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EFE
*16 Mayo ´07-* Ronald Myers, investigador de la ONG estadounidense The
Nature Conservancy, criticó "el error" de las administraciones que
prohíben todo tipo de fuegos pues olvidan que hay ecosistemas
"dependientes" del fuego para renovarse y sobrevivir y opinó que las
quemas controladas previenen los grandes incendios.
Myers, quien pronunció la conferencia magistral de la IV Conferencia
Internacional de Incendios Forestales que se celebra en Sevilla destacó,
en declaraciones a Efe, que en el caso de España las quemas controladas
serían muy recomendables porque el abandono del medio rural ha
propiciado que el pastizal que antes quemaban los agricultores o
devoraba el ganado crezca ahora descontroladamente y constituya "un
enorme volumen de combustible listo para arder".
"La quema controlada de hojarasca y de pastos salva a los árboles porque
reduce la cantidad de combustible disponible para arder y, además, el
sotobosque y el matorral mediterráneo quemado de forma controlada nace
de nuevo en sólo uno o dos años", añadió.
Este experto estadounidense, cuya ONG está considerada la mayor del
mundo, con más de 3.000 empleados, llamó la atención sobre el hecho de
que países como EEUU o Canadá "sufran cada vez más incendios y de
mayores dimensiones", pese a llevar más de cien años aplicando
sofisticados programas de lucha contra los incendios forestales.
"Las quemas de baja intensidad, técnicamente posibles de controlar,
evitan incendios y los incendios mayores y más dañiños", apostilló.
En su opinión, muchas administraciones "no entienden ni distinguen"
entre los ecosistemas dependientes del fuego y los ecosistemas sensibles
al fuego, pese a que existen grandes espacios, como las praderas o los
manglares, con especies adaptadas al fuego, que lo necesitan para
renovarse y sobrevivir y sin el cual se transformarían en otro
ecosistema, "con la consiguiente desaparición de muchas especies
animales y vegetales".
Sostuvo que más de la mitad de los ecosistemas del planeta "necesitan
algún tipo de régimen de fuego para sobrevivir" y recordó que la quema
controlada de masas vegetales es una práctica humana desde hace siglos.
"El fuego no es el producto final, no tenemos áreas forestales para
quemarlas, sino que las conservamos porque contienen algo que merece ser
conservado", señaló.
Myers llamó la atención sobre "los carísimos" sistemas tecnológicos de
lucha contra los incendios forestales existentes en los países
desarrollados, muchos de ellos dotados de medios aéreos y
aeroespaciales, y abogó por que parte de estos recursos se destinen "a
luchar contra las fuentes últimas del fuego y no sólo para apagarlo".
Consideró "inapropiado" que los planes de prevención de incendios
"tiendan a considerar que todos son malos" o prohíban cualquier tipo de
fuego en los espacios naturales protegidos y señaló que en "el triángulo
del fuego, formado por la prevención, la supresión y el uso ordenado del
fuego, este último se ha abandonado".
"La mayor parte de las agencias gubernamentales se centran en la
prevención y la supresión del fuego, pero considero acuciante que haya
más atención a la gestión ordenada del fuego, porque sólo con la
tecnología no vamos a resolver todos los problemas de los incendios
forestales, ni las necesidades de los ecosistemas ni de las
poblaciones", resaltó.
Criticó, especialmente, que algunos gobiernos latinoamericanos repriman
a poblaciones indígenas por realizar quemas controladas, "cuando los
indígenas llevan siglos conviviendo con el fuego y son quienes mejor
saben cómo utilizarlo para preservar sus ecosistemas".
"Las poblaciones indígenas llevan siglos protegiendo la sabana mediante
la quema de pinos caribeños en Mosquitos (Honduras), una práctica
ancestral en otros puntos como el Parque de Canaima en Venezuela o la
Pampa de Perú", añadió.
También aludió al Parque Internacional de la Amistad, de Costa Rica,
donde si se eliminasen los fuegos periódicos que sufre "desaparecerían
las sabanas y se convertiría en otra cosa, con la consiguiente pérdida
de especies".
En el caso del parque nacional de Knoel Kempff, en Bolivia, la falta de
fuegos que controlen periódicamente los pastizales "está afectando a los
mamíferos porque se ha perdido la sabana".
Por ello pidió que se ayude a los agricultores y a las poblaciones
indígenas "para que hagan mejor sus quemas controladas" y recordó que
"es conveniente comprender bien los usos culturales del fuego y tener en
cuenta que el fuego siempre tiene un lado positivo y otro, negativo