Historia militar de la URSS. Crisis constitucional 1993

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Historia militar de la URSS. Crisis constitucional 1993

Notapor 112sosgalicia » Vie Sep 21, 2012 9:11 pm


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Historia militar de la Unión Soviética
La historia militar de la Unión Soviética comenzó en los días que siguieron a la Revolución de octubre de 1917 que llevó a los bolcheviques al poder. El nuevo gobierno formó el Ejército Rojo para combatir a varios enemigos en la Guerra Civil Rusa. A finales de los años 1930, el Ejército Rojo invadió Finlandia; luchó en una breve y nunca declarada guerra fronteriza (junto con su aliado Mongolia) contra Japón y su estado títere de Manchukuo; y, se desplegó cuando la Unión Soviética, de acuerdo con la Alemania nazi, participó en el reparto de Polonia, se anexionó los Estados Bálticos, Besarabia y Bucovina del Norte (perteneciente a Rumanía). En la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Rojo fue la fuerza militar más numerosa de las que participaron en la derrota de la Alemania nazi. Tras la guerra, ocupó militarmente parte de Alemania y otras muchas naciones del centro y el este de Europa, que se convirtieron en estados satélites del Bloque soviético.
La Unión Soviética se convirtió en la segunda superpotencia con posibilidad de rivalizar con Estados Unidos. La Guerra Fría entre las dos naciones las llevó a un aumento de la actividad militar, la carrera armamentística, y la carrera espacial. A principio de los años 1980, las fuerzas armadas soviéticas tenían más tropas y armas nucleares que cualquier otro país. La Unión Soviética cayó en 1991, no por una derrota militar sino por factores políticos y económicos (véase Historia de la Unión Soviética).
El ejército soviético consistía en cinco grandes fuerzas. Estas fueron, por orden de importancia: las Fuerzas de misiles estratégicos, las Fuerzas de tierra, las Fuerzas aéreas, las Fuerzas de defensa aérea y las Fuerzas navales. Las otras dos fuerzas soviéticas militarizadas fueron las Tropas Internas (Tropas del MVD), dependientes del Ministerio del Interior, y las Tropas Fronterizas, dependientes del KGB.

Trasfondo zarista y revolucionario

La Revolución de Octubre reemplazó al Zar por el Gobierno Provisional Ruso de 1917, que a su vez fue derrocado por la Revolución Bolchevique de 1917. El ejército ruso, exhausto tras su participación en la Primera Guerra Mundial, estaba al borde de la desintegración y el derrumbe. A pesar de la fuerte influencia de los bolcheviques en el ejército, en el cuerpo de oficiales había muchos que se oponían ferozmente al comunismo. Los Bolcheviques percibían el ejército zarista como uno de los cimientos del antiguo y odiado régimen, por lo que decidieron abolirlo en favor de unas nuevas fuerzas armadas leales a la causa marxista. Así, el núcleo del abolido ejército zarista se convirtió en el de las fuerzas armadas del Gobierno Provisional Ruso, que a su vez pasó a ser el núcleo armado del Movimiento Blanco. Éste último, con la ayuda intermitente de fuerzas intervencionistas extrajeras (japonesas, británicas, francesas y estadounidenses), combatió al Ejército Rojo durante la Guerra Civil Rusa.
El 28 de enero de 1918 el líder bolchevique Vladímir Lenin decretó el establecimiento del Ejército Rojo, fusionando oficialmente a 20.000 Guardias Rojos con 200.000 marineros de la Flota del Báltico,1 así como a un puñado de soldados de la guarnición de Petrogrado, simpatizantes de la causa. León Trotsky fue nombrado su primer Comisario de Guerra.
En sus comienzos, el Ejército Rojo era igualitario aunque poco disciplinado. Los bolcheviques consideraban los rangos militares y los saludos como costumbres burguesas y los abolieron. Los soldados pasaron a elegir a sus propios jefes y votaban sobre las órdenes a seguir. Este experimento igualitario fue más tarde abolido bajo la presión de la Guerra Civil Rusa (1918–1921), y tanto los rangos como la obligación de obedecer se restablecieron.2
Durante la Guerra Civil los bolcheviques combatieron a grupos contrarrevolucionarios, que llegaron a ser conocidos como los Ejércitos Blancos, así como a otros ejércitos patrocinados por los anteriores aliados de Rusia, como Gran Bretaña y Francia, que sintieron la necesidad de derrocar al gobierno bolchevique. El Ejército Rojo alcanzó inicialmente una serie de victorias sobre sus adversarios y, en un arranque de optimismo, Lenin ordenó al Ejército Occidental soviético avanzar hacia el Oeste tras el vacío creado por las fuerzas alemanas en retirada desde el área de Ober-Ost. Esta operación barrió las recién creadas República Popular de Ucrania y República Nacional Bielorrusa, y condujo finalmente a la invasión por Rusia de la Segunda República de Polonia, un estado que estrenaba su independencia del antiguo Imperio ruso. Al invadir Polonia e iniciar la Guerra Polaco-Soviética, los bolcheviques expresaron su convicción de que finalmente triunfarían sobre sus adversarios, las fuerzas del capitalismo, tanto en casa como en el extranjero.
La inmensa mayoría de los oficiales profesionales del ejército ruso pertenecían a la nobleza (dvoryanstvo); además, la mayoría de ellos se habían incorporado a los Ejércitos Blancos. Por tanto, el Ejército de Trabajadores y Campesinos se enfrentó al principio a la escasez de jefes militares experimentados. Para remediar esta situación los bolcheviques reclutaron 50.000 oficiales del antiguo Ejército Imperial para dirigir el Ejército Rojo. Al mismo tiempo, incorporaron comisarios políticos a las unidades para supervisar la actuación y lealtad de los mandos profesionales, llamados oficialmente “especialistas militares” (voyenspéts, contracción de voyenny spetsialist). Para 1921 el Ejército Rojo había derrotado cuatro Ejércitos Blancos y rechazado cinco contingentes armados extranjeros que habían intervenido en la Guerra Civil, pero comenzaron a sufrir reveses en Polonia.
Las fuerzas polacas lograron cortar en seco una larga serie de victorias bolcheviques lanzando una dura contraofensiva en la Batalla de Varsovia, en agosto de 1920. El Ejército Rojo sufrió en Varsovia una derrota tan aplastante e inesperada que cambió el curso entero de la guerra, y finalmente forzó a los rrusos a aceptar las desfavorables condiciones ofrecidas por el Tratado de Riga, firmado el 18 de marzo de 1921. Fue la mayor derrota del Ejército Rojo en toda su historia.
Tras la guerra civil, el Ejército Rojo se fue transformando progresivamente en una organización militar profesional. Con la mayor parte de sus cinco millones de soldados desmovilizados, el Ejército Rojo pasó a ser una pequeña fuerza regular, creándose milicias territoriales para movilizaciones en tiempo de guerra. Las academias militares rusas, instauradas durante la guerra civil, comenzaron a producir en grandes cantidades oficiales entrenados y leales al poder bolchevique. En un esfuerzo por incrementar el prestigio de la profesión militar, equiparable a la necesidad de mejorar los resultados frente a fuerzas armadas más disciplinadas, el Partido reintrodujo las graduaciones militares, rebajó el rango de los comisarios políticos y terminó restableciendo el principio del mando unipersonal.
Desarrollo de la estructura, ideología y doctrina del ejército soviético

Control del Partido
El Partido Comunista tenía una serie de mecanismos de control sobre las fuerzas armadas del país (llamado Unión Soviética desde 1922). Primero, a partir de cierto rango, sólo un miembro del partido podía ser mando militar, y estaría sujeto a la disciplina de partido. Segundo, la cúpula militar fue sistemáticamente integrada en los más altos escalafones del partido. Tercero, el partido estableció una red de oficiales políticos por toda la estructura militar para vigilar e influir en las actividades del ejército.
Un comandante político sustituto (zampolit) servía como comisario político en las fuerzas armadas. Los zampolit supervisaban las organizaciones del partido y conducían los trabajos políticos del partido dentro de su unidad militar. Instruía a las tropas en el Marxismo-Leninismo, la visión soviética de los asuntos internacionales, y las tareas del partido para las fuerzas armadas. Tras la Segunda Guerra Mundial, los zampolit perdieron toda su autoridad de mando pero mantuvieron el poder de informar a sus superiores de las actitudes políticas y rendimiento del jefe de la unidad.
En 1989, alrededor del 20% del total de personal de las fuerzas armadas pertenecía al partido o a la juventud comunista (Komsomol). Esta cifra aumentaba a alrededor del 90% en el caso de los oficiales.
Contrainteligencia militar

A través de la historia del ejército soviético, la policía secreta soviética (conocida también como Cheka, GPU y NKVD entre otros nombres) mantuvo el control sobre los Departamentos especiales (Особый отдел) de contrainteligencia que existían en todas las grandes formaciones militares. El más conocido fue el SMERSH (1943-1946) creado durante la Gran Guerra Patria. Aunque el personal del departamento especial de un regimiento era conocido públicamente, éste controlaba una red de informantes secretos, tanto chekistas como militares ordinarios. GPU y NKWD eran dos cosas diferentes. Lo primero era puramente inteligencia militar, la segunda era un policía que aunque desempeñaba alguna función de inteligencia era más bien un cuerpo con funciones parecidas a la gestapo alemana.

Doctrina política
Bajo la dirección de Lenin y Trotsky, el Ejército Rojo afirmó su adhesión a la proclamación de Karl Marx de que la burguesía solo podía ser vencida mediante una revuelta mundial del proletariado, y con vistas a ese fin, las primeras doctrinas militares soviéticas se centraron en extender la revolución en el extranjero y expandir la influencia soviética a través del mundo. Lenin proporcionó un experimento temprano de la teoría de Marx cuando invadió Polonia esperando generar un levantamiento comunista en la vecina Alemania. La expedición polaca de Lenin sólo logro complementar su creación del Comintern en marzo de 1919, una organización con el único propósito de luchar "por todos los medios disponibles, incluyendo la fuerza armada, para el derrocamiento de la burguesía internacional y por la creación de una república soviética internacional como una etapa de transición para la completa abolición del Estado."
De acuerdo con la filosofía del Comintern, el Ejército Rojo reprimió por la fuerza la Revuelta Basmachi antisoviética en Asia Central a fin de mantener el Turquestán dentro del sistema de alianzas soviético. En 1921, la ocupación por parte del Ejército Rojo de la República Democrática de Georgia derrocó al gobierno representativo georgiano y lo reemplazó por una República Soviética. Georgia fue entonces unida por la fuerza con Armenia y Azerbaiyán a fin de formar la República Socialista Soviética Federativa Transcaucásica, un estado miembro de la Unión Soviética.
Estas ideas del comunismo mundial no tuvieron en general éxito debido a la distracción que supuso la Guerra Civil Rusa, y el comunismo mundial no fue intentado de nuevo por la fuerza hasta la Segunda Guerra Mundial.
Relaciones entre el partido y el ejército
Durante los años 1930, el plan quinquenal de Iósif Stalin y el empuje de la industrialización construyeron la base productiva necesaria para modernizar el Ejército Rojo. Como la probabilidad de guerra en Europa aumentó a finales de la década, la Unión Soviética triplicó sus gastos militares y dobló el tamaño de sus fuerzas regulares para estar a la altura del poder de sus enemigos potenciales.
En 1937, sin embargo, Stalin purgó al Ejército Rojo, eliminando a sus mejores líderes militares. Con el temor de que los militares suponían una amenaza a su liderazgo, Stalin encarceló o ejecutó a muchos oficiales de alto rango (se estima que varios miles), incluyendo tres de los cinco mariscales de campo existentes. La pérdida masiva de estos oficiales y sus conocimientos dañó severamente las capacidades del Ejército Rojo en la Guerra de Invierno de 1939–1940 contra Finlandia, y en la Segunda Guerra Mundial.
Temiendo la inmensa popularidad de las fuerzas armadas tras la Segunda Guerra Mundial, Stalin degradó al héroe de la guerra, el Mariscal Georgi Zhúkov, y se apropió del mérito de haber salvado al país. Tras la muerte de Stalin en 1953, Zhúkov resurgió como un vehemente partidario de Nikita Jrushchov. Jrushchov le recompensó haciéndole ministro de defensa y miembro completo del Politburó. Sin embargo, la posibilidad de que el ejército soviético pudiera conseguir demasiado poder político llevó a la destitución abrupta de Zhúkov en otoño de 1957. Jrushchov más tarde recortó los gastos en defensa en las fuerzas convencionales con el fin de cumplir con sus planes de reforma económica, aislando aún más a las fuerzas armadas.
Los años de Leonid Brézhnev en el poder marcaron la máxima cooperación entre el partido y el ejército, ya que proporcionó abundantes recursos a las fuerzas armadas. En 1973 el ministro de defensa se convirtió en un miembro completo del Politburó por primera vez desde 1957. Sin embargo Brezhnev evidentemente se sentía amenazado por el ejército profesional, y buscó crear un aura de liderazgo militar alrededor suyo en un esfuerzo por establecer su autoridad sobre las fuerzas armadas.
A principios de los años 1980, las relaciones entre el partido y el ejército se volvieron tensas por las cuotas de recursos asignados a las fuerzas armadas. A pesar de un descenso en el crecimiento económico, las fuerzas armadas exigieron, a menudo sin resultados, más recursos para poder desarrollar armas convencionales avanzadas.
Mijaíl Gorbachov disminuyó el papel del ejército en las ceremonias de estado, incluyendo la reubicación de los representantes militares al final de la formación de líderes en lo alto del Mausoleo de Lenin durante el desfile militar anual conmemorando la Revolución de Octubre en la Plaza Roja. En cambio, Gorbachov enfatizó las prioridades económicas civiles y una razonable suficiencia en la defensa sobre los requisitos percibidos por los militares profesionales.


Doctrina militar
El ejército ruso fue derrotado en la Primera Guerra Mundial, un hecho que determinó fuertemente las primeras etapas del desarrollo del Ejército Rojo. Mientras los ejércitos de Gran Bretaña y Francia se conformaron con mantener las estrategias que les habían dado la victoria, el Ejército Rojo procedió a experimentar y desarrollar nuevas tácticas y conceptos, paralelamente a las renacidas fuerzas armadas alemanas. Los soviéticos se veían a si mismos como una nación única en la historia humana, por lo que no sentían lealtad hacia una tradición militar previa, ideología que permitió y priorizó la innovación.
Desde su concepción, el Ejército Rojo se empeñó en enfatizar una guerra altamente móvil. Esta decisión estaba influenciada por las guerras formativas de su historia, la Guerra Civil Rusa y la Guerra Polaco-Soviética. Ambos conflictos tuvieron poco en común con la guerra de trincheras estática de la Primera Guerra Mundial. En cambio, hubo operaciones móviles de largo alcance, a menudo por parte de fuerzas pequeñas pero muy motivadas, así como avances rápidos de cientos de kilómetros en cuestión de días.
Bajo la Nueva Política Económica de Lenin, la Unión Soviética tuvo pocos recursos para dedicar al Ejército Rojo durante sus años formativos en los años 1920. Esto solo cambió cuando Stalin comenzó el empuje de la industrialización en 1929, una política creada en parte para permitir que se dedicaran al ejército fondos sin precedentes.
Usando estos nuevos recursos, el Ejército Rojo de los años 1930 desarrolló un concepto altamente sofisticado de guerra móvil que confiaba en enormes formaciones de tanques, aeronaves, y tropas aerotransportadas diseñadas para atravesar la línea enemiga y llevar la batalla a lo más profundo de la retaguardia enemiga. La industria soviética respondió, suministrando tanques, aeronaves y otro material en número suficiente para hacer viables estas operaciones. Para evitar sobrestimar el poder del ejército soviético debe mencionarse, no obstante, que mientras que antes de 1941 las formaciones soviéticas de un determinado nivel eran al menos iguales y a menudo más fuertes que las formaciones equivalentes de otros ejércitos, las enormes perdidas en tiempo de guerra y la reorganización basada en la experiencia invirtió la situación durante los últimos años de la guerra. Así, por ejemplo, un cuerpos de carros de combate soviéticos era equivalente en cantidad de vehículos blindados a una división de carros estadounidense, y una división soviética de infantería, a menos que fuera reforzada, solía ser equivalente a un regimiento de infantería estadounidense en cantidad de hombres.
Los soviéticos no siguieron la premisa alemana de suponer que la próxima guerra se decidiría tan rápidamente que podría librarse principalmente con el material producido antes del comienzo de la misma. Al contrario, desarrollaron sus fábricas de armamento bajo la suposición que durante la guerra tendrían que reconstruir el material completo de las fuerzas terrestres y aéreas muchas veces. Esta suposición se demostró correcta durante los cuatro años de guerra.
La predominancia del enfoque en las operaciones móviles del Ejército Rojo a principios de los años 1930 fue enormemente entorpecida por la purga de oficiales realizada por Stalin. Como las nuevas doctrinas fueron asociadas con los oficiales a los que se había declarado enemigos del estado, el apoyo a las mismas disminuyó. Muchas grandes formaciones mecanizadas fueron disueltas, sus tanques distribuidos entre otras formaciones como apoyo a la infantería. Después de que la blitzkrieg alemana demostró su potencia en Polonia y Francia, el Ejército Rojo empezó un esfuerzo frenético para reconstruir los grandes cuerpos mecanizados, pero la tarea solo estaba parcialmente finalizada cuando la Wehrmacht atacó en 1941. Las enormes fuerzas de carros de combate, poderosas sólo sobre el papel, fueron en su mayoría aniquiladas por los alemanes en los primeros meses de la Operación Barbarroja. Otro factor que contribuyó a la derrota inicial fue que el esfuerzo de rearme soviético había comenzado demasiado pronto, y en 1941 la mayoría del material soviético era obsoleto e inferior al de la Wehrmacht, con honrosas excepciones.
En el periodo inicial de la guerra, frente a las pérdidas catastróficas, el Ejército Rojo redujo drásticamente sus formaciones blindadas, siendo la brigada de carros de combate el mayor tamaño de unidad blindada desplegada, y volvió a un tipo de operaciones más simple. No obstante, las revolucionarias doctrinas de los años 1930, modificadas por la experiencia en combate, fueron finalmente usadas con éxito en el frente a partir de 1943, después de que el Ejército Rojo recuperó la iniciativa.
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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Vie Sep 21, 2012 9:17 pm


Despliegue práctico del ejército soviético

Periodo de entreguerras
Durante el período de entreguerras, tras la muerte de Lenin, la Unión Soviética se enredó en una lucha por la sucesión que oponía a Trotsky y su política de la "revolución mundial" contra Stalin y su política de "socialismo en un solo país." Gracias a su control sobre el Partido y el apoyo que recibía del mismo y de la burocracia del estado, Stalin prevaleció, y Trotsky fue cesado como comisario de guerra en 1925, lo que lo llevó a alejarse de la política de propagar la revolución en el extranjero en favor de centrarse en cuestiones nacionales y defender el país contra la posibilidad de una invasión extranjera.
Ansioso de eliminar a los partidarios militares y políticos de Trotsky, Stalin dirigió la ejecución de ocho generales de alto rango entre 1935 y 1938 durante la Gran Purga. El principal entre ellos fue el Mariscal de campo Mijaíl Tujachevsky, comandante en jefe de la invasión soviética de Polonia y considerado en general como uno de los estrategas con más talento del ejército soviético.
A pesar de las políticas aislacionistas de Stalin, y aunque las fronteras de la Unión Soviética permanecerían estáticas durante quince años después de la muerte de Lenin, los soviéticos continuaron involucrándose en asuntos internacionales, y el Comintern fue decisivo en la creación de los partidos comunistas de China en 1921 e Indochina en 1930. Adicionalmente, el Ejército Rojo jugó un papel muy importante en la Guerra Civil Española, suministrando más de 1.000 aeronaves, 900 carros de combate, 1.500 piezas de artillería, 300 coches blindados, cientos de miles de armas de fuego y 30.000 toneladas de munición a la causa Republicana.
La participación soviética en la Guerra Civil Española estuvo muy influenciada por la tensión creciente entre Stalin y Adolf Hitler, líder de la Alemania nazi y partidario de las fuerzas fascistas de Francisco Franco. Las relaciones entre alemanes y soviéticos se vieron reducidas por el odio personal de Hitler a la gente del Este de Europa y por la larga enemistad ideológica entre el fascismo y el comunismo. El conflicto armado directo entre Alemania y la Unión Soviética fue retrasado por la firma del Pacto Ribbentrop-Mólotov el 23 de agosto de 1939, que esencialmente dividía las naciones del Europa del Este en dos esferas de influencia, una para los soviéticos y otra para los alemanes. Como resultado de este pacto el Ejército Rojo lanzaría una invasión de Polonia y Besarabia durante los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial.
Stalin seguía temiendo un ataque nazi y el 30 de noviembre de 1939 anunció la invasión de Finlandia en un esfuerzo por usar el territorio finlandés como una zona de separación entre Alemania y el corazón de la Rusia industrial. La Guerra de Invierno resultó desastrosa para el ejército soviético. El Ejército Rojo, que estaba aún sintiendo la herida de las purgas de Stalin y se encontraba privado de recursos industriales e intelectuales, sufrió una serie de derrotas embarazosas antes de aceptar el armisticio el 13 de marzo de 1940. Como resultado directo de la agresión soviética la Unión Soviética fue expulsada de la Sociedad de Naciones el 14 de diciembre de 1939.

