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Fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN han atribuído la suspensión (los proetarras no han llegado a realizar gestiones para alquilar el local) a las dificultades por las que atraviesa el «proceso», que debe culminar con la consolidación del poder que aún tienen en algunos consistorios del País Vasco y Navarra, y la vuelta a aquellos de los que quedaron excluidos en 2007.

Desconcierto general
Los problemas en Batasuna afectan no sólo a sus acuerdos con Aralar, que evita cualquier presencia pública con los proetarras; y con Eusko Alkartasuna, donde ya no ven las cosas tan claras, sino a sus propias bases.

En las últimas asambleas celebradas a nivel local en algunos pueblos y ciudades vascas y navarras, se han producido voces discrepantes en las que se expresaba el descontento por una estrategia que algunos creen equivocada. El desconcierto es creciente y la opinión, muy extendida, es que no van a lograr presentarse a los comicios del año que viene con una marca propia (plan «A»). Las posibilidades de hacerlo, mediante un plan «B» o un plan «C» (en el seno de las listas de otros partidos o con agrupaciones electorales) se ve muy complicada.
A este respecto, las críticas contra los dirigentes de Batasuna, que escenifican desde hace meses un supuesto distanciamiento de ETA (más estratégico que real), son cada vez más fuertes, hasta el punto de ser considerados como una «casta».

Incluso, según las fuentes consultadas, hay quienes han llegado a comentar si alguno de estos dirigentes no se «habrá pasado de listo y ha intentado engañar» a la propia banda terrorista, con el fin de buscar «moqueta» (un puesto en las corporaciones que garantice su futuro personal).

Lo que ocurre es que son los propios miembros de esa «casta» los que están más convencidos de que el plan urdido para colar las candidaturas, no va a dar resultado, por más que en las asambleas se empeñen en transmitir a los militantes que las cosas van bien y que conseguirán llevan el «proceso» a buen término.

ETA, tal y como adelantó LA RAZÓN, ha dado 12 meses a Batasuna, entre mayo de este año y el mismo mes del que viene, en que se celebran los comicios, para poder desarrollar sus planes sin la interferencia de atentados.

Para la banda resulta crucial que su brazo político esté en las instituciones, con el fin de obtener poder político e ingresos económicos. Sin embargo, si llega a interiorizar, como está ocurriendo en las bases «batasunas», que eso no se va a conseguir con la estrategia actual puede ocurrir cualquier cosa, según los expertos consultados por este periódico.

De momento, los dirigentes de la coalición independentista han convocado para el sábado un acto en un hotel de Pamplona. Han alquilado un salón en el que pretenden reunir hasta 300 personas, muy lejos de la cifra de asistencia prevista al mitin del BEC de Bilbao. Cabe la posibilidad de que hagan algún anuncio sobre la marca electoral que utilizarían como plan «A» en las elecciones de 2011 y que deberán inscribir en el Ministerio del Interior.
Sin embargo, dada la mala marcha del «proceso», ese anuncio se puede retrasar.