http://www.lasprovincias.es/20110411/ma ... 11318.html
Los cuatro presos de la prisión de Picassent que en noviembre de 2007 perpetraron un motín en esta cárcel valenciana han aceptado 21 años de cárcel por los hechos que se les imputaban. Durante el juicio en la Audiencia Provincial de Valencia se han vivido momentos de elevada tensión, especialmente cuando uno de los acusados ha amenazado e increpado a los funcionarios allí presentes.
Mesa Reyes es un preso muy peligroso. Los funcionarios ya le conocían desde hace años y hace unos minutos ha vuelto a demostrar su agresividad. En el turno de la última palabra, el procesado ha denunciado abusos de poder por parte de los empleados y les ha lanzado una amenaza: "Sé que hay muchos carceleros aquí, tienen que pagarlas todavía. Ahí dejo eso". El responsable del sindicato de prisiones se ha mostrado extrañado de que el tribunal no le haya recriminado su actitud y ha anunciado que estudiarán si presentan una denuncia por amenazas.
Fue esta la última parte del juicio. Previamente, los abogados de los presos, que protagonizaron el motín de noviembre de 2007 reteniendo a cuatro funcionarios durante horas, habían llegado a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía. Las penas iniciales, de 46 años de prisión para cada uno, se han quedado finalmente en 21. Los cuatro condenados solo cumplirán un máximo de 13 años de prisión.
Sólo una cuestión estará ya en manos del tribunal que juzga los hechos. Los magistrados deberán resolver sobre la responsabilidad subsidiaria del Estado en este incidente. La Fiscalía pide 33.000 euros, mientras la acusación particular eleva la cifra a 41.000. El abogado del sindicato de prisiones Acaip cree que el Gobierno debe hacerse cargo de las indemnizaciones porque es su obligación velar por la seguridad en el centro y porque los internos no puedan tener pinchos carcelarios, armas que utilizaron durante el incidente. La Abogacía del Estado se opone porque no se violó ningún Reglamento de Policía o disposición de la autoridad.
Amenazas de muerte
Noviembre de 2007 fue un punto de inflexión en la cárcel de Picassent. Cuatro presos secuestraron a tres funcionarios en el módulo 11 de la prisión valenciana. Durante más de 12 horas, los trabajadores vivieron una auténtica pesadilla. Los internos amenazaban con matarles si no se cumplías sus exigencias. La incertidumbre terminó al amanecer, cuando los reclusos se rindieron.
Hoy, más de tres años y medio después del suceso, comienza el juicio en la Audiencia Provincial. El Ministerio Público pide 46 años de prisión para cada uno de los internos por un delitos de lesiones, un delito continuado de atentado, tres delitos de amenazas, dos faltas de malos tratos y tres faltas de amenazas. La acusación particular eleva esta petición a los 77 años y reclama una indemnización con responsabilidad subsidiaria del Estado.
Y los señores magistrados se quedan tan panchos.