Segunda Guerra Mundial
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El Pacto Ribbentrop-Mólotov de agosto de 1939 estableció un acuerdo de no agresión entre la Alemania nazi y la Unión Soviética, y un protocolo secreto describió cómo se dividirían entre ellos Polonia y los países bálticos. En la Invasión de Polonia de 1939 las dos potencias invadieron y dividieron el país, y en junio de 1940 la Unión Soviética ocupó Estonia, Letonia y Lituania.
El Ejército Rojo tuvo poco tiempo para corregir sus numerosas deficiencias antes de que la Alemania nazi atravesara la frontera soviética el 22 de junio de 1941, en las primeras fases de la Operación Barbarroja. El pobre rendimiento de la Unión Soviética en la Guerra de Invierno contra Finlandia animó a Hitler a ignorar los términos del Pacto Ribbentrop-Molotov y tomar al Ejército Rojo por sorpresa. Durante las primeras fases de la ofensiva, el ejército soviético fue forzado a retirarse o quedarse y ser capturado o muerto, cambiando territorio por tiempo mientras sufría un asombroso número de bajas.
Finalmente los soviéticos consiguieron frenar la blitzkrieg de la Wehrmacht, parando la ofensiva nazi en diciembre de 1941 a las puertas de Moscú. El Ejército Rojo lanzó entonces una poderosa contraofensiva de invierno que empujó al enemigo lejos de la capital. A principios de 1942, los debilitados ejércitos del eje abandonaron su marcha hacia Moscú y dirigieron su eje de avance hacia el sur, en dirección al Cáucaso y el río Volga. Esta nueva ofensiva, a su vez, perdió ímpetu en el otoño de 1942, permitiendo a las fuerzas soviéticas recuperar la iniciativa con una contraofensiva devastadora sobre las sobreextendidas líneas enemigas. El Ejército Rojo rodeo y destruyó una considerable cantidad de fuerzas alemanas en la Batalla de Stalingrado, que finalizó en febrero de 1943 e invirtió el curso de toda la guerra en el este. Hubo enormes pérdidas en las tropas de ambos bandos durante esta fase de la campaña, pero especialmente para la URSS con millones de bajas en las batallas de Moscú y Stalingrado.
En el verano de 1943, después de la Batalla de Kursk, el Ejército Rojo recuperó la iniciativa estratégica, y la mantuvo durante el resto de la guerra. Todo el territorio soviético fue liberado de la ocupación alemana en 1944. Tras haber llevado al ejército alemán fuera de Europa del Este, en mayo de 1945 el Ejército Rojo lanzó el asalto final en Berlín que supuso el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa (véase Día de la Victoria en Europa). La mayoría de Alemania e incluso partes de la URSS fueron devastadas por el avance de las tropas del Ejército Rojo como resultado de una política agresiva de "tierra quemada"; durante dicho avance, las tropas soviéticas cometieron desmanes y saqueos contra la población civil alemana, así como una campaña de violaciones sistemática, sin precedentes en la historia por su extensión.3 4 Una vez Alemania fue derrotada, el Ejército Rojo se unió a la guerra contra Japón, y en el verano de 1945 llevó a cabo una ofensiva contra las fuerzas japonesas apostadas en el norte de Manchuria. El Ejército Rojo resultó ser en la guerra el ejército terrestre más poderoso de la historia con cinco millones de soldados, y más tanques y artillería que todos los otros países juntos. Su nombre fue cambiado a Ejército Soviético.
La Alemania nazi perdió más del 80% de sus mejores tropas mientras luchaba contra la Unión Soviética, pero la derrota de la Wehrmacht vino, no obstante, con el coste de siete millones de soldados y quizá 27 millones de civiles muertos, siendo de lejos las pérdidas más altas de cualquier país durante la guerra. Se cree que este es uno de los números de víctimas mortales más altos de cualquier conflicto militar.5

La Guerra Fría y las fuerzas convencionales


La ametralladora ligera RPK es típica de la influencia del Ejército Rojo en el mundo después de la guerra. Está basada en el fusil de asalto AK-47, que al final efectuaría un cambio en los diseños futuros de fusiles y en los métodos de la guerra moderna.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética tuvo un ejército profesional de 10 a 13 millones de hombres. Indudablemente, durante la Guerra Fría, el Ejército Rojo era de lejos más poderoso que cualquier otro país. Inmediatamente después de la rendición de Alemania, este número fue reducido a cinco millones; esta disminución era indicativa no de la disminución de interés en el ejército soviético sino un creciente interés en establecer unas fuerzas armadas más modernas y móviles. Esta política resultó en la introducción de 1951 de la AK-47, diseñada cuatro años antes como una mejora del subfusil que se suministraba a la infantería soviética con una fuente dura y fiable de poder de fuego de corto alcance. También importante fue la introducción en 1967 del BMP-1, el primer vehículo de combate de infantería encargado por cualquier fuerza armada en el mundo. Estas innovaciones ayudarían a dirigir el curso de las operaciones militares soviéticas durante toda la Guerra Fría.
Muchas de las fuerzas soviéticas que combatieron para liberar los países de Europa del Este del control nazi permanecieron en la región incluso después de la rendición de Alemania de 1945. Consciente de la vulnerabilidad de la Unión Soviética a la invasión del oeste, Stalin usó esta ocupación militar para establecer estados satélites, creando una zona de separación entre Alemania y la Unión Soviética. Los soviéticos rápidamente se convirtieron en una enorme influencia política y económica en la región y la Unión Soviética activamente ayudó a los partidos comunistas locales a llegar al poder. En 1948, siete países de Europa de Este tenían gobiernos comunistas.
En este escenario, la Guerra Fría surgió de un conflicto entre Stalin y el Presidente de Estados Unidos Harry S. Truman sobre el futuro de Europa del Este durante la Conferencia de Potsdam de 1945. Truman acusó a Stalin de traicionar el acuerdo hecho en la Conferencia de Yalta. Con la Europa del Este bajo la ocupación del Ejército Rojo, la Unión Soviética permaneció inflexible en contra del intento de Truman de parar la expansión comunista, y en 1955 introdujo en Moscú el Pacto de Varsovia para contrarestar la alianza Oeste de la OTAN.
El poder del ejército convencional mostró su influencia continuada cuando la Unión Soviética usó sus tropas para invadir Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968 para ahogar las aspiraciones democráticas de su gente y mantener estos países dentro del sistema de alianzas soviético. La Unión Soviética y las fuerzas del Oeste, lideradas por los Estados Unidos, afrontaron un número de puntos muertos que amenazaron en convertirse en conflictos activos, como el Bloqueo de Berlín de 1948-1949 y la Crisis de los misiles de Cuba de 1962, que vio "halcones" en ambos bandos empujar los rivales respectivos más cerca hacia la guerra debido a políticas arriesgadas. Esta actitud fue suavizada por temor a conflictos nucleares y deseos entre moderados para détente.
Bajo el liderazgo de Khrushchev, las relaciones soviéticas con la Yugoslavia de Josip Broz Tito fueron finalmente reparadas con la disolución de 1956 del Cominform. Esta decisión generó una desavenencia más entre la Unión Soviética y la República Popular China, un estado comunista vecino que sintió que los soviéticos estaban regresando a la lucha fundamental marxista-leninista por el triunfo mundial del comunismo. Esta ruptura Sino-Soviética estalló en 1967 cuando la Guardia Roja asedió la embajada soviética en Pekín. Hubo más conflictos en 1969 a lo largo de la frontera Sino-Soviética.
La tensión entre las fuerzas políticas en Moscú y Pekín influenciarían mucho la política asiática durante los años 1960 y 1970, y un microcosmo de la ruptura Sino-Soviética surgió cuando el por entonces Vietnam alineado con los soviéticos de la época final de Ho Chi Minh invadió la Camboya pro-china de Pol Pot en 1978. Los soviéticos se habían asegurado la lealtad del Vietnam y Laos a través de una agresiva campaña de ayuda política, económica y militar – la misma táctica que permitió a la Unión Soviética competir con los Estados Unidos en una carrera por establecerse como soberanos neocoloniales de los estados recientemente independientes de África y el Oriente Medio. Las amplias ventas de armas hicieron de las armas como la AK-47 y el tanque T-55 iconos de las guerras contemporáneas entre Israel y sus vecinos árabes.
También fue significante la declaración de 1968 de la Doctrina Brézhnev que oficialmente afirmaba el derecho de la Unión Soviética de intervenir en los asuntos internos de otras naciones con el fin de proteger el socialismo de las fuerzas opositoras capitalistas. Esta doctrina fue usada para justificar la entrada de un contingen militar en Afganistán en 1979. En Afganistán las fuerzas soviéticas lucharon contra la oposición de los muyahidines, compuestos de simpatizantes islamistas y apoyados por la CIA. Combatiendo una oposición que dependía de tácticas de guerrillas y guerra asimétrica, la enorme maquinaria de guerra soviética resultó incapaz de conseguir victorias decisivas y la campaña entera rápidamente se volvió en una cenegal no diferente del que los Estados Unidos afrontaron una década antes en la Guerra de Vietnam. Después de diez años de combate con el coste de aproximadamente 20.000 millones de dólares cada año (en dólares estadounidenses de 1986)6 y 15.000 bajas soviéticas, Gorbachov se rindió ante la opinión pública y ordenó la retirada de las tropas a principios de 1989.


La Guerra Fría y las armas nucleares


La Unión Soviética probó su primera bomba atómica con el nombre en código "Primer relámpago" el 29 de agosto de 1949, sólo cuatro años después de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, sorprendienda a muchos comentaristas occidentales que habían esperado que el monopolio de los Estados Unidos duraría algún tiempo más. Pronto se reveló que el proyecto soviético de la bomba atómica había recibido una considerable cantidad de información de espionaje sobre el tiempo de guerra del Proyecto Manhattan, y que su primera bomba fue en gran parte una copia deliberada del modelo "Fat Man" de los Estados Unidos. Desde finales de los años 1940, las fuerzas armadas soviéticas se centraron en adaptarse a la Guerra Fría en la era de las armas nucleares alcanzando la paridad con los Estados Unidos en armas nucleares estratégicas.
Aunque la Unión Soviética había propuesto varios planes de desarme nuclear después del desarrollo estadounidense de armas atómicas en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría vio a los soviéticos en el proceso de desarrollar y desplegar armas nucleares a pleno rendimiento. No sería hasta los años 1960 que los Estados Unidos y la Unión Soviética finalmente acordarían prohibir el aumento de armas en la Antártida y las pruebas de armas nucleares en la atmósfera, espacio sideral y bajo el agua.
A finales de 1960, la Unión Soviética había alcanzado una paridad aproximada con los Estados Unidos en algunas categorías de armamento estratégico, y en ese tiempo se ofreció para negociar los límites en el despliegue de armas nucleares estratégicas. La Unión Soviética deseaba obligar a Estados Unidos el despliegue de un sistema de misiles antibalísticos y retener la capacidad de colocar vehículos de reentrada múltiple contra objetivos independientes (MIRVs).
Las conversaciones soviético-americanas sobre la limitación de armas estratégicas comenzaron en noviembre de 1969 en Helsinki. El acuerdo provisional firmado en Moscú en mayo de 1972 congeló los niveles existentes de despliegue de misiles balísticos intercontinentales y reguló el crecimiento de los misiles balísticos lanzables desde submarinos. Como parte del proceso de conversaciones sobre la limitación de armas estratégicas, el Tratado sobre Misiles Anti-Balísticos fue también firmado.
Los acuerdos de las conversaciones sobre la limitación de armas estratégicas fueron considerados generalmente en Occidente como codificadores del concepto de destrucción mutua asegurada o disuasión. Los EE.UU. y la Unión Soviética reconocieron su vulnerabilidad mutua a la destrucción masiva, sin importar qué estado lanzaba las armas nucleares primero. Un segundo acuerdo de las conversaciones sobre la limitación de armas estratégicas fue firmado en junio de 1979 en Viena. Entre otras precauciones, pusieron un techo en conjunto de de lanzamisiles ICBM y SLBM. El segundo acuerdo de las conversaciones sobre la limitación de armas estratégicas nunca fue ratificado por el Senado de los Estados Unidos, en gran parte por la interrupción de la détente a finales de 1970 y principios de 1980.
Hubo un tiempo en que la Unión soviética mantuvo el arsenal nuclear más grande en el mundo. Según cálculos aproximados por el Natural Resources Defense Council, el pico de aproximadamente 45.000 cabezas nucleares7 se alcanzó en 1986. Aproximadamente 20.000 de éstas se creyó que eran armas nucleares tácticas, reflejando la doctrina del Ejército Rojo que favoreció el uso de estas armas si la guerra llegaba a Europa. El resto (aproximadamente 25.000) fueron ICBM estratégicos. Estas armas fueron consideradas de naturaleza ofensiva y defensiva
El complejo industrial militar y la economía

Con las excepciones de Jrushchov y de Gorbachov, los líderes soviéticos desde finales de los años 1920 han dado más importancia a la producción militar que a la economía civil. La alta prioridad que se le dio a la producción militar hacía posible que las empresas militares captaran al mejor personal de la industria civil, los mejores materiales y produjeran así material militar de los más avanzados del mundo. Sin embargo, a finales de los años 1980, Gorbachov transfirió parte de los contratos militares al sector civil de la economía en un esfuerzo para llevarla a los niveles de eficiencia de la industria militar.
La integración del partido, el gobierno y los militares en la Unión Soviética era más evidente en el área de la producción industrial relacionada con la defensa. El comité de planificación del estado, era quien supervisaba el envío de suministros y recursos para las industrias militares. El consejo de defensa tomaba decisiones sobre el desarrollo y producción de los principales armamentos. El departamento de industria de defensa del Comité central del partido comunista de la Unión Soviética supervisaba todas las industrias militares como el agente ejecutor del Consejo de Defensa. Dentro del gobierno, el jefe de gabinete del Consejo de Ministros dirigía la Comisión de Industria Militar, encargada de coordinar las actividades de muchos ministerios industriales, comités de estado, organismos de investigación y desarrollo, así como de fábricas y empresas que diseñaban y fabricaban equipos militares.
A finales de los años 1980 la Unión Soviética dedicaba un cuarto de sus ingresos netos al sector de defensa (en aquella época, en occidente se pensaba que el porcentaje no excedía el 15%).8 En su mejor momento, la industria militar empleaba a uno de cada cinco adultos en la Unión Soviética. En algunas regiones de Rusia, hasta la mitad de los puestos de trabajo estaban en las empresas militares. (La cifra correspondiente par los Estados Unidos era de aproximadamente uno de cada dieciséis puestos de trabajo en el sector militar). En 1989, un cuarto de la población ejercía actividades militares, sirviendo en el ejército, trabajando para la industria militar o siguiendo entrenamiento militar para civiles.
El colapso de la Unión Soviética
El caos político y económico de finales de los años 80 y principios de los 90 produjo la desintegración del Pacto de Varsovia y el colapso de la Unión Soviética. La liberalización acelerada de la economía rusa tuvo un enorme impacto negativo en la fuerza y en la financiación de su ejército. En 1985, el ejército soviético contaba con unos 5,3 millones de hombres, pero para 1990, la cifra había bajado a 4 millones. Al momento de la disolución, las fuerzas conjuntas de la Federación Rusa sólo llegaban a 2,7 millones de hombres. La mayor parte de este descenso ocurrió en el período entre 1989 y 1991.
La primera parte de esta disminución fue decidida y anunciada por el gobierno de Gorbachov en diciembre de 1988; estas reducciones continuaron como resultado del colapso del Pacto de Varsovia y en cumplimiento de los tratados CFE. La segunda razón para esta disminución fue la amplia resistencia a prestar servicio militar que se desarrolló cuando la política de la glásnost permitió conocer al público las condiciones dentro del Ejército Soviético y la amplitud de los abusos contra soldados en servicio.
Mientras la Unión Soviética se encaminaba hacia la desintegración en 1991, la actuación del enorme sector militar soviético fue débil y poco efectiva para mantener el agonizante sistema soviético. Los militares participaron en el control de protestas en el Cáucaso y en Asia central, pero su actuación fue considerada como poco efectiva en la restitución del orden. El 9 de abril de 1989, el ejército, junto con las unidades del MVD, produjeron una masacre de cerca de 190 manifestantes en Tiflis, Georgia. Durante la siguiente crisis importante, en Azerbaiyán, el Ejército Soviético entró por la fuerza en Bakú, entre el 19 y el 20 de enero de 1990, quitando el gobierno establecido y supuestamente matando a cientos de civiles. El 13 de enero de 1991 fuerzas soviéticas atacaron la radio y televisión estatal y la torre de retransmisión en Vilna, Lituania, ambas bajo control opositor, matando a 14 personas e hiriendo otras 700. Esta acción fue percibida por muchos como un caso de uso desmedido de la fuerza con pocos resultados obtenidos.
En los momentos cruciales del Golpe de Agosto, que se considera como el último intento de la línea dura soviética para impedir la división del Estado, algunas unidades militares entraron en Moscú para actuar contra Borís Yeltsin, pero al final se negaron a cruzar entre los manifestantes que rodeaban el edificio del Parlamento Ruso. Para ese momento el liderazgo del Ejército Soviético ya había tomado partido por las reformas de Gorbachov y Yeltsin, condenando así el antiguo orden.

