Formación Oficial H&K |
Formación / tutoriales H&K |
uspsuministros.com |
CRISIS EN EL SÁHARA
Decenas de muertos en un asalto a la planta de gas de ArgeliaEl Ejército argelino asedia la planta de gas donde un grupo afin a Al Qaeda mantiene secuestrados a 40 extranjeros
Los terroristas afirman que un helicóptero les ha bombardeado y ha herido a dos prisioneros
Los extremistas aseguran que el lugar está lleno de explosivos y matarán a todos los rehenes
Las informaciones son confusas en torno a un ataque contra la planta de gas en la que un grupo afín a Al Qaeda secuestró a unos 40 extranjeros y unos 150 argelinos. El asalto ha sido confirmado por fuentes oficiales occidentales. Según medios locales que citan a los terroristas, hasta 34 rehenes y 15 yihadistas han muerto
“Vosotros mandáis unas enfermeras, y a nosotros que nos maten”El eurodiputado Cohn Bendit resume con crudeza el malestar de Francia ante la ausencia de Europa en la guerra de Malí
Europa desplegará una misión de entrenamiento con 450 personas
Mirando hacia la desaparecida jefa de la inexistente diplomacia y seguridad europeas, Catherine Ashton, el eurodiputado verde franco-alemán Daniel Cohn-Bendit resumió el martes en el Parlamento Europeo el malestar de los partidos políticos franceses por la ausencia de aliados europeos en el conflicto de Malí. “Madame Ashton, usted ha dicho que (esta guerra) nos concierne a todos. Todo el mundo nos dice lo mismo. Pero no hay más que soldados franceses allí. Y lo que se dice a los franceses es: ‘Nosotros os mandamos unas enfermeras y a vosotros que os maten”.
Si hasta ahora algunos pensaban que la crisis de Europa era económica, simples desajustes fiscales, la intervención urgente de Francia en el polvorín del Sahel y la falta casi absoluta de colaboración real por parte de los socios europeos han revelado que la división de la Unión Europea es sobre todo política y humana.
El miércoles, en la Asamblea Nacional, los partidos franceses, sin excepción, criticaron con más o menos acritud la actitud de Bruselas y de los Veintisiete. La sesión reveló el agudo malestar de los socialistas con Alemania, que se ha negado en redondo a enviar tropas y se ha limitado a prometer ayuda médica, logística y humanitaria.
La sensación a este lado del Rin es que, inmersa de lleno en su año electoral, lo que menos necesita la canciller Angela Merkel son fotos de féretros de jóvenes soldados alemanes caídos en una lejana excolonia francesa.
Aunque la respuesta alemana ha sido algo menos radical que en el caso de Libia, parece claro que la actitud solipsista de la canciller va a abrir todavía un poco más su fractura con François Hollande. Ambos celebrarán el lunes próximo el cincuentenario del Pacto del Elíseo firmado entre De Gaulle y Adenauer. Llegarán a la cita más divididos que nunca.
Como ha subrayado Mediapart, Francia está sola en Malí “frente a sus responsabilidades” también a causa de sus propios errores: la negligencia reiterada desde hace quince años al renunciar a impulsar una verdadera Defensa común; la decisión -de Nicolas Sarkozy- de abandonar el mando integrado de la OTAN sin forzar una redefinición de las misiones de la Alianza, y la decisión de emprender una guerra prevista desde hace meses sin haber cuajado antes una coalición militar de países amigos.
Pero es palmario que los Veintisiete no quieren oír hablar, todavía, de echar una mano en el Sahel. En la reunión de ministros Exteriores que se celebra hoy en Bruselas se discutirá un “paquete de medidas” (en realidad, dos) anunciado pomposamente por lady Ashton que se parece mucho al papel mojado.
Las dos medidas son: acelerar el envío de la misión, en estudio desde hace meses, de 250 instructores europeos para formar al ejército maliense –lo que a estas alturas suena a la guerra de Gila: de hecho la ciudad elegida está demasiado cerca del frente actual y probablemente deberá ser cambiada por otra-; y conceder ayuda financiera y apoyo humanitario de urgencia al Gobierno de Malí. El montante total será, en principio, de 90 millones de euros.
Esta táctica, a medias del avestruz y la buena conciencia, escuece en París, aunque Hollande reiterara el martes que “Francia no está sola”, y seguramente contribuirá a aumentar la eurofobia de muchos franceses, que de momento apoyan la intervención en Malí de forma muy mayoritaria -un 75% está a favor-.
Durante el debate parlamentario del martes, los diputados de izquierdas tronaron contra la insolidaridad de la Unión Europea. El diputado del Partido Socialista Malek Boutih afirmó que la crisis europea “no es solo financiera, sino sobre todo política” y añadió: “Los alemanes debilitan la solidaridad europea”. Su jefe de filas, Bruno Le Roux, lamentó que “la Europa de la Defensa siga siendo un proyecto, se diría incluso una quimera”.
Desde la derecha, el populista líder de la UMP, Jean-François Copé, prefirió achacar la soledad de París al “fracaso de la diplomacia francesa, que no ha sabido sumar para la causa”, dijo, “a nuestros amigos europeos”
El Gobierno intenta reparar a toda prisa esa carencia. Sabe que el aislamiento en una guerra que será larga y que solo se podrá ganar con operaciones terrestres es una pésima noticia para Francia. Pero no será fácil cambiar esa tendencia. A falta de una política común de Defensa, el juego depende de la OTAN, por un lado, y de lo que decida hacer cada Estado a título individual. Desde que Hollande retiró a las tropas de forma anticipada de Afganistán, Francia ha perdido influencia en la OTAN. En Europa apenas puede hacer frente al absolutismo de Alemania. Respecto a los países, las guerras son caras en dinero y en vidas humanas. Y la crisis económica que viven los socios naturales de Francia, España, Italia, Portugal, aconseja prudencia a sus gobernantes. La posición de España, en todo caso, es más delicada que la de los demás. La colaboración leal que Francia le ha prestado y le presta con ETA obliga moralmente a Madrid.