por Humberto » Mié Nov 30, 2011 8:48 pm
No me he leído la Ley del deporte más que de soslayo, MADCOP, pero supongo que aunque expresamente se prohíba entrar con armas a los recintos deportivos, seguro que se refiere en exclusiva a aficionados y no a los encargados de mantener el orden. Y el mismo caso será en bares y discotecas. Faltaría más. El caso del presidente de mesa electoral no es el mismo. Su caso se parece más al de juez o al del comandante de aeronave, por lo de la autoridad. O ya si me apuras al del vigilante en sede oficial con órdenes expresas de que nadie entre dentro armado. Incluso el del ambulanciero en la ambulancia. Temas que por sí mismos han generado en este foro hilos de debates llegándose a la conclusión de que, siempre en su casa, sí que pueden.
Yo lo interpreto así. Eso es interpretar. Interpretamos muchas veces lo que queremos con respecto a lo que leemos, pero lo cierto es que las leyes son unívocas: un solo sentido. Eso sí, como digo, interpretaciones muchas. A mí, sin ir más lejos, todos los días hay algún denunciante que me «interpreta» cómo hace una denuncia de las buenas y hasta como serán las diligencias de localización del denunciado (en aumento desde que Ana Rosa y Belén, una por la mañana y otra por la tarde, explican derecho penal en la tele). «Si lo tienen que conocer: para mucho en tal bar». «Es que nos solo podemos estar diez minutos como mucho en el bar».
Esto es un supuesto, o como se decía: un suponer. Nunca va a pasar. Tranquilos. Lo normal es que un detenido no pida ir ese día a ejercitar el voto, aunque pueda, pues bastante tendrá ya; como normal sería que un presidente de mesa electoral no se complicara la vida si se le presentara un tío esposado acompañado de la policía a votar —que total para lo que pagan— y dejase hacer. Pero bueno, ca’ uno es ca’ uno (y K-2 una piragua) y que gente así, de los que no dudan en transformarse en guerrilleros de causas tan perdidas como estúpidas por menos canta un gallo y de dar por saco sobre todo sabiendo, tristemente, que les asiste el derecho aunque no la razón, la hay. Ya digo: Que sucedan estas cosas es improbable. A mí ni a nadie que conozca le han pasado. Luego todo esto hipotético y si estamos hablando de ello no es por marear la perdiz, sino porque es bueno que sepamos y extraigamos dos cosas que nos importan: que, de ocurrir, sí que tiene derecho a votar y que el presidente, en ese momento, es una autoridad y que en uso extensivo de la norma podría denegarnos el acceso a la sala, como un juez a su juzgado o un comandante a su aeronave.
Ya te lo dirá gk, pero supongo que en su ánimo no está tanto el hacerte juicio de valor sino, y tomando tus preguntas retóricas para, sin contestarte a ti, contestar a todos, explicando que llegados ese punto y de dársenos el caso no hay por qué hacer un drama de ello (que somos muy dados, y yo el primero) o entrar en un debate de «haber quién puede más» y «ahora viene mi primo el del Zumosol», y «ya nos veremos en el juzgado que yo también soy autoridad», que no nos llevará a ninguno a buen puerto, todo lo más a perder la mañana de un martes, pues como al comandante y al juez, les asiste ese «derecho» de poder hacerlo (denegarnos el acceso por portar armas) aunque su comportamiento, dicho en plata, sea, o nos lo parezca, una gilipollez y el tío un recalcitrante. Que personajes de ese pelaje, revestidos como «autoridades a medias», sí que todo policía se encuentra con alguno más tarde o más temprano. Y que metidos en harina y puestos a «dar cuenta» de su actuación por escrito, los que fuimos primero nos dimos «cuenta» de una cosa: que cada uno cuenta lo suyo, enharinándonos todos, y que para Su Señoría, ni Vos ni Nos, en temas de autoridades solo cuenta el empate, y que para Nos empatar con Vos perdimos toda una mañana. Y las mañanas cuentan. Las mías al menos.
Por otro lado, como dices se puede dar cuenta al juzgado de que te deniega el acceso y de que con las mismas o bien te has ido con el detenido sin votar, es decir sin hacer aquello para lo que habías ido, que ahí sí que tendrías que explicar si no había otra opción, o bien de que el presidente, el muy obstinado, te ha puesto, noramala, en el bochornoso trance de votar en la calle cual si pareja y reo, los tres, fueran mendigos, a la vista de todo el mundo, sin la preceptiva cortina y, para colmo, sin darle a elegir entre un abanico de papeletas al que ha menester todo votante ¡Atentando gravemente contra el secreto de las votaciones! En el juzgado se iban a pasar un buen rato leyendo el atestado. Sí, pero por mi experiencia sé, y doy el consejo al que lo acepte, que siempre con intervenciones chorras como esta, porque las habrá más propicias seguro donde dar el do de pecho, lo mejor es dejarlas zanjadas en el momento y de forma fructuosa que andar luego de peregrinación por los juzgados a ver por qué sí y por qué no, ya que, ni pa ti ni pa mí, lo más fácil era haber tirado por el callejón del medio: Como apunta gk, teníamos una solución «amistosa» para todos (detenido, pareja y presidente), que era la de que el mismo ejercitase el voto fuera, como si de un impedido que no puede subir las escaleras se tratara.
Un saludo
EDITO: gk, se me ha adelantado.