FORO POLICIA

Curso Acceso Guardia Civil

Inicio curso: septiembre 2019

de-pol.es

Reitero mis disculpas, si a alguien he podido ofender.

60?

materialpolicial.com

Como han dicho por ahi,uno de los principales problemas es la educacion y cierto "apoyo pasivo" que se da a eta en la sociedad vasca ya que una gran cantidad de personas apoyan la independencia vasca aunque no compartan los modos de eta (no debemos olvidar que el Partido Nacionalista Vasco ha sido hasta hace muy poco la fuerza gobernante).
Tambien puede ser (y esto lo digo aventurandome demasiado) que en lo que en otras zonas de España son distintas tribus urbanas (vease punks,red skins,hippies,grunchos,es decir de izquierdas) alli se unan bajo la bandera independentista.
En cuanto al Pais Vasco una zona preciosa,sobretodo para los que nos gusta el cesped y la vegetacion aunque como contrapartida llueve demasiado para mi gusto.

intervencionpolicial.com

Qué manera de ver las cosas con prejuicios y anteojeras. Es como cuando se dice que la mayoría de los jóvenes toman drogas o son alcohólicos de fin de semana, lo cual no se corresponde con la realidad, ni es un porcentaje mayor que a otras edades. Pero una vez dicho por alguien, intenta cambiar el cuento y verás que no se puede: se ha convertido en ortodoxia y ni la realidad más tozuda lo cambia.

Afortunadamente, la mayoría de los jóvenes vascos ni son terroristas callejeros ni apoyan el terrorismo. Aunque los que si lo son sean más ruidosos.

sector115.es

mugikorra escribió:

metro123 escribió:¿legalmente la exhibición de fotos de etarras es punible de forma penal, o cabe la sanción económica administrativa? lo digo porque esta última podría ser mucho más rápida y eficaz.

La exhibición pública de fotografias e imágenes de terroristas de E.T.A. (bien sea huidos, detenidos
o penados) es SIEMPRE y en TODO CASO un DELITO de ensalzamiento de actividad terrorista, una apología, ilícito penal por el cual se llevan instruidos DECENAS y DECENAS de Atestados por parte de la Ertzaintza en esta Legislatura.

Tanto por localizar instantaneas en concentraciones, manifestaciones, interior de establecimientos hosteleros, pegatinas, pancartas...

Dicho Atestado va remitido a la AUDIENCIA NACIONAL

Lo se, mugi, me expresé mal. Lo que quería preguntar es si solamente es punible penalmente, o puede haber también algún hueco legal que permita actuar por infracción administrativa, cuya sanción es más rápida.

Un saludo.

¿Este hilo no trascendió desde el segundo comentario al apartado político en lugar del policial?

Que a mi no me molesta, ojo, me gusta conversar de política... pero conversar de política no es sólo hacer comentarios en una sóla dirección, sino escuchar todas las direcciones en que puede centrarse un debate, y me da a mí que si interviniese alguien que no viese el caso de estos payasos o de "la realidad vasca" como muchos dicen en términos de "ellos son malos y nosotros buenos", creo que saltarían las alarmas y se chaparía el post.

Curso Oposición a la Ertzaintza

Original. Más Fácil. Online.

nola2hurtu.eus

zbt escribió:pero conversar de política no es sólo hacer comentarios en una sóla dirección, sino escuchar todas las direcciones en que puede centrarse un debate

Y creo que aqui se está haciendo eso mismo. Debatir.

zbt escribió:, y me da a mí que si interviniese alguien que no viese el caso de estos payasos o de "la realidad vasca" como muchos dicen en términos de "ellos son malos y nosotros buenos", creo que saltarían las alarmas y se chaparía el post.

Bueno, pues te voy a responder desde el punto de vista POLICIAL/PENAL

-NO condenar la actividad terrorista de una Banda Terrorista ha sido motivo suficiente para la ilegalización de Candidaturas Políticas. Unas candidaturas poíticas y un hecho (no condenar el asesinato de un anciano) que una de las componentes de este Grupo cometió. Para mí, ética, moral y policialmente, alguien que no condena el ASESINATO de un ser humano es alguien "Malo" o "Peor"

-SOLICITAR EL ACERCAMIENTO DE LOS PRESOS AL PAÍS VASCO es un hecho que no permite la imputación de DELITO alguno.

