Órdenes Militares

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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Mar Ago 30, 2011 6:59 pm


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La Orden en España

En España, país con gran devoción por el Santo Sepulcro, siempre habían sido frecuentes las peregrinaciones a Tierra Santa y los cruzamientos de españoles como caballeros Sepulcristas.

Su poder llegó a ser bastante comparable a los de las órdenes del Temple y el Hospital, y el rey Alfonso I el Batallador de Aragón la declaró coheredera junto a éstas en el testamento que fijó (1131) para repartir sus dominios (testamento que no fue acatado por los nobles aragoneses). A cambio de contentarse con otros patrimonios que no discutiesen la sucesión real, el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona les confirió otras tierras en el reino de Aragón (sobre todo en Calatayud) y el Principado de Cataluña, siguiendo su ejemplo Jaime I el Conquistador durante las conquistas de Mallorca y Valencia.

Al conocerse la Restauración de la Orden, unos cuantos caballeros se reunieron y enviaron una Circular a todos los Caballeros españoles cuyo domicilio conocían, convocándolos a una Asamblea General, constituyéndose así el 27 de marzo de 1874 la Asamblea Española de Caballeros de la Orden Militar del Santo Sepulcro.

Tras diversas vicisitudes, obtuvieron el 26 de junio de 1882 del Ministerio de Estado el Regium Exequatur, por el que los Caballeros españoles del Santo Sepulcro pudieran gozar de las mismas consideraciones oficiales que se dispensan a los Caballeros de las Órdenes Militares Españolas a las que estaban asimilados.

En el año 1899, la Orden en España alcanzaría un nuevo reconocimiento a su valía, pues, habiéndose terminado la restauración del templo de San Francisco el Grande (Madrid), se emitirá la Real Orden, de 21 de febrero de 1899, para que el Capítulo en lo sucesivo pueda celebrar sus reuniones y funciones religiosas en dicho templo, concediéndoles la capilla del Calvario, así como dos locales, uno para revestirse los Caballeros y otro para poder guardar sus efectos, para lo que incluso hubo que vencer la resistencia inicial del propio rector del templo. Se inicia en esta fecha la vinculación existente entre la Orden y la iglesia de San Francisco el Grande, que se ha mantenido hasta nuestros días.

En la actualidad, la Casa Madre en España está situada en la Real Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud donde se reúnen los caballeros (que son canónigos honorarios de la Colegiata) al menos una vez al año para celebrar su Capítulo General. Existen dos lugartenencias, que se corresponden con las antiguas coronas de Aragón y de Castilla y León, que están regidas cada una por un Lugarteniente, un Gran Prior y un Consejo:

Lugartenencia de España Oriental de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuyo actual Lugarteniente es el Conde de Lavern y su Gran Prior, el Cardenal-Arzobispo de Barcelona. Tiene su sede en la Parroquia Mayor de Santa Ana, en Barcelona, antiguo monasterio de la Orden. Está dividida en los capítulos de Aragón, Cataluña, Baleares, Valencia y Navarra.
Lugartenencia de España Occidental de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén cuyo actual Lugarteniente es el Duque de San Pedro de Galatino (G.E.) ,(En 2008, el Gran Prior es el arzobispo José Manuel Estepa). Con los capítulos de Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, Islas Canarias, La Rioja, Madrid, Murcia, País Vasco y Ciudades de Ceuta y Melilla.

Sede en Canarias

El día 31 de enero de 2010, la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén formado por los Caballeros de la Sección de Canarias y de la Archidiócesis de Sevilla, ubicaron su sede para toda Canarias en la Iglesia de Los Dolores de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna (Tenerife).[1]
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Sab Sep 03, 2011 11:02 am


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Orden de San Jorge

Fue fundada en 1201 por el rey Pedro II de Aragón, con el título de Orden de San Jorge de Alfama, en agradecimiento a su santo patrón, el cual le había dado protección en la guerra contra los sarracenos. Pedro II necesitaba fondos para mantener un ejército bien pertrechado y la fastuosidad de su corte, pero estos dineros los obtenía de tributos que provocaban el descontento popular. Una de sus ideas fue ampliar sus dominios fuera de Aragón, Cataluña y Occitania (aunque había cierta unión con su hermano Alfonso de Provenza sobre todo al morir este, pues ejerció la tutoría de su sobrino y sus tierras) y deseaba arrebatar nuevas tierras a los musulmanes. Con ese fin en 1201 creó la Orden Militar, cuyos caballeros le ayudaran en la empresa y, a tal fin, determinó fundar la Orden de San Jorge, a la que se añadiría "de Alfama" por el señorío que le dio cerca de la villa de Tortosa.

