados cada uno de ellos para la ocasión. Estos medios de protección se clasifican en medios de seguridad activa o medios de seguridad pasiva.

La seguridad activa es el conjunto de mecanismos o dispositivos cuyo cometido es disminuir el riesgo y evitar al máximo que se produzca un accidente. En este caso, se hace uso de todas las señales luminosas y sonoras de las que se dispone, para conseguir ser vistos y oídos.

Si hay poca visibilidad (niebla, lluvia, noche, etc.) se ha de extremar la señalización utilizando triángulos reflectantes de avería, focos de iluminación, linternas, etc. Es importante quitar la llave del contacto e intentar desconectar la batería de todos los vehículos afectados y, si hay algún tipo de derrame, como puede ser de aceite, gasolina, etc., se señalizará o se intentará tapar con arena hasta la llegada de los bomberos. Por supuesto, queda totalmente prohibido fumar, tanto por parte del personal sanitario, como por la de todo el mundo que esté trabajando en la zona.

La seguridad pasiva minimiza los posibles daños en caso de accidente y está regulada por la Directiva 89/686/CEE del Consejo, de 22 de julio de 1993.

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Los principales elementos de seguridad pasiva de los que puede disponer el personal sanitario de atención en emergencias son la ropa fluorescente y con reflectantes. Las medidas de rotección personal con las que deben contar son: calzado de seguridad, casco, guantes, gafas de seguridad y rodilleras.

Técnicas de señalización y balizamiento

Las técnicas de señalización y balizamiento se deben adaptar al tipo de incidente con el que se encuentre el personal asistencial.

Los principales elementos de señalización y balizamiento son los conos y triángulos de señalización, y cintas de balizamiento.

Además se tendrán en cuenta todos los elementos de señalización y balizamiento a los que se ha hecho referencia en el epígrafe «Técnicas de protección de la zona con el vehículo asistencial» y los que se explicarán a continuación respecto a las situaciones especiales, como incendios, accidentes de mercancías peligrosas y accidentes eléctricos.

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Técnicas de situación y balizamiento ante situaciones especiales: incendios, accidentes de mercancías peligrosas y accidentes eléctricos

En los incendios existe una serie de normas que hay que tener en cuenta. La zona de estacionamiento de la ambulancia no debe ser inferior a 75 m del punto del incendio, teniendo en cuenta la dirección del viento; por lo tanto, se colocará la ambulancia de espaldas al fuego para que no venga el humo, y en zonas más altas y alejadas si hay derrame de carburante.

Si hay alguna víctima cerca del fuego, se intentará alejarla todo lo posible y se utilizará el extintor de una forma adecuada para intentar extinguir el incendio. Se tendrá especial cuidado de no abrir el capó del vehículo para no agravar la situación.

En los casos de cercanía de cables del tendido eléctrico caídos también se deben seguir unas normas de actuación. En primer lugar, se ha de estacionar la ambulancia en un lugar seguro, no se penetrará en la zona de intervención o zona caliente por peligro de electrocución y se dará aviso para el corte de fluido eléctrico. Se entrará en la zona de intervención cuando la compañía eléctrica lo autorice y garantice que no hay peligro.

Una vez estacionada la ambulancia, hay que detener el tráfico en ambos sentidos y balizar una zona suficientemente amplia. Se tratará de evitar el acceso de todas las personas que no intervengan en las tareas de auxilio y socorro. Para calcular el tamaño de la zona de seguridad, se realiza una circunferencia con centro en los postes que no se hayan caído, y cuyo radio será la longitud del tramo de cable caído al suelo.

No se debe tocar ni manipular ningún cable si no se dispone de herramientas preparadas para ello, ni de los conocimientos necesarios, ya que el riesgo de sufrir nuevos accidentes es muy elevado. La manipulación de los cables eléctricos tienen que hacerla los técnicos de la compañía eléctrica. Si dentro de la zona de seguridad existiesen vehículos, se indicará a sus conductores que los saquen de la zona y que no abandonen el vehículo, puesto que las ruedas del mismo actúan como aislante y les protegen.

Ante el accidente de un vehículo de mercancías peligrosas que se encuentre en posición inestable, en primer lugar, se debe garantizar su estabilidad. Para ello, se utilizarán cuerdas y sogas, puntales y tacos de madera, y se tratará de asegurar el vehículo, se sujetará a algún elemento que impida que éste se pueda mover o rodar sobre alguno de sus costados. De esta manera, se pretende conseguir la máxima seguridad posible para la actuación del equipo sanitario, y para prevenir más lesiones sobre los ocupantes del vehículo.

En la estabilización del vehículo, será prioritario lograr que el número de apoyos con el suelo aumente, así como intentar que la base de apoyo se extienda por una zona lo más amplia posible. Aunque se haya estabilizado el vehículo, si éste se encuentra en una zona de pendiente o declive, se ha de evitar trabajar por debajo del mismo, ya que hay que tener en cuenta que se puede deslizar y arrastrar a los rescatadores en su desplazamiento.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Dom Nov 08, 2009 6:13 pm


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Técnicas de descarceración y acceso al paciente

Veamos las técnicas de descarceración y los medios empleados para liberar a las víctimas que tras un accidente quedan atrapadas, ya sea en el interior de un vehículo o en lugares de acceso difícil y angosto. Para conocer estas técnicas, será necesario saber qué material es el que se utiliza con mayor frecuencia en los rescates de víctimas, así como su correcta utilización. También será preciso conocer las normas y medidas de seguridad necesarias para estabilizar un vehículo que ha sufrido un accidente, y además las medidas para asegurar la zona de intervención de un siniestro.

El objetivo es proporcionar los conocimientos para comprender el proceso de rescate de un paciente atrapado. Para ello, hay que tener en cuenta que la asistencia sanitaria comienza en este punto, y que una manipulación incorrecta puede provocar graves lesiones al paciente, en algunos casos discapacidades o incluso puede llegar a comprometer la vida del accidentado.

Material de descarceración

La descarceración es la técnica de rescatar a una persona que ha quedado atrapada en el lugar del accidente, ya sea dentro de un vehículo, debajo de unos escombros, de maquinaria pesada, etc.

Esta acción debe estar coordinada entre los distintos equipos de emergencia para lograr acceso a la víctima atrapada, y así conseguir su posterior liberación.

Es primordial realizar las maniobras de forma que el accidentado no sufra más daño del que ya le ha ocasionado el propio siniestro; para ello, es necesaria la presencia de equipos de bomberos, que pueden mejorar el acceso al paciente. Nunca se intentará la descarceración más allá de las propias posibilidades, ya que iría en perjuicio de la víctima.

En situaciones de accidentes de tráfico, es indispensable la utilización de equipos de descarceración para acceder a los pacientes atrapados y así poder liberarlos del interior de los vehículos. Para la utilización de estas herramientas, es necesario poseer un entrenamiento en su uso, ya que una manipulación incorrecta puede suponer la aparición de accidentes y lesiones en el personal que las manipula.

El material empleado comúnmente para la descarceración es: la cizalla, los cilindros hidráulicos, las pinzas separadoras, la bomba cortapedales y los cojines neumáticos.

La cizalla es una herramienta que se utiliza para realizar cortes en la chapa y estructura del automóvil, volante, salpicadero, pedales, etc.

Los cilindros hidráulicos son unas barras telescópicas provistas de un mecanismo hidráulico que se emplean cuando se necesita una gran longitud de apertura para realizar un rescate.

Las pinzas separadoras se utilizan para la separación y apertura de puertas, asientos, volante, salpicadero, etc.

La bomba cortapedales es una herramienta similar a la cizalla, pero de un tamaño más reducido. Ésta permite cortar los pedales para poder liberar las extremidades inferiores atrapadas.

Los cojines neumáticos son envolturas herméticamente cerradas que se llenan con aire a presión y que se utilizan para levantar vehículos y para estabilizarlos.

Técnicas de descarceración con medios de fortuna

No existe una técnica de descarceración con medios de fortuna como tal, pero sí distintas maniobras para extraer a un paciente de un vehículo accidentado como son: la técnica de la anaconda y la maniobra de Reutek.

Para llevar a cabo la técnica de la anaconda, un primer sanitario mantendrá alineada la cabeza y el cuello del paciente, mientras el segundo sanitario coloca un collarín cervical. Con una sábana enrollada, se rodea completamente el cuello del paciente colocando el centro de la sábana en la parte media del collarín. Se dobla por detrás de la nuca y se vuelve a pasar por delante, creando de esta forma un colchón alrededor del cuello. Los extremos de la sábana se pasan por debajo de las axilas y, de esta forma, ya se puede ejercer fuerza hacia fuera.

Se da la vuelta al paciente usando la sábana hasta que la espalda del paciente se encuentre en el centro de la puerta del vehículo siniestrado. El primer rescatador coge los extremos de la sábana y los mueve bajo los hombros del paciente, tirando de éste con la sábana, mientras que el segundo desplaza y controla la parte inferior del torso, la pelvis y las piernas. Una vez realizada la extracción, se deposita al accidentado sobre el suelo o la camilla.