De hecho, las concentraciones que a día de hoy se toleran tienen ese lema y es una consigna que no supone ningún tipo de ensalzamiento ni apología de delito. Estos actos son convocados por asociaciones o agrupaciones legalizadas (tipo "ETXERAT") ya que, de ser una agrupación declarada ilícita ("Askatasuna", "Gestoras", "Batasuna", "SEGI"...) sea cual fuera el lema este acto sería ILEGAL.

Lemas habituales:

"EUSKAL PRESOAK EUSKAL HERRIRA" = "PRESOS VASCOS A EUSKAL HERRIA"

"EUSKAL PRESOAK ETXERA" = "PRESOS VASCOS A CASA"

Cosa diferente es que en este acto se exhiba la fotografía de un terrorista o se coreen consignas a favor de la lucha armada del tipo "GORA E.T.A." (VIVA ETA) o "ZIPAIOAK HORMARA" (CIPAYOS / nombre con el que se denomina a la Ertzaintza de manera despectiva /AL PAREDÓN) o se injurie a personas u Organizaciones Políticas del tipo "PSOE HILTZAILE" (PSOE ASESINO), "ESTADO ESPAÑOL, ESTADO TERRORISTA", "LA POLICÍA, TORTURA Y ASESINA"

Sé que a alguna persona este Mensaje no le hará gracia pero cuando se realiza un Atestado policial destinado, evidentemente, a un Juez de un J.C.I de la Audiencia Nacional, imputando a una/s persona/s un Delito tan grave, se debe tener todo bien atado, justificado y argumentado, con una Exposición perfecta.

Si no, acudirá un Abogado Defensor y te echará el trabajo por tierra. Eso si no es el propio Juez (o su secretaria) el que lo archiva.

De paso, respondiendo a Metro 123, no creo que exista otra forma de sancionar administratívamente este hecho.

mugikorra escribió:"ZIPAIOAK HORMARA" (CIPAYOS / nombre con el que se denomina a la Ertzaintza de manera despectiva /AL PAREDÓN)

Estoy convencido de que la serie de TV Sandokán, que se emitía a finales de los 70, tuvo mucho que ver en eso de la denominación de "cipayos" (eso y la coincidencia de las "casacas rojas").

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desenfunda.com

Humberto escribió:

mugikorra escribió:"ZIPAIOAK HORMARA" (CIPAYOS / nombre con el que se denomina a la Ertzaintza de manera despectiva /AL PAREDÓN)

Estoy convencido de que la serie de TV Sandokán, que se emitía a finales de los 70, tuvo mucho que ver en eso de la denominación de "cipayos" (eso y la coincidencia de las "casacas rojas").

Dios mío Humberto, "Sandokan, el tigre de Bompasa" ¿era así, no?, Kabir Bedi que nos alegraba a las entonces pre adolescentes, no me perdia ni un sólo capítulo, bueno es que entonces no teníamos más que dos canales... que ojazos el tio ...

No les voy a aburrir con estereotipos, pero si algunos sufrimos de este mal somos los catalanes... desde que todos somos unos tacaños hasta que queremos separarnos de España...yo casí he tenido que justificarme por ser catalana fuera de mí comunidad; la gente que viene aquí con este estereotipo alucina, porque cree que no entendemos ni hablamos el Español (castellano), que vamos con "barretina" y con "alpargatas"... en fin...pero no es culpa ni de quienes piensan así ni de quienes lo sufrimos sino de quienes nos VENDEN ASI, es decir de nuestros politícos de turno.

Se habla de un tema muy de moda "el estatut" que no fue refrendado por ni un tercio de los catalanes, las consultas independentistas es que no va ni cristo, dejan votar a los inmigrantes porque sino los catalanes en fin...

Toda generalización es mala, pero no es más que una imagen vendida al exterior, a los otros, y debemos defender nuestra realidad pero no pelearnos por ella, porque en definitiva España sólo hay una con sus peculiaridades y particularidades.

En cuanto a esos PAYASOS de PEGA pues informar, cuanta más información mejor, porque prejuzgando al leer la noticia yo ya había pensado en los padres, y después resulta que desconocían el perfil de esos asesinos, de quienes se escondian tras las caretas de día y bajo la capucha y las bombas de noche.