Al disolverse oficialmente la Unión Soviética el 31 de diciembre de 1991, el Ejército soviético quedó en un limbo. Durante año y medio se intentó mantenerlo unido y reorganizarlo como el ejército de la Comunidad de Estados Independientes, pero estos intentos fallaron. Las unidades con sede en Ucrania y en otras repúblicas ya separadas optaron por jurar lealtad a los nuevos gobiernos nacionales y se establecieron tratados para repartir los bienes del antiguo Ejército Rojo. A mitades de marzo de 1992, Yeltsin se autodesignó ministro de de defensa, dando un paso definitivo hacia la creación de las nuevas Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, englobando lo que quedaba de las unidades militares antes existentes. Los últimos restos de la antigua estructura de comando soviético fueron finalmente disueltos en 1993.
En los años siguientes, las fuerzas rusas se retiraron de Europa central y del este, así como de las nuevas repúblicas post-soviéticas. En la mayoría de los lugares, la retirada se realizó sin inconvenientes, pero el ejército ruso se mantuvo en algunas áreas en disputa como en la base naval de Sebastopol en Crimea así como en Abkhazia y Transdnistria. La baja en el reclutamiento y en la capacidad industrial de las repúblicas separadas, así como la caída de la economía rusa, produjeron una caída devastadora en la capacidad de las fuerzas armadas post-soviéticas en la década siguiente a 1992.
La mayoría del armamento nuclear quedó en manos de Rusia, pero Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán conservaron algunos proyectiles. Debido a los temores de proliferación nuclear, en 1996 se realizaron certificaciones de las transferencias de material nuclear de Rusia hacia las otras repúblicas. En la época soviética, Uzbekistán tuvo armas nucleares en su territorio, pero actualmente ese país es firmante del tratado de no-proliferación nuclear.
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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Vie Sep 21, 2012 9:43 pm


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Re: Historia militar de la URSS

Notapor astartes » Vie Sep 21, 2012 10:02 pm


Buena info¡¡
7º mandamiento : Como infante de marina mi misión será sagrada, en su cumplimiento venceré o moriré
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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Vie Sep 21, 2012 10:14 pm


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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Sab Sep 22, 2012 1:59 pm


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KGB
«Comité para la Seguridad del Estado»), fue el nombre de la agencia de inteligencia, así como de la agencia principal de policía secreta de la Unión Soviética del 13 de marzo de 1954 al 6 de noviembre de 1991. El dominio del KGB fue aproximadamente el mismo que el de la CIA o la división de contrainteligencia del FBI en Estados Unidos. El nombre por el que se ha conocido popularmente es "El Centro".1
Se encargó de obtener y analizar toda la información de inteligencia de la nación. Desapareció cuando se disolvió la Unión Soviética. A partir de allí surgió el Servicio de Inteligencia Extranjera, el cual pasó a dirigir las actividades de espionaje fuera del país.


El KGB en los países del bloque socialista


Durante la Guerra Fría fue tarea del KGB en la Unión Soviética y los países socialistas supervisar exhaustivamente la opinión pública, la subversión interna, y los posibles complots desestabilizadores en el bloque soviético. El KGB acudió en apoyo de los gobiernos comunistas, e intervino en la revolución húngara de 1956, y en la llamada primavera de Praga en 1968.
Después de la revuelta húngara, el presidente del KGB Iván Serov, supervisó personalmente la "normalización" del país después de la intervención soviética. En consecuencia, el KGB tenía seguimiento por satélite de las poblaciones del estado para evitar las ocurrencias de "actitudes nocivas" y "actos hostiles". Detener la primavera de Praga, derrocando a un gobierno comunista con tendencias separatistas, fue su mayor logro.
La línea dura del KGB preparó miembros del Partido Comunista de Checoslovaquia, como Alois Indra y Vasiľ Biľak, para asumir el poder tras la intervención del Ejército Soviético. La invasión tuvo consecuencias para el KGB. El KGB que actuaba respaldado por los servicios secretos afines, recibió en esta ocasión gran respaldo de la Stasi, para controlar la situación posterior a la intervencion .
El KGB había pronosticado la inestabilidad política, como consecuencia de la asunción al poder del sacerdote Juan Pablo II, primer Papa polaco; a causa de sus sermones separatistas y anti-comunista contra el gobierno del Partido Obrero Unificado Polaco. Sobre este tema se ha especulado que el KGB estuvo involucrado en el atentado sufrido por el papa Juan Pablo II,2 hipótesis que ex agentes del KGB como Mijaíl Lyubímov han desmentido siempre,3 a pesar de que según algunas agencias existen supuestas pruebas.
El Służba Bezpieczeństwa y el KGB infiltraron con éxito espías en el recién nacido sindicato Solidaridad y la Iglesia Católica y en la operación X en coordinación con el general Jaruzelski y el Partido Comunista de Polonia, declararon la ley marcial en Polonia, sin embargo la maniobra resultó infructuosa dado el enfoque desestabilizador y anti-comunista de Solidaridad hecho que debilitó fatalmente el gobierno comunista de Polonia en 1989.


Operaciones notables


Con la Operación Trust, la OGPU engañó exitosamente a muchos dirigentes de la derecha, contra-revolucionario Movimiento Blanco de nuevo a la URSS para ser juzgados. El NKVD se infiltró y destruyo grupos trotskistas, en 1940, el español Ramón Mercader, fue el agente encargado del asesinato de Trotsky en la Ciudad de México. Una de las medidas que utilizó el KGB fue la desinformación, como una manera de desacreditar a los enemigos de la URSS.
En la década de 1960, gracias a información de Anatoliy Golitsyn, desertor del KGB, el director de contraespionaje de la CIA, James Jesus Angleton, creyó que el KGB tenía topos en dos lugares clave: el departamento de contraespionaje de la CIA y el departamento de contrainteligencia del FBI, a través de los que podrían conocer y controlar el contraespionaje terrorista de EE.UU. para proteger a los agentes KGB infiltrados y dificultar la captura de comunistas. Por otra parte, la contrainteligencia del KGB investigó las fuentes de inteligencia extranjeras, de modo que los espías podrían "oficialmente" aprobar a un agente doble en la CIA como si fuera alguien de confianza. La CIA capturo de los presuntos agentes como Aldrich Ames y Robert Hanssen.
En ocasiones, el KGB eliminó enemigos de la URSS, principalmente desertores del bloque soviético, ya fuese directamente o para ayudar a los servicios secretos de otros países comunistas. Uno de los casos en los que se cree que el KGB estuvo presuntamente implicado es el accidente aéreo en el que murió Dag Hammarskjöld en 1961. Un caso más célebre todavía en la historia del espionaje, es el supuesto envenenamiento del disidente búlgaro Georgi Markov, a quien se le disparó un perdigón con ricina, por medio de un paraguas-pistola que se especula fue diseñado por el KGB, en 1978.


Estructura

Dirección general


Entrada principal del cuartel general de la KGB.
La dirección del KGB consistía de un presidente, uno o dos primeros vicepresidentes, y de cuatro a seis vicepresidentes. La dirección colegiada, formada por el presidente, los vicepresidentes, los jefes de directorio y uno o dos dirigentes de las organizaciones del KGB en cada república, se reunía a la hora de tomar decisiones claves.
Los directorios
El KGB estaba organizado en diversos directorios, algunos de ellos con estatus de alto debido a su importancia.
El 1er Alto Directorio (operaciones en el extranjero): responsable de operaciones exteriores y contrainteligencia. Este alto directorio tenía numerosos subdirectorios en su interior, asignados cada uno de ellos a una zona geográfica del planeta.
El 2º Alto Directorio: responsable de la contrainteligencia y el control político en el interior de la Unión Soviética.
El 3er Alto Directorio (Fuerzas Armadas): responsable de la contrainteligencia militar y el control político de las Fuerzas Armadas soviéticas.
El 4º Directorio: seguridad en los transportes.
El 5º Alto Directorio: también responsable de la seguridad interior, originalmente combatía la disidencia política; más tarde asumió tareas del 2º Alto Directorio, como el control de la disidencia religiosa, los intelectuales y la censura de los medios de comunicación; fue renombrado Directorio Z (Directorio Protector del Orden Constitucional) en 1989.
El 6º Directorio: contrainteligencia económica y seguridad industrial.
El 7º Directorio: responsable de la provisión de equipos y métodos de vigilancia, seguimiento y escuchas.
El 8º Alto Directorio: responsable de comunicaciones, vigilancia de comunicaciones extranjeras, sistemas criptológicos usados por las divisiones del KGB, transmisiones a estaciones en el extranjero y desarrollo de tecnología de comunicación.
El 9º Directorio (Servicio de Protección del KGB): fuerza de guardias compuesta de 40.000 hombres para servicios de escolta y seguridad de los dirigentes del PCUS y las instalaciones más importantes del gobierno soviético (incluidas instalaciones de armas nucleares). Operaban así mismo en la vigilancia del Metro-2 de Moscú y en el control del sistema telefónico entre el gobierno y el PCUS.
El 15º Directorio: Seguridad de Instalaciones del Gobierno.
El 16º Directorio: Intercepción de Comunicaciones. Ascendido de departamento a directorio, operaba en los sistemas telefónicos y telegráficos del gobierno de la URSS, asegurando la intercepción de todas las comunicaciones de interés para el KGB.
Directorio de Guardias Fronterizos: fuerza de seguridad fronteriza compuesta de 245.000 hombres desplegada a lo largo de las fronteras soviéticas en contingentes terrestres, navales y del aire.
Directorio de Operaciones y Tecnología: responsable de todos los centros científicos y laboratorios del KGB, encargados de la producción de material de escuchas, veneno, psicotrópicos, etc.
Las secciones
El KGB también estaba formado por las siguientes secciones y destacamentos independientes:
Departamento de Personal
Departamento de Finanzas
Departamento de Administración
Secretariado
Dirección de Apoyo Técnico
Archivos
Comité del PCUS
Fuerza de Guardias del Kremlin –bajo control del 9º Directorio-. Era la escolta del Presidium del Soviet Supremo de la URSS.
Las estructuras de los destacamentos de Operaciones Especiales del KGB (OSNAZ) como el Grupo Alpha, el Grupo Beta, el Delfín y el Vympel aún actualmente se desconocen.
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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Sab Sep 22, 2012 2:34 pm


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soldado de la KGB (guarda de frontera)

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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Sab Sep 22, 2012 2:37 pm


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Ejército Nacional Popular (NVA)

Historia y rasgos generales.

El Ejército Nacional Popular eran las fuerzas armadas de la Republica Democrática (RDA) o Alemania Oriental. El nombre original es: Nationale Volksarmee. Creado 1956 y disuelto en 1990 con la propia RDA tras la reunificación con la Alemania Federal.


Tras la fundación de la RDA el 7 de octubre de 1949 surge la necesidad de dotar al nuevo país de unas fuerzas de seguridad, aunque el país esta ocupado por las tropas del Ejército Rojo ya existía un joven embrión de las futuras fuerzas armadas: la Policía Popular (Volkspolizei, VOPO) creada en octubre de 1945.


Incluso antes de 1945 en plena guerra mundial, antes de la ocupación y división de Alemania se podría tomar como embrión del NVA al Comité Nacional de Alemanes Libres y la Liga de Oficiales Alemanes creadas en 1943 por los soviéticos buscando a sus miembros entre los prisioneros de guerra.



La creación de la VOPO en 1945 fue una violación de los tratados que había entre los soviéticos y aliados. La VOPO fue creciendo y aumentando sus capacidades, ya en 1948 contaba con cerca de 70.000 miembros, muchos de ellos provenientes de prisioneros hechos por los soviéticos durante la guerra e incluso contó con “Brigadistas Internacionales” que lucharon con la Republica Española.

En 1952-1953 la VOPO fue reorganizada dentro de las nuevas fuerzas de seguridad, se creó la Policía Popular Acuartelada (KVP), donde se empezó a dividir en cuerpos especializados en diferentes campos.



En 1955 tras los indicios del rearme de la RFA y para integrarse en el Pacto de Varsovia (creado para hacer frente a la OTAN) se empieza a crear un verdadero Ejército, con material proveniente de la URSS y basando su ejército en el modelo soviético, el Ministerio Nacional de Defensa en 1956 crea el NVA.

En un principio el servicio militar es voluntario haciendo que el NVA durante su historia contara con un 50% de militares de carrera que le convertirían en el más profesional de los ejércitos del Pacto de Varsovia.
El 24 de enero de 1962 se publica el “Acta Universal de Conscripción”. Un servicio militar que duraba 18 meses (24 meses si servia en la Marina o la Fuerza Aérea) y debía ser cumplido por todos los hombres que estuvieran entre los 18 y 26 años.



Hasta 1964 no se crearía un servicio alternativo para los hombres que no quisieran empuñar las armas, el Bausoldat o el soldado constructor, los que eligieran este servicio serian destinados a construir bases e instalaciones militares y a servir como voluntariado en hospitales y otros servicios sociales. Aunque la elección del Bausoldat podría traer problemas en el futuro como la limitación de mejora de sus estudios o el de un trabajo mejor.

Los soldados voluntarios o que desearan hacer carrera militar deberían entrar eligiendo uno de los dos tipos de periodos que existían: uno de 3 años y otro de 12 años de servicio.

Los adolescentes tenían instrucción pre-militar en los institutos y en organizaciones juveniles.



En un principio el NVA disponía de 5 divisiones de infantería pero 1961 fue aumentado añadiendo divisiones blindadas. Con los nuevos cambios y ampliaciones hubo que crear varios distritos militares, pero no territoriales:


*Primer distrito militar: tiene localizado su cuartel general en Potsdam que posee el control sobre el resto de fuerzas armadas. Se encargaría de las fuerzas terrestres.


*Segundo distrito militar: en el se sitúan las fuerzas aéreas. Localizadosu cuartel general en Potsdam.


*Tercer distrito militar: Situado su cuartel general Leipzig, controla las fuerzas terrestres encargadas de defender el sur de la RDA.


*Cuarto distrito militar: su cuartel general se localiza en Rostock, evidentemente se encarga de las fuerzas navales.


*Quinto distrito militar: su cuartel general está en Neubrandenburg, controla las fuerzas terrestres del NVA en el norte del país.



Dentro del NVA También están las tropas de fronteras, encargadas de la vigilancia fronteriza del país. Esto también incluye los accesos desde la RFA a Berlín Occidental. Aunque los guardas de fronteras dependen directamente del Ministerio de Nacional Defensa.

El número de soldados seria de: 108.000 soldados, 67.000 serian soldados del servicio militar obligatorio más otros 46.000 hombres de las tropas de fronteras. Estas cifras variarían durante la historia del NVA, en 1987 cuando tuvo el mayor número de soldados en tierra habría: 120.000, la fuerza aérea: 39.000, la marina: 16.300 y las tropas de fronteras entorno a los 50.000 hombres.



Aparte de estas tropas durante los años de la guerra fría se crearon fuerzas de reservistas y los Grupos de Combate de la Clase Obrera (Kampfgruppen der Arbeiterklasse, KdA), estos dispusieron de alrededor de 400.000 voluntarios, fueron creados tras los levantamientos de 1953 y participaron en la construcción y vigilancia de la Barrera Protectora Antifascista (Muro de Berlín). Estos grupos no estaban bajo las ordenes del NVA si no del partido en el poder el SED (Partido Socialista Unificado de Alemania), fueron disueltos en 1990.

Se considera que el NVA es el ejército más profesional y con mejor preparación de todo el Pacto de Varsovia, esto se debe a su posición de primera línea en una posible guerra entre la OTAN y el PV. Así como el constante contacto y cooperación con el Ejercito Rojo, que tenía apostados varias decenas de miles de hombres en la RDA.



Disponía de varias unidades especializadas o de elite en sus fuerzas, el 40 Bón. Fallschirmjäger (paracaidistas) no disponían casi de medios motorizados, considerados por la prensa propia como “comandos”; el 29 Rgto Motorizado de Fusileros, se entrenaba con la infantería naval soviética especializándose en asaltos anfibios; se disponía de grupos que operaban con material capturado en Vietnam, M-113 y M-48, su misión seria de infiltración tras las líneas enemigas y causar el caos; dentro de la Marina había un cuerpo de “buceadores de combate” entrenados en caer en paracaídas, demoliciones, ataques por supresa y defensa de instalaciones costeras.



El NVA a estado en varias ocasiones en estado de máxima alerta:
*Durante la construcción del Muro de Berlín (1961)
*La crisis de los misiles cubano (1962)
*La intervención del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia (1968)
*Durante el derrumbe de la RDA a finales de 1989

Tropas de Fronteras:

Por la situación de la RDA en Europa, siendo uno de los países fronterizos donde estaba el “Telón de Acero” (frase acuñada por Winston Churchill, al referirse a las fronteras de los países del este), se necesitaban unas fuerzas de fronteras acordes a las necesidades que imponían las fronteras exteriores con los países de la OTAN y las interiores con la separación de Berlín.



Ya en 1946 dentro de los cuerpos de policía se crea un cuerpo para vigilar las fronteras junto a las tropas del Ejército Rojo, constan de 3000 hombres. Hasta 1961 dependían directamente del Ministerio de Interior, entonces fueron puestas bajo el Ministerio de defensa e integradas dentro del NVA, aumentando su preparación y armamento.

En 1971 se dividirán las tropas de fronteras en tres zonas territoriales y en una de costas:

*Zona Norte: formada por 6 regimientos y encargado de la vigilancia del norte del país.
*Zona Centro: formada por un regimiento de artillería, 6 de infantería y uno de “punto de paso”. Esta zona era la encargada de vigilar los alrededores de Berlín.
*Zona Sur: formada por 6 regimientos, encargada de la vigilancia del sur del país.
*Costas: estaban bajo el mando de las Fuerzas Navales, formada por 12 batallones.



Cada regimiento disponía de 1500 hombres divididos en 4 compañías, disponían de mejor y mayor armamento que las unidades normales del NVA. Solían portar los RPG-7. Los regimientos de la zona centro estaban mecanizados y disponían de armamento contra-carro y artillería.

Las tropas de fronteras eran los soldados que más fácil lo tenían para poder "huir" del país, así que se seleccionaban los hombres más fiables para este cuerpo.

Llegaron a disponer de 50.000 hombres entre sus filas.



Intervenciones en el extranjero:

Aunque el NVA nunca entro en combate en una guerra abierta si participo en intervenciones armadas bajo el Pacto de Varsovia, aunque solo como soporte logístico.
En 1968 tras la revuelta en Checoslovaquia se planeo enviar a la 7º División Acorazada y la 11º División Motorizada, pero al ser la primera vez que el ejército alemán intervenía fuera de sus fronteras desde la Segunda Guerra Mundial y la posible mala impresión que daría en los países occidentales como dentro de sus fronteras no se llego a desplegar las fuerzas previstas. Solo se apoyo logísticamente a las tropas soviéticas que fueron a sofocar la revuelta.

Al inicio de los 80, cuando en Polonia se vivieron momentos de incertidumbre las tropas del NVA junto a las del Ejercito Rojo se prepararon para una posible intervención en el país.


Rangos del ejercito de tierra.



-Generales:
Marschall der DDR – Mariscal de campo de la RDA
Armeegeneral – General de ejército
Generaloberst – General de cuerpo de ejército
Generalleutnant – General de división
Generalmajor – General de Brigada

-Oficiales Mayores:
Oberst - Coronel
Oberstleutnant – Teniente Coronel
Major – Comandante

-Oficiales:
Hauptmann - Capitan
Oberleutnant - Teniente
Leutnant – Teniente 2º
Unterleutnant - Alférez

-Suboficiales:
Stabsoberfähnrich – Suboficial mayor
Stabsfähnrich – Suboficial mayor
Oberfähnrich – Suboficial mayor
Fähnrich - Subteniente

Stabsfeldwebel – Brigada Mayor
Oberfeldwebel – Brigada 1º
Feldwebel – Sargento Mayor
Unterfeldwebel –Sargento 1º
Unteroffizier – Sargento

-Tropa:
Stabsgefreiter - Cabo Mayor
Gefreiter - Cabo
Soldat - Soldado

Orden de Batalla y Varios.