En la maniobra de Reutek se revisarán las extremidades inferiores del paciente para verificar que no estén atrapadas con los pedales del vehículo, para después cortar y retirar el cinturón de seguridad. Se introducen los antebrazos del técnico sanitario bajo las axilas del paciente. La mano más distal del rescatador cogerá el antebrazo contralateral del paciente y con la mano del lado hacia donde vamos a sacarle, se sujeta el mentón (presa mentoniana) y el rescatador apoya su cara contra la de la víctima.

Se realiza un movimiento de elevación y giro de manera que la espalda del paciente quede apoyada sobre el tronco del técnico, quedando alineada. Será entonces cuando se proceda a su arrastre fuera del vehículo.

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Al hablar de medios de fortuna, es necesario referirse al conjunto de materiales convencionales
e inespecíficos que se pueden encontrar en el entorno de una actuación. Éstos pueden ser
cuerdas, troncos, piedras, tableros, ramas, mobiliario urbano, etc. Con todos hay que emplear
la imaginación para poder poner en práctica un estricaje.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Dom Nov 08, 2009 6:52 pm


Material del rescate

El material que se utiliza para realizar una correcta estricación será el collarín cervical, el inmovilizador de cabeza, el fernoked, las férulas, y el colchón de vacío.

El collarín cervical es el dispositivo más importante para realizar una correcta inmovilización.

Existen muchos modelos en el mercado, pero para que posea una efectividad real debe cumplir una serie de requisitos como ser rígido, poseer apoyo mentoniano (lugar donde debe apoyar el mentón) y tener un orificio anterior (para permitir el acceso al cuello para realizar la valoración del pulso carotídeo o realizar la apertura de urgencia de la vía aérea mediante intubación orotraqueal o traqueotomía de emergencia).

Para la colocación correcta de un collarín cervical, es necesaria la intervención de dos técnicos en emergencias. La forma de colocarlo depende de la posición en la que se encuentre el paciente (decúbito prono, supino o sedestación).

Previa a la colocación, se debe realizar una valoración inicial de la columna cervical buscando obstrucciones en la vía aérea, alteraciones en el patrón ventilatorio y en el sistema circulatorio, como dificultades respiratorias, desviaciones de la tráquea, enfisema subcutáneo, alteraciones del pulso carotídeo, etc.

Uno de los técnicos tendrá que colocar la columna cervical en posición neutra. Dicha posición es la que se consigue cuando el paciente se encuentra con la nariz orientada al frente, sin que exista flexión, extensión ni rotación de la cabeza. Para realizar esta alineación, el técnico deberá proceder a realizar las movilizaciones necesarias con mucha suavidad, evitando movimientos bruscos y tirones.

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La talla del collarín se decide midiendo con los dedos la longitud del cuello. Para ello, se colocarán los dedos junto al cuello, utilizando como referencia la parte más alta del hombro, y llegando hasta el final del cuello. Se compara esta medida con la de los collarines y se elige el tamaño más adecuado; si la medida del cuello se encuentra entre dos tallas, se ha de elegir el collarín con el tamaño más pequeño.

Aunque el collarín cervical es el elemento más importante dentro de la inmovilización de la columna cervical y la cabeza, dicha inmovilización no es completa. Para asegurarse de que ésta es completa, se debe utilizar junto al collarín, el inmovilizador de cabeza (dama de Elche); de esta forma se evitan tanto los movimientos de flexo extensión como los de rotación de la cabeza.

El inmovilizador de cabeza está formado por tres piezas: la primera es una base rectangular que posee un velcro en las zonas externas y varias cintas incorporadas, que se utilizarán en la fijación del inmovilizador al tablero espinal o camilla de cuchara; las otras dos piezas poseen una forma trapecial con velcro en una de sus caras, que les permite fijarse a la base, y se encuentran atravesadas, por un orificio que se corresponde con las orejas de la víctima.

Asimismo existen dos barbuquejos o cintas, que al colocarse sujetan la frente y el mentón del paciente.

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El fernoked o inmovilizador de columna vertebral tipo Kendrick es un dispositivo que está especialmente indicado para la estricación de pacientes atrapados, ya que permite la extracción de la víctima del lugar donde se encuentra, realizando una inmovilización en bloque del eje cabeza, cuello y tronco.

El dispositivo consiste en un chaleco semirígido construido con bandas rígidas metálicas o de material plástico situadas paralelamente entre sí, y en posición vertical, con respecto a la columna vertebral, que se introducen en una funda de plástico. Este dispositivo permite la suficiente flexibilidad horizontal para abarcar la cabeza y el tronco del paciente, pero al mismo tiempo mantiene la rigidez vertical necesaria para alinear y mantener un apoyo seguro para la columna vertebral durante la maniobra de extracción de la víctima.

Una vez realizada la extracción de la víctima, ésta debe ser colocada sobre un tablero espinal o camilla de cuchara sin necesidad de retirar el dispositivo, aunque es aconsejable liberar las cinchas que cierran el inmovilizador.

La fijación del inmovilizador se realiza mediante tres cinturones, que se encuentran codificados por colores, y cintas de velcro que garantizan un cierre perfecto para lograr una perfecta inmovilización.

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En primer lugar, se colocará correctamente un collarín cervical y acto seguido el primer técnico realizará la inmovilización del tronco, pasando las manos por las axilas del paciente, moviendo el tronco y la cabeza hacia delante, mientras el segundo técnico realiza la tracción del cuello y
el tercero introduce el fernoked entre la espalda del paciente y el asiento del automóvil, comprobando que queda centrado.

Acto seguido se fija. Para ello, es necesario soltar las dos cinchas negras centrales, fijadas en la parte superior. Se fijan en el tórax y abdomen, empezando siempre por la de abajo, luego la del medio y, por último la superior, sin tensar demasiado. Estas cinchas son de colores; la superior, verde, la del medio, amarilla y la de abajo, roja.

Se ajusta el fernoked a la altura de la cabeza y los huecos de las axilas, tirando de las solapas laterales y se fija la cincha superior (verde) y progresivamente se ajustan todas siguiendo un orden, después la del medio (amarilla) y, por último, la de abajo (roja). Para fijar las cinchas laterales, se cruzan hacia el lado contrario por debajo de los muslos en forma de arnés.

A continuación, se rellena el hueco que queda entre el fernoked y el paciente en la parte superior, con la almohadilla para mantener el cuello en posición neutra y se colocan los barbuquejos uno a nivel de la frente y el otro a nivel de la barbilla, cruzándolos por detrás.

Una vez colocado el fernoked, se ha de comenzar con la estricación del paciente en la que uno de los técnicos coloca el tablero espinal por el lado de acceso más fácil y con mayor espacio, colocándolo apoyado sobre el asiento del vehículo y lo más cerca posible a la zona de la alga.

Mientras uno de los técnicos sujeta el tablero, otro libera las extremidades inferiores de los pedales si se encuentran atrapadas y tracciona las piernas por debajo de las rodillas con el antebrazo, realizando la tracción hacia arriba y adelante, a la vez que realiza el giro de las extremidades junto con el tronco. Por último el tercer técnico agarra de las asas laterales para dirigir el desplazamiento del paciente hasta el tablero espinal.

Las férulas sirven para la inmovilización de extremidades, tanto superiores como inferiores, evitando lesiones secundarias, como el daño a los músculos, nervios, vasos sanguíneos y disminuyen el dolor, por lo que facilitan el traslado al herido. Existen varios tipos de férulas en los que cabe destacar las neumáticas o hinchables, de vacío y de tracción.

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Las férulas neumáticas están compuestas por materiales plásticos que permiten, al inflarse, adaptarse a la forma de la extremidad e inmovilizarla. Presentan varias formas y tamaños, en función de la extremidad a la que se adapten.

Internamente están formadas por varias cámaras, que realizan una compresión no circular para evitar la isquemia que se podría producir al aplicar presión sobre la extremidad lesionada.

Además consta de cremallera que permiten su cierre y adaptación a la extremidad, y una válvula para llevar a cabo el hinchado y deshinchado de la misma. Son los dispositivos más empleados y es recomendable que sean transparentes para poder ver y valorar la presencia de hemorragias, y también los cambios en la coloración y aspecto del
miembro inmovilizado.

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Las férulas de vacío son parecidas a las anteriores, pero poseen una cámara llena de bolas de poliespán con una válvula de apertura y cierre. Su funcionamiento consiste en que al extraer el aire existente dentro de ellas, el material que poseen se compacta y se adapta a la extremidad. De esta manera, se realiza un molde de la extremidad que absorbe la mayoría de las vibraciones, con lo que se consigue la inmovilización de la extremidad y del foco de fractura.

