Las Cruzadas

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Re: Las Cruzadas

Notapor Juanete » Lun Ene 07, 2013 7:21 pm



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Batalla de Dorilea

La Batalla de Dorilea fue un combate que entablaron las fuerzas de los Cruzados contra los musulmanes durante la Primera Cruzada en el siglo XI.

Acabado el asedio a Nicea el 19 de junio de 1097, las fuerzas cruzadas avanzaron por el desierto de Anatolia rumbo a Tierra Santa. Sin embargo, debido a las difíciles tareas de aprovisionamiento que se realizaban, los líderes cruzados se decidieron separar y encontrarse más tarde.

Cerca de Dorilea, las fuerzas de Bohemundo de Tarento decidieron acampar, mientras que Kilij Arslan I preparaba a un grupo de turcos para atacar el campamento de Bohemundo.

El 1 de julio, al amanecer, el ruido de miles de caballos despertó a los hombres de Bohemundo. Los soldados turcos atacaron a todo el que se les atravesara en su camino. Los cruzados no pudieron responder rápidamente debido a la sorpresa del ataque.

Las bajas turcas eran ínfimas comparadas con las de los Cruzados. Mientras que la caballería atacaba, un grupo de arqueros turcos disparaba desde cientos de metros atrás del campamento. Los cruzados resistían ferozmente contra la caballería, pero la esperanza de la victoria estaba muy lejos.

La victoria turca parecía al alcance de la mano, sin embargo, según contaron luego los europeos, se dice que Dios escuchó las súplicas de los cruzados y, cerca de donde se hallaban los arqueros turcos, la caballería de Godofredo de Bouillón logró avanzar, acabando con éstos. Tras poder reorganizarse, las fuerzas cruzadas habían pasado de entre cinco y diez mil hombres a más de cuarenta mil.

Los turcos, aterrados al ver las fuerzas de Godofredo acercarse, huyeron rápidamente. En parte se debió a que, a pesar de atacar en huestes de miles, no se movían por Tierra Santa como una verdadera fuerza militar conjunta, sino más bien para atacar caravanas y hacer escaramuzas (el liderazgo de Saladino luego "remediaría" eso). Ambos lados perdieron miles de hombres, de hecho, se estima que apenas en el principio del ataque turco, murieron algo menos de 5.000 cruzados. Todo el combate no duró más de unas dos horas.

Acabada la batalla, tomaron de nuevo su rumbo a Tierra Santa.

Tras esta victoria los ejércitos cruzados se llenaron de optimismo, se han documentado cartas de soldados cruzados a sus esposas, en las que decian que en apenas tres semanas alcanzarían Jerusalén, sin embargo estaban equivocados, ya que tardaron casi tres años más en alcanzar Tierra Santa.Despues un pequeño contingente turco de 12.000 hombres intento cerrar el paso pero los cruzados guiados por Esteban y en superioridad numerica lograron vencerles, en la batalla murio el general que dirigia esta operacion de defensa desesperada Queazar y los pocos sobrevivientes se replegaron, en el resto del viaje los cruzados no encontraron mayor resistencia hasta llegar a Antioquia.
Juanete
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Re: Las Cruzadas

Notapor Juanete » Lun Ene 07, 2013 7:38 pm


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Batalla de Manzikert

La Batalla de Manzikert —en persa y turco clásico: «ملازگرد»; turco moderno: «Malazgirt Meydan Savaşı»; armenio clásico: «Մանազկերտի Ճակատամարտը o Manazkerti Jakatamartu»— o Malazgirt tuvo lugar el 26 de agosto de 1071 entre los turcos selyúcidas y las tropas bizantinas en las cercanías de Manzikert —actual Malazgirt, Provincia de Muş en Turquía—. La decisiva derrota del ejército bizantino y la captura del basileus Romano IV Diógenes jugó un importante rol en de la caída de la autoridad del Imperio bizantino en Anatolia y Armenia, lo que permitió una gradual turquificación de Anatolia.

Con la pérdida de Siria y Egipto, el Imperio bizantino estaba reducido esencialmente desde el siglo VII a dos regiones: los Balcanes y Anatolia (o Asia Menor), siendo esta última el principal granero y zona de reclutamiento del ejército bizantino. Durante la época de Basilio II se había consolidado el dominio en estas dos áreas, estableciéndose una frontera oriental con el mundo musulmán que iba desde Antioquía hasta Armenia. La defensa de esta frontera estaba encargada a hombres libres reclutados en la región.

