http://www.lne.es/caudal/2013/10/21/det ... 86947.htmlDetenido un riosano que hirió con un cuchillo a dos guardias tras amenazar a sus vecinosA. B. M., de 51 años de edad, está arrestado por tentativa de homicidio - Atacó a los agentes en Muriellos con un puñal de 32 centímetros de hoja
Muriellos (Riosa), D. MONTAÑÉS Dos agentes de la Guardia Civil resultaron heridos el pasado sábado tras ser atacados por un vecino de Muriellos, que previamente había amenazado a varios habitantes de esta localidad riosana con un cuchillo de grandes dimensiones. H. B. M., de 51 años de edad, fue finalmente reducido y detenido, tras un violento forcejeo con las fuerzas del orden. Está acusado de tentativa de homicidio.
El detenido se encontraba ayer ingresado, bajo custodia policial, en la unidad psiquiátrica del Hospital Central de Asturias (HUCA). Los dos agentes del puesto de Riosa a los que atacó tuvieron que ser atendidos en el centro médico local tras sufrir varios cortes en piernas, brazos y tórax. Uno de ellos presentaba hasta ocho heridas. Pese a todo, las lesiones fueron calificadas como leves, según apuntaron ayer fuentes autorizadas del instituto armado.
Los hechos se remontan a la tarde del sábado. El puesto de la Guardia Civil de Riosa recibió a las cuatro y veinte minutos de la tarde una llamada desde un domicilio de Muriellos advirtiendo de que un vecino de la localidad les había amenazado con un cuchillo. Una patrulla rural se desplazó al pueblo. En un principio no encontraron al hombre, pero tras una breve espera le identificaron. En el momento de intentar reducirlo, según el atestado, H. B. M. se abalanzó contra los dos agentes intentando clavarles el arma. Según fuentes de la Guardia Civil, este minero prejubilado se empleó con una inusitada agresividad, hiriendo a los agentes, que tuvieron que pedir refuerzos. Finalmente, con la ayuda de dos vecinos, pudieron inmovilizarlo y ponerle las esposas, no sin antes sufrir numerosos cortes y magulladuras.
Tras el altercado, el detenido fue llevado inicialmente al centro médico de Riosa, donde los agentes fueron atendidos. El estado de nerviosismo de H. B. M. era tal que la enfermera le tuvo que inyectar un tranquilizante intravenoso. Sin embargo, según testigos presenciales, el calmante tardó más de cinco minutos en hacerle efecto, periodo de tiempo en que siguió forcejeando con los agentes, que llegaron a solicitar una segunda inyección, algo que desaconsejó la facultativa reseñando que la primera dosis era el máximo permitido.
Posteriormente, el agresor fue llevado al Hospital Universitario Central de Asturias, donde permanecerá custodiado por la Policía Nacional hasta su puesta a disposición judicial. Se le atribuye una tentativa de homicidio.
Los vecinos de Muriellos estaban ayer aún aturdido, y en algunos casos atemorizados, por lo sucedido. "No sabemos lo que ha podido pasar, se trata de un hombre muy introvertido, que nunca molesta a nadie", señalaron varias amistades. Los habitantes del pueblo reconocieron haber vivido momentos de enorme tensión: "De repente todo se llenó de guardias civiles".
La Guardia Civil confirmó ayer que en el momento de la detención H. B. M. estaba totalmente exaltado. Los vecinos subrayaron ayer que es posible que "hubiera dejado de tomar la medicación que le recetaron hace algún tiempo". El detenido, "de gran fortaleza física", atacó a los agentes con un cuchillo cuya hoja tenía 32 centímetros de longitud. "Es de los que se utilizan para matar gochos", explicó un testigo. También portaba una navaja algo más pequeña, de 12 centímetros de longitud. Los vecinos explicaron ayer que en la tarde del sábado, antes de comenzar a mostrarse agresivo, estuvo un largo rato sentado bajo el hórreo que hay al lado de su casa con el cuchillo en las manos. "No es un mal vecino, siempre ha sido solitario, pero nadie se imaginaba que pudiera actuar de esta manera", remarcaron ayer los habitantes de la habitualmente tranquila aldea riosana de Muriellos.
Sólo puedo decir que viendo las dimensiones del cuchillo y los cortes que presentaba la ropa del compañero este ha vuelto a nacer. Ahora, tocará medalla para algún oficinista.