Ejército de tierra:
*Distrito militar del Norte (Quinto distrito):
**1º División de Motorizada de Infantería,
**8º División de Motorizada de Infantería,
**9º División Acorazada (Panzerdivision).

*Distrito militar del Sur (Tercer Distrito):
**4º División de Motorizada de Infantería,
**11º División de Motorizada de Infantería,
**7º División Acorazada (Panzerdivision).

-Armamento Pesado del ejército de la RDA:

Sus fuerzas acorazadas estuvieron compuestas principalmente por T-54/55, unos 2500. También disponían de ellos las divisiones motorizadas. El NVA fue el primer ejercito en recibir los nuevos T-72 en el Pacto de Varsovia.
Como vehiculo de transporte de tropas fue utilizado el BMP-1, más de un millar de estos fueron entregados al NVA. Tras la reunificación de las dos Alemanias en 1990 se conservaron un pequeño grupo de BMP-1, actualizándolos a estándar OTAN.
En cuanto a vehículos acorazados de transporte con ruedas disponía de las copias de la familia BTR soviética: SPW 40, 60 y 70 => BTR 152, 60 y 70. También se alineaba un importante número de vehículos logísticos, jeep, camiones…



En cuanto al armamento nuclear la RDA no producía tales armas, pero en su territorio si estaban estacionadas armas nucleares tácticas soviéticas. Estando situado en territorio de la Alemania Oriental los lanzadores SS-23 soviéticos a partir de 1985, con capacidad de cargar cabezas nucleares tácticas. También disponían del SS-21 y los lanzadores FROG.

-Estudios de los miembros del ejército de tierra:

Los oficiales de alta graduación se formaban en la Academia militar de “Friedrich Engels” en Dresde, y también en las academias de la Unión Soviética, como ya he dicho anteriormente era muy importante la cooperación entre ambos ejércitos durante la Guerra Fría.

Las escuelas para suboficiales y oficiales de escala media se dividían según las especialidades, por ejemplo las fuerzas de fronteras tenían su propia escuelas y academias.



-Operación Centro:

En caso de guerra con occidente el objetivo principal de las fuerzas del NVA era tomar todo Berlín. Para ello se habían destinado 32000 soldados propios junto a la colaboración de la 6ª Brigada de Guardias Fusileros Motorizados de la URSS.
Este plan se puso en marcha en 1970, pero a finales de los años ochenta fue revisado para transformarlo en un simple plan defensivo.


Fuerzas de defensa aérea (Luftstreitkräfte)



Se fundan tras la entrada de Alemania del Este en el Pacto de Varsovia en 1956, basándose en las fuerzas aéreas existentes en las fuerzas policiales del país.

La mayoría del armamento usado era de origen soviético, MiG y Sujoi. Cabe destacar que fueron las primeras en recibir el MiG-29 (24 unidades), caza multipropósito que sobrevivió a la reunificación y sirvió en la Alemania Federal hasta la llegada de los EF-2000.



Al estar en primera línea del enfrentamiento OTAN-Pacto de Varsovia, recibía los mejores modelos soviéticos así como el mejor entrenamiento. Junto al 16º Ejercito Aéreo soviético (estacionado en Alemania) las fuerzas aéreas de la RDA eran la primera línea de defensa/ataque del PV en caso de guerra.

Como escarapela usaban la bandera de la RDA dentro de un rombo, muy diferente de su contraparte Federal. Los uniformes compartían el gris piedra de las unidades terrestres, con los distintivos característicos del arma aérea (una insignia Azul).



Las fuerzas aéreas se dividían en:
*1ª División del Aire, en cargada de la defensa de la zona sur del país.
*3ª División del Aire, defendía la zona norte.
*FO FMTFK, aquí se agrupaba todos los aviones de carga, reconocimiento, helicópteros de trasporte y demás elementos auxiliares de las fuerzas aéreas.

Fuerzas navales (Volksmarine)

Al igual que las fuerzas aéreas se fundan oficialmente en 1956 basándose en las fuerzas navales de las que disponían los cuerpos policiales de la RDA.



Gracias al potencial en cuanto a construcción naval de la RDA (que se encontraba entre los mayores productores de barcos del mundo) la mayor parte del armamento naval es de construcción propia, aunque hay modelos comprados a los soviéticos y polacos.

Llegaría a tener un total de 18.000 hombres sirviendo en los años setenta.

Las fuerzas navales tenían como misión mantener limpio el mar Báltico así como asegurar el libre acceso a él. Ya que este mar seria de extrema importancia logística en una hipotética guerra, desde el llegarían suministros y hombres desde la URSS.



Al contrario que las demás ramas de la NVA, la Armada Popular (Volksmarine) si vería la acción, en 1988 se producirían enfrentamientos navales con Polonia (de escasa importancia) por los límites de las fronteras navales.

El orden naval era el siguiente:

*1º Flotilla en Peenemúde
*4º Flotilla en Rostock-Warnemünde
*6º Flotilla en la Isla de Rügen
*6º Brigada Fronteriza de costas en Rostock

Los centros de formación eran:

*Escuela naval “Walter Steffens” en Parow (formación de Marineros)
*Academia de oficiales “Karl Liebknecht” en Stralsund (para oficiles)
*Escuela para servicios de apoyo naval en Dänholm


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112sosgalicia
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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Sab Sep 22, 2012 2:50 pm


CNP Modelo Squad

gafaspolicia.com
El mito del Gulag


R. Andreu
Antorcha, núm. 10, enero de 2001

La imagen actual de Stalin y de su etapa al frente de la URSS ha sido objeto de una deformación sistemática, primero a iniciativa de la propaganda hitleriana y luego al amparo de la guerra fría. Indudablemente esa campaña, por más que se haya probado su inconsistencia y absoluta falta de rigor histórico, ha calado: Stalin es hoy sinónimo de terror, persecución, genocidio y campos de trabajo.


No cabe duda: la burguesía tiene pánico a Stalin y ese temor nos lo transmite a diario por todos los medios de intoxicación. Las razones son obvias: el movimiento comunista internacional alcanzó su fase de máxima pujanza precisamente bajo Stalin; la situación llegó a ser tan crítica para el imperialismo que realmente llegaron a temer su desplome. Había que hacer algo, borrar la imagen gloriosa de la Revolución de Octubre y de los bolcheviques e imponer una nueva imagen de diseño, plagada de tergiversaciones, mentiras y falsificaciones históricas de lo más burdas.


Los imperialistas nos insistieron durante décadas que la apertura de los archivos secretos del KGB demostraría sus afirmaciones; Gorbachov ordenó abrir esos archivos en 1989 y los primeros informes completos con las conclusiones se publicaron en 1993. Estas conclusiones no han tenido el eco mediático que merecían, sin duda porque refutan plenamente la campaña intoxicadora que hemos padecido durante tantos años.


El proceso contra Dimitrov


La primera campaña propagandística contra la URSS y el movimiento comunista internacional se inició con la quema del Reichstag en 1933, nada más subir los nazis al poder en Alemania. Estaba perfectamente preparada: Dimitrov, dirigente de la Internacional Comunista, fue acusado del incendio y los nazis desataron un ofensiva publicitaria de dimensiones hasta entonces desconocidas. Hoy está probado que fueron los propios nazis quienes quemaron un Parlamento que ya no les servía para nada, pero la primera campaña de intoxicación demostró que la técnica funcionaba. El legendario Partido Comunista alemán fue perseguido, su secretario general Thälmann encarcelado junto con otros miles de camaradas que inauguraron los primeros campos de concentración y, como luego escribió Bertold Brecht, tras los comunistas fueron los antifascistas y, finalmente, los judíos y muchas otras víctimas del terror imperialista.


Era el primer ejemplo histórico de la nueva propaganda imperialista, basada en la estrecha unión de la policía política (la famosa Gestapo) y los medios de comunicación. Los nazis inventaron la figura del periodista-policía, una nueva estirpe de siniestros funcionarios al servicio de las más burdas mentiras. Göbbels resumió esta nueva técnica en una frase hoy conocida: Una mentira que se repite un millón de veces acaba convirtiéndose en una verdad. Pero nadie reconoce que los comunistas fueron los primeros en padecer la infamia sistemática de los nazis.


Los trotskistas salen a escena


A aquella primera campaña de propaganda anticomunista le siguió otra, con la leyenda de un supuesto genocidio cometido en Ucrania contra los campesinos por la colectivización socialista. Según aquellas informaciones difundidas por la Gestapo, la colectivización habría supuesto una terrible catástrofe en la que millones de campesinos murieron de hambre.


La colectivización del campo, un episodio más de la lucha de clases bajo el socialismo en la URSS, como no podía ser de otra forma, corría paralela a una fuerte polémica -también otra más- en el interior del Partido bolchevique entre dos corrientes políticas opuestas. Triunfó la línea marxista-leninista de continuar la construcción del socialismo que encabezaba Stalin, y las posiciones derrotistas y claudicadoras que bullían en su seno fueron depuradas y expulsadas del Partido.


La más conocida -pero no la más importante- de esas corrientes es la trotskista, un movimiento insignificante inflado hasta la saciedad por la propaganda imperialista. En realidad Trotski nunca formó parte del Partido bolchevique, hasta pocos días antes de la revolución, cuando en plena efervescencia del movimiento de masas, se incorporó -como tantos otros- a las filas bolcheviques a las que antes había combatido sin cesar.


Trotski fue admitido en la dirección del Partido y asumió importantes funciones tras la Revolución como responsable del Ejército Rojo, en el que tuvo que ser destituido pocos meses después, tras sus reiterados fracasos en la dirección de la guerra con los contrarrevolucionarios. Fue sustituido en esa función por Stalin y a partir de ahí sus desvaríos no cesaron. A pesar de ello, los bolcheviques demostraron una paciencia más propia de los franciscanos que de los revolucionarios. Tuvo que ser destituido de la dirección del Partido, luego expulsado de él, luego expulsado de la URSS y, finalmente, ejecutado en México.


La burguesía imperialista siempre ha presentado esta lucha como una pugna personal por el poder entre Stalin y Trotski y no como un aspecto más de la lucha de clases contra la burguesía en el seno del Partido. Porque mientras Trotski volvió finalmente al lugar del que había salido, a las filas de la reacción, Stalin siguió también donde siempre había estado: entre los bolcheviques. Así que la inmensa mayoría del Partido estaba por un lado, y Stalin con él, mientras por el otro estaban Trotski y un reducido número de militantes que se podían contar con los dedos de las manos.


Por tanto, la fama de Trotski proviene de su obstinada lucha contra los bolcheviques, prolongada durante varias décadas, y del apoyo que a esa lucha le proporcionó la burguesía. Trotski proporcionó al imperialismo algo muy valioso que éste no tenía: información de primera mano, del mismo interior de las filas revolucionarias en las que se había infiltrado.


Esto dio un tono distinto a la campaña de infamias contra Stalin y el comunismo a través de un cúmulo de grupúsculos trotskistas que no eran más que el caballo de Troya del imperialismo camuflado entre algunos sectores estudiantiles o intelectuales. El nazismo nunca desperdició esta ayuda de los trotskistas en su guerra psicológica contra el movimiento comunista internacional. A su vez, los trotskistas se beneficiaron de los altavoces que el imperialismo les proporcionó en la prensa y la radio.


De Göbbels a Hearst


La característica común de las dos primeras campañas de guerra psicológica es que, no obstante su amplitud, no trascendieron de las fronteras de la Alemania nazi, salvo un cierto eco en la prensa reaccionaria inglesa.


Es aquí donde surge la figura del magnate de la prensa amarilla estadounidense Hearst, que en 1934 viajó a Alemania, donde fue recibido por Hitler como invitado y amigo leal. A partir de entonces, comenzó a abrir espacios en sus periódicos para difundir artículos firmados por Göring. El descrédito y las presiones populares le obligaron rápidamente a suspender la difusión de tales artículos, pero continuó informando acerca de la URSS con materiales más refinados que la Gestapo le remitía directamente desde Berlín, alusivos a masacres, esclavitud, presidios, etc.


Entonces la noticia estrella era el genocidio en Ucrania a causa de las colectivizaciones, campaña iniciada el 18 de febrero de 1935 en el periódico sensacionalista de Hearst Chicago American. A través de Hearst la Gestapo avanzó las primeras cifras: 6 millones de muertos por hambre en Ucrania.


¿Qué hay de cierto en ello?


Ucrania era conocido como el granero de Europa, un país agrícola muy rico, ambicionado por Alemania y otras potencias imperialistas rivales como despensa alimenticia en sus preparativos de guerra. Cuando en 1935 el PCUS promovió la colectivización, 120 millones de campesinos pobres se levantaron contra los kulaks, unos 10 millones de terratenientes que a través de los koljoses se habían enriquecido con el socialismo.


Se abrió un periodo de fuertes luchas en el campo, en toda la URSS. Los kulaks reaccionaron armándose y creando bandas que asaltaban a los campesinos pobres, incendiaban los graneros y destruían las cosechas. Surgió la escasez de grano y el hambre, lo que finalmente desembocó en epidemias, un fenómeno muy común en aquella época, ya que la penicilina no se inventó hasta la segunda mitad de los años cuarenta. Por ejemplo, en Europa occidental una epidemia de la llamada gripe española causó 20 millones de muertos entre 1918 y 1920.


La colectivización, por tanto, no causó ningún estrago especial entre la población ucrania, más que la propia del aplastamiento de la reacción kulak. Por el contrario, fue la colectivización la que permitió el aprovisionamiento del Ejército Rojo y de los obreros soviéticos en la guerra mundial que estallaría sólo seis años después. En la guerra mundial, los kulaks supervivientes de la colectivización volvieron a Ucrania y colaboraron en la invasión nazi, privatizando las tierras de nuevo y asesinando a los campesinos por millones. Pero de estas matanzas nada ha difundido el imperialismo.


Robert Conquest toma el relevo de la Gestapo


La guerra mundial no acabó con la URSS como pretendieron las grandes potencias imperialistas. Por el contrario, el socialismo salió reforzado de la misma, obligando a una nueva ofensiva de guerra psicológica para encubrir su tremendo fracaso. Incapaces de derrotar por la guerra al socialismo, desataron una forma singular de agresión permanente y larvada: la guerra fría.


En Estados Unidos el senador McCarthy inició una violenta campaña de persecución contra los comunistas y cualquier asomo de movimiento progresista que acabó extendiendo por todo el mundo como una fiebre de histeria. Desempolvaron los viejos argumentos de la Gestapo y Hearst. En 1953, financiado por los exiliados ucranios en Estados Unidos, se publicó el libro Los sucesos negros del Kremlin (1) en el que se inventaban toda una serie de matanzas truculentas en la URSS.


Pero el personajillo que se especializaría en esta tarea fue Robert Conquest, ex-agente de la policía británica elevado unos años más tarde a profesor de la Universidad de Stanford en California, que escribió en 1969 El gran terror y en 1986 Cosecha de amarguras (2). Aquel mismo año escribió por encargo de Reagan un libro inolvidable cuyo título lo dice todo acerca de su talla universitaria: ¿Qué hacer cuando los rusos vengan? Manual de supervivencia.


La fuente de información de Conquest eran los kulaks ucranios que habían colaborado con el Ejército hitleriano en la ocupación de la URSS y que los Estados Unidos acogieron después como exiliados políticos. La mayor parte de esos ucranios eran criminales de guerra, como Mykola Lebed, jefe de seguridad en Lvov durante la ocupación nazi que colaboró en la persecución contra los judíos en aquella ciudad en 1942. En 1949 Estados Unidos le acogió como desinformador y comenzó a trabajar para la CIA.


Las siniestras conexiones de Conquest no fueron conocidas hasta que el periódico británico The Guardian las desveló en un artículo publicado el 27 de enero de 1978. Los servicios secretos ingleses habían creado en 1947 para la guerra fría un departamento especial dedicado en exclusiva a la intoxicación periodística que se llamaba IRD (Information Research Department), aunque su nombre originario era también bastante ilustrativo: Communist Information Department. Su tarea era combatir la influencia comunista entre el proletariado británico con noticias e informaciones inventadas, por medio de contactos en las redacciones de los periódicos y en las emisoras de radio, comprando noticias, sobornando a los periodistas, etc. Cuando en 1977 se disolvió por sus escandalosos contactos con los fascistas británicos, se comprobó que unos 100 periodistas conocidos de la prensa, radio y la televisión cobraban de sus presupuestos y que regularmente recibían informes para su difusión.


Conquest fue agente del IRD desde los comienzos hasta 1956 y su tarea era escribir noticias siniestras de la URSS para difundirlas en la prensa y la radio. Su libro El gran terror no es más que una recopilación de los artículos sensacionalistas que como agente del IRD escribió durante años sobre la URSS. Una tercera parte de los libros fueron comprados por la editorial Praeger que es la que habitualmente distribuye los libros de intoxicación de la CIA. Y por su libro Cosecha de amargura Conquest cobró 80.000 dólares de los exiliados fascistas ucranios.


Las cifras del gulag



Según Conquest (y tras él toda la propaganda imperialista) los bolcheviques mataron a 26 millones de personas, con el siguiente desglose: 12 millones de presos ejecutados entre 1930 y 1953 y otros 14 millones muertos de hambre en la década de los años veinte. También siguiendo sus cálculos, en 1950 había de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo soviéticos, de los que 12 de ellos eran presos políticos, o sea contrarrevolucionarios. Añade que en las depuraciones de 1936 a 1939 fueron ejecutadas un millón de personas y otros dos millones murieron de hambre. El resultado de estas depuraciones serían 9 millones de presos políticos y 3 millones de muertos.


Soljenitsin, un fascista-zarista que recibió el Premio Nobel de Literatura (3) en pago a sus servicios, infló todavía más las cifras de Conquest. Según él, los bolcheviques mataron a 110 millones de personas: 44 millones en la II Guerra Mundial y otros 66 millones desde la colectivización hasta la muerte de Stalin en 1953. Finalmente, calculaba que en 1953 en los campos de trabajo había 25 millones de presos.


Estas son las cifras que luego la prensa imperialista ha reproducido millones de veces por todo el mundo, por supuesto de fuentes fidedignas.


Los archivos del KGB



Naturalmente, las conclusiones de la apertura de los archivos secretos por Gorbachov en 1993 no han recibido la misma dimensión informativa y sólo han alcanzado a las publicaciones científicas restringidas. Las conclusiones del estudio se han compendiado en 9.000 páginas redactadas por tres académicos rusos (Zemskov, Dougin y Xlevnjuk) nada sospechosos de simpatías stalinistas. Estas conclusiones han sido reproducidas también por Nicolas Werth del CNRS (Instituto Francés de Investigaciones Científicas) en la revista L'Histoire en setiembre de 1993, y por J. Arch Getty profesor de Historia de la Universidad de River Side en California en la revista American Historical Review.


Todos los informes académicos son unánimes en desmentir la campaña tergiversadora.