Los hechos de la Orden

Con ayuda de los caballeros de la Orden Militar, Pedro II de Aragón conquistó a los musulmanes Ademuz, Castielfabib y Valencia. La Orden también participó en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), al llamamiento de ayuda del rey castellano Alfonso VIII y además tomaría parte en el intento fallido de conquistar la isla de Mallorca. La Orden de San Jorge también se enfrentó a dificultades de índole político-religiosas (el Catarismo fue el problema). La Orden Militar, obligada, tanto a combatir con el rey que la había creado, como a entrar en combate con las fuerzas protegidas por el Papa, chocaba a su Catolicismo. En las tierras Occitanas de Pedro II, el catarismo estaba presente y con mucho vigor. El rey se hallaba ante un dilema: deseaba la amistad de los nobles de Languedoc pero no quería enfrentarse al Papa, que había decretado una Cruzada contra los Cátaros. Una vez que el Papa envió a la nobleza franca contra los cátaros (occitanos), obligó a Pedro II a alienarse junto a éstos (se debía a ellos). Pedro II de Aragón y los occitanos se enfrentaron a los francos dirigidos por Simón de Montfort a las puertas de Muret el 12 de septiembre de 1212. Pedro II resultó muerto y toda Occitania quedó en manos de los cruzados, lo cual hizo que la Orden de San Jorge dejara de existir de momento.

Pedro IV de Aragón, llamado el Ceremonioso, constituyó de nuevo la Orden Militar de San Jorge, para la que solicitó del Papa Gregorio XI su aprobación. Esta fue otorgada y el rey entregó a la Orden Militar el lugar de Aranda. La Orden Militar en este nuevo periodo participó en cuantas empresas emprendió el rey Pedro IV el Ceremonioso. La Orden luchó en las llamadas guerras "de los Pedros", entre la Corona de Aragón y los castellanos e incluso en época de Martín I de Aragón el Humano contra la rebelión de los jueces de Arborea (Cerdeña), que ayudados por los genoveses dominaban toda la isla a excepción del Alguero, Cagliari y Longorado, fieles a la corona aragonesa. El rey quería fortalecer la Orden Militar, pero ya era demasiado tarde: se encontraba en decadencia. Fue entonces cuando Martín I de Aragón el Humano pensó en unir la Orden de San Jorge con la Orden de Montesa. El Papa Benedicto XIII dio su aprobación. La nueva situación aportó al principio cierta autonomía propia a los miembros procedentes de la Orden de San Jorge, hasta que por fin quedó absorbida de manera completa por la poderosa Orden de Montesa en el año 1400. Durante ese tiempo los caballeros de San Jorge junto con los de Montesa participarían como un solo Cuerpo Militar: Se enfrentaron no pocas veces a la Orden de Calatrava, en Valencia contra los nobles sublevados en contra de Pedro IV el Ceremonioso, y en las guerras de Italia apoyando a Alfonso V, en combate contra los genoveses.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Sab Sep 03, 2011 11:05 am


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Peculiaridades de la Orden

La Orden tenía como fines domus ordines, el rey le daría ese cáracter: estableciendo la oración, la misericordia, la caridad, la hospitalidad junto a la protección del necesitado y el rechazo de los Sarracenos.

La Orden de San Jorge seguía, como las demás Órdenes tradicionales, un sistema de tipo feudal, en que los freires y cuantos estaban bajo la autoridad del dirigente, quedaban unidos a él por vinculo de vasallaje.

En el primer periodo de la Orden son llamados frates domus Sancti Georgii. En 1355 los freires decidieron cambiar la denominación de Comendador Mayor por la de Maestre, y es a partir de ahí cuando se puede hablar del Maestrazgo de San Jorge.

El Superior de la Orden era elegido por los freires (compuestos por clérigos y laicos) reunidos en asamblea llamada Capítulo (excepto los tres últimos Maestres), de esa forma se evitaba que el monarca tuviera influencia.

La Orden Militar se regía por la Regla de San Agustín (confirmada en el año 1373). <<Qui sub Regula beati Augustini et invocatione beati Georgii in loco de Alfama, Dertusenins diocesis, intitutus fuit et fundatus>>, en su versión mas próxima a la constitución de los hospitalarios: prout fratres Hospitalis Sacti Johannis Hierosolymitani recipiunt.

En 1373 la ratificación de la Orden menciona: Un hábito blanco con roja Cruz a la altura del pecho. En la bula de confirmación se describe así: <<Crucem rubeam in corum superioribus vestis albis in latere sinistro de ferre temantur>>.

  • La Orden de San Jorge de Alfama (fundada por Pedro II de Aragón en 1201 no fue aprobada por la Sede Apostólica hasta 1373.
  • La Orden de San Jorge siempre tuvo como rival a la Orden de Calatrava y algunas veces incluso fue su enemiga.
  • La Orden de San Jorge tenía como emblema la roja cruz de San Jorge.
  • La Orden de San Jorge tuvo una existencia de casi dos siglos (1201-1400).
  • La Orden Militar contó con dos Prioratos: Alfama y Valencia.
  • La Orden de San Jorge al fusionarse con la Orden de Montesa en 1399, dio su insignia como emblema, la cual tomó la Orden de Montesa. A partir de ese momento se llamó Orden de Santa María de Montesa y de San Jorge de Alfama.

