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A cualquier Policía Foral, que sea merecedor de llamarse esa manera, le tiene que motivar el cumplir con la norma, con la Ley que rige todas nuestras actuaciones, nuestra forma de trabajar y nuestro objetivo final. Y todo eso se recoge en el artículo 3 de la Ley Foral 8/2007, de 23 de marzo, de Policías de Navarra, que establece la misión que realiza el Cuerpo de Policía Foral de Navarra y que no es otra que:
1. Proteger y velar por las libertades y derechos de las personas reconocidos por el ordenamiento jurídico.
2. Garantizar el mantenimiento de la tranquilidad y seguridad pública, el respecto de la ley y del orden en la sociedad.
3. Prevenir y combatir la delincuencia.
4. Facilitar la asistencia y servicios a la población.
Nuestra motivación es, en cualquiera de nuestras actuaciones, cumplir con lo que nos pide la norma, es decir, lo que nos piden los ciudadanos.
Si a pesar de todos los problemas que podamos tener en el día a día cuando nos vamos a casa pensamos que hemos cumplido con lo que los ciudadanos nos piden, eso sólo tiene que ser suficiente para mantener nuestra motivación y hacer que al día siguiente nos levantemos pensando en las horas que nos quedan para seguir desempeñando nuestra bella profesión.