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Las férulas de tracción se emplean con menor frecuencia ya que además de inmovilizar, alinean la fractura, hecho que precisa de la intervención de personal facultativo. Se indica su utilización en las fracturas distales de fémur y proximales de tibia.

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La función principal del colchón de vacío es la de realizar una inmovilización de todo el cuerpo durante el traslado. Es un colchón de material plástico que posee en su interior una cámara llena de bolas de poliespán con una válvula de apertura y cierre. Su funcionamiento consiste en que al extraer el aire existente dentro de esta cámara, el material que posee se compacta y se adapta al cuerpo. De este modo, se realiza un molde del cuerpo que absorbe la mayoría de las vibraciones y se consigue la inmovilización en bloque de todo el cuerpo.

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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Lun Nov 09, 2009 3:57 pm


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Técnicas básicas de rescate

Tras un accidente de tráfico, se producen deformidades de tal magnitud que las víctimas suelen quedar atrapadas entre las estructuras del vehículo. Los sistemas de emergencias deben utilizar los recursos necesarios para actuar en la mayor brevedad posible en la estricación de las víctimas para estabilizarlas.

La estricación es cualquier maniobra orientada a la extracción de una víctima de un medio desfavorable como, por ejemplo, un vehículo, ya sea con métodos de apoyo mecánico, instrumental o manual.

Todas las acciones del personal sanitario deben ir encaminadas a la estricación de la víctima sin agravar las lesiones primarias y evitando una lesión secundaria. Para el rescate de un paciente, es importante seguir una serie de pasos que de forma ordenada facilitarán la tarea del rescate. Según estas normas, en primer lugar se intentará establecer un control del escenario para después poder acceder a la víctima atrapada. Una vez alcanzada, se puede dar soporte vital avanzado al paciente. Es importante la creación de una zona de protección para después proceder al rescate.

Tras el rescate, se procederá a su estabilización e inmovilización para poder trasladarlo de la
zona en la que se ha producido el accidente.

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Antes de estricar a un paciente, se realizará una inmovilización adecuada, pasando en primer lugar por la alineación del eje cabeza, cuello y tronco. Ésta debe realizarse de una manera segura. Después de la estricación, se colocará al paciente en una zona protegida, intentando que esté aislado de cualquier peligro que pueda sufrir tanto él como los rescatadores.

En los casos de extrema urgencia [vehículos incendiados, pacientes en parada cardiorrespiratoria (PCR), etc.] no se debe perder tiempo en colocar los dispositivos de estricación y se utilizará la maniobra de Reutek, con la que se persigue el objetivo de inmovilizar y estricar de la forma más adecuada posible al paciente, usando el cuerpo del personal sanitario.

Técnicas de estabilización del vehículo accidentado

Las maniobras y técnicas de estabilización de vehículos accidentados son competencia de los bomberos, además poseen el material específico de descarceración y tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad del personal interviniente en un siniestro. Es posible que, en muchas ocasiones, el personal sanitario acceda al lugar del accidente antes que ellos, por lo que deben utilizar elementos de fortuna para asegurar el entorno y el acceso a la víctima del accidente.

El primer paso en el rescate de las víctimas es la estabilización del lugar de intervención, siempre y cuando la valoración sanitaria no aconseje un rescate de emergencia. El siguiente paso tras la estabilización es la maniobra de abordaje.

A continuación, debe llevarse a cabo la estabilización sanitaria de la víctima (inmovilización espinal, hemorragias importantes, etc.) y con posterioridad, se ha de proceder realizar la descarceración.

Una vez realizada la estabilización sanitaria de la víctima, es necesario realizar una apertura mayor de huecos para poder acceder con facilidad a la víctima, y así poder realizar de manera más cómoda la estricación de la víctima.

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Medidas de seguridad

En un primer abordaje, la forma más fácil y rápida de asegurar la zona de intervención en un accidente de tráfico es mediante la utilización de los vehículos asistenciales. Se deben colocar de manera que formen una barrera para poder evitar que los vehículos que circulan por la vía entren en la zona de intervención, ya que pueden provocar nuevos accidentes.

Dentro del lugar de intervención se distinguen tres zonas de actuación en las que se adoptarán las medidas de seguridad necesarias. Estas zonas son: caliente, templada y fría.

La zona caliente es el lugar donde se ha producido el accidente, es decir, el sitio donde se encuentran los vehículos siniestrados. También se considera zona caliente al espacio de 2 m alrededor de los vehículos. A este lugar sólo pueden acceder los equipos sanitarios y de rescate, previa autorización y comprobación de la seguridad del lugar por los bomberos. Se considera una zona de riesgo por la presencia de derrames de líquidos y sustancias potencialmente inflamables o provocadoras de más accidentes.

La zona templada es aquélla que sigue a la anterior y se conoce como zona de apoyo. Aquí se ubican las herramientas, el material y los vehículos que facilitan el trabajo al personal que interviene en la zona caliente. Aunque es menos conflictiva que la zona caliente, y los riesgos existentes son menores, el acceso a la misma debe limitarse a los medios de apoyo solicitados y, ocasionalmente, a otros servicios como grúas, limpieza de carreteras, etc.

La zona fría es la más alejada dentro del perímetro del accidente, es decir, si se toma la zona caliente como centro, es la zona más alejada a aquélla. Debe estar controlada por los agentes de seguridad y su acción ha de impedir el acceso a las otras zonas de transeúntes, prensa, y, en general, de todas aquellas personas que dificulten o molesten en las tareas de rescate y socorro.

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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Lun Nov 09, 2009 5:00 pm


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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Jue Nov 12, 2009 1:20 pm


Botas Policiales Desde 52?

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Indicación de técnicas de movilización urgente

La movilización y traslado de un paciente, enfermo o accidentado, desde el lugar en el que se le ha prestado la atención hasta el centro hospitalario, es uno de los aspectos más importantes en la atención integral de los heridos, ya que de una incorrecta manipulación se pueden derivar lesiones, tanto para el herido como para el personal que lo atiende.

Como norma general, no se debe movilizar a un accidentado (salvo que se posean los conocimientos y el material apropiado) a menos que se produzca riesgo de incendio o explosión, exista la posibilidad de intoxicación por vía inhalatoria o una situación de parada cardiaca.

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En estas situaciones se procederá a la movilización de urgencia, que es la prevención de un accidente sobre una persona que ya ha sufrido uno.

Antes de realizarla, se tienen que evaluar los riesgos existentes para evitar más accidentes,
tanto para el herido como para el personal que interviene en la asistencia, así como localizar un lugar seguro donde finalizar la movilización y traslado del herido. Como paso anterior a la movilización, se deberá asegurar la atención de otras posibles lesiones o heridas que se pueden agravar con la movilización, como son la inmovilización de fracturas, el taponamiento y contención de hemorragias y las técnicas de reanimación.

En la inmovilización de fracturas se ha de prestar especial atención al control cervical y proceder a la movilización con cuidado para evitar el riesgo de alguna lesión medular. Las técnicas de reanimación se prestarán en caso de situación de PCR o inestabilidad hemodinámica general.

Material de movilización

Los principales sistemas de movilización del paciente son: la camilla cuchara, el tablero espinal, la lona de rescate y la silla de transporte.

La camilla cuchara es un camilla rígida con dos partes que se pueden separar (hojas) y se usa para la recogida de los pacientes y su traslado hasta el vehículo de transporte.

El tablero espinal se emplea igual que la camilla cuchara, con la excepción de que en este caso no se puede separar. Siempre que se use es necesario sujetar al paciente al tablero con correas y cinturones de seguridad.

La lona de rescate está formada por material plástico. La forma de trabajar con esta herramienta consiste en depositar al paciente en su interior y se recoge usando unas asas o agarraderos situados en su borde, que permiten sujetar la lona cuando el paciente está dentro. Posibilita la movilización de pacientes, siempre que no posean lesiones traumáticas.

Se utilizará la silla de transporte en dos casos. El primero, con pacientes que no presenten traumatismos o lesiones graves con el fin de desplazarlos por sitios estrechos o bajar escaleras y, el segundo, con aquellos pacientes con necesidad de oxigenación adecuada, ya que presentan problemas respiratorios. Asimismo existe un tipo de silla de rescate denominada silla con palas deslizantes, que en lugar de ruedas posee unas palas con un sistema de oruga que le permite descender escalones.

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Técnicas de movilización urgente sin material, en situación de riesgo

En los apartados que se recogen a continuación se enumera una serie de técnicas que posibilitan la realización de movilizaciones y traslados de pacientes en situaciones de urgencia, aunque no se disponga de material específico para ello.

Arrastrar a la víctima es un método útil cuando hay que desplazar o movilizar a una persona pesada o corpulenta, o si la movilización se realiza en un sitio estrecho o angosto, de difícil acceso o altura escasa.

Se podrá llevar a cabo esta técnica siempre que se sepa que no existen fracturas. Se tomará como referencia para el arrastre la dirección del eje mayor del cuerpo, a continuación el sanitario ha de situarse sobre el paciente, pasando los brazos de éste alrededor de su cuello, y caminando agachado arrastrará a la víctima.

