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El recluso fue trasladado de la cárcel de Teixeiro a Salamanca, mientras que la trabajadora está de baja
Ladirección del centro penitenciario de Teixeiro investiga si una de susfuncionarias mantuvo relaciones sexuales durante meses con un preso.Fuentes próximas a Instituciones Penitenciarias aseguran que latrabajadora fue sorprendida por un compañero y otro recluso en el áreasociocultural de la prisión cuando estaban juntos «en actitudsospechosa».
El funcionario puso los hechos enconocimiento de la dirección, la directora habló con la trabajadora yenvió un informe a Madrid, a Instituciones Penitenciarias, que deberádecidir si archiva el asunto o abre expediente a la funcionaria porfalta grave, que es como se castiga este tipo de acciones.
Mientras,ella está de baja a la espera de una resolución y al recluso lotrasladaron recientemente a la cárcel de Topas, en Salamanca. Fuentespróximas a la prisión afirman que la relación entre ambos podríaremontarse cuatro meses atrás, cuando coincidieron en el módulo cuatro,destinado a presos problemáticos. La funcionaria llevaba añostrabajando en las oficinas del centro penitenciario y en verano fuetrasladada de puesto para pasar a vigilar el módulo donde se encontrabael preso. Ahí se conocieron.
La funcionaria,en una entrevista mantenida con la directora de la cárcel a mediados dediciembre, después del informe del compañero testigo de «losarrumacos», negó haber mantenido otro contacto que el meramenteprofesional con el recluso. Pero este, al ser interrogado, asumió queeran pareja. De hecho, alardeaba con otros presos de la relación quemantenía. Por si fuera poco, en un registro practicado en su celda seencontró una fotografía de la funcionaria. Al preguntarle dónde lahabía conseguido, este respondió que se la había dado ella.
Desdela dirección de la prisión se intentó quitar hierro al asunto, segúnalgunos funcionarios, dando crédito a las explicaciones de lafuncionaria, una mujer que mantiene un trato «muy cercano» con losreclusos que «puede llevar a equívocos». En cambio, otros funcionarioshablan de que la dirección intentó ocultar unos hechos «conocidos desdehace mucho tiempo» en el penal.
Al recluso nole agradó lo más mínimo el cambio de prisión. Adolfo Jiménez Jiménez noentiende tal castigo, sobre todo teniendo en cuenta que él es de ACoruña -antes de su ingreso residía en el poblado chabolista dePenamoa- y su familia apenas tiene recursos para viajar a Salamancapara visitarlo. Adolfo Jiménez cumple condena por tráfico de drogas ytiene diversos antecedentes por robo.
Venta de móviles
InstitucionesPenitenciarias también investiga si en la prisión de Teixeiro se hanvendido móviles a presos. En los últimos meses se han hallado endistintos registros en celdas teléfonos en posesión de reclusos. Algunode ellos acusó directamente a personal de Teixeiro, si bien esteextremo está en cuarentena, pues nada se ha podido probar y es probableque algunos presos hayan acusado a funcionarios por venganza. Uno delos internos aseguró que se lo vendieron por 300 euros. Interior temeque los móviles sean la punta del iceberg de un caso de tráfico ilegalen esta prisión. La directora del penal no respondió a las llamadas deLa Voz ayer por la noche.