foropolicia.es |
http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20130 ... 30722.html
EL PASADO 5 DE JULIO EN LA ESTACIÓN DE ABANDO
«Si no hubiera sido por la descarga, es una actuación de las que tenemos a diario»
Uno de los dos agentes alcanzados por 3.500 voltios de una catenaria cuando perseguían a un ladrón recuerda cómo fue la detención
22.07.13 - 00:45 - A. H. | BILBAO.
P.G.A., de 45 años, es uno de los dos agentes heridos al sufrir una descarga de 3.500 voltios cuando perseguían a un ladrón por el techo de un vagón en las vías de la estación de Abando. Ambos fueron ingresados en el hospital de Basurto. Él ha recibido el alta recientemente, aunque aún sufre quemaduras en un brazo, a la altura del tríceps, por donde le entró la descarga, y una fisura en la otra muñeca. Su compañero J.M.B., de 42 años, el cabo del grupo, que sufrió heridas más graves porque la tensión eléctrica le recorrió el cuerpo desde la cabeza a una rodilla, fue intervenido el pasado martes de una pierna y evoluciona favorablemente.
Los dos forman parte del 'dispositivo Palanca' desde hace unos 15 años, y quieren agradecer las muestras de apoyo que han recibido tanto ellos como sus familias, aunque consideran que simplemente cumplían con su trabajo. «Si no hubiera sido por la descarga, sería una de las actuaciones que tenemos a diario», explica P.G.A.
Recuerda que serían sobre las 04.40 horas del pasado 5 de julio. Él y el resto de la dotación se encontraban en el furgón policial cuando escucharon un aviso de que estaban robando en un comercio de la calle Fernández del Campo. Como estaban en las inmediaciones, se dirigieron hacia el lugar y en la calle García Salazar, a la altura del bar Jagoba, vieron a un individuo al que una patrulla intentaba frenar.
Cayó «a plomo»
El sospechoso, que luego resultó ser H.P., de 31 años y natural de Argelia, saltó el muro para bajar a la playa de vías y cruzó hasta la otra punta, en la parte de la derecha, debajo de Correos. Varios agentes le siguieron a la carrera en mitad de la noche hasta las vías muertas. Tuvieron que buscarle porque le perdían la pista y cuando se encaramó a uno de los trenes parados, P.G.A. se fue tras él. El agente está en buena forma física y subió también al vagón. El presunto delincuente corría hacia adelante y hacia atrás para zafarse y él le bloqueó el paso. Saltó a las vías y sus compañeros le detuvieron. Cuando P.G.A. se giró, se encontró con el cable de la catenaria y sin tocarlo -«tomamos precauciones por si acaso»-, por simple proximidad, le alcanzó el arco voltaico.
La descarga le entró por el brazo como si fuera una bala y le tiró sobre el techo del vagón. No perdió la conciencia. «Tenía miedo de mirarme el brazo por lo que me iba a encontrar, pensaba que ni lo tenía, no lo sentía». Se incorporó y pudo bajar a las vías. Sus compañeros 'askatus' (de paisano) le llevaron en un coche camuflado al hospital. Hasta después no supo lo que le había pasado a J.M.B, el responsable del grupo. «Tenemos suerte con él, es un buen tío y está muy preparado». Cuando el cabo intentaba subir al vagón, sufrió otra descarga que le dejó inconsciente y cayó «a plomo, de morros», dos metros y medio, «como un saco», sobre las piedras y los raíles. Él tuvo «doble suerte».