Un saludo ¡

HECKLER & KOCH SFP9

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No puedo hacer más que apoyar todo lo que han comentado los compañeros vascos del foro. Por circunstancias que no vienen al caso, tengo muchos amigos en Bilbao y he visitado esa zona en bastantes ocasiones y por periodos de duración muy razonables. Jamás he tenido el más mínimo problema ni he tenido que llevar un especial cuidado, ni he tenido la sensación de que aquello era una zona de conflicto, ni de que allí se vivía bajo opresión. He salido por el casco antiguo, por bares de rock donde es habitual que se junte mucha gente de "izquierdas" y tampoco he sufrido contratiempos ni he sentido miradas amenazantes en mi cogote, de hecho, juro que durante el mundial de 2006 vi a dos muchachos con la camiseta de la selección española tan felices celebrando un triunfo sin recibir más que alguna otra broma.
Y si he visitado tantas veces aquella zona es por que además de ser un auténtico paraiso, la gente allí siempre me ha tratado fenomenal y me ha hecho sentir como en mi propia casa. ¿Que hay cuatro tontos? Pues sí, como en todos lados. Con no meterse en sus piaras, es más que suficiente. Ahora, si no uso un mínimo sentido común y aun sabiendo lo que voy a encontrar, voy a determinados sitios, puedo encontrarme independentistas radicales hasta en mi propia provincia. Y no lo digo a modo de chanza, el compañero jjg7, como valenciano que es, imagino que también sabrá donde ir para ver pintadas del tipo "Païssos catalans, ara i sempre!!", "som valencians, no espanyols", etc... siempre acompañadas de un mapa semejante al que se han fabricado los radicales vascos anexándose Navarra y media Francia, pero en este caso, mostrando Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares.

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No confundamos las ideas independentistas, tan legítimas como cualquiera otras, con el terrorismo o el apoyo a los violentos.

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Prepárate con los mejores

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Ya que se habla de estereotipos, permítaseme contar una historia:


En los postres aquel madrileño empezó a hablar: «Los asturianos son unos vagos y unos gilipollas, unos capullos que no hacen más que beber sidra y tocar la gaita». El grupo de empresarios que estábamos en la mesa de aquel restaurante de Aravaca guardamos silencio. Él siguió y siguió. Tenía cierta gracia al hablar y se veía que era un monólogo que ya había ensayado muchas veces y que le resultaba. Suponía, claro, que no había ningún asturiano sentado en la mesa. Además era el anfitrión y el que iba a pagar la cuenta. Un tipo curioso que se había arruinado varias veces y que volvía a estar podrido de dinero: tenía tantos euros como gracia.
En toda mi vida había estado a cubierto del fuego graneado de los estereotipos regionales: los vascos y los catalanes se llevaban la peor parte, casi en exclusiva; luego estaban los gallegos y los andaluces. Nunca había oído hablar mal de nosotros y ¿Este madrileño se metía con los asturianos? Era raro. Pero bueno, lo escuché sin soliviantarme. A mí esto de las sensibilidades de la tierra donde uno nace era algo que me la traía al pairo, mis fronteras nunca fueron las interiores, ni las que trazan en los mapas los políticos, que se mueven más que los precios. Yo en eso había ido siempre por libre. Me siento de muchas partes y de ninguna en particular: español por los cuatro costados, del derecho y del revés. No soy de banderas ni de banderines, salvo aquella que juré. De momento, «un juramento es para siempre». Por eso no me afectaba ni esa ni otras guerras regionales a cuenta de los estereotipos.

A las copas el madrileño ya nos había contado su historia: Residente por seis años en una cuenca minera. Casado con asturiana. Insufrible, por mujer y por asturiana. Divorcio traumático, sangrado de dinero… La lista era larga.
Por todo había llegado a odiar el folclore y la música de las gaitas que le rodeaban los malos recuerdos, como se desprecia un caramelo por su envoltorio o una comida por el plato que la contiene. «¿A quien le puede gustar esa mierda de sonido?»
De estar mi compadre, que llora con las tonadas a gaita y que es defensor a ultranza de la sidrina de lagar, hubiera habido la Dios es Cristo. Pero no estaba, afortunadamente. Yo permanecí callado, escuchando, hasta el momento en que dijo: «Los asturianos maltratan el castellano, los madrileños les tenemos que volver a enseñar cómo se pronuncia». Ahí fue cuando asomé la patita.
— ¿Has dicho que los asturianos son unos CAPUYOS o que son unos CAPULLOS?
— CAPUYOS —repitió, con pronunciación manchega.
— Curioso, uno que se dice castellano y no sabe pronunciar la elle (Risas). Mal ibas tú a enseñar la recta pronunciación a nadie.