Con la crisis que siguió al fin de la dinastía macedonia, se produjo un enfrentamiento entre dos bandos, el de los militares y el de los funcionarios civiles. La llegada al trono de uno de éstos provocó la reducción en el número de efectivos y el desmantelamiento de parte de las defensas de la frontera oriental, que quedó abierta a las incursiones de los turcos selyúcidas, comandados por Alp Arslan, que conquistaron Armenia.

La subida al trono de Romano IV Diógenes, un militar, llevó a la organización de un ejército de 70.000 hombres para reconquistar el terreno perdido ante los turcos.

En 1071 el normando Roberto Guiscardo tomó la ciudad de Bari, que era el último reducto bizantino en el sur de Italia. El emperador Romano IV había dado por perdida Italia y en su lugar se conformaba con hacer frente a los turcos. Partió hacia el este con un ejército de 60.000 soldados incluidos los de caballería pesada, llamados también catafractos, a los que se sumaban numerosos contingentes de infantería, de los cuales sólo la mitad eran bizantinos, siendo el resto mercenarios turcos o normandos.

De los soldados bizantinos, una parte estaba al mando del estratego Andrónico Ducas, perteneciente a una familia rival al emperador. En cuanto a la guardia varega, se quedó en Constantinopla, no interviniendo en la batalla.

Tras atravesar Anatolia y asegurar algunos fuertes por el camino, Romano IV envió al destacamento turco de avanzadilla mientras él seguía hacia Manzikert. No se sabe qué fue de los mercenarios turcos, si fueron atacados o simplemente desertaron, pero no se volvió a saber de ellos.

En el ejército bizantino había muchos soldados inexpertos, y la lealtad de algunos generales era dudosa, pero con ellos retomó la ciudad de Manzikert, ubicada al este de la actual Turquía, que los selyúcidas habían ocupado con anterioridad. Con ello violaba el tratado de paz que había firmado con Alp Arslan años antes. Éste se encontraba en Siria y tuvo que abandonar sus planes para retroceder precipitadamente a enfrentarse a los bizantinos.

El ejército selyúcida estaba formado en su mayoría por caballería ligera, que no estaba armada para resistir un ataque frontal de la caballería pesada bizantina, pero era más ágil y podía maniobrar mejor.

Alp Arslan llegó a Manzikert el 25 de agosto de 1071. Al avistar el ejército enemigo, Romano IV ordenó a su caballería que cargase contra los turcos, con lo cual violó una de las normas básicas de la estrategia bizantina: nunca debía enviarse caballería pesada a perseguir a la caballería ligera, a menos que ésta estuviera acorralada contra un río u otra barrera. Tales persecuciones sólo agotaban a los caballos y los volvían vulnerables ante un contraataque. Así sucedió: los turcos huyeron con la pericia necesaria para no dejarse acorralar y hostigaron con flechas desde lejos. El emperador vio que sus tropas se estaban agotando y ordenó la retirada. Caída la noche mientras las tropas bizantinas trataban de instalarse en un campamento, los turcos atacaron por todas partes mediante una formidable maniobra de pinzas. Durante la batalla, en la que Romano comandaba la vanguardia, los mercenarios normandos decidieron no intervenir, mientras que la retaguardia, dirigida por Andrónico Ducas, se dio a la fuga dejando desamparado al basileus y volvió a Bizancio a apoyar sus propios intereses políticos.

La falta de organización, sumada a la gran pericia de Alp Arslan, permitió a los turcos destruir completamente el ejército bizantino y capturar al propio emperador. Nunca antes los enemigos de Bizancio habían derrotado tan contundentemente al ejército bizantino. El desastre de Manzikert marcó el inicio de la decadencia militar de Constantinopla.
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Re: Las Cruzadas

Notapor Juanete » Dom Mar 24, 2013 1:08 pm


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Califato fatimí

El Imperio fatimí o califato fatimí gobernó el Norte de África del año 909 al 1171.

