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A comienzos del siglo XV, el rey D. Juan I comienza a realizar la expansión de Portugal más allá de los mares. Ceuta en aquella época era una ciudad rica y próspera; principal puerto del Estrecho durante siglos y relativamente cercana a las costas portuguesas.
La conquista de Ceuta fue una empresa meditada, largamente preparada y llevada a cabo con extremo sigilo. Años atrás se había nombrado obispo de Marruecos a un confesor de la reina de Portugal: Fray Amaro de Aurillac, y de Cartago a Sebastián de Meneses. Varios años fueron necesarios para formar la armada que sólo unos días antes de zarpar conoció su destino.
El 21 de Agosto de 1.415 se consumó la conquista. El ejército encabezado por el rey D. Juan I de Portugal y del que formaban parte los infantes Enrique, Duarte y Pedro, el Conde de Barcelos y el mítico condestable Nuño Alvares Pereira (consejero real desde la batalla de Aljubarrota contra los castellanos en 1.385) tomaron Ceuta en una única jornada poniendo en fuga a todos sus habitantes.
Tras la batalla vinieron los fastos. Se purificó la mezquita Aljama, en la Plaza de África donde actualmente se levanta la Catedral. En ella se celebró la primera misa, en la que se nombró caballeros a los infantes y a otros miembros destacados de la expedición. Después se produjo el saqueo, el reparto de botín y la preparación del retorno al reino de Portugal. Frente a lo que muchos consejeros reales defendieron, D. Juan I decidió no abandonar la plaza y se dispuso a designar un gobernador para ella, nombrándose a D. Pedro de Meneses, nieto de castellanos, emigrados a Portugal cien años antes. Su padre se había opuesto vivamente al ascenso al trono de D. Juan I, por lo que fue desterrado. Con la participación en la conquista y su ofrecimiento para el cargo, el conde confirmaba su rehabilitación a los ojos del monarca.
La tradición dice que se presentó ante el rey portando un bastón, con el que estaba jugando a la choca, diciéndole: "Con este palo me basto para defender Ceuta de todos sus enemigos". Se trataba del aleo, símbolo del gobierno de la ciudad hasta nuestros días y que sostiene en sus manos la Virgen de África, patrona de Ceuta, desde fecha inmemorial.
Cuando el 2 de septiembre de 1.415 partió la flota hacia Lisboa, permanecieron en Ceuta un puñado de hombres, germen de su guarnición y población futura. Quedaron también buena parte de sus estrañables símbolos: El Pendón Real, la bandera de San Vicente, el escudo, la imagen de Santa María la Coronada (hoy llamada Nuestra señora del Valle) y el aleo. Un año más tarde el infante D. Enrique sería designado Maestre de la Orden de Cristo para socorro y protección.
Como en la época medieval, Don Juan I y sus sucesores se preciaron de utilizar entre sus títulos el de señor de Ceuta, como puede leerse en la numismática de la época y, como piedra preciosa de su Corona, cuidaron de dotarla de cuanto necesitaba en lo material y en lo espiritual.
No obstante, la vida en Ceuta no era fácil. Se producían numerosas escaramuzas y asedios que crean una constante preocupación por su fortificación. La producción local de productos de primera necesidad es insuficiente, por lo que la ciudad dependerá del abastecimiento procedente de la Península, complementado con las razzias, la imposición de tributos a los vecinos y las actividades corsarias.
La sociedad ceutí estaba formada en su vértice por el Gobernador, cargo ligado a la familia de los Meneses y más tarde a la de los Noronha, sus herederos, existiendo una Cámara con carácter de consejo consultivo. La mayor parte de la población estaba compuesta por la guarnición militar. Junto a ella existía un grupo de artesanos, religiosos y mercaderes para atender las necesidades de la ciudad. También existía un grupo de confinados y desterrados, cuyas condenas se permitían redimir en el servicio de las armas. Durante este siglo la población ceutí ascendía a unas 2.500 personas.
En 1.418 y 1.419 se producen los primeros ataques importantes de nastríes y mariníes que se consiguen repeler gracias a la ayuda prestada por el Infante D. Enrique. En 1.421 se designa a Fray Amaro de Aurillac como obispo, y se fundan los conventos de los franciscanos y los dominicos.
El gobierno de D. Pedro de Meneses se prolongó hasta su fallecimiento en 1.437 y durante tan prolongado mando se estructuró la ciudad medieval cristiana. Fueron nietos suyos Santa Beatriz de Silva y su hermano el beato Amadeo de Portugal.
