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La Asociación Española de Escoltas (ASES) celebra durante dos días su II Congreso Nacional en Pamplona
La Asociación Española de Escoltas (ASES) celebra durante dos días su II Congreso Nacional en Pamplona, con los objetivos principales de intercambiar experiencias con sus compañeros de la seguridad pública y reivindicar la categoría de escoltas privados. Al respecto, Juan Salvador Roldán, director de Comunicación de ASES, subrayó que dicha reivindicación la «venimos pidiendo desde siempre», ya que la misma es una especialidad del vigilante de seguridad y la «realidad supera las necesidades».
AGENCIAS. PAMPLONA
Por ello, según agregó, «buscamos crear profesión» además de proponer que se forme un Colegio Profesional que «de alguna forma marque y de una cobertura a los profesionales de la seguridad».
Para ello exigen «más formación que la que tenemos en la actualidad», que calificó de «muy escasa» ya que, explicó, hasta ahora los VS reciben 180 horas de formación y los escoltas 60 horas más.
Según incidió, estas reivindicaciones y propuestas las hacen los alrededor de 2.500 escoltas privados existentes en España, de los que entre un 70 y 80 por ciento pertenecen a la ASES.
La mayoría de los escoltas privados, según agregó, realizan su trabajo en el País Vasco y Navarra, en labores de protección a alcaldes, concejales y cargos públicos principalmente, aunque ahora también y «de forma puntual», a mujeres víctima de la violencia doméstica.
Sin embargo, Barcelona y Levante «sorprendentemente apenas cuentan con escoltas privados» pese al aumento de la delincuencia y el crimen organizado y secuestros que hay en esas zona, y achacó esta carencia al «intrusismo» y a que «hay personas realizando labores de seguridad de forma ilegal».
Puso como ejemplo que hace pocos años en toda la Comunidad de Andalucía sólo había unos 80 escoltas privados, aunque, según agregó, «cada vez existe más sensibilidad» por parte de las Administraciones para recurrir a la seguridad privada.
Y es que, según explicó, hubo un tiempo en que los escoltas privados no podían realizar según qué cometidos, como la protección por terrorismo, hasta que la Ley de Seguridad se amplió al igual que está ocurriendo ahora con la protección a las mujeres, que contaba antes con la negativa del Ministerio del Interior.
Sin embargo, se mostró esperanzador ya que «poco a poco» las distintas Administraciones que tienen competencias en seguridad, van incorporando al escolta privado para realizar tareas de protección a las mujeres víctima de la violencia doméstica, como ocurre en el País Vasco y Navarra y que pronto también se trasladará a Andalucía.
Al respecto, Roldán insistió en que «la realidad se impone y la judicatura está por la labor de que actuemos en este tipo de casos», ya que «si no se pone una barrera entre el agresor y la víctima es muy difícil la protección», ya que las demás medidas «no dan una respuesta inmediata como la que puede dar un escolta».
Durante el Congreso también se quiere transmitir tanto a las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado como a la sociedad que «somos profesionales» y que «contribuimos a la seguridad de la ciudadanía en general, porque a la vez que hacemos protección de un a persona, hacemos contravigilancia en ese barrio o lugar donde estamos actuando».
La apertura del II Congreso Nacional de Escoltas corrió a cargo de Vicente de la Cruz, presidente de la ASES; Jesús Sáez Calderón, teniente coronel de la Guardia Civil; José Martín, comisario general de seguridad ciudadana de la Policía Nacional; y por el consejero de Interior del Gobierno de Navarra, Javier Caballero.
Todos ellos abogaron por el intercambio de experiencias entre los distintos cuerpos que se dedican a la seguridad ciudadana, así como por el aumento de la colaboración «entre todos» para «garantizar esa seguridad que la ciudadanía nos reclama», según precisó De la Cruz.
Por su parte, Caballero, tras mostrar su satisfacción porque ASES haya elegido Pamplona para celebrar su II Congreso Nacional, incidió en que la «seguridad representa los pilares básicos de la convivencia» , a la vez que lamentó que «esa tranquilidad y paz» que la ciudadanía busca «está lejos», y recordó que ya son 40 años los que España arrastra la lacra del terrorismo.