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Llevan ya cerca de tres años en activo y su carta de presentación no puede ser mejor. Durante este periodo han practicado más de un centenar de arrestos -solo en 2011 llevan 55-, han registrado en torno a 2.500 vehículos y han recuperado más de cincuenta automóviles sustraídos. Entre sus operaciones destacan un Ferrari que había sido robado en Italia o el arresto de tres individuos en Zarautz con documentaciones falsas y pistolas simuladas. También detuvieron a dos personas que transportaban cuatro monos 'titís pigmeos', una especie protegida por las leyes. El pasado año interceptaron 70 kilos de hachís en Oiartzun y en abril descubrieron en un automóvil ocupado por dos alemanes 250 gramos de cocaína.
El grupo se creó en 2009. Fue el resultado de una más que lógica conclusión. La Ertzaintza hacía tiempo que había detectado que agentes asignados a unidades de tráfico o pertenecientes a las comisarías descubrían drogas, objetos robados y otros efectos de procedencia ilícita en vehículos que se hallaban de tránsito. «Eran conductores que, unas veces, se les interceptaba para imponerles una sanción por una infracción que habían cometido o a los que simplemente se les asistía porque habían sufrido una avería o un accidente. En no pocos de estos casos, los ertzainas observaban que la presencia policial generaba un infundado nerviosismo entre los automovilistas, lo que les inducía a sospechar que podían estar involucrados en alguna actividad ilegal. De esta manera, cuando profundizaban en el caso, hubo veces en las que descubrieron importantes cantidades de hachís, cocaína o alguna otra sustancia, o se daban cuenta de que el coche en el que viajaban era robado», afirma el responsable de la sección.
El ejemplo alemán
Interior valoró entonces la posibilidad de crear un equipo específico para hacer frente a este tipo de actividades. Tenía conocimiento de la existencia de un grupo policial con competencias idénticas en Alemania, en el estado de Baviera. Sus responsables viajaron al país teutón y allí fueron testigos del trabajo que realizaban sus colegas germanos. «Los alemanes habían detectado un mayor trasiego de delincuencia, sobre todo después de la desaparición de los controles fronterizos. Nosotros pensamos que la idea podía ser aplicable también aquí», afirma el jefe de la unidad. Y el proyecto se puso en marcha.
La sección ETEN está integrada por agentes que han recibido una formación específica. Además de desenvolverse en varios idiomas -inglés o francés, al margen de euskera y español-, poseen amplios conocimientos de mecánica y carrocería de vehículos, «indispensable en situaciones en las que es preciso hallar droga o dinero ocultos en los lugares más insospechados. Hay ocasiones en las que esconden estupefacientes u otros efectos en la goma de la palanca de cambios o en los huecos del airbag. Una vez, una persona transportaba 90.000 euros en un doble fondo del coche sellado con soldadura. Era un Golf, con un asiento de niño en la parte trasera. Y este coche no era la primera vez que efectuaba el viaje. Era un vehículo preparado específicamente para el transporte de dinero».
Pero no siempre la pericia de los agentes basta para dejar en evidencia a los delincuentes. También es necesario un buen olfato. Para ello nada mejor que los perros de la Unidad de Policía Canina. «Su intervención es básica. Es evidente que no podemos desmontarle todo el coche a una persona con la mera sospecha de que puede llevar droga. Pero la situación cambia si los perros detectan su presencia», precisa al jefe.
Los integrantes de esta policía del asfalto han sido también adiestrados en detección de la mentira, localización de explosivos, así como en documentación y moneda falsificada. «A veces tenemos que examinar permisos y otros papeles que jamás hemos visto. No es fácil descubrir, por ejemplo, si un carné de Mongolia o la India es verdadero o ha sido manipulado. Y además, lo tenemos que saber al momento. No se puede obligar a un conductor a permanecer horas y horas hasta que llegue el resultado o a que la embajada correspondiente certifique su autenticidad. Por ello, además de personal debidamente formado, la sección cuenta con el instrumental adecuado para acometer la tarea», señala el responsable la unidad.
«Hay que ser vivo»
Los policías de la sección son todos avezados conductores. Reciben cursos de conducción especializada y cuentan con vehículos de alta potencia. «Un seguimiento a un coche de gran cilindrada no se puede realizar con un utilitario medio. En unos kilómetros, los delincuentes nos dejarían atrás. Además, es preciso ser muy diestro para mantener una persecución a gran velocidad. De cualquier manera, en estas situaciones lo habitual es proceder al cierre de la carretera y así evitar riesgos mayores», sostiene el mando policial.
Cierta dosis de experiencia unida a las ganas de trabajar son, a juicio del jefe de la sección, claves en el éxito. «También hay que ser vivo, hay que tener cierta 'perrería'. No se puede mantener una actitud pasiva, aguardar a que los delincuentes vengan, hay que ir a buscarlos. No obstante, también es preciso saber esperar el momento idóneo. A veces sucede con los más jóvenes del equipo que el ímpetu les puede. Tienen que aprender a contenerse. Hay que ir poco a poco. De momento, los resultados que se están obteniendo son extraordinarios», reconoce el responsable.
El trabajo de estos dos años en el seno de la unidad ha hecho que los hombres de ETEN sepan poco menos que de un vistazo si un coche es sospechoso. «Un vehículo de alta gama, con una matrícula que no le acompañe o con un conductor o usuarios que tampoco encajen en el modelo de coche y que, además, se muestren nerviosos, despiertan nuestras sospechas. No obstante, estos patrones no siempre son válidos. Nos llevamos muchas sorpresas».
Las dificultades surgen en cuando emprenden la huida. «En una ocasión, un BMW se dio a la fuga en la AP-1, con tres personas en su interior. En Luko, Álava, se estableció un dispositivo policial y cuando lo vieron se dieron media vuelta, circularon en dirección contraria hasta Aretxabaleta. Atravesaron uno de los túneles a 180 kilómetros por hora. En la fuga arrojaron por la ventana una bolsa con dos pistolas. En este tipo de situaciones hay que desenvolverse con mucha cautela y, además, hay que evitar que el resto de usuarios de la vía corra peligro».
http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20110 ... 10724.html