A continuación templé gaitas. Le aclaré que conocía Asturias, sin revelar que era asturiano, y que no es que hablasen mal ni maltratasen ni pronunciasen mal, sino que hablaban su propia forma dialectal como en el resto de regiones la suya, incluida la manchega «tuya, tronco», que no madrileña, porque la pronunciación castiza de los «gatos» había pasado a mejor vida en la Villa y Corte. Luego le dejé algo de cancha. Él siguió repasando anécdotas a cual más chusca sobre mis paisanos. Poniéndolos a parir, con gracia, es cierto, con inigualable gracia chulapona. El resto reíamos, alguno lloraba. Las anécdotas y descripciones tenían algo de verdad pero estaban exageradas y deformadas hasta extremos insostenibles. Eran caricatura. Al contrario de lo que hacen muchos en este país nuestro de contribuir al prejuicio dando más argumentos al tratar de defenderse con un ataque, hablé de una anécdota prejuiciosa y verídica. Añadí leña.
—¿Estuviste en Llanes alguna vez?
—No. —contestó, y le pegó un sorbo al Buchanan's Special Reserve— El oriente me es desconocido.
—Bueno, fue muy famoso este hecho. A Llanes siempre han ido los madrileños a veranear. Puede decirse que entre madrileños y vascos está la cosa. Allí había hace años un restaurante donde se comía muy bien y que siempre estaba lleno. Bueno, pues al propietario porque, al parecer, estaba harto de sus chulerías y porque era hincha acérrimo del Barcelona, le dio por poner un letrero en la puerta que decía: «Prohibido el paso a madrileños y a perros». Con dos coj****.
(risas)
Me miró como si en el esófago se le iniciase un fuego: ¡Lo que digo unos «capuyos» y unos «gilipoyas»!.
-¿«gilipoyas» o gilipollas?, —preguntó otro con sorna.
-Bueno, lo mejor. Ante las protestas del alcalde y de otros hosteleros —proseguí— aquel hombre aceptó modificar el cartel ¿Y sabes qué puso? «Se permiten los perros pero no los madrileños».
(Más risas).
La conversación de aquella comida iría derivando a niveles más correctos, pues lo que tiene el whisky es que es vasodilatador de las coloquios populares, y el hombre templó su discurso con lo de que mucho de lo dicho había sido en clave de humor. El humor castizo. En todo momento se pensó que yo era madrileño y en parte era así: vivía en Madrid desde hacía una década.
Al final cuando nos íbamos le enseñé mi DNI.
—¡Eres de Oviedo, coño, perdona por lo que dije! Yo hubiera jurado que eras de Madrid.
—Ovetense, ¿sabes lo que significa?
—Qué.
—Asturiano de los huevos tensos (según J. L. Coll).
(Risas)
—Qué valor has tenido. Eres de acero. Si alguien hubiera rajado de mi tierra como yo lo he hecho de la tuya… Mira, hoy he aprendió algo.

Cuando ya se iba en un Mercedes grande y azul, muy aparente, bajó la ventanilla y me espetó: tienes que darme las señas de ese restaurante de Llanes.
—¿Qué pasa es que quieres «comer caliente»?
—No, voy a ir vestido con la camiseta del Madrí, la de FIGO (no era ese, pero por poner uno que recuerde), y con mi perro, y le voy a decir que voy a tirar Llanes para construir un Carrefour.
(Risas)

Bendito humor. Estupendo bálsamo de fierabrás para paliar las desavenencias interregionales.

UN SALUDO
Pd: Perdón por desvirtuar el hilo. Las cuestiones policiales/jurídicas propuestas ya están brillantemente resueltas por quienes me preceden, Metro y Mugi, pero me pareció que quedaba en el aire ese halo de incertidumbre que velaba el hilo y al que había que echarle un tupido telón, recurriendo a lo literario.

