Macedonia de yerros: *Destornillarse, *esparatrapo, «*en aras a», «*y un largo etcétera».«Esto no me paso a mi, pero cuando me lo conto el compañero me destornillaba.» (sic)
La risa es una terapia fantástica para estimular la salud mental, y una carcajada, además, es recomendable. Pierdan cuidado porque por mucho que nos riamos nunca se nos desajustarán los tornillos.
Cuando algo o alguien, provoca una risa impetuosa y ruidosa se suele usar la construcción «
desternillarse de risa», que no «*destornillarse de risa», pues esto se mire por donde se mire es un vulgarismo que ha entrado fuerte en el habla coloquial. Salvo alguno que los pierde, los tornillos no forman parte del cuerpo humano. Lo que sí tenernos son ternillas o cartílagos de la mandíbula. Y al reírnos podemos llegar a tener pequeñas molestias en ellas: se desternillan. De ahí el verbo:
desternillarse.
1. prnl. Romperse las ternillas.
2. prnl. Reírse mucho, sin poder contenerse.
Los ejemplos de esta decidida actitud popular por los
trabucamientos abundan, ya hablé en otra ocasión de la confusión entre «
cajón de sastre» y «cajón *desastre», no falta quien, en lugar de
orzuelos pone, sádicamente,*anzuelos en los ojos. Los hay aun que mezclando esta y aquella, lo llaman
*arzuelos. No pocos llaman a las tiritas *
esparatrapo porque ¿qué es, al fin y al cabo, el
esparadrapo, sino un trapo adhesivo? Otros piden el conocidísimo «
Nolotil», que, dado que está concebido para combatir el dolor, lo rebautizan como*
Dolotil.
«El largo etcétera»Es
etcétera una expresión latina que, como se afirmaba en el correspondiente volumen del Diccionario de Autoridades (publicado en 1732), es utilizada en castellano «para lo que conviene ocultar», o, sencillamente, para lo que no creemos necesario especificar y detallar. Se formó mediante la conjunción «et» y el pronombre «ceterus», en neutro plural, «cetera», y ya en aquella lengua se empleaba para expresar 'lo demás', 'el resto', 'otras cosas más'. Comúnmente en los escritos la hallaremos en forma de abreviatura, que la RAE fija como:
etc.
No podemos vivir/hablar sin ella. Por su abundante uso, o quizá como consecuencia de ello, es objeto de diversas incorrecciones, algunas muy frecuentes, que suelen pasar desapercibidas.
Una de ellas consiste en anteponerle nuestra conjunción «y», de tal modo que encontramos escrito como final de una frase «*y etcétera», «*y etc.», sin que quienes así lo usan se percaten de que tal conjunción ya está presente en la propia expresión latina, por lo que no sólo resulta innecesaria, sino inconveniente, como si dijéramos «*y y otras cosas». Únicamente resulta admisible la presencia de tal conjunción en la locución «y un largo etcétera», por la sustantivación que se hace en tal caso de esta expresión latina.
No resulta incorrecta, pero desde luego ha de evitarse su abuso, la duplicación de la expresión para enfatizar o recalcar las muchas cosas que uno se deja en el tintero: etc., etc., recurso muy propio del habla y útil, con moderación, en lo escrito.
Es poco frecuente la concordancia en femenino, aunque el Diccionario académico recoge su uso como sustantivo de género ambiguo (las, los etcéteras), dando por buenas ambas posibilidades.
Varios son, como se ve, los tropiezos que podemos sufrir con tal fórmula, pero fácilmente eludibles si le prestamos la debida atención.
«*En aras a» • (…) actuación en ambos ámbitos, todo ello no solo en aras a incrementar la profesionalización y motivación(…)
• (…) nuestra Organización ha podido desarrollar el trabajo en aras a defender los derechos
• (…) el camino que los servicios públicos tenemos que recorrer, en aras a prestar el mejor servicio a los ciudadanos. No debemos olvidar (...)
Los manuales de corrección nos recuerdan que es un galicismo. Que hay que decir mejor «
en aras de», lo correcto, y, en lo posible, que no se abuse de esta construcción en lugar de «
para». Realmente sólo debería utilizarse en aquellos casos en que exista una renuncia o un sacrificio por conseguir algo.
Termino. Hubo un compañero muy redicho que, en un atestado, en vez de «
dar cuenta» (informar) a la Autoridad Judicial de unos hechos vistos por los actuantes, escribió que «
darían buena cuenta» de ellos. Como si estuviesen éstos tan hambrientos que se los fuesen a comer (los hechos). Las locuciones adverbiales cambian, como se ve, si se les añaden o sustituyen palabras («Estar en el *candelabro», rubia
dixit).
Un saludo