En 1.437 se inicia una expedición contra Tánger en la que viajan los infantes D. Enrique y D. Fernando. El fracaso de la misma obligó a dejar a éste último como rehén en un cautiverio perpetuo que lo llevaría a la muerte años después. Según la leyenda, el infante murió con la voluntad de no dejar que Ceuta volviera al Islam a cambio de su vida.
Después de tan amarga experiencia, los nuevos impulsos expansionistas lusitanos se harán esperar hasta la mayoría de edad de Alfonso V, nieto de Duarte I, quien conquistaría Alcazar Seguer en 1.458, Arcila y Tánger en 1.471.
En 1.472 se reorganizaron las fuerzas militares con la creación de Regimientos para las cuatro plazas africanas. D. Manuel I crea un decreto para la fortificación de Ceuta, mandando reducir la población al espacio comprendido entre el Foso Real y la Almina, por lo que el convento de los dominicos es trasladado intramuros.
A mediados de siglo gobernaban la ciudad los Noronha. Reinando D. Juan III quedaba frecuentemente como gobernadora y al mando de la guarnición militar María Eçea, esposa de D. Alfonso de Noronha; siendo su valía reconocida por el propio rey.
En 1.511 los obispos de Ceuta residían en la Villa de Olivenza (Actualmente provincia de Badajoz), donde se habían construido su palacio. Fray Francisco Cuaresma, obispo de Ceuta y Tánger fue el primer obispo que residió en Ceuta (año 1.570), creando dos años más tarde los primeros Estatutos de la Catedral que se conocen. Las órdenes de los franciscanos y dominicos fueron sustituidas por los trinitarios calzados, con el fin de asumir la función de redentores de cautivos.
En 1.578, el rey D. Sebastián I muere en Alcazar-quivir, además del monarca marroquí y el pretendiente al trono del mismo. El anciano cardenal D. Enrique se hace cargo del reino hasta su muerte dos años después. Al trono de Portugal optan Felipe II de España y don Antonio Prio de Crato; produciéndose una campaña de ocupación con escasa resistencia y la unificación de los reinos de Castilla y Portugal.
Tras hacerse con la corona portuguesa, el ya rey D. Felipe I de Portugal dicta órdenes al duque de Medina Sidonia para tomar juramento de fidelidad a los habitantes de Ceuta. En su nombre se desplazará a la ciudad el corregidor de Gibraltar D. Antonio Felices D´Ureta quien, mandará tremolar un nuevo pendón real con las armas de Portugal y del Imperio Español, que hoy se conserva en el Palacio Municipal y que recibe honores de Capitán General.
En 1.640 los portugueses se sublevaron con otras regiones peninsulares, proclamando con rey al duque de Braganza. A pesar de la indecisión del gobernador de Ceuta, D. Francisco de Almeida, los ceutíes se mantuvieron fieles al rey Felipe IV de Castilla. Tanger fu entregada a Inglaterra, apropiándose más tarde de Gibraltar.
ESPAÑA (Año 1.640 / 2.012)La incorporación de Ceuta a la Corona Castellana será muy bien acogida desde Madrid, recibiendo los títulos de Siempre Noble y Leal. La ciudad elevó manifiestos y peticiones a las Cortes, que vieron su fruto en 1.656, con la concesión del título de Fidelísima, cerrándose así el reconocimiento de todos los fueros, privilegios, usos y costumbres de instituciones y habitantes. En 1.668, el Tratado de Paz y Amistad reconoció de derecho lo que ya era de hecho: La españolidad de Ceuta.
Se produjo la salida hacia Portugal de algunas de las familias, sobre todo nobles partidarios de D. Juan IV, y se sustituyeron los gobernadores por títulos del reino de Castilla, la misma procedencia que tendrían los obispos. Del mismo modo, los trinitarios andaluces sustituyeron a los portugueses y, poco a poco, ocurrió lo mismo con la moneda, lengua, etc.
En 1.694, el Muley Ismail cercó la plaza, provocando el aumento de la guarnición y la remodelación de las fortificaciones del Frente de Tierra. El asedio fue levantado únicamente tras su muerte.