CNP Modelo Squad

gafaspolicia.com

Humberto escribió:Ya que se habla de estereotipos, permítaseme contar una historia:


En los postres aquel madrileño empezó a hablar: «Los asturianos son unos vagos y unos gilipollas, unos capullos que no hacen más que beber sidra y tocar la gaita». El grupo de empresarios que estábamos en la mesa de aquel restaurante de Aravaca guardamos silencio. Él siguió y siguió. Tenía cierta gracia al hablar y se veía que era un monólogo que ya había ensayado muchas veces y que le resultaba. Suponía, claro, que no había ningún asturiano sentado en la mesa. Además era el anfitrión y el que iba a pagar la cuenta. Un tipo curioso que se había arruinado varias veces y que volvía a estar podrido de dinero: tenía tantos euros como gracia.
En toda mi vida había estado a cubierto del fuego graneado de los estereotipos regionales: los vascos y los catalanes se llevaban la peor parte, casi en exclusiva; luego estaban los gallegos y los andaluces. Nunca había oído hablar mal de nosotros y ¿Este madrileño se metía con los asturianos? Era raro. Pero bueno, lo escuché sin soliviantarme. A mí esto de las sensibilidades de la tierra donde uno nace era algo que me la traía al pairo, mis fronteras nunca fueron las interiores, ni las que trazan en los mapas los políticos, que se mueven más que los precios. Yo en eso había ido siempre por libre. Me siento de muchas partes y de ninguna en particular: español por los cuatro costados, del derecho y del revés. No soy de banderas ni de banderines, salvo aquella que juré. De momento, «un juramento es para siempre». Por eso no me afectaba ni esa ni otras guerras regionales a cuenta de los estereotipos.

A las copas el madrileño ya nos había contado su historia: Residente por seis años en una cuenca minera. Casado con asturiana. Insufrible, por mujer y por asturiana. Divorcio traumático, sangrado de dinero… La lista era larga.
Por todo había llegado a odiar el folclore y la música de las gaitas que le rodeaban los malos recuerdos, como se desprecia un caramelo por su envoltorio o una comida por el plato que la contiene. «¿A quien le puede gustar esa mierda de sonido?»
De estar mi compadre, que llora con las tonadas a gaita y que es defensor a ultranza de la sidrina de lagar, hubiera habido la Dios es Cristo. Pero no estaba, afortunadamente. Yo permanecí callado, escuchando, hasta el momento en que dijo: «Los asturianos maltratan el castellano, los madrileños les tenemos que volver a enseñar cómo se pronuncia». Ahí fue cuando asomé la patita.
— ¿Has dicho que los asturianos son unos CAPUYOS o que son unos CAPULLOS?
— CAPUYOS —repitió, con pronunciación manchega.
— Curioso, uno que se dice castellano y no sabe pronunciar la elle (Risas). Mal ibas tú a enseñar la recta pronunciación a nadie.

A continuación templé gaitas. Le aclaré que conocía Asturias, sin revelar que era asturiano, y que no es que hablasen mal ni maltratasen ni pronunciasen mal, sino que hablaban su propia forma dialectal como en el resto de regiones la suya, incluida la manchega «tuya, tronco», que no madrileña, porque la pronunciación castiza de los «gatos» había pasado a mejor vida en la Villa y Corte. Luego le dejé algo de cancha. Él siguió repasando anécdotas a cual más chusca sobre mis paisanos. Poniéndolos a parir, con gracia, es cierto, con inigualable gracia chulapona. El resto reíamos, alguno lloraba. Las anécdotas y descripciones tenían algo de verdad pero estaban exageradas y deformadas hasta extremos insostenibles. Eran caricatura. Al contrario de lo que hacen muchos en este país nuestro de contribuir al prejuicio dando más argumentos al tratar de defenderse con un ataque, hablé de una anécdota prejuiciosa y verídica. Añadí leña.
—¿Estuviste en Llanes alguna vez?
—No. —contestó, y le pegó un sorbo al Buchanan's Special Reserve— El oriente me es desconocido.
—Bueno, fue muy famoso este hecho. A Llanes siempre han ido los madrileños a veranear. Puede decirse que entre madrileños y vascos está la cosa. Allí había hace años un restaurante donde se comía muy bien y que siempre estaba lleno. Bueno, pues al propietario porque, al parecer, estaba harto de sus chulerías y porque era hincha acérrimo del Barcelona, le dio por poner un letrero en la puerta que decía: «Prohibido el paso a madrileños y a perros». Con dos coj****.
(risas)
Me miró como si en el esófago se le iniciase un fuego: ¡Lo que digo unos «capuyos» y unos «gilipoyas»!.
-¿«gilipoyas» o gilipollas?, —preguntó otro con sorna.
-Bueno, lo mejor. Ante las protestas del alcalde y de otros hosteleros —proseguí— aquel hombre aceptó modificar el cartel ¿Y sabes qué puso? «Se permiten los perros pero no los madrileños».
(Más risas).
La conversación de aquella comida iría derivando a niveles más correctos, pues lo que tiene el whisky es que es vasodilatador de las coloquios populares, y el hombre templó su discurso con lo de que mucho de lo dicho había sido en clave de humor. El humor castizo. En todo momento se pensó que yo era madrileño y en parte era así: vivía en Madrid desde hacía una década.
Al final cuando nos íbamos le enseñé mi DNI.
—¡Eres de Oviedo, coño, perdona por lo que dije! Yo hubiera jurado que eras de Madrid.
—Ovetense, ¿sabes lo que significa?
—Qué.
—Asturiano de los huevos tensos (según J. L. Coll).
(Risas)
—Qué valor has tenido. Eres de acero. Si alguien hubiera rajado de mi tierra como yo lo he hecho de la tuya… Mira, hoy he aprendió algo.

