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• El vehículo ha permitido multiplicar por 10 las denuncias por motivos de tráfico
• El ayuntamiento concentra las actuaciones en el centro de la ciudad
Lo llaman el coche fantástico. El nuevo vehículo de la Guardia Urbana de Badalona, equipado con tres cámaras de fotos --una con rayos infrarrojos--, GPS, ordenador y generador eléctrico, recorre las calles de la ciudad en busca de infractores de tránsito.
El método es prácticamente infalible: cuando el coche es programado para multar a los vehículos aparcados en doble fila, los que obstaculizan un carril de circulación o los que descargan en zonas prohibidas, casi ningún infractor queda a salvo. El coche de la Guardia Urbana fotografía en marcha las matrículas de los infractores. En sus dos primeros días de operación, esta semana, acumuló 400 multas, todo un récord para una policía que, sin estas tecnologías, no alcanzan ni el 10% de esta cifra.
Los dos agentes que lo conducen están encargados de programar al coche para que ejecute las sanciones. Luego, los policías validan las denuncias o las retiran si aplican algún criterio de flexibilidad. "Intentamos evitar las zonas de colegios cuando los padres están buscando a los niños, porque nuestro objetivo no es recaudar dinero, sino concienciar a la gente", explica Francesc Herrero, intendente de Tráfico de la Guardia Urbana.
El vehículo no pasa inadvertido. Los vecinos no dejan de mirarlo con extrañeza y la noticia del coche fantástico o coche multador ya se ha extendido por todo el municipio. "Lo vi dos veces la semana pasada. Hay demasiado interés por multar, pero ninguno por atender los delitos. Los pequeños robos en los comercios y en la calle son cosa de cada día y en esos momentos nunca hay policías", explica Francisco González, vecino de Llefià.
RÁPIDO RESULTADO
El vehículo comenzó a circular hace 20 días, cuando los técnicos de la empresa Quality, propietaria del sistema, entrenaron a los agentes en el manejo de las herramientas informáticas.
Desde hace dos semanas, los cuatro policías --dos por la mañana y dos por la tarde-- operan solos y han comenzado a emitir sanciones. "Nosotros validamos dos veces las denuncias del sistema. Luego descargamos la información en comisaría para una tercera verificación", explica uno de los conductores del vehículo multador.
Los agentes prefieren circular por las zonas del centro de la ciudad donde las infracciones suelen ser más habituales. En pocos días ya han notado los resultados. "A principios de semana, en la calle Coll i Pujol nos encontrábamos unos 40 vehículos aparcados en doble fila. El jueves apenas había uno", comenta uno de los policías.
Algunos conductores más experimentados, que ya han visto el mismo vehículo policial en otros municipios como Barcelona y Mataró, han comenzado a aplicar picarescas. Cuando descargan en zona prohibida, abren la puerta trasera o colocan algún objeto frente a la matrícula para que no pueda ser fotografiada.
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