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La DGT ultima la puesta a punto de un auténtico arsenal de “armas secretas” con el que espera controlar todos los excesos de velocidad que se produzcan en las carreteras españolas. Helicópteros, radares “invisibles”, de tramo… la tecnología más avanzada al servicio de la máxima recaudación.
Estos equipos utilizan una tecnología llamada “visión artificial” que consiste en captar las matrículas de los vehículos, con la fecha, hora, minuto y segundo, a su paso por un punto kilómetrico, para volver a realizar la misma operación diez, veinte, treinta o cincuenta kilómetros después –en función de la extensión del tramo elegido–, con el objetivo de calcular la velocidad media entre los dos puntos de control. Con este sistema se evita que los conductores reduzcan la velocidad de paso al llegar a un radar fijo ya conocido y, por lo tanto, se ven obligados a mantener la velocidad por debajo de los límites durante un amplio margen de kilómetros.
Parece que la eficacia en la lectura de matrículas con este sistema es muy alta, incluso de noche, y sólo se reduce de forma importante cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Desde un punto de vista legal también hay dudas sobre su posible aplicación, ya que con la normativa actual se exige que la infracción denunciada responda a un punto kilométrico determinado, aunque desde la DGT ya trabajan para que el Gobierno subsane lo antes posible dichas lagunas legales.
En este sentido, hay varias empresas que desde hace años aplican el control de velocidad por tramos como experiencia piloto en algunos puntos de la A-1 –a la altura de La Cabrera, en Madrid– y la A-3 –actualmente cerca de Saelices, en la provincia de Cuenca–, y que están en condiciones de ponerlo en marcha con fines sancionadores en cuanto se lo pida el Ministerio de Fomento. La DGT espera activar los primeros radares de tramo antes de seis meses, aunque ha manifestado que informará previamente de ello.
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Aviso en el pórtico
Los sistemas de control de velocidad ubicados en pórticos ya disponen de una última variante. Cuando un vehículo pasa por un equipo de control y supera la velocidad permitida en ese punto kilométrico, su matrícula es memorizada y unos 400 metros más adelante en otro pórtico aparece, durante unos segundos, un mensaje luminoso con la placa del coche infractor, la velocidad a la que circula y la señal del límite legal, para que el conductor sea consciente de que ha cometido una infracción. En este caso, la información puede ser sólo preventiva, pero siempre existe la posibilidad de aplicar un procedimiento sancionador paralelo. La DGT espera poner en marcha este sistema, que denomina CVT+, en algunos tramos de carretera durante 2008.
Para extranjeros
Y otro de los equipos que estará en funcionamiento antes del próximo verano es el radar para notificación de sanciones en tiempo real a vehículos extranjeros. Hasta ahora, los vehículos de otros países detectados a más velocidad de la debida por un radar fijo quedaban inmunes, ya que abrir un expediente y solicitar el pago de una multa más allá de nuestras fronteras es una misión imposible.
El nuevo cinemómetro Civelex dispone de un enlace inalámbrico –GPRS, UMTS, WIMAX o VSAT– que transmite al instante los datos del vehículo infractor a un puesto de control remoto. Así, unos kilómetros más adelante, una unidad de Tráfico puede detener al conductor foráneo y obligarle a pagar la multa, ya que de lo contrario el automóvil quedará inmovilizado. Un artilugio más para que no se escape ni un euro.
DESDE EL AIRE
El verano pasado ya lo advirtieron: “a principios de 2008 estará operativo el nuevo radar de helicóptero” ; por eso, hemos preguntado a la DGT sobre la fecha de entrada en funcionamiento del nuevo cinemómetro aéreo y, de momento, la respuesta es que el prototipo del MX-15 –cuyo coste asciende a 280.000 euros– sigue en fase de experimentación y está a la espera de ser homologado por el Centro Español de Metrología.
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En la fase de pruebas el helicóptero de la DGT ya ha localizado algún coche a 216 km/h
En cualquier caso, Tráfico ha adelantado que el MX-15 se utilizará sobre todo en vías convencionales, de un solo carril en cada sentido, ya que son carreteras en las que suele ser más difícil establecer controles con los vehículos convencionales equipados con radar. También ha adelantado que, para captar la velocidad, el helicóptero mantiene aproximadamente la velocidad que lleva el vehículo, conservando una visión directa con el mismo.
El sistema resulta operativo incluso desde una altura de vuelo de mil pies –más de 300 metros– y hasta una distancia, en línea recta con el vehículo controlado, de un kilómetro. El MX-15 emplea tecnología láser y utiliza dos cámaras, una panorámica que facilita el seguimiento y captación de la velocidad y otra de detalle, dotada con un teleobjetivo, que permite leer la matrícula del vehículo.
La aplicación de esta tecnología nunca se ha utilizado para sancionar a conductores, por eso en Tráfico hablan de un proyecto pionero, que no se ha empleado antes en otros países, una circunstancia que también se puede traducir en mayores inconvenientes, que alarguen más de lo previsto la fase de homologación. Aun así, en uno de sus últimos comunicados, la DGT insistía en “disponer a corto plazo de al menos un equipo MX-15 en cada uno de los siete centros que gestionan actualmente la regulación del tráfico y que se encuentran en Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Valladolid y A Coruña”.
Radar indetectable
Otro dispositivo sancionador que ya se emplea en Cataluña y que se va a extender a otros puntos de nuestra geografía es el nuevo “radar invisible” que utiliza unos sensores piezoeléctricos que van ocultos bajo el asfalto y que se activan al propio paso de los vehículos. Como no emite ningún tipo de señal constante, ni de onda, es imposible que sea detectado por ningún sistema “anti-radar” . Sólo un avisador de radares que disponga de las coordenadas GPS en las que se ubica podría advertir al conductor de su situación.
Cuando un vehículo infractor es “cazado”, una videocámara más convencional situada, normalmente, detrás de un pórtico de información, graba una imagen digitalizada con la fecha, hora, velocidad... y la envía al centro de control. A veces, en el punto donde quedan enterrados los sensores se observan unas bandas que cruzan la calzada, pero que el conductor no puede reconocer a larga distancia. Este cinemómetro indetectable ya sanciona desde hace algún tiempo en Cataluña –A2, AP7, B10 y C31–, donde se han instalado seis controles en distintos tramos y también se utiliza en un túnel de Andorra.