Cuando ya se iba en un Mercedes grande y azul, muy aparente, bajó la ventanilla y me espetó: tienes que darme las señas de ese restaurante de Llanes.
—¿Qué pasa es que quieres «comer caliente»?
—No, voy a ir vestido con la camiseta del Madrí, la de FIGO (no era ese, pero por poner uno que recuerde), y con mi perro, y le voy a decir que voy a tirar Llanes para construir un Carrefour.
(Risas)

Bendito humor. Estupendo bálsamo de fierabrás para paliar las desavenencias interregionales.

UN SALUDO
Pd: Perdón por desvirtuar el hilo. Las cuestiones policiales/jurídicas propuestas ya están brillantemente resueltas por quienes me preceden, Metro y Mugi, pero me pareció que quedaba en el aire ese halo de incertidumbre que velaba el hilo y al que había que echarle un tupido telón, recurriendo a lo literario.

Me ha encantado ¡ ¡ y sí, absolutamente necesario en los derroteros finales de este hilo...

Un saludo ¡

foropolicia.es

Humberto escribió:Ya que se habla de estereotipos, permítaseme contar una historia:


En los postres aquel madrileño empezó a hablar: «Los asturianos son unos vagos y unos gilipollas, unos capullos que no hacen más que beber sidra y tocar la gaita». El grupo de empresarios que estábamos en la mesa de aquel restaurante de Aravaca guardamos silencio. Él siguió y siguió. Tenía cierta gracia al hablar y se veía que era un monólogo que ya había ensayado muchas veces y que le resultaba. Suponía, claro, que no había ningún asturiano sentado en la mesa. Además era el anfitrión y el que iba a pagar la cuenta. Un tipo curioso que se había arruinado varias veces y que volvía a estar podrido de dinero: tenía tantos euros como gracia.
En toda mi vida había estado a cubierto del fuego graneado de los estereotipos regionales: los vascos y los catalanes se llevaban la peor parte, casi en exclusiva; luego estaban los gallegos y los andaluces. Nunca había oído hablar mal de nosotros y ¿Este madrileño se metía con los asturianos? Era raro. Pero bueno, lo escuché sin soliviantarme. A mí esto de las sensibilidades de la tierra donde uno nace era algo que me la traía al pairo, mis fronteras nunca fueron las interiores, ni las que trazan en los mapas los políticos, que se mueven más que los precios. Yo en eso había ido siempre por libre. Me siento de muchas partes y de ninguna en particular: español por los cuatro costados, del derecho y del revés. No soy de banderas ni de banderines, salvo aquella que juré. De momento, «un juramento es para siempre». Por eso no me afectaba ni esa ni otras guerras regionales a cuenta de los estereotipos.

A las copas el madrileño ya nos había contado su historia: Residente por seis años en una cuenca minera. Casado con asturiana. Insufrible, por mujer y por asturiana. Divorcio traumático, sangrado de dinero… La lista era larga.
Por todo había llegado a odiar el folclore y la música de las gaitas que le rodeaban los malos recuerdos, como se desprecia un caramelo por su envoltorio o una comida por el plato que la contiene. «¿A quien le puede gustar esa mierda de sonido?»
De estar mi compadre, que llora con las tonadas a gaita y que es defensor a ultranza de la sidrina de lagar, hubiera habido la Dios es Cristo. Pero no estaba, afortunadamente. Yo permanecí callado, escuchando, hasta el momento en que dijo: «Los asturianos maltratan el castellano, los madrileños les tenemos que volver a enseñar cómo se pronuncia». Ahí fue cuando asomé la patita.
— ¿Has dicho que los asturianos son unos CAPUYOS o que son unos CAPULLOS?
— CAPUYOS —repitió, con pronunciación manchega.
— Curioso, uno que se dice castellano y no sabe pronunciar la elle (Risas). Mal ibas tú a enseñar la recta pronunciación a nadie.