En la URSS en 1940 existían 53 campos y 425 colonias de trabajo, los famosos gulags. Se diferenciaban porque las colonias eran más pequeñas y con un régimen penitenciario más relajado que los campos y a ellas se destinaban los presos con condenas más reducidas. En los campos y colonias los presos no estaban recluidos en espacios cerrados sino que trabajaban y cobraban el mismo sueldo que los demás trabajadores, sobre la base del principio de que los presos no podían resultar una carga para la sociedad. Trabajaban durante su jornada laboral (7 horas diarias) y luego debían recluirse en los recintos cerrados y custodiados. En la URSS no había cárceles como las que conocemos aquí, en las que impera la ociosidad: trabajar era una obligación para todos, y no un derecho. Imperaba el conocido principio general de que quien no trabaja no come.


En 1939 en los campos y colonias había un total de 2 millones de presos, de los que 454.000 eran contrarrevolucionarios. De ellos murieron 160.000 por causas diversas, especialmente epidemias, enfermedades contagiosas y falta de medicinas. Después de la guerra, en 1950, el número de contrarrevolucionarios presos subió a 578.000, pero el porcentaje de presos que en total purgaban sus condenas nunca pasó del 2'4 por ciento de la población adulta de aquella época.


¿Qué significan estas cifras? Hagamos comparaciones...


En Estados Unidos hoy viven 252 millones de personas y hay 5'5 millones de presos en total, es decir, un 2'8 por ciento de la población adulta. Más que en la URSS de la época de Stalin. Y Estados Unidos ni padece un levantamiento armado de las proporciones de la guerra civil en la URSS, ni tampoco la amenaza exterior de ninguna potencia. Por el contrario, la URSS surge de una guerra mundial, padece una guerra civil, una invasión exterior de las grandes potencias, un sabotaje permanente de espías y contrarrevolucionarios y, finalmente, una nueva guerra mundial. A pesar de ello, el número total de presos era inferior al actual en Estados Unidos.


En cuanto a las muertes en los campos y colonias de trabajo, los porcentajes van del 5'2 por ciento en 1934 al 0'3 por ciento en 1953, lo que hace un total aproximado de un millón de presos, la mitad de ellos en el periodo de 1934 a 1939, y siempre por causas involuntarias, como se demostró al difundirse tras la II Guerra Mundial el uso de antibióticos, que redujo notablemente el volumen de fallecimientos.


En la URSS existió la pena de muerte, que se ejecutaba sólo en los casos más graves de levantamientos armados contra el socialismo. Dimitri Volkogonov, nombrado por Yeltsin jefe de los antiguos archivos soviéticos, ha calculado en 30.514 el número de fusilados entre 1936 y 1938 y, según cifras actuales del KGB, desde 1930 hasta 1953 habrían sido condenados a muerte 786.000 detenidos.


Pero esta última cifra no parece convincente y puede referirse al total de ejecuciones entre delincuentes comunes y contrarrevolucionarios. Quizá pueda deberse también a que el KGB contabilizó todas las sentencias de muerte, incluso aquellas que luego no se ejecutaban y se conmutaban por otras. En todo caso, puede decirse que los fusilamientos en una de las fases más aguda de la lucha de clases en la URSS entre 1936 y 1939, la época llamada del gran terror entre los imperialistas, serían de unos 100.000. Por tanto, muy lejos de los millones de la propaganda con la que nos han bombardeado durante años.


Pero hay detalles muy poco conocidos. Por ejemplo, hasta 1937 la pena máxima establecida por las leyes soviéticas era de 10 años, y el 82 por ciento de los condenados lo eran a penas inferiores a 5 años. Las penas dictadas por los tribunales populares eran algo superiores, pero en todo caso, sólo el 51 por ciento de los contrarrevolucionarios fueron condenados en 1936 a penas superiores a los 5 años. Cuando en 1937 se elevó el tope de las penas, sólo el 1 por ciento de los contrarrevolucionarios fueron condenados a penas superiores a los 10 años. Ni existía la condena a perpetuidad como en Estados Unidos, ni nadie cumplía condenas de más de 20 años, como en España.


Los comentarios, una vez más, sobran.


Los convictos del gulag


Pero todas esas cifras expuestas no nos daría una imagen ni siquiera aproximada de la URSS en los años treinta y las durísimas condiciones en las que se desarrollaba la lucha de clases de los obreros y los campesinos pobres. Pese a la colectivización, los kulaks no desistieron en su empeño de doblegar a los campesinos pobres, asesinando a los militantes comunistas, a los funcionarios del Estado y a los cooperativistas, incendiando las cosechas, provocando plagas, matando a los animales de trabajo y provocando el hambre. El Partido Comunista y los campesinos pobres tuvieron que luchar en las condiciones más adversas porque los kulaks contaban con importantes apoyos exteriores y tenían experiencia de años en el control de todos los resortes del poder en el campo. Sin duda la represión debió ser dura y los kulaks más destacados por sus crímenes fueron justamente ejecutados o condenados a los campos de trabajo. No obstante, de los 10 millones de kulaks existentes antes de la colectivización sólo resultaron condenados 1'8 millones de ellos a diversas penas.


Es seguro que cuando la lucha es tan encarnizada y de tan vastas proporciones, se produjeron errores, injusticias y venganzas particulares. Pero en su conjunto, la lucha fue acertada, permitió subsistir a la URSS y salvó aún muchas mas vidas de las que costó. Y sobre todo: esas vidas que se salvaron eran las de los obreros, los campesinos pobres, los cooperativistas y la población en general de todos los pueblos de la URSS.


Además, la situación no se ceñía exclusivamente al campo. También en las fábricas y en el Ejército ocurría algo parecido. Numerosos cuadros y técnicos provenían de las filas de la burguesía, ya que eran cuadros cualificados de los que no se pudo prescindir inicialmente. La mayor de parte de ellos colaboraron lealmente con los obreros en los planes quinquenales, pero otros saboteaban la producción, retrasaban los suministros, destruían la maquinaria y boicoteaban las tareas, causando un extraordinario perjuicio a la producción, en unos momentos clave en que la amenaza exterior del imperialismo acechaba.


La revolución, cabe concluir, no es un camino de rosas, desgraciadamente. Pero no será porque los revolucionarios estén sedientos de sangre. Es seguro que si los capitalistas renunciaran voluntariamente a sus privilegios, todo resultaría más fácil. La Historia demuestra que eso no ha sucedido nunca y que los que lo tienen todo no dudan en masacrar a los que no tienen nada para salvaguardar sus prebendas. Y luego encima nos vuelven la historia del revés.


Notas:


(1) Black deeds of the Kremlin.
(2) Harvest of sorrow.
(3) Por sus libros Archipiélago gulag y Un día en la vida de Ivan Denisovich.


Seis meses después de aparecer este artículo, el diario La Vanguardia de 5 de junio de 2001 publicó una entrevista sobre este mismo tema con el historiador ruso Viktor Zemskov, al cual aludimos en el artículo. El historiador dice que es la primera entrevista que concede a la prensa extranjera, que no se ha interesado para nada en restablecer una falsedad millones de veces repetida: Ya es hora de que la propaganda dé paso a la historia, y la suposición al documento. Hace diez años que en Rusia se sabe que Stalin y su régimen mataron mucho menos de lo que se ha dicho, comienza a decir el periodista en el encabezamiento, mientras que Zemskov dice que en Occidente se habían engañado mucho al respecto, es decir, sobre el volumen de la represión. El Estado soviético llevaba un control absoluto y preciso de cada detenido y de cada fusilado: La estadística del Gulag es considerada por nuestros historiadores como una de las mejores [...] Un solo caso de un preso desaparecido en un naufragio o fugado, genera todo un dossier de documentos y correspondencia. Como es natural, no se dice absolutamente nada de los motivos por los cuales fueron enviadas al Gulag todas esas personas. Zemskov confirma también que el principal manipulador de las estadísticas ha sido Robert Conquest, cuyas cifras de represaliados y muertos quintuplican la evidencia documental, dice Zemskov, aunque no explica el perfil biográfico de Conquest. Según las conclusiones que extrae el propio periodista, en el momento culminante de la represión estalinista, el ‘gran terror’ de 1937-1938 en la URSS se practicaron 2'5 millones de detenciones, y entre 1921 y 1953 se fusiló por motivos políticos a 800.000 personas. Pero el historiador no dice fusilados sino algo bien distinto: condenados a fusilamiento, es decir, que no existe confirmación de que la pena se ejecutara en todos los casos, por lo que debe tomarse como una aproximación. Esta cifra coincide aproximadamente con la que nosotros adelantamos y las diferencias pueden deberse a que nosotros tomamos un periodo de tiempo más corto.


Muchos de los millones de muertos imputados al comunismo en la Unión Soviética provienen de la hambruna en Ucrania, supuestamente a consecuencia de la colectivización. El periodista canadiense Douglas Tottle publicó un libro titulado Fraude, hambre y fascismo: el mito del genocidio ucraniano, de Hitler a Harvard (Fraud, famine and fascism. The Ukrainian Genocide Myth from Hitler to Harvard, Toronto, Progress Book, 1987). La colectivización se inició a finales de 1929 y el hambre apareció en 1934 (casualmente al año siguiente de la llegada de Hitler al gobierno de Berlín). En su libro Tottle demuestra que las fotografías publicadas, que exhiben supuestas escenas de niños muertos de hambre, se tomaron, en realidad, de publicaciones de 1922 mostrando las muertes de hambre causadas por la intervención de ocho potencias imperialistas en la guerra civil de 1918-1921.


Estas falsificaciones también han sido denunciadas por Louis Fisher, corresponsal en Moscú del periódico americano The Nation. Fisher denunció que el periodista M. Parrot, el auténtico corresponsal de la cadena Hearst en Moscú, envió reportajes que jamás se publicaron acerca de las excelentes cosechas en Ucrania. Tottle demuestra que el periodista que envió durante mucho tiempo los reportajes y fotografías falsos sobre el hambre en Ucrania, Thomas Walker, se llamaba en realidad Robert Green, que se había escapado de una cárcel de Colorado. Cuando Green regresó a Estados Unidos fue detenido y confesó al tribunal que jamás había estado en Ucrania y que sólo estuvo cinco días en Moscú.


Sobre los millones de muertos de hambre en Ucrania existe una curiosa carta en los archivos del Ministerio francés de Asuntos Exteriores escrita por su embajador en Moscú Charles Alphand y dirigida a Paul Boncour, el titular entonces del Ministerio en París, de fecha 13 de setiembre de 1933. La carta relata un viaje por la Unión Soviética de Alphand acompañando a Herriot. Dice así:


Invitado oficialmente por el gobierno soviético para participar en el viaje de Herriot al sur de la URSS, seis días en Ucrania y en el norte del Cáucaso [...]


Este viaje [...] ocasionó manifestaciones de lo más cariñosas respecto a Francia que por todas partes recibió los aplausos unánimes de la muchedumbre soviética sin que [...] hubiera una nota discordante. El sólo hecho de que se les haya permitido e incluso provocado, muestra el deseo de los gobernantes de mostrar su deseo de acercamiento con Francia.


Además de museos y monumentos antiguos, hemos visitado el mayor número posible de fábricas y explotaciones agrícolas [...] maravillado por el Dnieprostroi donde, además, se encuentra la fábrica hidroeléctrica más importante de Europa. Sobre una estepa rusa se eleva desde hace cuatro años una ciudad de 150.000 habitantes, de los que 40.000 son obreros [...] Salvo para el aluminio (sólo se logró un sexto de lo previsto), las fábricas aún están en fase de equipamiento y la producción no alcanzará su pleno rendimiento hasta dentro de tres o cuatro años, según los técnicos que he podido consultar. Visita a las fábricas de panificación de Kiev, de turbinas y tractores de Jarkov, maquinaria agrícola, cosechadoras en Rostov, rodamientos y motores en Moscú. Concordando esas constataciones de las informaciones ya proporcionadas al Departamento sobre las formidables industrias de los Urales (Magnitogorsk y Kuznietsk), sobre los proyectos hidroeléctricos del Volga y de Siberia, sobre las fábricas de Gorki y de Leningrado, se ve el esfuerzo industrial enorme del Gobierno de los Soviets. Dada la peculiar situación de la URSS, el único país del mundo que progresa, ese desarrollo no puede perjudicar a las industrias europeas, más que cerrándoles el mercado ruso, porque las posibilidades de absorción de ese mercado son tan grandes que pasarán 50 o incluso 100 años antes de que los Soviets alcancen una sobreproducción que no sean capaces de absorber por ellos mismos. Pero hay un grave problema [...] el de los transportes: insuficiencia de la red ferroviaria y vial [...] En esta vía [...] podememos plantearnos la colaboración franco-soviética.


Al margen de la cuestión industrial, se desprende una impresión del viaje a la URSS, el de un esfuerzo en la construcción de alojamientos para una población que en diez años aumenta la población de Francia. Lo mismo en Moscú que en Leningrado de un plumazo se alzan grandes casas obreras casi en cada calle, pero el éxito más grande desde el punto de vista del urbanismo está en Jarkov donde en cuatro años una ciudad entera de aspecto netamente americano se ha edificado al lado de la ciudad antigua.


En fin, una de las partes mas importante de nuestra gira ha sido la visita a las organizaciones soviéticas en Ucrania y en el norte del Cáucaso, el centro mismo de los territorios donde, según recientes campañas de prensa, reinaba un hambre comparable a la de 1922.


Usted verá, me habían dicho, que en el último momento esta parte del viaje será suprimida; no le llevarán a ese infierno de miseria. Para encontrar en Moscú a Molotov, que partía de vacaciones, se suprimió del programa la excursión a Crimea que tenía un carácter particularmente turístico; el viaje a Ucrania se desarrolló normalmente. Hemos atravesado de parte a parte, en los dos sentidos, en ferrocarril, este inmenso campo de cereales cuyos cultivos se interrumpen allá donde no alcanza la vista, de espeso humus negro que hace innecesario el abono. A 60 y 70 kilómetros de las ciudades, hemos visitado koljoses y sovjoses, y volvemos con la impresión muy clara de la falsedad de las noticias difundidas en la prensa y la convicción que yo esbocé en mi correspondencia de una campaña inspirada por Alemania y los Rusos blancos deseosos de oponerse al acercamiento franco-soviético.


Antes de recorrer el país, yo mismo me he hecho eco de esas habladurías difundidas por los enemigos del régimen y tengo hoy la certidumbre de su exageración.


Sin duda, se nos dirá, los eslavos, después del Potemkin, tienen un maravilloso sentido de la puesta en escena, sólo os han mostrado lo que querían que viérais, ¿cómo pretende Usted, en una excursión de una semana, no hablando ruso, apercibirse del estado de una región tan extensa? Sin embargo, hemos mirado por las ventanas durante el trayecto de más de 3.000 kilómetros, y no se ha podido trucar completamente la población, que nos ha parecido en el mejor estado físico y de vestuario que la de las ciudadades del norte, de donde venimos. Nuestro coche ha podido aplastar pollos de más de cuatro meses; nos hemos dado cuenta de la extensión de esos campos que acaban de proporcionar una cosecha que todos están de acuerdo en calificar de excepcional. Si verdaderamente millones de hombres estuvieran muertos de hambre en esas regiones, los infortunados hubieran comido sus pollos antes de pensar en alimentarse de cadáveres. Hubieran sido necesarios millones de soldados para impedirles comerse las semillas.


¿Qué dicen a este respecto las autoridades que hemos interrogado? El año pasado tuvo lugar efectivamente, un episodio de los más graves de la Revolución para la aplicación del régimen colectivista en la agricultura. En esas regiones particularmente ricas, hemos tenido que luchar contra los campesinos ricos que no cultivaban por sí mismos sus tierras sino que utilizaban asalariados; contra esos kulaks, más o menos abiertamente sostenidos por Alemania, que lleva en Ucrania su campaña separatista. Con la esperanza de desórdenes graves, esos elementos contrarrevolucionarios intentaron suscitar la huelga de brazos caídos. De ahí resultó una disminución de la producción de cereales que en un momento dado amenazó seriamente Moscú y supuso no solamente graves dificultades en las regiones donde se organizó el sabotaje de la cosecha, sino también la obligación de imponer restricciones importantes en la distribución de víveres. Que ha habido hambre está fuera de duda. Pero por una acción enérgica del poder central, acción combinada de la policía y de los elementos políticos comunistas, gracias a ciertas concesiones ofrecidas al interés personal (propiedad de una vaca y de productos de la huerta), la situación ha podido ser restablecida durante estos últimos meses y Stalin, según una expresión de Radek [...] ha ganado su ‘batalla del Marne’ agraria.


Dos ejemplos típicos de esta campaña y de las dificultades [...] nos los ofreció Kalinin, a quien interrogamos sobre este grave problema del hambre. Nos dio el ejemplo de la comuna de Tver que hoy lleva su nombre, donde hay tres koljoses. El primero ha trabajado muy bien, ha realizado una buena cosecha y sus miembros han obtenido buenos beneficios; el segundo ha alcanzado los dos objetivos; pero el tercero, por impulso de nuestros adversarios, ha saboteado la cosecha y sus afiliados han corrido el peligro de morir de hambre. A petición mía [de Kalinin], el Gobierno les ha hecho llegar ayuda. A causa de ello, me he atraído la enemistad de los otros dos koljoses que pensaban que no importaba hacer las cosas mal si, no haciendo nada, se obtenía sin embargo la subsistencia [...]


El segundo ejemplo de Kalinin es el siguiente: el año pasado faltó la leche en Moscú y se restringió la distribución incluso a los niños y a los obreros empleados en trabajos nocivos. Pero la persona encargada de la distribución era precisamente el gran negociante de preguerra que aseguraba el mismo servicio bajo el régimen zarista. El Presidente Kalinin llamó a ese fucionario para preguntarle cómo con una cantidad doble de leche no llegaba para suministrar a las categorías restringidas indicadas. El interesado apenas tuvo que mostrar que la cantidad era hoy insuficiente porque antes la leche era un privilegio de la clase noble y rica de Moscú.


Aumento considerable de las necesidades, resistencias políticas de los elementos reaccionarios, tales son las causas del desequilibrio que revuelve nuestros espíritus occidentales pero que parecen naturales al espíritu eslavo fatalista que, poco deseoso de intereses inmediatos individualistas, está centrado en el cumplimiento del amplio prgrama que se ha propuesto.
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Notapor 112sosgalicia » Dom Sep 23, 2012 12:45 pm



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GUERRA FRÍA | Recorrido por la base
La ultrasecreta base de submarinos de la URSS en Crimea es ahora un museo



Durante la Guerra Fría, Balaklava no existía en los mapas
Era la más importante y secreta base de submarinos nucleares soviética
Francisco López-Seivane | Balaklava (Ucrania)
Actualizado domingo 23/09/2012 04:21 horas
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Sí, eran ciertas. Las leyendas que corrían durante la Guerra Fría sobre la existencia de bases supersecretas en lugares remotos de la URSS se confirman con una visita a la base de Balaklava, en Crimea, un lugar que no figura en ningún mapa de la época. Muchas de la fantasías que circulaban sobre ella se quedan pequeñas ante los datos objetivos que cualquiera puede observar al recorrer sus intrincadas gusaneras.

Durante los tiempos de la Guerra Fría, Balaklava no existía en los mapas y nadie podía acercarse al pueblo, a menos que dispusiera de un permiso especial. Todas las entradas y salidas estaban controladas por el ejército y la KGB, ya que se trataba de la más importante y secreta base de submarinos nucleares de la URSS. La entrada a la base se hallaba excavada en una de las paredes de la estrecha ensenada de Balaklava, una especie de fiordo en miniatura, cuya entrada es perfectamente invisible desde el mar, al estar oculta por un entrante rocoso que se superpone a la línea de la costa, obligando a navegar en zigzag.