Durante el cerco tiene lugar en España la Guerra de Sucesión, acontecimiento que redujo la atención sobre Ceuta. La pérdida de Gibraltar hizo que la población se quedara sin su más cercano puesto de socorro, produciéndose una refundación de Algeciras, con lo cual no sólo se lograba dar solución al problema surgido tras la expulsión de los habitantes del Peñón, sino también promocionar un nuevo punto de apoyo a la guarnición del otro lado del Estrecho.
Terminado el gran cerco, se transforma la ciudad. Primero por necesidades de índole militar; luego por la epidemia de peste que la asoló en 1.743-44 y que tuvo efectos urbanísticos demoledores, a causa de la creencia de que el fuego purificaba los edificios en que habían sido albergadas las víctimas. Las estructuras locales durante la Ilustración borbónica se van a mover siempre entre dos constantes: Asedios (1.694-1721, 1732, 1757 y 1.790-91) y epidemias (1.720-21 y 1.743-44). Se produjo un largo período de paz intermedio correspondientes al reinado del Muley Mohamed, quien estableció unas excelentes relaciones con la Corte de Madrid firmando un tratado de paz y amistad en 1.767.
En 1.792 se produce la llegada de un contingente islámico a Ceuta. Se trata de un grupo de soldados fieles a la Corona que habían formado parte de la guarnición de Orán. En la retirada se les fijó residencia con sus familias en Ceuta, para su protección, naciendo así la Compañía de Moros Mogataces.
En esos momentos llegan a Ceuta numerosos presos políticos, que se levantaron en América contra el centralismo borbónico, reclamando la independencia de <parú, Cuba, >Puerto Rico, Venezuela, etc.
A comienzos del siglo XIX la Armada Británica bloquea la circulación por el Estrecho, llegando a ocupar la isla del perejil en 1.808. En esos momentos, España se batía contra las tropas napoleónicas. El 2 de mayo de 1.808 un militar Ceutí, el Teniente Jacinto Ruiz Mendoza, encabeza junto a Daoiz y Velarde la resistencia frente a los invasores franceses.
La Guerra de Independencia fue dura y en 1.810 llegó a las puertas de Cádiz. Muchos personajes de la nobleza, clero y ejército se refugiaron en Cauta, que sirvió de base de apoyo a los operativos del Campo de Gibraltar. Incluso desde el Peñón se desplazó un regimiento irlandés para reforzar la guarnición ceutí, y las Cortes llegaron a pensar en cruzar el Estrecho e instalarse en Ceuta, si Cádiz hubiese sido rendida.
En época del reinado de Fernando VII, durante el Trienio Liberal (1.821-23) algunos de los confinados americanos en Ceuta se incorporan colaborando en el proyecto de futuro para la ciudad.
Durante el Reinado de Isabel II se produce un crecimiento lento de población llegada de Cádiz y Málaga. En 1.857 el número de habitantes ronda los 7.000 y en 1.860 sobrepasan los 10.000.
Los sucesos acaecidos en los límites fronterizos de la plaza, dieron lugar a la Guerra de África en 1859-60, que finalizó con la ocupación temporal de Tetuán y el Tratado de Wad-Ras.
En 1.868 se produce el destronamiento de Isabel II. El General Prim sumó Ceuta a la causa liberal. Se produjo la creación de casinos y teatros. Comienzan las Fiestas patronales en honor a la Virgen de África, se organizan romerías y surge una vinculación festiva con Cádiz, cuyas manifestaciones más notables son el Carnaval, las procesiones y los toros, creándose una plaza de toros en 1.918 en el llano de las Damas, y otra en Hadú.
Se sucede la monarquía de Amadeo de Saboya y la I República. En 1.877, dos años después de la Restauración, Alfonso XII visita Ceuta.
La mayoría de edad de Alfonso XIII comienza con cambios políticos, traducidos en la potenciación del puerto. Tras la visita a Ceuta en 1.904, se produce la concesión de indultos con motivo de su enlace matrimonial y la supresión del penal. Los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona en 1.909, motivan una nueva visita del Rey.
Se instaura el protectorado de España en Marruecos en 1.912 con la ocupación de Tetuán de forma pacífica, convirtiéndose esta ciudad en capital del mismo. La población de Ceuta crece de los 13.000 habitantes de 1.910, a los 35.000 de 1.920 y más de 50.000 de 1.920. Las razones de este incremento demográfico son el aumento de la guarnición y la necesidad de mano de obra en la construcción del puerto; la línea férrea entre Ceuta y Tetuán, la construcción de viviendas y el mantenimiento de las canteras.