A continuación templé gaitas. Le aclaré que conocía Asturias, sin revelar que era asturiano, y que no es que hablasen mal ni maltratasen ni pronunciasen mal, sino que hablaban su propia forma dialectal como en el resto de regiones la suya, incluida la manchega «tuya, tronco», que no madrileña, porque la pronunciación castiza de los «gatos» había pasado a mejor vida en la Villa y Corte. Luego le dejé algo de cancha. Él siguió repasando anécdotas a cual más chusca sobre mis paisanos. Poniéndolos a parir, con gracia, es cierto, con inigualable gracia chulapona. El resto reíamos, alguno lloraba. Las anécdotas y descripciones tenían algo de verdad pero estaban exageradas y deformadas hasta extremos insostenibles. Eran caricatura. Al contrario de lo que hacen muchos en este país nuestro de contribuir al prejuicio dando más argumentos al tratar de defenderse con un ataque, hablé de una anécdota prejuiciosa y verídica. Añadí leña.
—¿Estuviste en Llanes alguna vez?
—No. —contestó, y le pegó un sorbo al Buchanan's Special Reserve— El oriente me es desconocido.
—Bueno, fue muy famoso este hecho. A Llanes siempre han ido los madrileños a veranear. Puede decirse que entre madrileños y vascos está la cosa. Allí había hace años un restaurante donde se comía muy bien y que siempre estaba lleno. Bueno, pues al propietario porque, al parecer, estaba harto de sus chulerías y porque era hincha acérrimo del Barcelona, le dio por poner un letrero en la puerta que decía: «Prohibido el paso a madrileños y a perros». Con dos coj****.
(risas)
Me miró como si en el esófago se le iniciase un fuego: ¡Lo que digo unos «capuyos» y unos «gilipoyas»!.
-¿«gilipoyas» o gilipollas?, —preguntó otro con sorna.
-Bueno, lo mejor. Ante las protestas del alcalde y de otros hosteleros —proseguí— aquel hombre aceptó modificar el cartel ¿Y sabes qué puso? «Se permiten los perros pero no los madrileños».
(Más risas).
La conversación de aquella comida iría derivando a niveles más correctos, pues lo que tiene el whisky es que es vasodilatador de las coloquios populares, y el hombre templó su discurso con lo de que mucho de lo dicho había sido en clave de humor. El humor castizo. En todo momento se pensó que yo era madrileño y en parte era así: vivía en Madrid desde hacía una década.
Al final cuando nos íbamos le enseñé mi DNI.
—¡Eres de Oviedo, coño, perdona por lo que dije! Yo hubiera jurado que eras de Madrid.
—Ovetense, ¿sabes lo que significa?
—Qué.
—Asturiano de los huevos tensos (según J. L. Coll).
(Risas)
—Qué valor has tenido. Eres de acero. Si alguien hubiera rajado de mi tierra como yo lo he hecho de la tuya… Mira, hoy he aprendió algo.

Cuando ya se iba en un Mercedes grande y azul, muy aparente, bajó la ventanilla y me espetó: tienes que darme las señas de ese restaurante de Llanes.
—¿Qué pasa es que quieres «comer caliente»?
—No, voy a ir vestido con la camiseta del Madrí, la de FIGO (no era ese, pero por poner uno que recuerde), y con mi perro, y le voy a decir que voy a tirar Llanes para construir un Carrefour.
(Risas)

Bendito humor. Estupendo bálsamo de fierabrás para paliar las desavenencias interregionales.

UN SALUDO
Pd: Perdón por desvirtuar el hilo. Las cuestiones policiales/jurídicas propuestas ya están brillantemente resueltas por quienes me preceden, Metro y Mugi, pero me pareció que quedaba en el aire ese halo de incertidumbre que velaba el hilo y al que había que echarle un tupido telón, recurriendo a lo literario.

