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Poco puedo añadir a lo dicho por los foreros que han intervenido con anterioridad, no puedo añadir mucho porque estoy de acuerdo, pero necesito expresar una vez más la vergüenza y los malos momentos que he pasado desde que contemplé por primera vez lo ocurrido en el Parlamento el día de ayer.
Cuando hace unos meses vi la actuación del mismo Jefe de Intervención con motivo de la huelga general, pensé que no se podían hacer peor las cosas, pensé que a raíz de esos incidentes aprendería la lección; Se echaría la responsabilidad a la espalada y tiraría p´lante, pero está claro que me equivoqué entonces.
26-s-huelga-nacionalista-t97860.htmlIluso de mi, pensé que no se podían hacer peor las cosas que ese día, pero ayer me di cuenta que era posible; el día de la huelga también pasé vergüenza ajena al ver, al mando de una Unidad de Intervención, huir de la responsabilidad dejando a un subordinado al frente de un grupo, al que se enfrentaba alterado y gritando un parlamentario foral que había perdido las formas y que desconocía lo que significa legalmente la separación de poderes.
Entonces me fije en un jefe de Intervención huidizo, cobarde y que no quería asumir las responsabilidades inherentes a su cargo, un Jefe que reculaba ante los requerimientos ilegales y ante las voces de un parlamentario foral que se enfrentaba a una fuerza policial, que legalmente estaba haciendo uso de sus atribuciones, conforme marca el ordenamiento jurídico intentando restablecer el orden público.
Un presunto responsable que parecía desconocer la ley y que se situaba a la espalda de un cabo, que daba la cara ante un parlamentario fuera de sí, y que finalmente cedía ante los requerimiento ilegales de un político, tirando del cabo hacia atrás, consiguiendo arrinconar a la fuerza actuante contra el parlamento. Soportando con ello, que los manifestantes les rodearan y les lanzasen todo tipo de objetos y botes de humo. Que ilegalidad, que dejación de funciones por parte, nada menos, del jefe de Intervención...
Pero tenía la esperanza de que sus superiores observasen esas mismas escenas y tomaran cartas en el asunto, imbécil de mi, igual hasta le dieron la enhorabuena, aunque hubiese mirado para otro lado, no queriendo ver los flagrantes delitos para no practicar detenciones, aunque con su forma de actuar se incrementara la posibilidad de que compañeros resultasen heridos, parece que a sus superiores esas escenas les dieron igual.
Pero como suele pasar, las cosas no mejoran y siempre suelen ser tendentes a empeorar, sobre todo cuando se mantiene al mando a un incompetente, y que nadie vea en esta atribución un insulto, sólo pretende ser una definición objetiva.
No pretendo faltar, ni insultar al jefe de intervención, sólo quiero poner de manifiesto su falta de preparación y de facultades para asumir un puesto de tal envergadura.
Y por todo ello vimos los que vimos y soportamos lo que soportamos el día de ayer, gracias a la profesionalidad de los policías integrantes de los grupos que intervinieron y a su saber hacer, los compañeros lograron salir ilesos físicamente, supongo que tocados psicológicamente después de haber aguantado tanto, porque estoy seguro que la experiencia por la que pasaron afecta a cualquiera.