En terrenos planos, elevando las piernas del accidentado, se sujeta por los tobillos y tirando de éstos, se desplaza al paciente, manteniendo alineado el eje cabeza, cuello tronco. Este método es muy útil y sencillo, por lo que se puede emplear como método de elección, es decir, aquél con el que se movilizarán la mayoría de los pacientes.

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En las situaciones en las que el terreno no permita la tracción por los pies, debido a la presencia de obstáculos diversos, el técnico sanitario se situará por detrás y, evitando movilizaciones bruscas del cuello, cruzará los brazos del accidentado sobre su pecho. El técnico pasará sus brazos por debajo de las axilas de la víctima y cogerá sus brazos para arrastrarla con cuidado.

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Extracción de la víctima del interior de un vehículo

Con esta técnica se tratará de extraer a una víctima del interior de un automóvil, intentando proteger la columna cervical para evitar lesiones y traumatismos medulares. Esta técnica se conoce como maniobra de Reutek y es la única descrita para extraer a un paciente de un vehículo de manera urgente sin material de rescate, con unas mínimas condiciones de seguridad y minimizando los riesgos para los pacientes.

Transporte rápido para distancias cortasAlgunas maniobras son válidas para el traslado de pacientes en distancias cortas, siempre que no se hayan producido traumatismos importantes y no existan fracturas de huesos largos. Cuando los pacientes no presenten lesiones de gravedad, un método útil para movilizar a niños, adultos de poco peso, es tomarlos en brazos.

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Para coger al paciente en brazos, es suficiente con colocar la mano debajo de sus rodillas, sujetando las piernas, y la otra mano se pasa alrededor de la espalda para sujetar el tronco. De esta manera se coge adecuadamente al paciente en brazos.

Se puede trasportar al herido a los hombros del rescatador, siempre que pueda caminar un poco, y no presente lesiones graves. El herido colocará uno de sus brazos alrededor del cuello del técnico sanitario y este último pasará el brazo libre alrededor de la cintura del herido para lograr un soporte adicional. Si el paciente es muy corpulento, se puede realizar el transporte entre dos rescatadores, y para bajar escaleras será necesario un tercer rescatador que pueda sujetar las piernas de la víctima.

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El método del bombero es muy útil para transportar rápidamente a una persona que no puede andar o que está inconsciente. La víctima no debe ser muy pesada o corpulenta, ya que en este caso no se podría levantar y sería preferible emplear el método de arrastre para evitar lesiones en el rescatador o en la víctima. Además, esta técnica presenta como ventaja que deja al socorrista un brazo libre al quedar la víctima colgada sobre sus hombros.

Para realizar la maniobra, el socorrista ha de situarse frente a la víctima y cogerla por las axilas. Al mismo tiempo, debe levantarla hasta ponerla de rodillas. Con el extremo de los pies se sujeta los de la víctima, poniéndolos frente a los pies del rescatador. A continuación, se pasa el brazo izquierdo alrededor del muslo izquierdo de la víctima, levantando su cuerpo y cargando el peso del tronco sobre la espalda del rescatador.

Una vez que se ha conseguido cargar a la víctima, el socorrista se tiene que levantar y desplazar el cuerpo de la víctima para que su peso quede bien equilibrado sobre sus hombros. Por último, el socorrista sujeta con uno de sus brazos el brazo de la víctima.

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Si no hay lesiones importantes y se dispone de dos socorristas, se puede transportar con la técnica de asiento sobre manos. Con esta técnica los socorristas se cogen entrelazando sus brazos y toman a la víctima, sentándola sobre los brazos, mientras la víctima se sujeta sobre los hombros de los rescatadores.

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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Vie Nov 13, 2009 10:22 am


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Técnicas de movilización con material

Los principales dispositivos para la movilización de pacientes son la camilla cuchara y el tablero espinal. Ambos tienen como finalidad trasladar al paciente desde el lugar del suceso o accidente hasta el vehículo de transporte, evitando los movimientos del cuerpo y manteniendo alineado el eje cabeza, cuello y tronco.

Una vez que el paciente esté en el vehículo de transporte, es importante retirar dichos dispositivos y utilizar para el transporte una superficie más segura y confortable. Tanto la camilla cuchara como el tablero espinal pueden provocar lesiones si se realiza el traslado del paciente sobre ellos, especialmente en traslados de largas distancias.

La camilla cuchara se utiliza para el traslado del paciente en decúbito supino desde el lugar del accidente o siniestro hasta el lugar de atención sanitaria o el vehículo de traslado.

Para realizar la movilización del paciente y su posterior traslado, el material necesario será la camilla cuchara y al menos cuatro rescatadores. En primer lugar, al comenzar la movilización con la camilla cuchara, se debe medir la longitud del paciente para extender la camilla cuchara y ponerla a la misma longitud.

A continuación, se separan las dos hojas de la camilla cuchara y se coloca cada una a un lado del paciente. Hay que tener la precaución de no pasar las hojas por encima del paciente para evitar posibles lesiones y golpes accidentales sobre el mismo. El primer rescatador coge el cuello y la cabeza, realizando tracción cervical.

El segundo rescatador coge al paciente del hombro y de la pelvis, mientras el tercero lo toma de la pelvis y de las piernas. El primero coordina toda la maniobra e indica la lateralización del paciente en bloque, mientras el cuarto rescatador introduce una de las palas por el lateral libre.

Se deposita al paciente sobre el suelo y los rescatadores se desplazan hacia el otro lado para repetir la maniobra desde el lado contrario. Se vuelve a coordinar la maniobra y se lateraliza de nuevo para introducir la otra hoja de la camilla.

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Una vez introducidas las dos hojas de la camilla, se cierran los anclajes superior e inferior para asegurar la camilla. Si el traslado se realiza a la camilla del vehículo en un corto trayecto, no será necesario sujetar al paciente con cinchas o cinturones. Sin embargo, si el traslado es más largo o hay que evitar alguna zona geográfica abrupta (talud, desnivel, badén, etc.), se deberá sujetar al paciente usando los cinturones o cinchas.

Antes de proceder al traslado del paciente, se ha de vigilar el correcto cierre de los anclajes de la camilla para evitar el riesgo de apertura accidental de la camilla, ya que podría producirse la caída del paciente y aumentar así sus lesiones. También hay que vigilar que al cerrar las hojas de la camilla no se pellizque la piel del paciente. Asimismo es muy importante la coordinación en la lateralización y en el volteo del paciente para evitar que aumente el riesgo de lesiones espinales.

Se utiliza el tablero espinal para realizar el traslado del paciente en decúbito desde el lugar del accidente al vehículo de traslado. En algunas situaciones, se puede trasladar al paciente sobre el tablero, sujetándolo al mismo.

Para depositar al paciente sobre el tablero espinal, se emplea otro dispositivo como, por ejemplo, la camilla cuchara o el inmovilizador de columna si el paciente se encuentra en un vehículo. Como en el caso de la camilla cuchara, será necesaria la actuación de cuatro rescatadores. Si el paciente se encuentra en el suelo, se realizan las maniobras del mismo modo que con la camilla cuchara.

El primer rescatador realiza la tracción cervical y controla el cuello y la cabeza, a la vez que coordina todas las maniobras. Los otros dos movilizan desde los hombros y la pelvis y ateralizan al paciente. El cuarto rescatador introduce la tabla y tumba al paciente suavemente sobre ella. Para el traslado hay que tener las mismas consideraciones que para la camilla cuchara, es decir, vigilar el correcto cierre de los anclajes sin pellizcar al paciente, evitar zonas escabrosas, etc.

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Una variante para dejar al paciente en la tabla es la técnica del puente holandés. En ésta los tres primeros rescatadores se colocan encima del paciente, con las piernas abiertas sobre él y lo cogen por las axilas, pelvis y rodillas. El cuarto rescatador toma al paciente por la cabeza y el cuello y coordina la maniobra. Se eleva al paciente unos centímetros sobre el suelo, y un quinto rescatador introduce el tablero espinal desplazándolo por debajo del paciente. Se deposita suavemente al accidentado sobre la tabla espinal y se tienen las mismas consideraciones y cuidados que con la camilla cuchara.

Traslado del paciente en sedestación

El traslado del paciente en sedestación está indicado en dos casos. El primero, para aquellos pacientes que no presenten traumatismos o lesiones graves con el fin de desplazarlos por sitios estrechos o bajar escaleras, y el segundo, para aquéllos con necesidad de oxigenación adecuada, ya que presentan problemas respiratorios.

El material que se precisa es una silla con ruedas o palas deslizantes, una sábana y una manta, y como medios personales, dos técnicos en emergencias. Es importante informar al paciente y a la familia sobre el procedimiento que se va a realizar, puesto que en muchas ocasiones, sobre todo si hay que bajar una escalera, el paciente se puede sentir agobiado y ponerse nervioso, lo que puede suponer un peligro.