Amigo Sancho que filosofía le de este SEÑOR pardiez lo que daría este pobre leedor por poseerla ahora bien hay algo que me consuela y es que usa mi balsamo ese balsamo mágico capaz de transformar a las personas y de vez en cuando hasta las sana.

Maese Humberto permitame decirle que hay personas que cometen faltas de ortografía hasta cuando hablan.

Gracias por esa historia un saludo

Cartera Porta Placa Ertzaintza

Fabricado en piel de vacuno

enpieldeubrique.com

Vídeos como el que vais a ver,hacen que surjan dentro de mí,los instintos más primitivos...

Una nueva polémica rodea a los payasos Pirritx y Porrotx, nombre artístico de dos militantes aberzales de la ilegalizada Batasuna. Esta vez han encabezado una 'korrika', una carrera popular vasca, en la que aparecen acompañados de niños y rodeados de banderas a favor del acercamiento de presos etarras al País Vasco.

Bajo el nombre de este dúo cómico se encuentran José María Aguirretxe (Porrotx), concejal de Herri Batasuna en Lasarte, y su compañera Aiora Zulaica (Pirritx), concejal de la posterior marca batasuna Euskal Herritarok que en 2001 se negó a condenar el asesinato de su compañero de plenos, el concejal socialista Froilán Elespe.

El Confidencial Digital ha tenido acceso a un vídeo reciente –puede verlo más abajo- en el que se aparecen los payasos abertzales ‘Pirritx y Porrotx’ –y una nueva tercer integrante, ‘Marimotots’- presidiendo una carrera popular denominada ‘AEK Korrika’, rodeados de menores de edad. La localización exacta no figura en el vídeo, pero es probable que las imágenes se tomaran en un municipio de Guipúzcoa, donde estaban de gira en esas fechas.

La polémica en esta ocasión es la presencia de numerosas banderas del colectivo Etxerat, la plataforma que denuncia la dispersión geográfica de presos etarras con la que confraternizan dichos artistas, autodenominados abertzales.

En las imágenes puede verse a uno de los corredores portando una bandera de pequeñas dimensiones, que permanece durante todo el recorrido junto a ‘Pirritx’ y ‘Porrotx’. Más lejos pueden distinguirse varias banderas de grandes dimensiones con el mismo lema de Etxerat: el mapa del país vasco con flechas apuntando hacia dentro, reclamando la vuelta de los presos a Euskadi.

La ‘AEK Korrika’ es una carrera que se realiza en numerosos municipios vascos y navarros para recabar fondos a favor de la enseñanza del euskera. El dinero obtenido se destina a los centros de aprendizaje. Las ikastolas locales suelen mostrar mucho apoyo a esta iniciativa, traduciéndose en una gran afluencia de niños al evento.

Adoctrinando a niños ‘pro-palestinos’

ECD ya informó de otras iniciativas similares de estos dos ex concejales de Batasuna. En 2011, por ejemplo, acudieron a un colegio de la localidad navarra de Arbizu para realizar una jornada de "confraternización” entre el pueblo vasco y el palestino".

Los payasos organizaron actividades para los niños de la ikastola, a los que disfrazaron de palestinos, con túnicas y pañuelos, y les adoctrinaron sobre las causas y la realidad del conflicto árabe.

ECD desveló entonces que en el aula también había una recreación del muro palestino realizada con ‘playmobils’, en la que los militares israelíes eran representados con armas. En el evento participaron padres y profesores.

Además, tanto Aguirretxe como Zulaica han realizado vídeos a favor del acercamiento de presos etarras a cárceles del País Vasco, atendiendo al “sufrimiento” de sus familias. El ayuntamiento de Bilbao llegó a vetar su presencia en la Semana Grande y no permitió que actuaran en las actividades infantiles programadas –ver noticia-.

Vea a continuación el vídeo de esta última polémica, e imágenes de sus anteriores actuaciones

http://www.elconfidencialdigital.com/se ... a-el-video

Tras un tiempo en la sombra me veo en la necesidad de comentar... Estas 'personas' siempre han tenido una postura radical, metidos en diferentes ambitos de la izquierda abertzale. La ultima polemica la realizaron en otro municipio dejando a los niños pequeños de los presos ver uno de sus espectaculos en primera linea y dejando al resto de niños lejos en las gradas ( luego busco la noticia).
Lo que no dicen a los niños es que ellos pueden ver a sus seres queridos, otros no tienen esa suerte...