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http://www.abc.es/20071227/nacional-terrorismo/alguien-valmaseda-chivo_200712270251.html escribió:«Alguien de Valmaseda se chivó»
GABRIEL SANZ. MADRID.
«Estamos convencidos de que quien dijo dónde había que poner la bomba es de aquí, de Valmaseda. Alguien se chivó». Quien así habla a ABC es Teo Santos, ex portavoz del sindicato de la Policía autónoma vasca (ERNE) y ahora portavoz municipal del PSOE en la localidad vizcaína, donde el lunes, día de Nochebuena, la banda ETA decidió colocar un artefacto compuesto por cinco kilogramos de cloratita que destrozó varios hogares de familias humildes.
Como experto en seguridad, curtido en muchos años de lucha antiterrorista, Santos sabe de qué habla. La bomba fue depositada en la parte trasera de una de las dos Casas del Pueblo que el PSOE posee en Valmaseda, a punto de ser reformada -antes del atentado- precisamente para aumentar su seguridad.
«Quien lo ha hecho nos puso la bomba en la parte de atrás, a traición», repite una y otra vez este veterano ertzaina, responsable en los años 90 de la conversión de ERNE en el sindicato mayoritario de la Policía autónoma vasca frente a la central nacionalista, ELA-STV. Mucho ha llovido. Tras dejar la primera línea sindical, Teo Santos es, desde abril de 2007, asesor del delegado del Gobierno en el País Vasco para inversiones del Estado y, desde las elecciones municipales de mayo, portavoz del Grupo Socialista.
No es militante socialista. De hecho, recalca mucho su condición de independiente, pero asume que es la cara del PSOE en la localidad. Cuando, a las 21.08 del pasado lunes, los habitantes del municipio de Valmaseda (7.200) oyeron la explosión que destruyó gran parte de la Casa del Pueblo, Santos pensó directamente que el atentado había sido contra la sede que está en el centro histórico del pueblo, a escasa distancia de la «herriko taberna».
Al ver los desperfectos, su olfato le dijo que los etarras estaban bien informados. «Sabían que no había cámaras de seguridad; por cierto, íbamos a reforzar la protección con más medios y más luz». Recordó el 26 de enero de 2006. Aquel día depositaron 15 kilogramos de cloratita en la fachada de los Juzgados y destrozaron gran parte del edificio. Y lo hicieron contra un objetivo que sí tenía cámaras de seguridad. En Valmaseda, los etarras volvieron, pues, a las andadas el día 24.
Como ocurre en la mayoría de pueblos vizcaínos y alaveses, donde es menor la presión de los proetarras, la gente se ha solidarizado inmediatamente no sólo con las familias afectadas, que tuvieron que salir corriendo de sus casas en Nochebuena, sino también con el objetivo del atentado: el PSOE.
Santos se vanagloria de que nadie ha cuestionado la existencia de la Casa del Pueblo; es más, todo han sido gestos de solidaridad con las víctimas y de hastío para con los violentos. Lo que no lleva bien Santos ni nadie del PSE en Valmaseda es el silencio de «siete u ocho militantes históricos» de ANV, que no han tenido el valor de expresar su pesar por lo ocurrido a gentes que compartieron la calle con ellos en los años de la Transición.
El silencio de ANV
«No esperamos nada de Julen Jáuregui y la gente de Batasuna, que sabemos que están utilizando las siglas históricas de ANV, pero de esos históricos de ANV no esperábamos esto», argumenta el portavoz socialista. Julen Jáuregui fue concejal de Batasuna en anteriores legislaturas y en los pasados comicios se anuló la candidatura de ANV con él al frente, «para que no hubiera duda de a quién iba el voto», ironiza Santos. El Consistorio quedó así tras las elecciones: 7 concejales del PNV, 4 del PSE y dos de una candidatura independiente.
Santos cree también que la elección de la noche del 24 de diciembre, en pleno discurso de Su Majestad el Rey, no es casual. «Intentan crear ansiedad y desestabilizar emocionalmente a la gente», dice este ertzaina metido a político en las filas del PSE.
Mientras, el secretario de Organización y portavoz de la Ejecutiva del PSE-EE, Rodolfo Ares, advirtió de que el cabecilla de Batasuna Fernando Barrena «amenaza» y, «a los pocos días», ETA comete un atentado contra la Casa del Pueblo de Valmaseda. «Si la banda terrorista -señaló- piensa que con el atentado van a conseguir que los socialistas desistan de defender sus posiciones y de seguir plantándole cara al terrorismo, se equivocan rotundamente».
Ares consideró una «irresponsabilidad y una gran equivocación» las palabras del lendakari, Juan José Ibarretxe, recogidas en un artículo en las que llegaba al extremo de comparar los atentados de ETA con las acciones de la Justicia.