Es conveniente liberar el trayecto de obstáculos, sobre todo si el traslado hay que realizarlo en un domicilio, ya que se pueden encontrar múltiples objetos que dificulten la movilidad del paciente. A continuación, se despliega la silla y se coloca una sábana para tapar a la víctima.

Seguidamente, los técnicos en emergencias trasladan el paciente a la silla con la precaución de no arrancar posibles objetos que pudiese tener el accidentado como, por ejemplo, catéteres, electrodos, cables, etc. Se asegura el paciente a la silla, con cinchas o cinturones y se tapa con la sábana y una manta.

Se comienza el descenso con la silla, situándola sobre la escalera y empujando suavemente hasta que las palas se deslicen sobre los escalones. Al llegar al final de la escalera, se coloca la silla en posición vertical y se gira para tomar el nuevo tramo de escaleras.

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Es importante indicar al paciente que no debe agarrarse ni sujetarse a ningún objeto o
barandilla mientras es transportado, ya que supondría un peligro para él y los rescatadores.

Traslado en decúbito

El traslado en decúbito del paciente está especialmente indicado para aquéllos que presentan traumatismos, que están inestables y que no toleran la sedestación, o incluso para lugares donde la silla no puede rodar.

Para este tipo de traslado se utiliza la lona de traslado, el colchón de vacío, la camilla cuchara o el tablero espinal. Además se necesita una sábana y una manta, y al menos cuatro rescatadores. Para empezar se informa al paciente y a la familia de las maniobras que se van a realizar. Hay que tranquilizar al paciente indicándole que las maniobras no serán peligrosas. También hay que retirar aquellos objetos que puedan dificultar el traslado.

Se despliega la lona en el suelo y se coloca una sábana sobre ella. Se coloca al paciente sobre ella, si no posee lesiones traumatológicas, y si las posee, se le moviliza como en el caso de la camilla cuchara. Una vez sobre la lona, se debe asegurar todos los objetos que pudiera llevar el paciente (catéteres, sistemas, férulas,…) y a él mismo para evitar accidentes durante la movilización. Se tapa con otra sábana o con una manta con el fin de abrigarlo y preservar su intimidad.

Para coger la lona, serán necesarios cuatro rescatadores. Dos de ellos la toman de los lados, mientras que un tercero asegura la cabeza y coordina todas las maniobras, y el cuarto coge los pies. Es importante indicar al paciente, si está consciente, que no debe agarrarse a ningún objeto, ya que pondría en peligro la realización de las maniobras y se podrían producir lesiones en los rescatadores y en la propia víctima. Si es necesario, se puede detener el traslado para
reevaluar al paciente.

Transferencia de un paciente de una camilla a otra

Para realizar la transferencia de un paciente de una camilla a otra, se necesita la colaboración de cuatro miembros del personal hospitalario. Si es posible, se colocarán las dos camillas a la misma altura de forma que permita a los sanitarios trabajar de pie.

Si el paciente está colocado sobre una sábana se usa como soporte. Se sitúa un rescatador a la cabeza y otro a los pies, mientras que los otros dos se colocan cada uno a un lado del paciente y tensan la sábana. Para ello se saca el borde y se enrolla para aumentar la tensión y la fuerza que se ejerce con la sábana.

El rescatador que se sitúa a la cabeza del paciente coordina la maniobra e indica cuándo se debe iniciar. Una vez tensada la sábana, se eleva al paciente y se le desplaza sobre la otra camilla. Una vez colocado en la nueva camilla se saca la sábana, para lo que se puede lateralizar al paciente (como en el caso de la camilla cuchara) y se retira por debajo de su cuerpo.

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En el caso de que el paciente no se encuentre sobre una sábana, hay que movilizarlo en bloque, para lo que es preciso que haya un rescatador más para ayudar a pasar el tronco. Un sanitario sujeta el paciente por la cabeza y coordina la maniobra y otro, los pies. Los otros tres aseguran al paciente por el tronco y la pelvis, llevándole en bandeja de una camilla a la otra.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Mar Nov 17, 2009 7:33 pm


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Fundamentos de actuación ante fracturas y traumatismos

Las lesiones producidas por golpes o fuerzas de origen mecánico (aplastamientos, tracciones, caídas al vacío, empujes y deceleraciones, etc.) se denominan traumatismos, es decir, el tipo de lesiones que se pueden producir en cualquier tipo de accidente es un traumatismo.

Éstos originan distintos tipos de lesiones como, por ejemplo, fracturas, esguinces, heridas, aplastamientos. A continuación, se explican detalladamente las lesiones más importantes, que son las fracturas, las lesiones por politraumatismos, los traumatismos craneoencefálicos y los traumatismos de columna vertebral.

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Las fracturas

Una fractura se define como la pérdida de continuidad en el tejido óseo. Puede abarcar desde una pequeña fisura hasta la rotura total del hueso con desplazamiento de los dos extremos de la fractura.

Aunque se pueden producir como presentación o complicaciones de otras enfermedades como, por ejemplo, en la osteoporosis, el principal mecanismo de producción de las fracturas son los traumatismos, es decir, la aplicación de una fuerza externa y de origen violento sobre el esqueleto.

Se clasifican en función de si hay comunicación del foco de fractura con el exterior, es decir, si aparece herida (fractura abierta) o si no aparece (fractura cerrada).

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Para diagnosticar una fractura, habrá que buscar los siguientes signos y síntomas:

Dolor: aumenta con el movimiento o al intentar iniciarlo.
Deformidad o acortamiento: la zona afectada no conserva la anatomía normal, ya que
aparecen zonas con acortamientos, angulaciones, deformidades, etc.
Hematoma y edema: la zona afectada está hinchada (edema) y a causa de la rotura de
pequeños vasos aparece una zona con un hematoma (amoratada).
Impotencia funcional: en la mayoría de las fracturas aparece la imposibilidad de realizar
movimientos con la zona afectada.

La principal complicación que puede aparecer en el diagnóstico y tratamiento de una fractura
es la aparición de compromiso vascular, es decir, por el edema o por la desviación de los fragmentos de la fractura, hay falta de circulación o sensibilidad, lo que puede comprometer la funcionalidad del miembro afectado.

Para conocer si una fractura presenta compromiso vascular, hay que buscar signos o síntomas que lo evidencien. Uno de los indicadores es la ausencia de pulsos periféricos. Para verificarlo, se localizan los pulsos en la parte más alejada de la extremidad y se comprueba si están presentes. Su ausencia es un signo de gravedad.

Otro indicador es el relleno capilar alterado. Al apretar el lecho de la uña de cualquiera de los dedos de la extremidad, ésta debe recuperar su color rosado en menos de dos segundos. La aparición de un retardo en este tiempo significa que existe un déficit vascular en la zona.

Si además hay disminución de la temperatura de la zona, en comparación con la otra extremidad, es signo de la presencia de compromiso vascular. La alteración de la sensibilidad puede indicar afectación nerviosa.

Ante una fractura o sospecha de su existencia, se debe realizar una evaluación primaria del paciente, prestando especial atención a las lesiones que puedan comprometer su vida. Se atenderá al nivel de consciencia, a la apertura de la vía aérea, la presencia de respiración y circulación espontáneas, y se intentará no movilizar al herido, salvo que sea absolutamente necesario, para no empeorar la fractura.

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Se le han de retirar al paciente anillos, pulseras, relojes, etc., y todos aquellos objetos que puedan dificultar la circulación sanguínea cuando aparezca la inflamación en la zona afectada. Es importante inmovilizar el foco de la fractura, para lo cual se tiene que incluir en la inmovilización las articulaciones adyacentes a dicho foco.

Nunca se deberá reducir la fractura, es decir, tratar de unir sus dos extremos. La inmovilización se ha de realizar siempre con el material adecuado, tratando de evitar movimientos bruscos de la zona afectada. Si hay una herida en la zona de la fractura, se intentará cubrir con apósitos estériles, y si existiera hemorragia, se deberá contener. Si es necesario realizar algún traslado del paciente, se elevará siempre el miembro afectado para disminuir el edema.

Es importante constatar con frecuencia la presencia de pulsos periféricos, así como la coloración y temperatura de la extremidad afectada. Una coloración blanquecina (pálida) o azulada indica compromiso vascular, que puede estar provocado por las férulas y vendajes si comprimen en exceso la extremidad. En este caso, habrá que aflojarlos e incluso llegar a retirarlos.

Los politraumatismos

El paciente politraumatizado es aquél que sufre lesiones en varios órganos, aparatos o sistemas, producidas por un traumatismo importante. Debido a ello, la vida del paciente corre peligro si no es tratado de forma precoz y si no es estabilizado correctamente.

Por lo tanto, un politraumatizado no es un paciente que presenta muchos traumatismos o fracturas, sino que la importancia de las mismas hacen que la respuesta del organismo ante esta agresión suponga un peligro para su vida.