Fue planeada en 1952, poco después de firmarse en la vecina Yalta el acuerdo que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, y finalizada en 1961. Su interior era un mundo laberíntico de túneles y estancias, que incluía talleres, oficinas, depósitos de armas, incluso nucleares, tiendas, etc., en el que no sólo se escondían y reparaban docenas de submarinos, sino que también podía albergar y alimentar a 3.000 personas durante 30 días en caso de ataque nuclear.

La ensenada donde se ocultaba. | F.L.S.
La entrada estaba cubierta por un camuflaje gigantesco del color de la montaña que la hacía indistinguible desde el aire. Además, estaba bloqueada por una enorme puerta de acero que se deslizaba lateralmente para dar paso al submarino; tras lo cual, volvía a cerrarse herméticamente.

El canal, de hasta 22 metros de anchura y 8 de profundidad, se adentra 600 metros en la montaña. Las paredes del túnel están recubiertas de una capa de cemento de 5 metros de espesor, encima de la cual aún hay 125 metros de granito. Todo el complejo esta surcado por carreteras e incluso cuenta con un dique seco de más de 100 metros para la reparación de las naves.

Todo el complejo fue cerrado en 1966, tras lo que no quedó ni rastro de las enormes y complejas maquinarias que se usaban para los trabajos, ni de las bombas y torpedos almacenados entonces. Sólo sobreviven sus lóbregas galerías y el canal por el que navegaban lentamente los submarinos en sus entradas y salidas, siempre nocturnas. Hoy, ya bajo bandera ucraniana, todo el complejo se ha convertido en un museo, en el que se pueden apreciar múltiples detalles de asombrosa ingeniería militar.

La ensenada de Balaklava ya fue elegida por los ingleses para establecer su base militar durante la Guerra de Crimea, mucho antes, desde luego, de que la URSS decidiera construir allí su base de submarinos. Situada a apenas veinte kilómetros de Sebastopol, el rápido viaje por carretera tiene el aliciente añadido de que transcurre, en parte, por el valle donde tuvo lugar la desastrosa y archifamosa carga del Brigada Ligera británica que tanta tinta hizo correr en su día.
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Re: Historia militar de la URSS

Notapor 112sosgalicia » Dom Sep 23, 2012 4:03 pm


Cartera porta placa CNP

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Primavera de Praga
Invasión soviética de Checoslovaquia

Fecha 20 de Agosto 1968 – 20 de Septiembre 1968
Lugar Checoslovaquia

Durante la Guerra Fría, la Primavera de Praga (en checo: Pražské jaro; en eslovaco: Pražská jar) fue un período de liberalización política en Checoslovaquia, que duró desde el 5 de enero de 1968 hasta el 20 de agosto de ese mismo año, cuando el país fue invadido por la URSS y sus aliados del Pacto de Varsovia (a excepción de Rumanía).
Este movimiento buscaba modificar progresivamente aspectos totalitarios y burocráticos que el régimen soviético tenía en este país y avanzar hacia una forma no totalitaria de socialismo, legalizando la existencia de múltiples partidos políticos y sindicatos, promoviendo la libertad de prensa, de expresión, el derecho a huelga, etc. Acabó en agosto de 1968, cuando las tropas del Pacto de Varsovia invaden Checoslovaquia y ponen fin al proceso de apertura política.

Antecedentes

El proceso de desestalinización en Checoslovaquia comenzó bajo el mandato de Antonín Novotný a finales de los años 50 y los primeros años 60, pero tuvo un progreso más lento que otros estados socialistas europeos. Siguiendo el liderazgo de Nikita Khrushchev, Novotný proclamo la concreción del socialismo, y una nueva constitución, por consiguiente, adoptó el nombre de República Socialista Checoslovaca. El paso del cambio, también, fue lento; la rehabilitación de las víctimas de la era estalinista, tal como los condenados en la Purga de Praga, pudo haber sido considerado ya en 1963, pero no se produjo hasta 1967. Con el estricto régimen suavizando sus reglas, la Unión de Escritores de Checoslovaquia con cautela comenzó su descontento, y en el boletín del sindicato, Literární Noviny, algunos miembros sugirieron que la literatura debía ser independiente de la doctrina del Partido.
En junio de 1967, una pequeña facción de la Unión de Escritores de Checoslovaquia comenzó a simpatizar con socialistas radicales, especialmente Ludvík Vaculík, Milan Kundera, Jan Procházka, Antonín Jaroslav Liehm, Pavel Kohout e Iván Klíma. Varios meses después, en un encuentro del Partido, se decidió que las acciones administrativas se tendrían contra los escritores que abiertamente expresaron su apoyo a la reforma. Dado que solo una pequeña parte de la Unión apoyó estas tendencias, los miembros restantes fueron sometidos a la disciplina de sus colegas. El control sobre Literární Noviny y varias otras editoriales fue transferido al Ministerio de Cultura, e incluso miembros del Partido que más tarde se convirtieron en los principales reformadores —incluyendo a Dubček— apoyaron estas medidas.
A principios de los 60, Checoslovaquia era conocida oficialmente como República Socialista Soviética Checoslovaca (RSSC), experimentando una recesión económica, debido al modelo soviético de industrialización pobremente aplicado a Checoslovaquia. Checoslovaquia estaba ya bastante industrializada antes de la Segunda Guerra Mundial y el modelo soviético principalmente se centró en cuentas de economías menos desarrolladas. Novotný intentó reestructurar la economía, El Nuevo Modelo Económico de 1965 y estimuló el aumento de la demanda de reformas políticas.
En 1967, el presidente Antonín Novotný fue perdiendo apoyo. El Secretario General del regional Partido Comunista de Eslovaquia, Alexander Dubček, y el economista Ota Šik lo desafiaron en el encuentro del Comité Central, y Dubček invito al Premier Soviético Leonid Brézhnev a Praga en diciembre del mismo año. Brezhnev se sorprendió por la extensión de la oposición a Novotný y apoyó su dimisión como Presidente de Checoslovaquia. Dubček reemplazó a Novotný como Secretario General el 5 de enero de 1968. El 22 de marzo de 1968, Novotný perdió su presidencia y fue reemplazado por Ludvík Svoboda, quien más tarde dio consentimiento a las reformas.
Socialismo con rostro humano

Los checos y los eslovacos mostraban crecientes signos de independencia bajo el liderazgo de Alexander Dubček. Las reformas de Dubček en materia de los procesos políticos dentro de Checoslovaquia, a las que él se refería como "socialismo con rostro humano", no representaba una completa destrucción del viejo régimen, como en el caso de Hungría en 1956. De todas formas, esto fue visto por los líderes soviéticos como una amenaza a su hegemonía sobre los otros estados de Europa del Este bajo el gobierno de partidos comunistas.
La política de la URSS de reforzar a los gobiernos leales dentro de sus estados satélite, usando la fuerza militar de ser necesario, fue conocida como la Doctrina Brézhnev, llamada así en honor al líder soviético Leonid Brézhnev, quien fue el primero en declararla públicamente. Esta doctrina continuó aplicándose hasta que fue remplazada por la Doctrina Sinatra, bajo el régimen de Mijaíl Gorbachov en los años 80.
Liberalización y reforma

El pueblo checoslovaco no sabía nada de la lucha política, y los primeros signos de cambio son muy pobres. Cuando el miembro del Presídium del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSČ) Josef Smrkovský fue entrevistado en un artículo en Rudé Právo, titulado "¿Qué les Espera?", él insistió que cuando Dubček asumiera en enero la presidencia ahondaría aún más los objetivos del socialismo y mantendría la naturaleza de clase del Partido Comunista.
En el 20º Aniversario del “Febrero Victorioso” de Checoslovaquia, Dubček pronunció un discurso explicando la necesidad de un cambio tras el triunfo del socialismo. Hizo hincapié en la necesidad de "hacer valer el papel rector del Partido con más eficacia" y reconoció que, a pesar de que Klement Gottwald instó a tener mejores relaciones con la sociedad, el Partido había tomado torpes decisiones sobre cuestiones triviales con demasiada frecuencia. Dubček declaró que la misión del Partido es "construir una sociedad socialista avanzada en sólidos fundamentos económicos [...] un socialismo que se corresponde con la histórica tradición democrática de Checoslovaquia, de conformidad con la experiencia de otros partidos comunistas.".
En abril, Dubček Lanza un "Programa de Acción" de liberalizaciones, que incluía el aumento de la libertad de prensa, la libertad de expresión y la libertad de circulación, con énfasis económico en bienes de consumo y la posibilidad de un gobierno multipartidista. El programa se basó en la opinión de que "el socialismo no puede significar solamente la liberación de los trabajadores de la dominación de la clase explotadora, pero deben hacer más por las disposiciones para una vida más plena con la personalidad de cualquier democracia burguesa." El programa limitaría el poder de la policía secreta y avanzaría hacia la federalización de la RSSC en dos naciones (Chequia y Eslovaquia). El programa también abarcaría la política exterior, incluyendo tanto el mantenimiento de buenas relaciones con los países occidentales y la cooperación con la URSS y otras naciones comunistas. Se habla de una transición de diez años a través de elecciones democráticas que se harían dentro de lo posible y una nueva forma de socialismo democrático para sustituir el statu quo.
Los que redactaron el programa, sin embargo, tuvieron cuidado de no criticar las acciones de posguerra del régimen comunista, sólo se señalaron las políticas que a su juicio habían sobrevivido por su utilidad. Por ejemplo, la situación inmediatamente posterior a la guerra había exigido “métodos centralistas y de directiva administrativa" para luchar contra los "restos de la burguesía". Desde las "clases antagónicas" donde se dice que han sido derrotados por los logros del socialismo, estos métodos ya no son necesarios. La reforma es necesaria, estableció el Programa, para que la economía checoslovaca pueda unirse a la "revolución científico-técnica en el mundo" en lugar de confiar en la era estalinista de la industria pesada, trabajos en energía y materias primas. Además, desde que el conflicto interior de clases se había superado, los trabajadores podían ser debidamente recompensados por sus cualificaciones y competencias técnicas sin contravenir el marxismo-leninismo. El programa sugiere que era necesario para asegurar que las posiciones importantes fueran "ocupados por gente capaz, con cuadros de expertos de educación socialista", a fin de poder competir con el capitalismo.
Aunque el Programa de Acción establece que la reforma debe proceder con conformidad de la dirección del KSČ, la presión popular los obligo a aplicar las reformas de inmediato.
Los elementos radicales se hicieron más presentes: la polémica antisoviética apareció en la prensa (después de la abolición formal de la censura el 26 de junio de 1968), los socialdemócratas comenzaron a formar un partido independiente, y se crearon nuevos clubes sin afiliación política. Los inmovilistas del Partido instaron las medidas represivas, pero Dubček aconsejó moderación y reemplazó el liderazgo del KSC. En el Presídium del Partido Comunista de Checoslovaquia en abril, Dubček anunció un programa político de "socialismo con rostro humano". En mayo, anunció que el XIV Congreso del Partido se celebrará en una próxima reunión el 9 de septiembre. En el congreso se incorporo el Programa de Acción en los estatutos del Partido, el proyecto de la Ley de Federalización, y elegir un nuevo Comité Central.
Las reformas de Dubček garantizaban libertad de prensa, y los comentarios políticos se permitieron por primera vez en los principales medios de comunicación del país. En el momento de la Primavera de Praga, Checoslovaquia disminuyó su competitividad en las exportaciones, y Dubček tenia una reforma prevista para resolver estos problemas mediante la mezcla de las economías planificadas y las de mercado. En el Partido, hubo diferentes opiniones sobre cómo se debe proceder y algunos economistas expresaron el deseo de una mayor economía mixta, mientras que otros deseaban que la economía siga siendo de completamente socialista. Dubček siguió insistiendo en la importancia de la reforma económica procediendo bajo las reglas del Partido Comunista.
El 27 de junio, Ludvík Vaculík, uno de los principales autores y periodista, publicó un manifiesto titulado "Las dos mil palabras". Manifestó su preocupación por los elementos inmovilistas en el KSC y las llamadas fuerzas "extranjeras". Vaculík llamó a la gente a tomar la iniciativa en la aplicación del programa de reformas. Dubček, el Presídium del partido, el Frente Nacional, y el gabinete denunciaron este manifiesto.

Reacción soviética


La reacción inicial del bloque comunista fue conjunta. De Hungría, János Kádár fue muy favorable al nombramiento de Dubček en enero, pero para Brezhnev y para algunos otros creció la preocupación por las reformas de Dubček, temían que pudiera debilitar la posición del bloque comunista durante la Guerra Fría.
El 23 de marzo, en una reunión celebrada en Dresde, los líderes de los "Cinco de Varsovia" (URSS, Hungría, Polonia, Bulgaria y la RDA) cuestionaron a una delegación de Checoslovaquia por las reformas previstas, lo que sugiere que hablar de "democratización" se vuelve una velada crítica para los demás políticos. Wladyslaw Gomułka y János Kádár fueron los menos afectados por las reformas y con las crecientes críticas de los medios de comunicación checoslovacos, y les preocupaba que la situación llegara a ser "similar al prólogo de la contrarrevolución húngara". Algunos de los textos del Programa de Acción del KSC en abril podrían haber sido elegido para afirmar que la contrarrevolución no se había previsto, pero Kieran Williams sugiere que tal vez Dubček fue sorprendido, pero no se ofendió por las, sugerencias soviéticas.
El liderazgo soviético trató de impedir o limitar los cambios en la RSSC a través de una serie de negociaciones. La Unión Soviética tuvo conversaciones bilaterales con Checoslovaquia en julio en Čierna nad Tisou, cerca de la frontera eslovaco-soviética. En la reunión, Dubček defendió el programa del ala reformista del KSC, se comprometió con promesas de contribuciones hacia el Pacto de Varsovia y al COMECON. El liderazgo del KSC, sin embargo, estaba dividido entre vigorosos reformistas (Josef Smrkovský, Oldřich Černík, y Frantisek Kriegel) que apoyaron a Dubček, y los conservadores (Vasil Biľak, Drahomír Kolder, y Oldřich Švestka), que adoptaron una postura anti-reformista. Brezhnev aceptó el compromiso. Los delegados del KSC reafirmaron su lealtad al Pacto de Varsovia y se comprometieron a frenar las tendencias "antisocialistas", prevenir el resurgimiento del Partido Social Demócrata de Checoslovaquia, y controlar la prensa de manera más eficaz. Los soviéticos acordaron retirar sus tropas (aún en Checoslovaquia después de las maniobras de junio) y permitir el desarrollo del congreso del partido el 9 de septiembre.
El 3 de agosto, representantes de la URSS, la República Democrática Alemana, Polonia, Hungría, Bulgaria, y Checoslovaquia se juntan en Bratislava y firman la Declaración de Bratislava. La declaración afirmaba una fidelidad inquebrantable al marxismo-leninismo y al proletariado internacionalista y declaraba una implacable lucha contra la ideología "burguesa" y contra todas las fuerzas "antisocialistas". La Unión Soviética expreso su intención de intervenir en un país del Pacto de Varsovia si un sistema "burgués" (un sistema pluralista de varios partidos políticos representando diferentes facciones de la clase capitalista) fuera establecido. Después de la conferencia de Bratislava, las tropas soviéticas dejaron el territorio checoslovaco pero se mantuvieron a lo largo de sus fronteras.


Invasión




El periodo de liberalización política en Checoslovaquia llegó a su final el 20 de agosto de 1968, cuando 200.000 soldados (600.000 según los cálculos más elevados) y 2.300 tanques del Pacto de Varsovia invadieron el país. Las críticas desde Occidente fueron casi inexistentes; escritores de izquierda, como Tariq Ali, argumentaron que esto se debía a que los estados de Occidente veían en el "socialismo humano y democrático" de Checoslovaquia una tercera vía, es decir, "una amenaza más grande a los intereses capitalistas en Occidente" de lo que lo era el comunismo soviético, para aquel entonces ya mundialmente desacreditado.
Como las conversaciones bilaterales demostraron ser insatisfactorias, los soviéticos comenzaron a considerar la alternativa militar para solucionar las discrepancias entre Praga y Moscú. Tras una serie de análisis en el Politburó soviético, el régimen de Leonid Brezhnev tomó la decisión de convocar al Pacto de Varsovia para una operación militar conjunta contra Checoslovaquia, con el fin de derrocar al régimen de Dubček y poner fin a la "Primavera de Praga". Después de coordinar los detalles de la operación, en la noche del 20 al 21 de agosto de 1968 los ejércitos de cinco países del Pacto de Varsovia — la Unión Soviética, Alemania Oriental, Bulgaria, Polonia y Hungría— invadieron simultáneamente Checoslovaquia.
Esa noche, 200.000 tropas y 2.000 tanques del Pacto de Varsovia entraron al país. Las tropas primero ocuparon el aeropuerto internacional de Ruzyne, en Praga en donde se arregló el despliegue aéreo de más tropas. Las fuerzas checoslovacas fueron confinadas en sus propios cuarteles y estaban rodeados hasta que la amenaza de un contraataque se disipó. Por la mañana del 21 de agosto, Checoslovaquia fue ocupada.
Ni Rumanía ni Albania tomaron parte en la invasión, este último porque se retiró del Pacto de Varsovia en 1962. Rumania no intervino porque su gobernante, Nicolae Ceaucescu, mantenía hacía años una serie de críticas hacia la política exterior de Moscú. El ataque de los ejércitos del Pacto de Varsovia tuvo como resultado 72 checos y eslovacos muertos (19 en Eslovaquia), 266 heridos graves y otros 436 resultaron heridos levemente. Alexander Dubček llamo a su pueblo a no resistir con las armas. Sin embargo, hubo una resistencia dispersa de manifestaciones civiles en las calles.
Las señales de tráfico en las ciudades fueron eliminadas o sobrepintadas, a excepción de las que indicaban el camino hacia Moscú. Muchos pueblos pequeños se denominaron a sí mismos "Dubček" o "Svoboda", con lo cual, sin equipos electónicos de navegación, los invasores se confundieron a menudo.
Aunque en la noche de la invasión a Checoslovaquia la Presidencia declaró que las tropas del Pacto de Varsovia habían atravesado la frontera sin el conocimiento del gobierno de la RSSC, la prensa soviética mostró una solicitud sin firmar, presuntamente por parte de Checoslovaquia y sus dirigentes estatales, para la "asistencia inmediata, incluida la asistencia con las fuerzas armadas”. En el XIV Congreso del KSC (realizado en secreto, inmediatamente después de la intervención), se hizo hincapié en que ningún miembro de la alta dirección del Partido había motivado a la intervención. Pruebas recientes, surgidas tras 1990, sugieren que algunos miembros inmovilistas del KSC (incluyendo Bilak, Švestka, Kolder, Indra, y Kapek) enviaron una "solicitud de intervención" al gobierno soviético.
La invasión fue seguida por una ola de emigración, nunca vista antes, que se detuvo poco tiempo después. Se estima que 70.000 personas huyeron de inmediato, y en total se llegó a 300.000 emigrantes.
Los soviéticos atribuyeron la invasión a una aplicación estricta de la Doctrina Brezhnev, según la cual la URSS tenía derecho a intervenir en un país del Bloque del Este cuando dicho país pareciera estar haciendo un giro hacia el capitalismo. Todavía hay cierta incertidumbre, sobre cual fue la provocación a la que, en su caso, se produjo para que los ejércitos del Pacto de Varsovia invadieran el país. Los días previos a la invasión fueron más bien un período de calma sin grandes acontecimientos que hayan tenido lugar en Checoslovaquia.

