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Los cuerpos más desbordados suprimen el turno de tarde
La policía local de casi medio centenar de ayuntamientos turísticos cierran por la noche sus cuarteles, a pesar de que en verano duplican o incluso triplican su población, como es el caso de O Grove, Cee o Corcubión, que solo cuenta con un municipal. Los alcaldes alegan que cuando la plantilla no llega a los diez agentes es imposible hacer servicios nocturnos, para los que se necesitan un mínimo de tres para cada turno y no siempre cuentan con todos.
En algunos casos, como el de Melide, incluso han comenzado a suprimir las patrullas de tarde para que los policías puedan descansar tras operativos largos. Otros están tan desbordados que tienen que pedir ayuda al municipio vecino, optando entonces por una solución alegal, pero que salva a muchos cuerpos locales desde hace años. En la Costa da Morte son ocho los municipios que en materia de emergencias y seguridad apenas tienen fronteras. De hecho, los agentes de Camariñas, Laxe, Ponteceso, Zas, Vimianzo, Carnota, Cee y Muxía suman tres años solicitando un trámite administrativo para dar cobertura legal a un modelo de trabajo que se rige por la solidaridad o la buena fe entre colegas.
La Xunta reconoce esta situación, pero recuerda que solo tiene competencias en materia de coordinación y que fomenta que los ayuntamientos firmen convenios para ayudarse cuando lo necesiten. El verano pasado fueron cuatro los asignados: uno entre los concellos de Malpica y Ordes; mientras que los otros tres sirvieron para que los municipales de Rianxo ayudasen a los de Ribeira, Teo y Padrón.
Agentes y alcaldes están convencidos de que, con la crisis y las necesidades actuales, el desarrollo de modelos de cooperación entre municipios son el único camino para dar unos servicios mínimos, sobre todo en las zonas que en algunas épocas del año reciben un aluvión de visitantes. Sin contar con las zonas de playa, solo en los 42 ayuntamientos que cuentan con la declaración de Municipio Turístico la mitad no presta servicio más de 12 horas durante el día por falta de plantilla y en 15 casos carecen policía o cuentan con menos de cinco.
CUATRO AGENTES, CIEN LOCALES Y MILES DE TURISTAS EN MELIDE.
Melide podría ser la pesadilla de cualquier municipal: tiene 76 bares, 18 pubs, dos discotecas que atraen a jóvenes de las cuatro provincias, una gran feria dominical (que se tropieza con el botellón del sábado), además de ser alto en el Camino para miles de peregrinos. Y solo cuatro agentes lidian con este cuadro.
Ayer, un grupo de 80 caminantes decidieron acampar ante el Concello, minutos antes de la llegada de una boda. La alcaldesa, la popular Ánxeles Vázquez, fue de las primeras en tratar de solventar el problema, porque los dos únicos agentes de servicio estaban obligando a desmontar una terraza ilegal en pleno centro. A las doce de la mañana, cuando ya llevaban cuatro intervenciones, comenzaron a convencer al improvisado campamento de que la plaza del Concello no se podían desplegar mesas de cámping.
«Imos levalos ao campo da feira, pero antes teño que ir dar a saída a un enterro», recapitula una de las agentes que ayer por la mañana prestaba servicio con otra auxiliar, contratada solo para el verano. Esta policía lleva 22 años patrullando Melide y nunca ha tenido tanto trabajo. «Empezamos as oito da mañá; cando se pode se termina as dúas, pero ás veces a media tarde», cuenta mientras su móvil no deja de sonar, porque no hay nadie en el cuartel. «Nin para coller as chamadas, nin para nada, hai nada terminei con traballo administrativo do mes pasado, temos que andar así, non se pode facer outra cousa», explica resignada, aunque sin perder la paciencia ante cada nueva tarea. «Agora hai que ir o cruce que non ten semáforos...», deciden y cuando llegan se topan con un hombre buscando su cartera perdida y un coche plantado en pleno paso de cebra. «Melide precisa más agentes y un Grumir, ya lo hemos solicitado a la Xunta, pero ahora hay que pensar en pasar el agosto con un sobre esfuerzo más de nuestros policías», se resigna la regidora.