Por ejemplo, un paciente con una fractura de fémur y una hemorragia se considera un paciente politraumatizado, ya que las lesiones se producen sobre el sistema músculo-esquelético y el aparato vascular. Sin embargo, un paciente con fracturas en muñeca, brazo y tobillos, sin más compromiso sobre el resto de sistemas, se considera un paciente policontusionado o polifracturado.

La principal causa de politraumatismos suelen ser los accidentes, independientemente de su tipo. Entre éstos, los de tráfico y los laborales son los que mayor número de pacientes politraumatizados generan.

En caso de tener que asistir a un paciente politraumatizado, se debe realizar una evaluación inicial para determinar el grado y tipo de las lesiones que presenta. La primera valoración tendrá que ir encaminada a la determinación del nivel de conciencia, apertura de la vía aérea y existencia de signos vitales (respiración y circulación espontáneas).

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Ante este tipo de paciente se avisará a una unidad de emergencias medicalizada, a la que se le indicará el tipo de lesiones y su alcance. Mientras ésta no llegue, se intentará controlar la hemorragia aguda y prevenir la aparición de shock hipovolémico.

Es importante tratar el eje cabeza, cuello, tronco y pelvis con mucho cuidado para prevenir y evitar las lesiones medulares; se debe manipular como si se tratara de un único bloque. Las zonas lesionadas o en las que se tenga sospecha de fracturas se deben inmovilizar de forma inmediata. Se prepara el traslado y se realiza una reevaluación constante del herido.

Uno de los principales problemas que surgen en el tratamiento de un paciente politraumatizado es conocer cuándo moverlo. Como norma no se debe manipular, salvo que se posean los conocimientos y el material adecuado, pero existen algunas situaciones en las que hay que aplicar excepciones.

Los traumatismos craneoencefálicos

El traumatismo craneoencefálico (TCE) es una de las principales causas de mortalidad en accidentes de tráfico. Las lesiones que aparecen en esta región del cuerpo humano son muy importantes por su repercusión sobre órganos vitales y por las secuelas que pueden conllevar.

La principal lesión en el TCE no es la fractura que se puede producir sobre los huesos del cráneo y de la cabeza, si no la repercusión y la lesión que se produce sobre el Sistema Nervioso Central (SNC). Dichas lesiones se pueden determinar por la aparición de alguno de los siguientes signos y síntomas:

Alteración del nivel de conciencia: la manera más rápida y fácil de determinar si el nivel de conciencia está alterado es aplicar la regla AVDN. La letra A significa que el paciente está alerta, la V hace referencia a que obedece a estímulos verbales, la D si responde a estímulos dolorosos y la N si no hay respuesta de ningún tipo, lo que equivaldría a nivel de inconsciencia.

Alteración del tamaño pupilar: cuando aparece una lesión cerebral uno de los primeros signos es la alteración en el tamaño pupilar. Si las pupilas tienen un tamaño mayor de lo normal (están muy dilatadas), se denomina midriasis, pero si por el contrario aparecen muy contraídas, casi como pequeños puntos, se denomina miosis. En el caso de que haya una alteración del tamaño al comparar ambas pupilas, es decir, una pequeña y otra grande, se trata de anisocoria.

Reflejo foto motor: al iluminar las pupilas bajo un haz de luz, éstas no reaccionan como deberían. Cuando las pupilas detectan una gran iluminación, se contraen para reducir el efecto de la luz sobre los ojos. En los pacientes que han sufrido un TCE, si hay daño cerebral, este reflejo se ve alterado de forma que las pupilas no reaccionan ante el exceso de iluminación.

Pérdida de memoria: esta pérdida puede ser anterior a los hechos ocurridos previos al accidente (amnesia retrógrada) o a los hechos posteriores al accidente (amnesia postraumática).

Presencia de vómitos; convulsiones, somnolencia y tendencia al sueño o alteraciones del comportamiento.

En función de los síntomas, la actuación se realizará de distinta manera. Si el paciente se encuentra estable, basta con inmovilizar la cabeza y el cuello, elevar al paciente (posición semisentado) y vigilar sus constantes vitales.

En el caso de que el accidentado tenga alguno de los síntomas anteriores, habrá que colocarlo en PLS movilizándolo en bloque, controlando exhaustivamente el bloque cabeza, cuello y tronco. En la camilla, se coloca con la cabeza un poco elevada con respecto al tronco, pero sin mover el cuello (posición antitrendelenburg). Hay que controlar las constantes vitales y hacer evaluaciones periódicas.

Es necesario tener en cuenta que un traumatismo sobre el cráneo capaz de fracturarlo o de dañar el sistema nervioso tiene una alta posibilidad de haber provocado una lesión de columna cervical.

Los traumatismos sobre la columna vertebral

Algunas partes de la columna vertebral son más susceptibles de sufrir lesiones. La región torácica y la sacra, se encuentran más protegidas, sin embargo, la columna cervical y la zona lumbar, son las zonas que más frecuentemente reciben lesiones. La región cervical se lesiona por el mecanismo del latigazo, mientras que la lumbar suele ser por aplastamiento o traumatismo directo.

El latigazo se produce sobre el cuello a causa del efecto de una deceleración brusca. El cuello flexiona sobre el reposacabezas del vehículo por la inercia del movimiento, produciéndose la hiperextensión y el traumatismo sobre la columna cervical, generalmente sobre la musculatura, pero en ocasiones provoca fracturas de las vértebras cervicales.

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Las lesiones en esta zona son muy importantes porque por su interior discurre la médula espinal. Un traumatismo sobre estas estructuras puede provocar lesiones por sección o compresión sobre la médula, con las secuelas que conllevan, por ejemplo, invalidez (en función de dónde se produzca la lesión medular se denomina paraplejia o tetraplejia).

En muchas ocasiones por una mala movilización o manipulación, una exagerada inclinación o un movimiento oscilatorio brusco, se puede provocar que en la vértebra lastimada se desplacen fragmentos óseos. Asimismo se puede producir un desplazamiento vertebral que comprima o incluso llegue a seccionar el canal medular, provocando lesiones irreversibles.

Por este motivo, es tan importante la manipulación cautelosa y la correcta inmovilización de la columna vertebral. Por la relevancia de las secuelas que dejan estas lesiones, se debe sospechar que exista una lesión en la columna vertebral o lesión medular, en casos como en una caída desde una altura superior a los 2 m, en accidentes al zambullirse en el agua, en TCE o en casos de accidentes de automóvil o motocicleta, sobre todo si ha producido un vuelco o hay víctimas atrapadas.

Entre los síntomas más habituales de estas lesiones se encuentran el dolor (localizado en la zona de la lesión y que puede irradiarse en la dirección de las terminaciones nerviosas afectadas) la rigidez y deformidad, la posibilidad de cambios en el estado de consciencia o la sensación de hormigueo o pérdida de sensibilidad en las manos y los dedos.

Otros síntomas que también determinan la presencia de una lesión en la columna vertebral son la pérdida total o parcial de movimiento en cualquier parte del cuerpo, la hemorragia o salida de líquido cefalorraquídeo por la boca o nariz, convulsiones, náuseas y vómitos, y la presencia de hematomas alrededor de los ojos y orejas.

Ante la sospecha de lesiones en la columna vertebral o en el canal medular, se debe solicitar la presencia de una ambulancia medicalizada. Si el paciente está consciente, hay que indicarle que no se mueva y vigilar la permeabilidad de la vía aérea, además de asegurarla.

Es necesario realizar tracción continua del cuello en posición neutra, es decir, con la mirada hacia el frente. Esta tracción no se tiene que retirar aunque se coloque un collarín cervical, siempre que se realicen manipulaciones o se lateralice al paciente. El traslado al centro hospitalario ha de realizarse con cuidado, con una conducción sin maniobras bruscas ni sobresaltos, es decir, sin aceleraciones ni frenazos, balanceos en curvas, etc.


Indicación de técnicas de inmovilización

Las inmovilizaciones se hacen con el objetivo de impedir todo movimiento de una zona lesionada, especialmente por las fracturas. Ante sospecha de fractura y en cualquier lesión de origen traumático con golpe directo violento, se deberá proceder a inmovilizar la zona afectada.

Con la inmovilización conseguimos reducir el dolor, la posibilidad de shock y la aparición de lesiones musculares, nerviosas y vasculares por los fragmentos de la fractura. Además se aumenta la comodidad del herido, ya que mantiene en reposo la zona afectada.

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Se pueden utilizar medidas improvisadas, como tablillas, almohadas, revistas, férulas improvisadas, pañuelos, etc. Como material de inmovilización se van a usar férulas neumáticas, de vacío, y rígidas, etc.

Para realizar la inmovilización, en primer lugar, hay que sujetar la zona afectada con las manos, mientras se aplica el método elegido. Si existen heridas, se han de cubrir con apósitos limpios. Después se procede a almohadillar la zona que hay que inmovilizar, sobre todo las prominencias óseas, para evitar heridas provocadas por la presión de estas zonas entre sí.

