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Inicio curso: septiembre 2019 |
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Una ley que es incapaz de expulsar a auténticos delicuentes, condenados en varias ocasiones por robo con violencia o con fuerza, porque no hay quien los documente, pero que es implacable con el trabajador honrado, que se ha quedado en paro y no renueva la residencia.
Pero vivimos en una España con más de 5 millones de parados, todos ellos residentes legales, donde se suben impuestos a los que tenemos la suerte de tener un contrato, donde se elevan los impuestos indirectos y se estudia subir el IVA, donde se recorta en la educación de nuestros hijos, futuro de la sociedad y los que tendrán que pagarnos las pensiones, se recorta en los hospitales y se alargan las listas de espera para las operaciones que te ayudarán a sanar y hasta los jubilados tienen que pagar algo por sus medicinas.
Y aún pueden llegar más sacrificios.
España no puede dar trabajo ni cobijo a los miles de inmigrantes ilegales, ni siquiera nos podemos permitir el coste de internarlos en los CIE,s ni de trasladarlos a sus países de origen.
Los gobiernos de los países de origen de estos inmigrantes ilegales, que tanto alzaban la voz por la "redadas" masivas y que tanto provecho sacaban a las remesas de divisas que les llegaban de los trabajadores en el extranjero, deberían ayudarles a volver a sus países y darles trabajo, sacarlos de la pobreza y la marginación. España ya no es capaz.