Reacciones a la invasión


En Checoslovaquia, la oposición popular a la invasión se expresó en numerosos actos de resistencia no violenta. El 19 de enero de 1969, el estudiante Jan Palach se quemó a lo bonzo en la Plaza Wenceslao de Praga para protestar contra la reanudación de la supresión de la libertad de expresión.
La resistencia generalizada causó que la Unión Soviética abandonara su plan original de derrocar al Secretario General. Dubček, que había sido detenido en la noche del 20 de agosto, y trasladado a Moscú para las negociaciones. Allí, él y varios otros dirigentes firmaron, bajo una fuerte presión psicológica de los políticos soviéticos, el Protocolo de Moscú y se acordó que Dubček permanecería en el cargo y un programa moderado de reforma continuaría.
El 25 de agosto, los ciudadanos de la Unión Soviética que no aprobaron la invasión hicieron una protesta en la Plaza Roja, ocho manifestantes abrieron pancartas con lemas contra la invasión. Los manifestantes fueron detenidos y posteriormente castigados; la protesta fue denominada "antisoviética".
Un efecto más pronunciado se produjo en Rumanía, cuando su presidente Nicolae Ceauşescu, que ya era un acérrimo adversario de la influencia soviética y un autodeclarado defensor de Dubček, dio un discurso público en Bucarest el día de la invasión, que habló sobre las duras condiciones de las políticas soviéticas. En Finlandia, un país dominado por la influencia política soviética, la ocupación causo un gran escándalo. Al igual que los partidos comunistas italiano y francés, el Partido Comunista de Finlandia denunció la ocupación. No obstante, el presidente finlandés Urho Kekkonen fue el primer político occidental que visitó oficialmente Checoslovaquia después de agosto de 1968, recibió los honores más altos de Checoslovaquia, de las manos del presidente Ludvík Svoboda, el 4 de octubre de 1969. El Secretario General del Partido Comunista Portugués Álvaro Cunhal, fue uno de los pocos dirigentes políticos de Europa occidental que han apoyado la invasión por considerarla contrarrevolucionaria, junto con el Partido Comunista de Luxemburgo y las facciones más duras del Partido Comunista de Grecia.
Los países occidentales sólo ofrecieron su voz crítica a raíz de la invasión. La noche de la invasión, Canadá, Dinamarca, Francia, Paraguay, Reino Unido y los Estados Unidos pidieron una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En la reunión, el embajador checoslovaco Jan Muzik denunció la invasión. El embajador soviético Jacob Malik insistió en que las acciones del Pacto de Varsovia son de "ayuda fraterna" en contra de las “fuerzas antisociales". Al día siguiente, varios países propusieron una resolución que condenaba a la intervención y pedía una retirada inmediata, finalmente, se procedió a la votación. Diez miembros apoyaron la propuesta, Argelia, India y Pakistán se abstuvieron, la URSS (con poder de veto) y Hungría se opusieron. Inmediatamente, delegados de Canadá presentaron otra moción solicitando a un representante de Naciones Unidas para que viajara a Praga y trabajara para la liberación de los dirigentes checoslovacos.
El 26 de agosto iba a hacerse otra votación, pero un nuevo representante de Checoslovaquia pidió que todo el asunto se eliminara del programa del Consejo de Seguridad. El gobierno de los Estados Unidos había enviado a Shirley Temple a Praga en agosto de 1968 para prepararse y convertirse en la primera embajadora de Estados Unidos en una Checoslovaquia libre. Dos décadas más tarde, cuando Chequia se convirtió en un estado independiente, Temple fue la primera embajadora de Estados Unidos del país


Protestas



Cartel de los protestantes de la Plaza Roja, Por libertad vuestra y nuestra.
Protestas contra la ocupación había en todos países, incluyendo en la Unión Soviética, aunque la KGB trataba de simular que todo el mundo aceptaba la "ayuda" de la URSS a su pequeño vecino.1 2

Repercusiones

En abril de 1969, Dubček fue sustituido como Secretario General por Gustáv Husák, y comenzó un período de "normalización". Dubček fue expulsado del KSC y se le dio un trabajo como oficial forestal.
Husák revirtió las reformas de Dubček, purgó a los miembros aperturistas del partido, y destituyó de su función pública a las élites profesionales e intelectuales que abiertamente expresaron su desacuerdo con la transformación política. Husák trabajó para restablecer el poder de las autoridades policiales y fortalecer los vínculos con otros países socialistas. También trató de volver a centralizar la economía, ya que una cantidad considerable de libertad se había concedido a las industrias durante la Primavera de Praga. Los comentarios políticos de nuevo fueron censurados en los principales medios de comunicación y las declaraciones políticas de cualquier persona que no se consideraba de "plena confianza política" también fueron prohibidas. El único cambio significativo que sobrevivió fue la federalización del país, que creó la República Socialista Checa y la República Socialista Eslovaca en 1969.
En 1987, el líder soviético Mijaíl Gorbachov reconoció que sus políticas de liberalización, glasnost y perestroika, tenían una gran deuda con el "socialismo con rostro humano" de Dubček. Con la caída del socialismo en 1989, Dubček se convirtió en presidente de la Asamblea Federal durante el gobierno de Václav Havel. Cuando se le preguntó cuál era la diferencia entre la Primavera de Praga y las reformas de Gorbachov, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores respondió: "Diecinueve años."
Después de que cayese el comunismo en Checoslovaquia, en la Revolución de Terciopelo en 1989, Dubček fue elegido Presidente de la Asamblea Federal, cargo que ocupó hasta junio de 1992. Eventualmente llegaría al Partido Social Demócrata de Eslovaquia, aunque murió en noviembre de 1992.
Impacto cultural

Una década después, la Primavera de Praga "prestó" su nombre a un periodo de apertura política en China, conocido como la Primavera de Pekín. En el siglo siguiente, la opresión de La Primavera de Praga se discute en la conexión de los eventos modernos.
La Primavera de Praga profundizo la desilusión de muchos izquierdistas occidentales con visiones marxistas-leninistas. Contribuyó al crecimiento de las ideas eurocomunistas en Occidente, donde los partidos comunistas pretendían una mayor distancia con la Unión Soviética, y llevó finalmente a la disolución de muchos de estos grupos. Una década más tarde, un período de liberalización política en China se conoció como la Primavera de Pekín. También influyo en la Primavera Croata en Yugoslavia. En 1993 en una encuesta checa, el 60% de los encuestados declaró tener un recuerdo personal vinculado a la Primavera de Praga, mientras que otro 30% declaro estar familiarizado con los acontecimientos de alguna u otra forma.
El evento ha sido referenciado en la música popular, incluyendo la música de Karel Kryl, Requiem de Luboš Fišer, y en Music for Prague 1968 de Karel Husa. "They Can't Stop The Spring", una canción del cantautor y periodista irlandés John Waters, que represento a Irlanda en el Festival de Eurovisión en 2007. Waters lo ha descrito como "una especie de fiesta celta de Europa oriental y sus revoluciones y posibles resultados", citando un supuesto comentario de Dubček: "Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera" (Pablo Neruda).
La Primavera de Praga también ha aparecido en la literatura. La novela de Milan Kundera llamada La insoportable levedad del ser se sitúa en la Primavera de Praga. En ella se muestran las repercusiones del aumento de la presencia soviética y el dictatorial control policial de la población. Una versión cinematográfica checa fue realizada en 1988. The Liberators, de Viktor Suvorov, es la descripción de un testigo ocular de la invasión a Checoslovaquia en 1968, desde el punto de vista del comandante de un tanque soviético. En Rock 'n' Roll, una obra de teatro del galardonado dramaturgo Tom Stoppard, hace referencias a la Primavera de Praga, así como la Revolución de Terciopelo de 1989. Heda Margolius Kovály también termina sus memorias Under a Cruel Star, con una vista a la Primavera de Praga la posterior invasión, y sus reflexiones sobre estos acontecimientos.
Una adaptación cinematográfica distinta de La insoportable levedad del ser, es también la película Pelíšky del director Jan Hřebejk y el guionista Petr Jarchovský, que representa a los eventos de la Primavera de Praga, aunque es más sobre el período de normalización. La película musical checa, Rebelové de Filip Renč, también representa los acontecimientos, la invasión y la posterior oleada de emigración.
El número 68 se convirtió en un icono en la antigua Checoslovaquia. El jugador de hockey Jaromír Jagr lleva el número debido a la importancia del año en la historia de Checoslovaquia. Una antigua casa editorial con sede en Toronto, llamada “68 Editores”, publica libros de autores exiliados checos y eslovacos, tomó su nombre del evento.


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Crisis constitucional rusa de 1993

Notapor 112sosgalicia » Lun Sep 24, 2012 1:12 pm


Crisis constitucional rusa de 1993


La crisis constitucional rusa de 1993 hace referencia a los hechos acaecidos en Rusia entre el 21 de septiembre y el 5 de octubre de ese año.
La crisis comenzó en el día 21 de septiembre de 1993 cuando el presidente Borís Yeltsin decretó la disolución del Congreso de los Diputados del Pueblo y el Sóviet Supremo de Rusia, organismos que eran un obstáculo para su consolidación en el poder y la realización de la reforma neoliberal. El decreto de Yeltsin era ilegal al ir en contra de la constitución vigente. Después de la crisis, el 15 de octubre, ordenó refrendar una nueva constitución.
El congreso rechazó el decreto presidencial y aprobó la destitución del presidente Yeltsin mediante una apelación. El vicepresidente en vigor, Aleksandr Rutskoy, fue nombrado presidente, tal y como mandaba la constitución. El 28 de septiembre las protestas públicas contra el gobierno de Yeltsin tomaron las calles en Moscú. En la represión de las mismas se produjeron varios muertos, la sangre corría por las calles moscovitas.
El ejército, bajo el control de Yeltsin, determinó el final de la crisis. Los diputados se encerraron en la Casa Blanca, edificio sede del Parlamento ruso, y se dispusieron a resistir el asedio de las fuerzas bajo control del depuesto presidente. La semana siguiente las protestas populares contra Yeltsin y en apoyo al Parlamento y al Soviet fueron creciendo. Alcanzaron el punto álgido el día 2 de octubre. Rusia se encontraba a las puertas de una guerra civil. En ese punto, las cúpulas militares mostraron su apoyo al depuesto presidente y este ordenó el desalojo de la Casa Blanca a la fuerza. La orden de Yeltsin se materializó mediante el bombardeo, mediante carros de combate y artillería del edificio sede de la soberanía popular. La Casa Blanca fue destruida y muchos de sus ocupantes, representantes de la soberanía popular, murieron en el ataque.
Para el 5 de octubre la resistencia a Yeltsin había sido destruida. El conflicto, que duró 10 días, fue el más grave sucedido en Moscú desde la Revolución rusa de octubre de 1917. El propio gobierno estimó el número de muertos en 187 y en 473 el de heridos.
Origen de la crisis
Intensificación de la lucha entre el Poder legislativo y el ejecutivo


Borís Yeltsin, Presidente de Rusia durante la crisis.
El programa de reformas económicas de Yeltsin se comenzó a ejecutar el 2 de enero de 1992 lo que propició una rápida subida de los precios de los artículos de primera necesidad, una disminución importante del gasto gubernamental en asuntos sociales que se agravó por la imposición de tasas e impuestos. Esto produjo una falta de crédito y el cierre de muchas industrias. Se abrió una gran crisis económica que provocó el alejamiento de muchos políticos del programa de reformas dando lugar al nacimiento de dos bandos enfrentados, unos a favor de la aplicación de las reformas económicas radicales de corte neoliberal y otros en su contra en el propio seno del gobierno ruso.
Durante 1992 la oposición a las reformas de Yeltsin fue en aumento basándose, sobre todo, en las condiciones lamentables en las que se encontraba la industria rusa y los deseos de más autonomía de las repúblicas y regiones que componen Rusia.
El vicepresidente de Rusia clarificó públicamente el programa de reformas de Yeltsin como "genocidio económico". 1 Los presidentes de las repúblicas rusas de Tatarstan y Bashkiria, ricas en petróleo proclamaron a la independencia de las mismas.
También en el transcurso de 1992 Yeltsin se fue enfrentando con el Poder Legislativo, tanto con el Congreso de los Diputados del Pueblo, cámara alta, como con el Soviet Supremo por el control del gobierno y la política gubernamental. En 1992 el portavoz del Soviet Supremo de Rusia, Ruslan Khasbulatov, se posicionó en contra de las reformas económicas, aunque decía apoyar el fin de las mismas.
El presidente fue informado sobre las reformas constitucionales que se habían realizado en 1991 y que determinaban que sus poderes especiales para la emisión de decretos expiraban antes del fin de 1992 (Yeltsin amplió los poderes especiales para la emisión de decretos más allá de los límites constitucionales para ejecutar su programa de reformas económicas). Yeltsin exigió al parlamento, que realizará un cambio constitucional que le ampliará el poder emitir decretos para poner en marcha su plan de privatizaciones, (sólo el parlamento tenía la autoridad de modificar la constitución). Pero el Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia y el Soviet Supremo se negaron a redactar una nueva constitución que garantizara, por ley, el poder de decretar del presidente del gobierno.

La séptima sesión del Congreso de Diputados del Pueblo


Aleksandr Rutskoy, Primer Ministro contrario a Yeltsin.
Durante diciembre de 1992 el parlamento y el presidente Yeltsin protagonizaron un importante número de conflictos. El mayor de ellos fue la designación, el 9 de diciembre, de Yegor Gaidar como Primer Ministro. Gaidar, considerado el padre de las reformas económicas, era muy impopular. El parlamento repudió la designación y demandó rectificaciones en el programa económico y pidió al Banco Central, el cual se encontraba bajo control parlamentario, que siguiera emitiendo los créditos necesarios para que las empresas pudieran subsistir y evitar su cierre. 2
El día siguiente, el 10 de diciembre, visiblemente enfadado, Yeltsin replicaba al parlamento en un discurso llamándolo
fortaleza de fuerzas conservadoras y reaccionarias
La respuesta del parlamento fue el votar a favor de que el ejército estuviera bajo su control.
El día 12 de diciembre Yeltsin y el portavoz parlamentario Khasbulatov llegan a un acuerdo de compromiso en los recogen los siguientes puntos:
La realización de un referéndum nacional para aprobar la nueva constitución antes de abril de 1993.
Extensión hasta esa fecha de la capacidad de emisión de decretos por parte del presidente Yeltsin.
Reconocimiento del derecho parlamentario para votar la designación el Primer Ministro.
El parlamento se reafirma en su derecho de rechazar a los candidatos presidenciales para los ministerios de asuntos exteriores, defensa, interior y seguridad.
Seguidamente, el 14 de diciembre, Yeltsin nombra a Víktor Chernomyrdin Primer Ministro el cual es confirmado por el parlamento.
El acuerdo del presidente Yeltsin con el Séptimo Congreso de Diputados del Pueblo funcionó por un tiempo. A principios de 1993] se fue incrementando la tensión entre Yeltsin y el parlamento a raíz de la convocatoria del referéndum y el mantenimiento del poder de decreto presidencial. El congreso, presidido por Ruslan Khasbulatov redujo los poderes de decreto del presidente que había dado en 1991 y empezó a detectar que podía bloquear las acciones de gobierno e incluso derrocar al presidente. Comenzó una práctica de erosión del control presidencial sobre el gobierno a lo que Yeltsin respondió convocando el referéndum constitucional para 11 de abril.


Octava sesión del Congreso de los Diputados del Pueblo
La Octava sesión el Congreso de los Diputados del Pueblo se abrió en 10 de marzo de 1993 con un discurso de Khasbulatov que contenía un duro ataque contra el presidente Yeltsin a quien le acusaba de cometer actos inconstitucionales. A mediados de marzo el parlamento celebró una sesión extraordinaria en la que se aprobó en mantener la constitución y el anular el referéndum y recortar los poderes presidenciales, propiciando de nuevo un cambio que alejaba de Yeltsin el poder. Yeltsin abordó, fuera del edificio del congreso, a Vladimir Shumeyko, presidente de al cámara, para decirle que el referéndum se celebraría el 25 de abril.
El parlamento fue extendiendo gradualmente su influencia sobre el gobierno. El 16 de marzo el presidente Yeltsin designa por decreto por el que nombra Viktor Gerashchenko como parte del gobierno, al presidente del Banco Central y a otros tres altos funcionarios que debían de ser parte del gobierno por designación parlamentaria
El régimen especial
La respuesta del presidente Yeltsin fue dramática. El 20 de marzo se dirige a la nación para proponer la instauración de un "régimen especial" bajo el cual tendría poderes extraordinarios hasta la realización de un referéndum unas nuevas elecciones legislativas, una nueva constitución y la ratificación de la confianza en el presidente y vicepresidente. Yeltsin también se atacó al parlamento acusando a los diputados de querer imponer de nuevo el "Orden Soviético".
El Vicepresidente Rutskoy, oponente de Yeltsin, condenó las declaraciones de Yeltsin diciendo que lo único que quería era seguir teniendo la capacidad de gobernar por decreto. Después el Tribunal Constitucional Rusos determinó que la proposición de Yeltsin era anticonstitucional y este se echo atrás.


Novena sesión del Congreso de los Diputados del Puebl
o
El 9 de marzo comenzaron las sesiones del Noveno Congreso de los Diputados del Pueblo, La primera sesión fue extraordinaria y en ella se trató de la adopción de medidas de emergencia para salvaguardar la constitución incluyendo la recusación del presidente Yeltsin. El presidente reconoció que se había equivocado y se salvó, por un estrecho margen de votos, de ser recusado. Faltaron 72 votos para alcanzar los 689 necesarios para la mayoría absoluta de 2/3 de la cámara.
El referéndum nacional
El Congreso de Diputados del Pueblo intentó fijar unos nuevos términos para la celebración del referéndum popular. La propuesta parlamentaria preguntaba a los ciudadanos;
Si mantenían la confianza en el presidente Yeltsin.
Si aprobaban sus reformas.
Si aceptaban la celebración de elecciones legislativas y presidenciales inmediatas.
La resolución del parlamento decía que para ganar, Yeltsin debía de obtener más del 50% del electorado y no el 50% de los votos emitidos para evitar unas elecciones presidenciales inmediatas. El 25 de abril se celebró el referéndum y Yeltsin obtuvo la victoria. La mayoría de los votos emitidos le fueron favorables y apoyaban la convocatoria de elecciones. Yeltsin entendió que esos resultados le permitían mantenerse en el poder al hacer la lectura que los votantes le apoyaban a él en vez que al parlamento pero no tenía un mecanismo constitucional para implementar su victoria por lo que tuvo que utilizar la táctica de decir que él estaba legitimado por el pueblo para quedar por encima del poder legislativo, que también lo estaba. No fueron 72 votos sino 98 y fue un 70 por ciento y no el 30 por ciento.

