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MADRID. Un vigilante de seguridad de 41 años de edad que se encontraba de servicio en la estación de Metro de Estrecho, en la Línea 1, resultó ayer herido grave después de ser apuñalado por dos individuos «de aspecto suramericano» a los que había llamado la atención desoués de saltarse los tornos y colarse en el Metro sin pagar el billete. Tras el suceso, los dos agresores se dieron a la fuga.
El apuñalamiento, que tuvo lugar sobre las once de la mañana, se produjo cuando el vigilante observó que dos hombres se «colaban» después de saltar los tornos de entrada al suburbano.
El vigilante interceptó a estas dos personas en el andén de la Línea 1, momento en el que los agresores le asestaron dos puñaladas. Un portavoz de Emergencias Madrid explicó que la víctima, que presentaba una herida de arma blanca en el hombro izquierdo y otra en la parte posterior del muslo de la pierna izquierda, sangraba «abundantemente» por las heridas, aunque se encontraba consciente. El herido fue trasladado por los sanitarios al Hospital La Paz en estado grave, según las mismas fuentes.
Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía informó a Efe de que testigos presenciales explicaron que los dos individuos, «de aspecto suramericano, se dieron a la fuga tras el apuñalamiento».
Tras este suceso, el portavoz adjunto del PSOE, Óscar Iglesias, reclamó al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid la creación de una comisión especial de seguridad en el Metro. Iglesias indicó que esta comisión es necesaria para «analizar la situación de inseguridad que se vive en el metro desde hace unos años y para combatir los delitos que se cometen en la red cada día, y especialmente durante los fines de semana por la actuación de grupos de jóvenes que llevan a cabo toda una serie de actos vandálicos, tanto en estaciones como en trenes».
Presencia policial
«Este organismo, que ya fue solicitado hace más de un año, debería analizar la situación de inseguridad en el Metro de Madrid y poner en marcha medidas para garantizar la integridad de trabajadores y usuarios. Los empleados se sienten cada vez más inseguros en sus puestos de trabajo debido a los frecuentes actos de violencia y vandalismo contra ellos», según señaló Iglesias.
Además, el edil socialista explicó que «la plantilla de seguridad no es la adecuada y son necesarios más vigilantes y la presencia de policías en los andenes. La Delegación del Gobierno en Madrid está trabajando en este sentido, por lo que sólo falta que tanto el gobierno municipal como el regional, ambos del Partido Popular, se tomen en serio el tema».
El representante socialista reclamó más inversión en medios y en seguridad preventiva, al tiempo que soluciones a la «falta de preparación y formación de un gran número de los vigilantes que trabajan en el Metro».
Como se recordará, el pasado martes una joven que esperaba el Metro en la estación de Carabanchel perdió una pierna después de que otro joven la arrojara a las vías al paso de un convoy. La herida continúa ingresada en estado muy grave en la UCI.
Los vigilantes del Metro, partidarios de llevar armas de fuego
La compañía opina que la utilización de pistolas pondría en riesgo a los usuarios
C. FRESNEDA, - Madrid - 16/01/1988
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Los vigilantes de las 116 estaciones de Metro, que portan como única defensa una cachiporra y unos grilletes, son partidarios de incorporar armas de fuego. Un portavoz de los 160 guardas jurados de la empresa Prosesa Metro afirmó que el 10%,de los vigilantes se encuentra de baja por lesiones y que "existe una sensación de inseguridad al realizar funciones similares a las de la policía". La Compañía Metropolitano y Prosesa estiman que la incorporación de pistolas pondría en riesgo la seguridad de los usuarios.
La mayoría de los vigilantes, según un portavoz del comité de trabajadores, considera que el no portar arma de fuego resta eficacia a su labor. "Difícilmente puede proporcionar seguridad una persona que no va segura", afirmó. "Mientras la delincuencia en el metro ha ido en aumento, los vigilantes seguimos con insuficientes medios y haciendo tareas similares a las de la policía".El citado portavoz señaló que el 10% de los vigilantes se hallan habitualmente dados de baja por lesiones sufridas en servicio. "Hasta el momento no ha habido heridos de bala, pero en varias ocasiones nos hemos enfrentado a delincuentes armados con pistola. Lesiones con arma blanca y con objetos cortantes son bastante habituales".
La opinión de los responsables de Prosesa y de la Compañía Metropolitano es bien distinta. Según Vicente García Álvarez, director gerente de la compañía, "no hay precedentes que justifiquen el uso de pistolas en un medio de trasporte que utilizan a diario 1.300.000 personas". Álvarez coincide con un portavoz de Prosesa en que "el uso de un arma de fuego en un espacio público cerrado es muy peligroso y serviría a su vez para atraer a delincuentes que pretendan robar un arma".
Prosesa es la responsable de la vigilancia del Metro desde 1979. El contrato firmado en ese año, y aprobado por el Ministerio de Interior, omitía la incorporación del revólver al uniforme reglamentario de los vigilantes del subterráneo. Éstos alegan que el reglamento de 1978 por el que se regula su función exige la incorporación de un arma de fuego.El citado reglamento establece que el arma corta reglamentaria es el revólver de calibre 38 milímetros. Los vigilantes de Prosesa Metro se han dirigido en repetidas veces a la Delegación del Gobierno con resultado infructuoso.
La Compañía Metropolitano denunció el contrato con Prosesa el mes pasado y las nuevas plazas de vigilantes, a las que vuelve a aspirar la citada empresa, saldrán a concurso próximamente con idéntico requisito: no incorporar armas de fuego. Las plazas quedarán cubiertas entre marzo y abril, coincidiendo con la puesta en marcha de la primera comisaría subterránea, en la estación de Sol, y el refuerzo de la vigilancia con ochenta policías armados. La compañía destina
Enero para la seguridad de sus instalaciones 600 millones al año.
Los 160 vigilantes hacen una media cercana a las 100.000 intervenciones al año. Las actuaciones más frecuentes son el desalojo y detención de vendedores ambulantes, mendigos y revendedores de billetes. Los vigilantes intervienen también en reyertas y robos.
El metro es en todo el mundo un foco de delincuentes. La vigilancia corre normalmente por policías armados en metros como como los de Hamburgo, Montreal o Nueva York, donde patrullan 3.200 policías con perros. En Londres existe una policía sin armas.