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Cuando los agentes del Grupo de Homicidios llamaron a su puerta, la mujer que les abrió no era exactamente la misma a la que buscaban. Ya no era rubia ni tenía media melena. Se había cortado y tintado el pelo. Pero no pudo cambiar su perfil genético. Las pruebas de ADN han llevado a la Guardia Civil a detener a A. M. N. como supuesta autora del crimen de Dolores Ruiz, de 70 años, que fue apuñalada y degollada el 18 de diciembre en mitad del paseo marítimo de Rincón de la Victoria.
La presunta asesina de La Cala, que fue arrestada ayer por la mañana, es una ama de casa 59 años, esposa y madre de dos hijos. Natural de Málaga, se mudó con su familia a la localidad rinconera hace ocho años. Y conocía a la víctima. De hecho, según la investigación, era clienta de la fallecida, que se dedicaba a la venta de oro a domicilio desde hacía años. Aunque Dolores dejó esta actividad durante un tiempo, había vuelto a retomarla recientemente.
Al parecer, A. M. N. mantenía una importante deuda con Dolores por las compras que le había realizado. Los agentes no tienen ninguna duda de que éste sería el móvil del crimen. Según las fuentes consultadas, la detenida le debía unos 5.000 euros a la víctima, que le venía reclamando el pago desde hacía tiempo. Los investigadores encontraron esta cifra al indagar en los efectos personales de Dolores, que guardaba una libreta donde anotaba los nombres de sus deudores y las cantidades pendientes.
A. M. N. pasó a convertirse en una de las principales sospechosas. Aparte de la fuerte deuda contraída con la víctima, su descripción física, antes del cambio de 'look', también encajaba con la de la mujer que los testigos habían visto con Dolores minutos antes del crimen en el paseo marítimo. Era rubia, con media melena «de peluquería» y corpulenta. Una joven que hacía 'footing' por la playa las vio caminando juntas cuando corría por La Cala en dirección a Rincón. Las dos mujeres charlaban de forma distendida, hasta el punto de que le parecieron amigas. En el camino de vuelta, la chica volvió a encontrarse con ellas. Estaban sentadas en las escaleras de la parte posterior del chiringuito La Posta del Ángel. Al acercarse, observó cómo una de ellas le echaba un brazo por encima a la otra, que acto seguido cayó desplomada al suelo. La testigo pensó que se había desmayado. En realidad, acababa de matarla. La apuñaló con un cuchillo de cocina en el pecho y en el cuello.
La agresora se dio a la fuga mientras se tapaba la cara con las manos. Huyó con el bolso de la víctima, que tiró en un contenedor cercano. Una patrulla de la Policía Local lo encontraría allí unos minutos más tarde, totalmente ensangrentado. Ese complemento fue una de las piezas clave de la inspección ocular, en la que se hallaron numerosos restos biológicos y huellas. Todas esas muestras se remitieron a los laboratorios del Servicio Central de Criminalística del Instituto Armado. Los resultados, que llegaron hace unos días, llevaron ayer al registro del domicilio de A. M. N. y a su posterior detención. Al cierre de esta edición, la mujer permanecía en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil.
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