Tras el desastre de Annual de 1.921, el cual tuvo en Ceuta una repercusión enorme por la proximidad al escenario de los hechos, se produce el golpe de estado del General Primo de Rivera. La primera repercusión es la supresión del Ayuntamiento y la creación de una Junta Municipal, para cuya elección se quiso contar con militares de alta graduación. Sorprendentemente, las personas designadas rechazaron el nombramiento, lo que dio lugar a un situación difícil entre la población y los gobiernos de Madrid, Cádiz y Tetuán.
El general Primo de Rivera que en un principio se manifiesta a favor del canje de Ceuta por Gibraltar, pasó a proyectos belicistas que terminaron en 1.925 con la ayuda de Francia en el desembarco de Alhucemas. La caída de Abdelkrim y su exilio pondrán fin a la Guerra de Marruecos, inaugurando la acción pacífica el viaje de los reyes a Ceuta el 6 de Octubre de 1.927.
El 14 de Abril de 1.931, cuando se proclama la II República Española, los ceutíes inundan la Plaza de África. En el congreso de Ceuta y Melilla de 1.935, se pretende que Ceuta fuera el centro de la política del Protectorado, privilegiando su puerto frente al de Tánger.
La República recupera la figura del Ayuntamiento y suprime la del Comandante General, lo que potenciará tanto al Alcalde como al Delegado del Gobierno. Se terminaron las obras del ferrocarril Ceuta - Tetuán, el puerto y la urbanización de zonas del Campo Exterior. Se crea el Instituto de Enseñanza Media, la Escuela de Magisterio, la estación de autobuses y el mercado central.
El 1.936 Ceuta es rápidamente ocupada por los militares que se alzaron contra el gobierno de Madrid. No se produjo resistencia, entrando el 18 de julio las tropas del General Franco en la ciudad. Hasta la independencia de Marruecos, a mediados de la década de los cincuenta, la economía de Ceuta permanece muy vinculada al Protectorado.
Con la reconversión pesquera de los años 60 desaparecen las modalidades tradicionales, así como las industrias conserveras de pescado, aunque se mantiene la captura en almadrabas, destinándose la mayor parte de las misma a la exportación. El cierre de la Verja de Gibraltar en 1.969, junto con las especiales características fiscales de Ceuta, hace que proliferen establecimientos especializados en la venta de productos de importación, acudiendo numerosos viajeros, relanzándose las líneas de comunicación con Algeciras.
En 1.975 tras la muerte del General Franco, se restaura la monarquía en España, accediendo al trono Su Majestad D. Juan Carlos I. Se instaura la Constitución de 1.978. La entrada de España en el mercado Común y la apaertura del paso fronterizo de Gibraltar tendrán un efecto negativo en el sector servicios, que se encaminará desde entonces hacia el turismo. A finales de los 80 se produce la instalación de piscifactorías. La Unión Europea financia numerosos proyectos que transformaron rápidamente el paisaje urbano.
En 1.995 se culmina el proceso autonómico con la promulgación del Estatuto de Autonomía recogido en la Ley Orgánica 1/1.995, de 13 de Marzo, convirtiéndose Ceuta en Ciudad Autónoma, con un régimen político-administrativo propio. Las competencias recogidas en el Estatuto limitan la capacidad legislativa, pero posibilitan el dictar reglamentos y proponer iniciativas legislativas.
La institución autonómica se estructura en torno a la Asamblea, compuesta por veinticinco diputados. De entre ellos es nombrado, por mayoría su Presidente, quien elige su Consejo de Gobierno.
La administración del estado está representada por un Delegado del Gobierno con su gabinete, integrado por Directores Provinciales de los distintos ministerios.
En lo militar, Ceuta se constituye en Comandancia General, desempeñada por un General de División que ostenta el cargo de Comandante General, un General de Brigada, con unidades de Infantería, Artillería, Caballería, Ingenieros y Logística, más las Tropas Regulares y la Legión. Cuenta también con una Comandancia Militar de Marina
En el campo Judicial, está compuesta por una Sala de la Audiencia Provincial, dos juzgados de lo penal, cuatro de primera instancia e instrucción y uno de lo social, y en lo eclesiástico, se mantiene el obispado, que rige conjunta e independientemente de la diócesis de Cádiz el obispo gaditano, con un Vicario General, Canciller y Cabildo.