Gc Edicion 175 Aniversario |
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¿Sabes,
Kaylas, ese pasaje del
Lazarillo de Tormes, en el que el ciego y su lazarillo se reparten las uvas que un vendimiador les había dado como limosna? Decía más o menos así (versión actualizada mía):
Acordaron hacer un banquete por no poder llevarse las uvas consigo y seguir viaje con tanto peso y por contentar a éste de unos golpes que le había dado como castigo (no se habían inventado los malos tratos ni la ley del menor). Y se sentaron, y el ciego dijo:
-Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos deste racimo de uvas y que hayas de él tanta parte como yo. Partirlo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva.
Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzaron, sin embargo al segundo lance, el traidor del ciego mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando el lazarillo que debía hacer lo mismo. Como vio que él había cambiado de parecer no se contentó con ir a la par y más aún pasaba adelante: dos a dos y tres a tres, y como podía las comía. Acabado el racimo, el vejo sostuvo un poco el escobajo en la mano, y, meneando la cabeza, dijo:
-Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has comido las uvas de tres a tres.
-No comí –dijo él-; mas, ¿por qué sospecháis eso?
Respondió el sagacísimo ciego:
-¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres?
Pausa.Incómoda pausa.
-En que comía yo dos a dos y callabas.Es revelador ese pasaje, ¿verdad? Además de ilustrativo y de tener mucha vigencia a pesar de haber sido escrito hace siglos. Para que todos sean corruptos, como aseveras, y que se lo lleven a manos llenas, así de forma tan pueril como generalizadora y categórica, hay otros muchos que también comieron a manos llenas y callaron como mujeres dedicadas a la más vieja profesión del mundo, y que no precisamente estaban en política. ¿No lo crees así? El hartazgo debió de manifestarse hace mucho tiempo, en flagrante, no ahora, cuando manaba el dinero público que «no era de nadie», y todo el mundo conocía a alguien que se prejubilaba, o que estaba al paro y trabajaba en negro, y a un concejal que se lo llevaba muerto pero que podía colocarme o hacerme un favor. O que distraía el IVA de las facturas o desgravaba de la declaración algo que no le correspondía. En fin. Lo de siempre. Pero no deja de ser curioso que a quien le monten un pollo semejante sea a esa señora que no fue concejal, ni hizo otra cosa, en el tiempo del que estamos hablando, con responsabilidades, más que ser del diputada del partido en el Congreso.
No parece que la señora vicepresidenta esté imputada en ningún caso de corrupción o que se lo haya llevado a manos llenas, ni de criminalidad alguna, para que le hagan un escrache. Así que el único motivo que queda para que se lo hagan es que, simplemente, no gustan las leyes que está sacando su partido, ni su partido mismo, como la reguladora del aborto o la de educación. Porque si fuera por ser criminal, presuntamente criminal (como sucedía en Argentina o Chile), o por corrupta, que por una amnistía general fuera a quedar impune, lo podríamos entender, aunque no justificar, y siempre que eso se lo hicieran a todos los presuntamente criminales y presuntamente corruptos de este país, mayor en asistencia y días cuanto mayor sea el crimen de estado o mayor el monto de los prevaricado. Pero no es así, porque si es por millones de euros defraudados en Andalucía o en Cataluña, también en Valencia, sí, se llevarían la palma de los escraches. Habría miles. Y no es así. En Andalucía, concretamente, el principal imputado salió elegido presidente como segunda fuerza más votada. Luego deja ya el sofisma ese de que las razones motivadoras de los escraches son la corrupción generalizada con independencia del partido. Eso no se ajusta a la realidad de lo que está pasando. Ni a la legalidad, tampoco, pese a lo que diga esa sentencia para ese caso concreto pues juzgan tomando como base los hechos probados, es decir lo que se ha conseguido probar según lo planteado.
Todas maneras, una cosa es el individuo y otra la institución. Una cosa es la justicia y otra la justicia popular. Si tenemos eso claro, no deberían hacerse los escraches en la forma en que se están realizando. Si no lo tenemos claro y encima hay que explicarlo, lo que tenemos entonces es un problema.
Y un problema grave.