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Uno de los extraordinarios servicios que tiene este país, además de otros muchos, es la DYA (Asociación de Ayuda en Carretera) por los comienzos que tuvo, practicamente sin nada y desde el esfuerzo de cuatro voluntarios.
Sirva este hilo para poner todo tipo de información relativa a la DYA, así como fotografías de sus medios y actuaciones, que no han sido pocas a lo largo de su historia.
Ésa fue la idea con que la DYA vino al mundo. Un sueño que impulsó a cuatro valientes socorristas, guiados por el Dr. Usparicha, a utilizar su tiempo libre en ayudar a los demás. Dicho y hecho: en 1966 la Asociación de Ayuda en Carretera comenzaba su andadura con escasos medios humanos y nulos recursos económicos.
Fue por ello que la DYA tuvo que esperar hasta 1967 para contar con alguna ambulancia que le ayudara a desempeñar su función. En este año y gracias a las donaciones de IMOSA y FIRESTONE HISPANIA, S.A. las ambulancias Nº 1 (BI 100.000) y Nº 2 (BI 102.000) empezaron a rodar por las carreteras vizcaínas.
Se había dado ya un paso fundamental que vio su continuidad con la adquisición de las ambulancias Nº 3 en 1968 y la Nº 4 en 1970.
Así, día a día, esta joven Asociación fue creciendo hasta llegar al número mágico de 10 ambulancias, justamente el 10 de mayo de 1976.
Habían pasado ya diez años llenos de heroicas actuaciones y ante la DYA se abría un futuro lleno de posibidades...
La DYA nunca habría llegado a existir de no ser por la ayuda desinteresada de los socorristas:
- D. José Luis Boraita Carasa
- D. Juan Antonio Ipiña Ermecheo
- D. José Ignacio Gallego de la Fuente
- D. Martín Fernández Ruiz
Éstos fueron los primeros en sacrificar sus horas y días de descanso, sus vacaciones, sus familias... y por ello son merecedores de la mejor y mayor de las alabanzas.
Las víctimas de tráfico, sus familiares y amigos, las entidades de seguros, las autoridades, la Administración y la sociedad en general, están en deuda con estos cuatro excepcionales hombres y todos los que posteriormente fueron incorporándose a las filas de la DYA a lo largo de los años.
Hombres y mujeres de las más variadas profesiones y oficios -ingenieros, médicos, mecánicos, industriales, estudiantes-, que sacrificando muchas cosas dedicaron y dedican parte de su tiempo a los demás.
Ellos evitaron, como ahora evitan otros con similar interés, infinitas angustias, dolores, días de hospitalización, complicaciones, secuelas y, sobre todo, salvaron vidas.
Todo llevado a cabo desinteresadamente, obligación ineludible de los postulados y bandera de la DYA.