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El metro de Barcelona refuerza la prevención de actos terroristas con la ayuda de más perros adiestrados
El año pasado se intervinieron 178 objetos y ninguno resultó peligroso | Los viajeros son más activos en sus avisos en marzo y en septiembre | La seguridad costó 3,8 millones en el 2000; en el 2007 se gastaron 16,7 millones
Perros antiterroristas. Además de las actuaciones contra el incivismo y el delito común- desde las pintadas vagones o las rayadas que cada vez son más violentas, a los pequeños hurtos, que no cesan- el metro de Barcelona ha incrementado las medidas para prevenir atentados terroristas. El principal ejemplo es el mayor uso de los canes adiestrados que detectan explosivos y otras sustancias nocivas y que han incrementado su presencia en las zonas más sensibles.
El terrorismo es la amenaza que más preocupa a los responsables de la seguridad y que, dada la naturaleza que ha tomado en los últimos tiempos, - con activistas dispuestos a morir- es cada vez más difícil de atajar. Por ello, se ha reforzado la vigilancia de las instalaciones. La detención, el pasado 19 de enero, de varias personas sospechosas de formar parte de una célula yihadista que preparaba ataques en Barcelona - también en el metro- ha llevado a fortalecer el dispositivo de seguridad en el suburbano.
Se presta atención especial a las zonas más concurridas - las céntricas y las que son nudos de varias líneas o con otros sistemas ferroviarios-, que son las que ofrecen más facilidades a los delincuentes para actuar sin ser vistos. Fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y de los Mossos d´Esquadra han confirmado que se ha intensificado todavía más - con medios humanos y materiales- el dispositivo que ya existía y que se reforzó en el 2004 a raíz del 11-M.
Muchos de los objetos que se consideraban simplemente perdidos ahora son, de entrada, potencialmente peligrosos. Se ha modificado el protocolo de manipulación para determinar su naturaleza y descartar riesgos, con la ayuda de perros. A menudo se encuentran artículos en los bancos, en los andenes, en los vagones… que podrían ocultar explosivos u otros materiales peligrosos.
El año pasado se hicieron 178 intervenciones de este tipo, todas ellas con resultado negativo. La actividad que se lleva a cabo con los perros adiestrados es variable, pero creciente. Curiosamente, las puntas coinciden con los aniversarios del 11-M y del 11-S y no porque se dejen más artículos abandonados expresamente sino porque en esas fechas es cuando los viajeros tienen más presente la posibilidad de atentados masivos, como los que ocurrieron en Nueva York, el 2001, y en Madrid, el 2004. Entonces, se fijan más y avisos con mayor frecuencia de la presencia de estos objetos. En marzo pasado hubo 23 casos y en septiembre 17, cuando normalmente no se sobrepasa la quincena. Este diciembre, la cifra volvió subir hasta 21. Las cosas encontradas carentes de peligro se envían a la oficina de objetos perdidos del centro de información al cliente de la estación de Diagonal, antes de pasar la del Ayuntamiento de Barcelona, en la plaza Pi i Sunyer.
La vigilancia en el metro la hace el personal de seguridad contratado por TMB - las empresas que se ocupan son Prosegur, Securitas y Eulen- y los Mossos d´Esquadra. La policía catalana ha subido de categoría su organización en el metro. De ser una unidad específica con comisaría propia - en la plaza Catalunya- ha pasado a constituirse en área regional de transporte urbano dependiente de la región policial metropolitana. Esta modificación, según las fuentes consultadas, da cuenta de la importancia que los Mossos dan al metro, al resto de medios ferroviarios. La nueva organización, comandada por un inspector - antes era un subinspector-, cuenta con más recursos y autonomía dentro de la estructura del cuerpo policial.
Así, el patrullaje ha crecido en intensidad y cuenta con un mayor número de agentes de paisano repartidos por los puntos más sensibles. Los vigilantes de seguridad privada también han reforzado su actividad. El año pasado superaron las 600.000 horas de trabajo, 90.000 más que en el 2006. Y la previsión es que la cifra siga creciendo a lo largo del 2008.
Hay otros elementos que contribuyen a mejorar el control en las instalaciones del metro. Uno son las nuevas papeleras, que destacan porque dejan las bolsas de plástico - translúcidas- a la vista, de modo que pueda verse fácilmente su contenido. Se trata de un modelo exclusivo para Barcelona con una estructura de acero inoxidable simple pero sólida con capacidad de 80 litros (las normales son de 30 o 40). Cada una tiene un coste de 176 euros (instalación incluida). Hasta el momento se han colocado, en una prueba piloto, 250 unidades en las estaciones más céntricas, como Catalunya, Espanya, Universitat o Urquinaona, e intercambiadores, como el de Sagrera, Passeig de Gràcia o Verdaguer. TMB acaba de encargar un segundo lote de 525. La previsión es que si la experiencia es satisfactoria se homologue el modelo y se extienda a toda la red.
Estas papeleras forman parte del plan de mejora del confort y de la sensación de seguridad del suburbano que incluyen otras actuaciones, como la remodelación de estaciones, que cuidan especialmente la claridad por medio de los colores y la iluminación. También destaca la instalación de cámaras de videovigilancia - ya hay 2.600 repartidas entre las vestíbulos- que también ha llegado a los trenes nuevos.
Los responsables de TMB insisten en que la red de metro de Barcelona es segura y que cada año se dedican más recursos a que así sea. El presupuesto de este capítulo ha crecido los últimos años de manera espectacular. Antes del 11- S, en el 2000, se dedicaron 3,8 millones de euros a seguridad, protección civil y prevención de incidencias. El año pasado, fueron 16,7 millones. Y la previsión es que el 2008 siga subiendo; en parte, porque crece la sensibilidad y también porque este 2008 se abrirán dos nuevas estaciones de la L3, lo que comportará, más viajeros, más actividad y, por tanto, nuevas zonas que controlar. Los planes de autoprotección incluyen la colaboración con los bomberos y los cuerpos de seguridad para que conozcan el entorno del metro. Para ello, se organizan cursos específicos.