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El conflicto laboral que se vive en la Ertzaintza puede tener derivaciones extrañas. El pasado fin de semana, la comisaría de la Policía vasca de Bergara vivió una de ellas cuando el responsable del centro ordenó abrir un atestado por un supuesto caso de «injurias a la autoridad» después de que en la sede policial se colocasen carteles contra el consejero de Interior, Rodolfo Ares, dentro de las movilizaciones que se están llevando a cabo por la negociación del convenio.
El origen de las supuestas injurias era precisamente el cartel empleado por los sindicatos en conflicto con Interior -Erne, Esan, Sipe y Euspel- en el que se ve al consejero, con colmillos de vampiro y la boca llena de sangre. La imagen procede de las pancartas exhibidas por las centrales el pasado 5 de abril en una movilización denominada «Que no te la quite Ares, dónala», durante la que realizaron una donación masiva de sangre en el centro de Bilbao para los servicios de Osakidetza, con la que buscaban que se visualizase el malestar existente en el seno de la Policía vasca. En las semanas previas, las centrales habían llevado a cabo una manifestación en el centro de Bilbao, así como una caravana de coches.
El viernes, poco después de que el mando presentase la denuncia, un equipo de la Policía Científica se presentó en la comisaría para retirar el cartel y recoger las evidencias que pudieran permitir identificar a las personas que lo habían colgado en el interior de la comisaría -huellas dactilares-. En ese momento no se dudada de que se trataba de una acción sindical, ya que el cartel sólo estaba colocado en el tablón de anuncios, donde las centrales pueden colgar toda su propaganda de forma legal. Asimismo, en diversos medios de comunicación había aparecido la misma imagen, con lo que era evidente que formaba parte de las movilizaciones internas. Hasta ese momento, no existía ningún precedente en la Policía vasca de algún caso en el que se hubiera actuado contra los representantes de los sindicatos por la cartelería utilizada en sus convocatorias.
Las injurias, en el caso de que afecten a un funcionario público o a una autoridad, se pueden perseguir de oficio, por lo que no es necesario que exista una denuncia previa del afectado, al tratarse en este caso de Rodolfo Ares. La sanción que lleva aparejada es de una multa de seis a catorce meses, en el caso de ser grave, y de tres a siete meses, si es leve.
Atestado desaparecido
Durante todo el fin de semana, la comisaría vivió la zozobra de ver cómo se abría una investigación que podía suponer el procesamiento de representantes sindicales. La sorpresa, sin embargo, llegó el lunes, cuando de los ordenadores de la Policía autónoma desapareció toda referencia al atestado. En las bases informáticas de la Ertzaintza, el caso, que ya tenía asignado un instructor para dirigir la investigación, había sido borrado. Fue como si nunca hubiera existido.
Según explicaron portavoces de Interior, el caso no se tramitó judicialmente por lo que no se continuó con el expediente policial. Interior, que en varias ocasiones ha intentado reconducir el conflicto con los sindicatos, restó importancia a la acción y la atribuyó a un malentendido
El que conozca al Jefe de Unidad de Bergara no se sorprendera de esta actuacion