Una correcta inmovilización debe incluir las articulaciones adyacentes superior e inferior.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Mié Nov 18, 2009 6:39 pm


Psicotécnicos Joyfepol FERES

joyfepolferes.es
Material de inmovilización E

xisten varios sistemas y dispositivos para llevar a cabo las inmovilizaciones de los pacientes. El objetivo de todos ellos, consiste en evitar que las zonas dañadas o con posibles lesiones se movilicen, lo que significaría un empeoramiento de las lesiones existentes, que puede llegar a provocar parálisis e invalideces muy importantes.

El material empleado para realizar las inmovilizaciones es el collarín cervical, el inmovilizador de cabeza, el inmovilizador de columna vertebral, las férulas de extremidades, la camilla cuchara, el tablero espinal y el colchón de vacío.

Collarín cervical: existen varios tipos, aunque los más indicados y los que consiguen una
mejor inmovilización son el tipo Filadelfia. Independientemente del tipo elegido, ningún
collarín cervical garantiza la inmovilización total.

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Inmovilizador de cabeza: para la correcta inmovilización de la cabeza y el cuello además del collarín cervical, hay que usar el inmovilizador de cabeza.

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Inmovilizador de columna vertebral tipo Kendrick: se utiliza para la descarceración de pacientes atrapados y también para la inmovilización de huesos largos.

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Férulas de extremidades: se emplean para la inmovilización de las distintas extremidades. Existen, como ya se ha mencionado anteriormente, varios tipos, es decir, hay férulas neumáticas, férulas de vacío o maleables. Asimismo existen las férulas metálicas
maleables se caracterizan porque se pueden adaptar a la extremidad tanto en longitud
como en angulación.

Imagen

Camilla cuchara: está compuesta por dos hojas y se usa para recoger a los pacientes y
trasladarlos hasta el vehículo de transporte.

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Tablero espinal: su empleo es similar al de la camilla cuchara, pero sus partes no se pueden separar. Siempre que se utilice, se debe sujetar el paciente al tablero usando correas y cinturones de seguridad.

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Colchón de vacío: su fundamento consiste en que al extraer el aire existente dentro de la cámara, el material que posee se compacta, adaptándose al cuerpo, realizando un molde del mismo que absorbe la mayoría de las vibraciones y, de esta forma, realiza la inmovilización en bloque de todo el cuerpo.

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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Jue Nov 19, 2009 6:59 pm


Edición 175 Aniversario Gc

gafaspolicia.com
Inmovilización cervical

Este tipo de inmovilización se realiza en pacientes que se sospecha puedan tener una lesión en la columna vertebral o medular. Para llevarla a cabo, se emplea el collarín cervical y serán necesarios al menos dos rescatadores.

Antes de iniciar las maniobras hay que valorar las lesiones de la vía aérea y de las estructuras cervicales. Un rescatador debe comenzar con la estabilización manual del cuello desde la zona posterior del paciente hasta la posición neutra, mientras otro coloca un collarín cervical rígido.

El primer rescatador, que será el que coordine las maniobras, alineará la cabeza y cuello en posición neutra con extrema suavidad y ha de estar pendiente de notar crujidos, resistencia, dolor o alteraciones neurológicas. Si esto sucede, se inmovilizará en la posición en la que se ha encontrado y, para ello, se utilizará un colchón de vacío.

Una vez alineada la cabeza y cuello sobre el eje longitudinal y manteniéndola en esa posición, el primer rescatador indica al segundo la talla y el modelo del collarín cervical. Este segundo rescatador coloca el collarín cervical y se asegurará de su correcta fijación. Antes de dejar la cabeza del paciente, hay que cerciorarse de que no queda hueco en la nuca.

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Es necesario tener precaución con la movilización del cuello, ya que si se realiza incorrectamente pueden causarse lesiones cervicales. Si se emplea un collarín de menor talla, se posibilita la flexión cervical, es decir, el movimiento del cuello y de la cabeza hacia adelante.

En el caso contrario, es decir, si el collarín es de mayor talla, se produce una extensión cervical, esto es, el movimiento de la cabeza y el cuello hacia atrás.

Inmovilización de la columna vertebral para la extracción de pacientes atrapados

Para la inmovilización de la columna vertebral cuando el paciente se encuentra atrapado, se usa el inmovilizador de columna tipo Kendrick. Se utiliza en pacientes traumatizados en posición de sedestación, que se sospeche que tengan una lesión de columna vertebral.

Si se quiere llevar a cabo esta inmovilización, serán necesarios al menos dos rescatadores. Se comenzará valorando el nivel de conciencia y permeabilidad de la vía aérea y realizando una evaluación circulatoria. Se informa al paciente de todo el procedimiento, en caso de que se encuentre consciente.

Se debe colocar, en primer lugar, el collarín cervical. Hay que introducir el inmovilizador por la espalda del paciente y el respaldo del vehículo hasta notar el tope del asiento. Se tiene que introducir con las alas abiertas. Se rodea el cuerpo del paciente con la férula y se fijan las cintas de la cabeza (barbuquejos) para introducir después el suplemento almohadillado en la región occipital.

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El paso siguiente consiste en desplegar las cintas tóraco abdominales y cerrarlas. No se deben tensar excesivamente en ese momento y hay que colocarlas de abajo hacia arriba. Cada una de ellas tiene que coincidir con su color. A continuación se pasan las cintas de la pelvis por debajo de las ingles, con precaución de no comprimir los genitales (en el caso masculino) y se cierran. Una vez cerradas todas las cintas, se ajustan y se tensan.

A continuación, se procede a realizar la extracción del paciente inmovilizado del vehículo. La extracción dependerá de la situación del paciente y del vehículo, si se encuentra boca abajo, de lado, boca arriba, etc. Es preciso estar siempre pendiente de controlar la permeabilidad de la vía aérea, y de realizar todos los movimientos en absoluta coordinación entre los rescatadores.

Justo antes de extraer al paciente del vehículo tiene que estar preparada la camilla cuchara o el tablero espinal junto al vehículo, lo más próxima posible para depositarlo en cuanto salga. Se debe confirmar en este punto, que no existe nada que atrape al paciente o al inmovilizador, para que los rescatadores tomen al paciente por las asas laterales y la posterior, traccionando hacia arriba y rotándolo hacia la camilla cuchara.

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Un tercer rescatador mantiene y extrae los miembros inferiores. En caso de fracturas, estos miembros se deben inmovilizar antes de proceder a la extracción.

Después de extraer al paciente se le sitúa sobre la camilla y se liberan las fijaciones que lo estaban sujetando, retirando la férula para el traslado. Se fija el accidentado a la camilla y nunca se retira el collarín cervical.

Inmovilización de extremidades

Las técnicas de inmovilización de extremidades están indicadas para la inmovilización provisional de lesiones osteoarticulares de los miembros superiores e inferiores: fracturas, esguinces y luxaciones.

Se necesita una férula adecuada al miembro que se quiere inmovilizar y al menos dos rescatadores para realizar la inmovilización. La férula deberá cubrir la articulación anterior y posterior a la lesión.

Antes de colocar la férula es necesario valorar la sensibilidad, pulsos y temperatura del miembro afectado. A continuación, hay que alinear el miembro en la posición más anatómica posible. Se debe retirar la ropa, anillos y demás objetos que pudiesen comprimir el miembro.

Para colocar la férula, uno de los rescatadores la introduce mientras el otro tracciona el miembro afectado y lo mantiene. Después se cierra la cremallera de la férula y se abre la válvula de inflado.

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El inflado de la férula se hará a pulmón, ya que de esta manera se puede controlar mejor la presión de inflado y evitar una compresión excesiva. Una vez que se haya inflado lo suficiente, se cierra la válvula. Para finalizar la inmovilización del miembro, si se trata de una extremidad superior, se coloca un cabestrillo, y si es una extremidad inferior, se mantiene elevada.

Inmovilización en traslado

La inmovilización en traslado se realiza mediante el colchón de vacío, colchón bicameral relleno de bolas de poliespán con una válvula de apertura y cierre. Este elemento permite realizar un molde del paciente y absorbe las vibraciones durante el traslado, aísla al paciente e inmoviliza las lesiones en la posición que se realice el vacío.

Este método está especialmente indicado para pacientes politraumatizados, en situaciones de disección aórtica y aneurisma aórtico, fijaciones externas y para todos aquéllos que precisen el traslado en una posición determinada. Se va a necesitar para ponerlo en práctica, un colchón de vacío, una sábana y una bomba para hacer el vacío.

Es importante revisar periódicamente la integridad del colchón para evitar que en el momento que se quiera usar no funcione por tener alguna fuga. Previo a la extracción del aire se debe moldear y colocar una sábana tratando de evitar la formación de arrugas.

