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Un recluso le revienta la nariz de un cabezazo a un empleado de la cárcel
Otra agresión a un funcionario en el Centro Penitenciario de Jaén. Precisamente, lo que enerva a los trabajadores de la prisión es que no se trata de la única, sino que son bastante habituales. Esta vez, un empleado acabó en el hospital después de recibir un cabezazo que le reventó la nariz.
Saben que su trabajo es de riesgo, pero están convencidos de que la masificación y la mala ubicación de algunos reclusos —como algunos internos que necesitan atención psiquiátrica especial y están con internos comunes— multiplican el peligro. Por ello, claman y piden soluciones.
El último ejemplo de las consecuencias de esta situación, según denuncia la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip), se dio durante la tarde noche de la víspera del Día de Reyes. El 5 de enero se ocasionó un problema en el módulo 6 de los que, según el propio sindicato, son bastante habituales. Un interno solicitaba una medicación específica que los funcionarios se negaron a darle. La explicación que le ofrecieron fue que no se la había recetado un médico y, sin este salvoconducto, no podían facilitársela. No ha trascendido lo que pidió, aunque es habitual la demanda de tranquilizantes y ansiolíticos entre algunos internos y, consecuentemente, los enfrentamientos con los funcionarios cuando no tienen autorización para facilitárselos, según Acaip.
La ausencia del medicamento ocasionó la primera situación de tensión. Fue en el propio módulo 6 —el 5 es más problemático, pero tampoco está entre los más tranquilos de la prisión—. El sindicato afirma que el interno se puso violento y comenzó a alterar el orden. De hecho, siempre según el relato de Acaip, arengó a otros reclusos para que arremetieran contra los funcionarios de la prisión jiennense. Los trabajadores temieron que se produjera un brote de violencia, por lo que optaron por colocar al interno en aislamiento preventivo.
Allí, existe un protocolo. Según narra el sindicato, hay que cumplir unas directrices, como cachear a los internos para constatar de que no tienen ninguna arma blanca casera —denominadas “pinchos carcelarios”— o, incluso, quitarle los cordones de las zapatillas por si se les ocurriera atentar contra su propia vida. Cuando uno de los funcionarios se puso enfrente del interno, este le propinó un cabezazo en la cara que le reventó la nariz y le provocó una abundante hemorragia. En ese momento, se organizó una gran “tangana” para reducir al recluso. Los funcionarios se lanzaron contra él para esposarlo mientras que este respondía a patadas y puñetazos. Testigos presenciales afirman que costó mucho reducirlo. El funcionario fue trasladado a un centro hospitalario de Jaén para que los facultativos examinaran sus lesiones y comenzaran con la cura. De hecho, se miraba si sufría una fractura del tabique nasal. Además, Acaip denuncia que este interno ya cuenta con varios partes disciplinarios por mal comportamiento en la prisión.
Asegura que, hace dos semanas, rompió los cristales de la oficina en la que trabaja el personal funcionario, lo que le costó ingresar en el módulo de aislamiento. Por ello, el sindicato critica que la dirección lo devolviera al módulo 6, pese a que tiene un comportamiento violento e imprevisible. Además, pide que se traslade a un centro más idóneo a su comportamiento. Enrique Alonso /Jaén