La convención constitucional
Yeltsin convocó una Conferencia de Hombres Notables, compuesta de políticos de todas las instituciones, regiones, organizaciones públicas y políticas para junio en la que se examinaría su proyecto constitucional que había presentado en abril. Después de mucho discutir el Comité Constitucional del Congreso de Diputados del Pueblo decidió acudir a la misma y presentar su propia propuesta constitucional. Por supuesto ambas propuestas divergían en los referente a las cuestiones y relaciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
En la conferencia participaron 200 representantes y de ella salió una propuesta constitucional, el 12 de julio, que constituía un Poder Legislativo bicameral y la disolución del Congreso. Pero para la ejecución el propio congreso debía de aprobar la misma. El Soviet Supremo rechazó inmediatamente la propuesta constitucional y declaró que el Congreso de los Diputados era el órgano supremo legislativo y que era de su competencia decidir sobre la nueva constitución.
El parlamento estaba activo en julio mientras que el presidente Yeltsin estaba de vacaciones, en ese período se lanzaron varios decretos que revisaban la política económica con el objetivo de terminar con la división social a la vez que iniciaba investigaciones sobre las acciones de varios miembros del gobierno afines al presidente Yeltsin por sospechas de delitos de corrupción.
En agosto Yeltsin volvió de sus vacaciones y declaró que haría todo lo posible, incluyendo las modificaciones constitucionales, para convocar elecciones legislativas.
Choque de poderes
El 1 de septiembre Yeltsin lanzó su ofensiva destituyendo al vicepresidente Rutskoy que era partidario del legislativo y que había sido elegido junto a Yeltsin en las elecciones de 1991 y que era el sucesor automático del presidente según la legislación vigente. La excusa utilizada para su distinción fue expuesta por el portavoz presidencial, se le acusaba a Rutskoy de corrupción.
El día 3 de septiembre el Soviet Supremo desestima la destitución de Rutskoy y remite el asunto al Tribunal Constitucional.
La respuesta del Tribunal llegó dos semanas más tarde en la que se debían de realizar elecciones presidenciales y legislativas anticipadas. El parlamento lo ignoró. El 18 de septiembre Yeltsin nombra a Yegor Gaidar, que había sido vetado del gobierno por el parlamento en 1992, como Primer Ministro y Ministro de Economía. Esto era inaceptable para el Soviet Supremo que lo rechazo enérgicamente.

Yeltsin disuelve el parlamento



El 21 de septiembre de 1993 Yeltsin respondió con la convocatoria de un nuevo referéndum nacional y un decreto por el que disolvía el parlamento a la vez que convocaba elecciones legislativas para diciembre.
Sustituyó la constitución por otra que le permitía gobernar por decreto y diseñó un nuevo parlamento con 450 diputados que recibiría el nombre de Duma que era el mismo que existía antes a la Revolución de octubre de 1917 que derrocó el estado zarista creando el nuevo estado soviético, esta sería la Cámara Baja mientras que la Cámara Alta tendría llamada El Consejo de la Federación tendría representación de las 89 subdivisiones de la Federación Rusa.
Yeltsin exigió que se disolviera el parlamento en septiembre dejando así libre el camino para las reformas económicas tendentes a conseguir una transición rápida a la economía de libre mercado. Yeltsin tenía el apoyo incondicional de los Estados Unidos3 El apoyo que recibió de los países capitalistas se mantuvo hasta el final de los acontecimientos, incluso cuando la intervención armada contra el Congreso de los Diputados Populares y el Soviet Supremo produjo cientos de muertos entre los representantes del pueblo ruso. En España el líder de Izquierda Unida, Julio Anguita, declaró
Occidente se ha manchado las manos de sangre (por) el apoyo internacional a Borís Yeltsin y acusó a los países occidentales, entre ellos a España, de ser responsables de la grave situación de Rusia por "haber apoyado a un golpista" en referencia al presidente de la Federación Rusa. El PCE, que dirige el propio Anguita, acusó a Yeltsin, a su Gobierno y a... las manos de sangre". El Partido Popular, por boca de su dirigente Rodrigo Rato, declaró que "Occidente no le está dando el poder al presidente Yeltsin, simplemente por apoyarle, sino que se lo tendrá que ganar en unas elecciones libres". Rato subrayó, no obstante, el apoyo de su partido al ataque a la Casa Blanca4

[editar]El Parlamento invalida la presidencia de Yeltsin
El Tribunal Constitucional sentencia que Yeltsin ha violado la constitución al decretar la disolución del Parlamento por lo que podría ser acusado. El Parlamento, en una sesión que duró toda la noche, presidida por Khasbulatov, declara que el decreto de Yeltsin es ilegal y por lo tanto nulo, destituye al Yeltsin de la presidencia de la nación y nombra al vicepresidente, Rutskoy, presidente de Rusia, tal como señala la constitución. Rutskoy jura su cargo y la constitución esa misma noche. Rustskoy ya había calificado la acción de Yeltsin de golpe de Estado.
La respuesta de Yeltsin es la de destituir a todos los ministros afines al poder legislativo de su gabinete, estos son; Pável Grachov, ministro de defensa; Nikolay Golushko, ministro de seguridad y Viktor Yerin, ministro de interior. Rusia pasa a tener dos presidentes, dos ministros de defensa, de seguridad e interior.
El Partido Comunista de la Federación Rusa no participa en los acontecimientos, ni Guennadi Ziugánov, ni otros líderes se ven envueltos en estos actos aunque muchos miembros individuales del partido y otras organizaciones de izquierda apoyaron, activamente, al Parlamento.

Protestas en Moscú
Entre el 21 y el 24 de septiembre el ambiente popular a favor de los parlamentarios fue creciendo. Yeltsin se vio envuelto en una oleada de protestas populares en defensa de los Diputados encerrados en la Casa Blanca, algunas de ellas superaron los cuarenta mil manifestantes.5
Las calles de Moscú se llenaron de gentes, miles, que acudían a defender el edificio del Parlamento, que como había pasado en el intento de golpe de estado de agosto de 1991, adquirió de nuevo un valor simbólico.
El ejército se mantenía en una posición comprometida entre uno y otro poder, al final el intento del presidente Rutskoy, puesto por el Parlamento, de atraer a las Fuerzas Armadas al lado del Congreso de los Diputados y del Soviet Supremo, fracasaron. La acción de Yeltsin de disolución ilegal del Poder Ejecutivo estaba preparada desde el verano y ya se habían tomado las medidas pertinentes para que las Fuerzas Armadas le fueran fieles.6 Según algunas opiniones las FF.AA. apoyaron el golpe de estado de Yeltsin porque...
El Ejército y las fuerzas de seguridad han respaldado a Yeltsin por temor a la anarquía y a una guerra civil.7
La pugna por el mando de las Fuerzas Armadas se decantó por Yeltsin a reconocer la cúpula de los ejércitos al ministro de defensa general Pável Grachov. Los otros dos ministerios con tropas, interior y seguridad, también fueron fieles al depuesto presidente, únicamente algunos organismos y organizaciones de dentro de las Fuerzas de Seguridad del Estado, como la Unión de Oficiales presentaron algún problema por su fidelidad al Poder Legislativo8 El pueblo se posicionó mayoritariamente con los Diputados. La dura crisis que se vivía en el país, donde el producto interior bruto había descendido a la mitad, la corrupción era generalizada, la esperanza de vida había descendido ostensiblemente, los servicios básicos como la sanidad y la educación se derrumbaban y escaseaba el alimento y el combustible mientras que la riqueza del estado, acumulada y construida con mucho sacrificio en el período Soviético, se dilapidaba e iba parar a unas pocas manos que por adquirían las grandes empresas de la nación por capitales irrisorios mientras que la mayoría del pueblo pasaba, incluso hambre.9
Fuera de Moscú el apoyo a los parlamentarios era más escaso y desorganizado, aun así se organizaron protestas contra Yeltsin entre las que destacan la serie de huelgas que se produjeron por toda la geografía de la Federación Rusa. El 28 de septiembre se producían los primeros enfrentamientos sangrientos entre manifestantes anti Yeltsin y la policía.
La represión que se utilizó en Moscú tenía un efecto similar a la que se usó en París durante el mayo del 68 que culminó con la caída de Charles de Gaulle.
El mismo día 28 de septiembre se daba la orden, desde el ministerio del interior de aislar las instalaciones el Parlamento. El 1 de octubre la Casa Blanca estaba rodeada de barricadas, trincheras y alambres de espino a la vez que se apostaban los carros de combate en sus alrededores. El propio Ministerio del Interior estimaba que había unas 600 personas en el interior de la sede parlamentaria.
Ya el día 25 de septiembre había rumores de los planes de Yeltsin de tomar el parlamento a la fuerza10
Cuando las primeras barricadas fueron construidas alrededor de la Casa Blanca, los líderes parlamentarios aún tenían la esperanza de alcanzar un acuerdo con Yeltsin.
El día 29 de septiembre los diputados sitiados aprobaron pedir la mediación del jefe de la Iglesia Ortodoxa rusa, el patriarca Alexis II, en sus negociaciones con Yeltsin11 El día 6 de octubre se publicaba que
Esta situación aparentemente se corrigió a lo largo de la jornada, tal como indicaba el hecho mismo de que el presidente Yeltsin aceptara la diplomacia del monasterio San Danílov. A pesar de que Shajrái intentó minimizar ayer la importancia de la reunión de los barones.12
y en esa misma noticia se daba cuenta de las exigencias de los líderes regionales, los barones, de que se convocara el Consejo de la Federación (el organismo que reúne a los dirigentes de los territorios rusos) y 20 de ellos se reunían con los legisladores sitiados.


La toma de la televisión
Los días 2 y 3 de octubre fueron los días culminantes de las protestas. El día 2 de octubre partidarios del Poder Legislativo construyen barricadas en las calles de Moscú bloqueando el tráfico. En la tarde del día 3 partidarios armados de los parlamentarios logran atravesar los cordones policiales y las líneas de trincheras y alambres que aislaban la Casa Blanca. Junto a ellos grupos armados pertenecientes a los movimientos Unidad Nacional Rusa y Trabajadores de Rusia así como algunas tropas de las fuerzas destinadas a al Ministerio del Interior.
Aleksandr Rutskoy llama a la protesta desde la dentro de la Casa Blanca y llama a la toma del centro nacional de la televisión en Ostankino y Khasbulatov llama a la toma del Kremlin. Ya con varios muertos en las protestas, Yeltsin declara, el día 4, el estado de excepción en Moscú que estaría vigente hasta el 18 de octubre13
Esa misma tarde los manifestantes toman la alcaldía de Moscú y se dirigen al centro emisor de TV en Ostankino en que estaba tomado por fuerzas del Ministerio del Interior. La batalla entre los soldados y los manifestantes es intensa y mueren 62 personas. Las instalaciones del centro emisor quedan dañadas y la TV rusa no puede continuar emitiendo. Antes de acabar el día 3 de octubre, la situación está controlada por los partidarios de Yeltsin gracias al uso de la fuerzas armadas.
Cuando se recupera la emisión de la TV rusa Yegor Gaidar hace una declaración en la misma llamando a la defensa de Yeltsin, algunos cientos de personas se reúnen delante del ayuntamiento de Moscú para su defensa hasta la mañana del día 4 en el que se confirma el apoyo del ejército.
La toma del Parlamento
El factor clave para determinar de que lado se inclinaba la balanza era la fidelidad de la FF.AA. Durante los días 2, 3 y 4 de octubre se habían producido decenas de muertos y centenares de heridos.
Rutskoy pidió el apoyo de sus camaradas, él era general, pero el apoyo se obtuvo solo de las cúpulas militares que ya estaban cercanos a los parlamentarios. No mandaron ninguna misiva a los cuarteles para atraer el apoyo de la tropa. Al final el ejército se plegó con Yeltsin. Para el amanecer del 4 de octubre los carros de combate y artillería que se había posesionado en los alrededores de la Casa Blanca abrieron fuego contra el simbólico edificio. Para el mediodía tropas de infantería entraban a sus instalaciones que iban tomando piso a piso. Se hicieron varias paradas en el ataque para permitir la evacuación de algunos legisladores. Khasbulatov y Rutskoy se negaron a entregarse y permanecieron allí hasta que fueron detenidos y sacados en autobuses.
Para media tarde se había superado la resistencia civil en las calles de Moscú, pero aún se escuchaba algún disparo.
Estos hechos fueron llamados "la Segunda Revolución de Octubre" y fueron los más graves ocurridos en Moscú desde la aquellos días de 1917. Las cifras de muertos dadas por la policía fueron de 187 muertos y 437 heridos. Las fuentes no oficiales señalan un número superior a los 1.500 muertos, la mayoría dentro del edificio del parlamento, la inmensa mayoría de las víctimas fueron partidarios de los legisladores. Las FF.AA. y las fuerzas del Ministerio del Interior únicamente sufrieron 12 bajas y 9 de ellas fueron debidas a fuego amigo, es decir por disparos de sus propios compañeros.
Yeltsin venció a los parlamentarios gracias al apoyo brindado por el ejército, el KGB y el Ministerio del Interior, pero sin una base popular. Pero los militares solo se movieron a regañadientes y con la disculpa de evitar males mayores. La fuerza ganó a la mayoría y esa fuerza esperaba compensaciones de Yeltsin como las dadas al general Pável Grachov, fiel a Yeltsin durante la crisis que se convirtió en una figura política relevante aun cuando se demostró sus episodios de corrupción dentro del ejército ruso.14
La crisis fue un la demostración fehaciente de los problemas que existían entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo en el sistema presidencial ruso y de la ausencia de mecanismos para resolverlos.15
Fue una lucha entre dos poderes, el Legislativo y el Ejecutivo, que fue ganada por aquel que pudo hacerse con la fuerza de las armas, de los instrumentos de coerción.16

La opinión pública sobre la crisis
El Instituto de Investigaciones de Opinión Pública de Rusia, VCIOM (VTsIOM) realizó una encuesta sobre los sucesos de octubre de 1993 que dio como resultado que un 51% de los encestados justificaba el uso de la fuerza que había realizado Yeltsin mientras que había un 30% que no lo veía justificado. Los apoyos a la acciones de Yeltsin ha ido declamando en los últimos años. En otra encuesta similar realizada por el mismo organismo en el año 2003 solamente justificaban el uso de la fuerza en los acontecimientos de 1993 un 20% de los consultados mientras que lo rechazaban el 57%.
A la pregunta la causa principal de los acontecimientos de los días 2 y 3 de octubre, en 1993 el 46% de los encuestados señalaban las acciones de Rutskoy y Khasbullatov mientras que diez años después los principales responsables de aquellos hechos eran, la herencia de Mijaíl Gorbachov con un 31% de las opiniones recogidas y de las políticas de Borís Yeltsin con un 29% de las mismas.
En 1993 la mayoría de los rusos consideraban que los sucesos acaecidos entre el 21 de septiembre y el 4 de octubre como una especie de revancha de los comunistas o las lucha de Rutskoy y Khasbulatov por obtener el poder para beneficio propio. Diez años más tarde la opinión más común era que la causa de esos acontecimientos fue la de poner en marcha las reformas económicas de Yeltsin y en especial su plan de privatizaciones que permitió que la riqueza del estado ruso fuera distribuida entre un número limitado de magnates, llamados oligarcas, y a las cuales se oponía el Soviet Supremo.
Consolidación de Yeltsin en el poder

Consecuencias inmediatas
En las semanas que siguieron a la toma de la Casa Blanca, Yeltsin público los decretos presidenciales que le permitían establecerse en el poder. El 5 de octubre, prohibió las organizaciones políticas de izquierdas y nacionalistas que habían apoyado a los legisladores. También prohibió las publicaciones que tenían líneas editoriales de corte izquierdista o nacionalista. El 6 de octubre en un discurso a la nación Yeltsin invitó a que los organismos regionales, que habían apoyado a los parlamentarios, que se disolvieran. Valery Zorkin, presidente del Tribunal Constitucional, fue obligado a dimitir. El responsable de la Federación de Sindicatos de Independientes de Rusia también fue depuesto y Yeltsin aprovechó la oportunidad para privar a los sindicatos de muchas de sus funciones administrativas y del contacto directo con los trabajadores.
El 12 de octubre Yeltsin dio a conocer que ambas cámaras legislativas serían renovadas en unas elecciones en diciembre. Tres días después anunciaba la celebración de un referéndum para la aprobación de una constitución y se acusaba a Rutskoy y Khasbulatov de "organización de desordenes públicos" mandándolos a la cárcel de Lefórtovo,17 no fueron liberados hasta 1994 cuando la posición de Yeltsin era suficientemente segura.
Con la máxima de "Rusia necesita orden" Yeltsin se dirigió a los ciudadanos desde la televisión estatal en noviembre. Anunció el referéndum constitucional para el 12 de diciembre en que se aprobaría su propuesta constitucional que le daba poderes casi plenipotenciales.
El proyecto constitucional restringía las capacidades del parlamento. El presidente dirigiría y designaría a todos los miembros del gobierno, incluso al Primer Ministro aún en contra de la opinión del legislativo. También tendría capacidad para nombrar a la dirección militar. Si el parlamento emitía un voto en contra del gobierno este podía ser congelado en una oficina gubernamental por tres meses y si se volvía a repetir Yeltsin tenía facultad de disolver las cámaras. Yeltsin podía oponerse a cualquier decisión parlamentaria si lograba una mayoría simple a su favor y no una mayoría cualificada como había venido siendo habitual.
El presidente no podía ser acusado de contravenir a la constitución. El Banco Central era un poder independiente pero el presidente debía tener el apoyo de la Duma, el nuevo Poder Legislativo, pero luego permanecería independiente a la misma. La mayoría de los observadores políticos que vieron el texto constitucional propuesto por Yeltsin para el referéndum del 12 de diciembre estaban de acuerdo que el mismo estaba hecho exprofeso, a las necesidades del presidente Yeltsin y que había muy pocas posibilidades que se mantuviera después de él.


Fin del primer período constitucional
El 12 de diciembre Yeltsin obtuvo su nueva constitución que creaba una presidencia fuerte y con la capacidad de gobernar por decreto. El parlamento, que fue elegido ese mismos día se posicionó en contra el programa de reformas económicas.
El nuevo legislativo fue contrario al presidente. Los candidatos que eran afines a las políticas de Yeltsin fueron duramente castigados por los votantes. La mayoría estaba dividida entre los comunistas, que recibieron apoyo de los trabajadores de la industria, burócratas y pensionistas, y los ultra-nacionalistas, que fueron apoyados por las clases bajas, muy perjudicadas por las reformas neoliberales de Yeltsin. El grupo que irrumpió con fuerza inesperada fue el Partido Democrático Liberal (LDPR).
El partido más votado fue Opción de Rusia que lideraba por Gaidar y fiel a Yeltsin con un 23% de los votos, seguido del Partido Comunista de la Federación Rusa con un 15,5% y por el Partido Democrático Liberal (LDPR), de Vladimir Zhirinovsky, con un 12,4%. Esta última fuerza alarmó a muchos observadores políticos por su ideología cercana al fascismo.
El referéndum constitucional puso fin al período regido por la constitución de 1978 que había sido creada y aprobada para la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) y que había sufrido muchas modificaciones particularmente en la época de Mijaíl Gorbachov.
Aunque Rusia emergía formalmente como un sistema presidencial con un parlamento bicameral, el poder real se encontraba en manos del presidente. Rusia tiene un Primer Ministro que dirige su gabinete de gobierno y la administración, pero el sistema es un ejemplo de poder presidencial con la cubierta de un Primer Ministro - no un modelo constitucional semipresidencial real.
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Re: Crisis constitucional rusa de 1993

Notapor 112sosgalicia » Lun Sep 24, 2012 1:34 pm


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