Para colocar al paciente en el colchón, se le sitúa encima y se extrae el aire del colchón para que adquiera la forma del paciente. Una vez endurecido, se cierra la válvula y se asegura al paciente fijándole las cintas.

Técnicas de inmovilización con medios de fortuna

A continuación, se enumeran técnicas y procedimientos empleados para inmovilizar extremidades sin utilizar material de inmovilización y rescate, usando cualquier otro material que se pueda encontrar como, por ejemplo, sábanas, almohadas, cojines, palos y tableros, etc.

Cuando se haga referencia a férulas, no se estará hablando de los dispositivos neumáticos que se utilizan para inmovilizar extremidades, sino de los dispositivos que se van a utilizar para inmovilizar la extremidad empleando los materiales y objetos con los que se pueda contar.

Inmovilización de las extremidades superiores

El cabestrillo y las férulas se emplean para la inmovilización de las extremidades superiores. Para la colocación de la férula, habrá que tener en cuenta la región anatómica en la que se ha producido la lesión (muñeca, mano, húmero, cúbito y radio, etc.), además de tener presente que, para que sea efectiva, la férula deberá abarcar las dos articulaciones entre las que se encuentre la fractura.

Para colocar el cabestrillo, se sitúa una almohada o cojín bajo la axila. A continuación, con un pañuelo triangular ancho o una sábana en pico, se pone el cabestrillo. Para ello, se coloca sobre el tórax del paciente el pañuelo con el vértice hacia el codo y los otros extremos alineados con el tórax.

Después se alinea la mano con el codo y se eleva el pico inferior pasándolo sobre el cuello donde se anuda, dejando visibles los dedos de la mano. Con otro pañuelo se hace un cabestrillo hacia el otro lado, con el fin de fijar el brazo al tórax para que no se mueva, y se anuda en el lado sano del tórax.

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En el caso de fractura de húmero, para inmovilizar el brazo mediante férula, se pueden utilizar tablones o planchas de cualquier material plano y rígido, pero se debe almohadillar para evitar que se produzcan más lesiones.

Se ha de colocar una férula a cada lado del brazo, desde el hueco axilar aquélla que se coloque en la cara interna, y desde el hombro aquélla que se ponga en la cara externa. Se procede a almohadillar la zona de contacto con el brazo, y se sujetan estas férulas con dos pañuelos. A continuación, se coloca un cabestrillo para terminar de fijar e inmovilizar el brazo completamente.

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En el caso de que se pretenda utilizar la férula para inmovilizar el brazo a causa de la fractura de una mano, muñeca o antebrazo, se colocan dos planchas o tiras de material en el antebrazo, sujetando desde el codo hasta la mano. Se siguen las mismas consideraciones que en los casos anteriores, es decir, se ha de tener cuidado en almohadillar las dos caras del brazo para que al colocar las tablas no produzcan ningún daño.

Se sujetan las tiras de forma progresiva, sin apretar en exceso, con dos pañuelos o vendas, teniendo en consideración que los nudos de dichas vendas deben quedar sobre la tablilla. Por último, se colocará un cabestrillo para mantener el brazo elevado e inmovilizado.

Inmovilización de las extremidades inferiores

Para inmovilizar las extremidades inferiores, el método más rápido es utilizar el otro miembro como férula. Para ello, se coloca una manta o una almohada entre las dos extremidades con el fin de evitar que por presión se produzcan lesiones, y si se dispone de ella, se utilizará una férula rígida en la cara externa del miembro sano, que también se debe acolchar para evitar más lesiones.

Un rescatador tendrá que aplicar una ligera tracción sobre el miembro afectado para alinearlo, mientras el segundo rescatador coloca el acolchado entre ambas piernas, teniendo especial cuidado entre las prominencias óseas (rodillas y tobillos).

Con vendas o pañuelos se sujeta una pierna a la otra. Para pasar las vendas o pañuelos se usan los huecos naturales, es decir, se pasan estos vendajes por debajo de las rodillas y tobillos, entre las caderas (a la altura de la mitad del muslo) y entre los gemelos. Se finaliza la inmovilización comprobando que los nudos quedan asegurados sobre la cara externa el miembro que no esté afectado.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Mar Dic 08, 2009 5:13 pm



foropolicia.es
Normas generales de elevación de cargas

  1. Separar los pies, uno al lado del objeto y otro detrás;
  2. A partir de la posición de agachados (posición de sentados), mantener la espalda derecha (que no siempre es vertical);
  3. Una espalda derecha hace que la espina dorsal, los músculos y los órganos abdominales estén en alineamiento correcto;
  4. Se minimiza la comprensión intestinal que causa hernias;
  5. Cuello y cabeza deben seguir la alineación de la espalda;
  6. Dedos y manos han de extenderse por el objeto para ser levantados con la palma. Los dedos solos, tienen poca potencia;
  7. Acercarse al objeto, brazos y codos al lado del cuerpo. Si los brazos están extendidos, pierden mucha de su fuerza. El peso del cuerpo está concentrado sobre los pies. Comenzar el levantamiento con un empuje del pie trasero;
  8. Para evitar la torsión del cuerpo, pues es la causa más común de lesión de la espalda, se ha de cambiar el pie delantero en la dirección del movimiento;
  9. Si el objeto es demasiado pesado para una persona, deben coordinarse entre ellos contando, uno, dos, tres, arriba.

La mayoría de las personas que acuden a los centros hospitalarios o las que se encuentran internadas en los mismos o en centros residenciales, tienen disminuidas sus capacidades a causa de su enfermedad o avanzada edad, por lo en muchos casos no pueden movilizarse por sí mismos, necesitando de la ayuda del personal sanitario para realizar dichos movimientos.

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Éstos deben ser realizados siguiendo unas normas mínimas establecidas para disminuir los riesgos y favorecer la comodidad. La movilización de los enfermos comprende las técnicas para colocarles y moverles correctamente en la cama, así como el movimiento que deben realizar en la habitación o el transporte a otros lugares del hospital o la residencia a través de sillas de ruedas, camillas o en la propia cama.

Los cambios posturales son las modificaciones realizadas en la postura corporal del paciente encamado. Para realizar estos cambios se deben seguir unas normas generales tales como:

  • Preparar el área donde se va a trabajar, quitando aquellos elementos que puedan entorpecernos.
  • Procurar realizar el esfuerzo con los músculos mayores y más fuertes (muslos y piernas).
  • Acercarnos lo máximo posible a la cama del enfermo para que el esfuerzo sea menor, y la columna vertebral debe estar erguida.
  • Es preferible deslizar y empujar, que levantar.
  • Cuando sea posible, debe actuar más de una persona.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor PeInG » Mar Dic 08, 2009 5:40 pm


Cartera Mossos D`esquadra

Realizada en piel
enpieldeubrique.com
Gracias por el trabajo que estás haciendo en este subforo, para mí es una parte importantísima de nuestro trabajo en la que no estamos por lo general, casi nada formados.
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Mar Dic 08, 2009 8:13 pm


Gracias a ti PeInG, por tus palabras. :D
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Re: Tecnicas de inmovilización y movilización. Seguridad

Notapor Juanete » Mié Ene 13, 2010 5:59 pm


FORMAS DE IMPROVISAR UNA CAMILLA

Una camilla se puede improvisar de la siguiente manera:

  • Consiga 2 o 3 Chaquetas o abrigos y 2 trozos de madera fuertes.

  • Coloque las mangas de las prendas hacia adentro.

  • Pase los trozos de madera a través de las mangas.

  • Botone o cierre la cremallera de las prendas.

    Otra forma de improvisar una camilla es la siguiente:

  • Consiga una frazada o cobija y dos trozos de madera fuertes.

  • Extienda la cobija o frazada en el suelo.

  • Divida la cobija imaginariamente en tres partes, coloque un trozo de madera en la primera división y doble la cobija.

  • Coloque el otro trozo de madera a 15 cm del borde de la cobija y vuelva a doblarla.


PREVENCIÓN

Para evitar mayores lesiones en el traslado de las víctimas de un accidente se debe:

  • Asegurar que las vías respiratorias estén libres de secreciones.

  • Controlar la hemorragia antes de moverla.

  • Inmovilizar las fracturas.

  • Verificar el estado de conciencia. Si se encuentra inconsciente, como resultado de un traumatismo, considerela como lesionada de columna vertebral.

  • Evite torcer o doblar el cuerpo de una víctima con posibles lesiones en la cabeza o columna.

  • Utilizar una camilla dura cuando sospecha fractura de columna vertebral. No debe ser transportadas sentadas las personas con lesiones en la cabeza, espalda, cadera o pierna.

  • Seleccionar el método de transporte de acuerdo con la naturaleza de la lesión, número de ayudantes, material disponible, contextura de la víctima y distancia a recorrer.

  • Dar ordenes claras cuando se utiliza un método de transporte que requiera más de 2 auxiliadores. en estos casos uno de los auxiliadores debe hacerse cargo de dirigir todo el procedimiento.
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