El nombre "fatimí" deriva del nombre de la hija del profeta Mahoma, Fátima az-Zahra, y su esposo, Alí, primo del profeta. La dinastía y sus seguidores pertenecían a la corriente ismailí dentro de la rama del islam de los chiíes. La dinastía fue fundada cuando un dirigente local en el oriente de Argelia se declaró el Mahdí, el "de guía divina" y el califa o imam. Legitimó su pretensión como descendiente del Profeta por vía de la hija del Profeta, Fátima Zahra, y su esposo, Ali ibn Abu Talib, primo del Profeta. Esto ocurrió en Kairuán, ciudad ubicada en el centro de Túnez, pero su control pronto se extendió a todo el centro del Magreb, área formada por los actuales países de Marruecos, plazas de soberanía españolas, Argelia, Túnez y Libia.

En el 922 se incorporó el emirato idrisí de Fez, el cual en el 925 se independiza. En el 927 se vuelve a incorporar al califato, y no es hasta el 937 cuando los idrisíes se vuelven a independizar de nuevo.

Los fatimíes entraron en Egipto en 972, donde fundaron una nueva capital junto a la ciudad de Fustat a la que llamaron al-Qáhira (القاهرة) (El Cairo), que significa "La Triunfante". Siguieron conquistando las áreas circunvecinas hasta que gobernaron desde Túnez a Siria, y llegaron hasta Sicilia.

A diferencia de otros gobiernos del área, el ascenso fatimí en cargos de Estado dependía más del mérito que del linaje, los cohechos y las intrigas. Los miembros de otras ramas del islam, como los sunníes, tenían tantas probabilidades de ser nombrados a puestos de gobierno como los chiíes. La tolerancia se extendía hasta los no musulmanes, como los cristianos y judíos que ocupaban los niveles más encumbrados del gobierno únicamente gracias a su capacidad.

El imperio siguió creciendo y floreciendo bajo el califa Al-Hakim, cuyo reinado empezó con la construcción de la gran mezquita entre Bab Al-Futuh y Bab An-Nasr en El Cairo (la Mezquita de al-Hakim). Rompiendo con la tradición, se mezcló con su pueblo para tomar el pulso de sus súbditos. Sin embargo, gradualmente, fue enloqueciendo hasta que ejecutaba a cualquiera que le desagradara y promulgó leyes arbitrarias, como la proscripción de los zapatos de mujer o la prohibición de trabajar de día y dormir de noche.

Con su locura también acabó la tolerancia hacia cristianos y judíos, a quienes cargó con varias leyes, entre ellas la obligación de llevar ropas distintivas. En 1009, Al-Hakim hizo destruir la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Este hecho fue la excusa bajo la que se convocó la Primera Cruzada en 1099, a pesar del tiempo transcurrido, de que el emperador bizantino Constantino IX reconstruyó la iglesia en 1048 y de que la situación de los cristianos palestinos había vuelto a su cauce tras la muerte del califa.

Su muerte está velada por el misterio: simplemente desapareció cuando daba un paseo nocturno en burro, solo, por los alrededores del monte Muqattam, en las inmediaciones de la capital. La mayoría pensó que había sido asesinado para propiciar un cambio en el poder, pero algunos afirmaron que era divino y había ascendido a un ámbito espiritual. Los creyentes de esta tradición son conocidos como drusos y aún viven en el Líbano, Siria, Jordania e Israel. El impulso de divinizar al imam, esto es, al máximo guía espiritual, que en el caso fatimí era el califa, parece haber estado presente en el chiismo popular desde siempre, aunque es contraria al islam: el imam Ya'far al-Sadiq llegó a ordenar que murieran en la hoguera las personas que habían querido considerarle divino. Parece que Al-Hakim, al contrario, no hizo nada para evitar su divinización, sino que más bien la alentó.

Después de aproximadamente 1060, el territorio fatimí fue encogiéndose hasta que apenas lo componía Egipto. Con la enfermedad y muerte del último califa fatimí, en 1171, Saladino sumó a Egipto al Califato Abbasí y Egipto volvió a la rama sunní del islam, con lo que tocó a su fin la dinastía fatimí.

Con ello quedó además destruido el gran centro de poder ismailí, dejando el protagonismo en la historia posterior de esta secta islámica a la rama de los nizaríes, asentada principalmente en Irán y Siria.
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