La Orden de San Jorge de Alfama tuvo dieciséis Maestres:

  • Joan d'Almenara (1201-1213)
  • Guillém Auger (1225)
  • Guillém de Cardona (1229)
  • Guerau de Prat (1233-1238)
  • Arnau de Castellvell (1244-1254)
  • Ramón de Guardia (1286)
  • Bernat Gros (1288-1303)
  • Domingo de Beri (1306)
  • Pere Guacs (1307-1312)
  • Jaume de Tarrega (1317-1327)
  • Pere Guacs (1327-1331)
  • Guillém Vidal (1337-13399
  • Humbert Sescort (1341-1355)
  • Guillém Castel (1365-1385)
  • Cristóbal Gómez (1387-1394)
  • Francesc Ripollés (1394-1400)
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Vie Sep 09, 2011 9:11 pm


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Orden de San Lázaro de Jerusalén

Siglos antes de llevarse a efecto las Cruzadas, ya existían en Tierra Santa instituciones caritativas que cuidaban de la asistencia a los peregrinos que acudían a visitar los lugares testigos de la Pasión de Jesucristo.

La Orden en las Cruzadas

El resultado de la Primera Cruzada fue la toma de Jerusalén el año 1099, los cruzados (al mando de Godofredo de Bouillón) tomaron posesión de la ciudad y la convirtieron en la capital del Reino Cruzado de Jerusalén. Los monjes de San Lázaro, que antes se ocupaban de cuidar a los leprosos, se apresuraron en ofrecer sus servicios a los nuevos reinos.

Curioso es que los Lazaristas acogían a cualquier caballero de otra Orden que contrajera la lepra y era bien recibido entre ellos, siempre que guardara su Regla.

A partir del año 1115 formaron una comunidad independiente entre las Órdenes orientales, ya que algunos caballeros cruzados tomaron el papel de los monjes anteriores, tomando la Regla de San Agustín. Puede citarse una bula de Pascual II, confirmando la Regla y otra en 1255 del Papa Alejandro IV, quien, dos años antes, los había puesto bajo la protección de la Santa Sede. Mientras esto sucedía, los Caballeros de San Lázaro tomaban parte en una batalla, la de Gaza, el 18 de octubre de 1244, en aquella batalla murieron todos los combatientes.

Otros, de la misma Orden, lucharon junto con los Templarios, los Hospitalarios y los Teutónicos, también bajo San Luis, en la desastrosa batalla de Mansura (1250) y también formaron parte de las Cruzadas de San Luis y en las expediciones a Siria (1250 a 1254). Los soldados del Sultán de El Cairo asediaron la fortaleza de San Juan de Acre, que estab en manos de los cristianos desde la primera cruzada. Al mando de los defensores estaban Los Maestres de las Órdenes del Temple y de San Lázaro. Ambos jefes perecieron en la batalla y después de una heroica resistencia, San Juan de Acre fue tomada por los musulmanes en 1291. Y con este hecho quedó determinada la caída de todo el reino latino de Jerusalén. Antes de que esto sucediera, la Orden de San Lázaro reconocida por varios Pontífices, entre ellos Inocencio IV y Paulo V, tuvo en Palestina grandes posesiones, pero cuando el sultán Saladino ocupó Jerusalén, dio un ańo de plazo a las Órdenes Hospitalarias para abandonar la ciudad.

El rey de Francia Luis VII que había emprendido la Segunda Cruzada por penitencia, al volver a su país, en el ańo 1149 llevó con él a doce hermanos de San Lázaro y en 1154, hizo una donación a la Orden del castillo de Boigny, para que la misma estableciera su encomienda general, así la Orden se extendió por numerosas ciudades de Francia. Por su parte, cierto noble inglés, que admiraba a la Orden, introdujo en Inglaterra a los lazaristas, que fijaron su domiciliación en la ciudad de Burton.

Todos estos acontencimientos provocaron un gran cambio en la Orden porque, protegida por los reyes, llegó un momento en que fue más poderosa en Europa de lo que había sido en Asia.

Pero en las cruzadas no tuvieron tanto éxito, después de la caída de San Juan de Acre, los lazaristas que sobrevivieron fueron a refugiarse a la isla de Chipre. Otros se establecieron en Sicilia, en Capua, lugar del que fueron extendiéndose por toda Italia. La rama francesa de Boigny y la italiana de Capua fueron las más importantes, pero esto no fue óbice para que fundaran prioratos y encomiendas, aparte de la de Burton, en Hungría, Flandes y otros países de Europa.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Vie Sep 09, 2011 9:12 pm


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La Orden después de la Edad Media

En el año 1490, el Papa Inocencio VIII tomó la decisión de unir la Orden de San Lázaro a la de San Juan de Jerusalén, sin embargo la rama francesa continuó autónoma, por lo que el Papa León X anuló la unificación ordenada por su predecesor. Por su parte, el rey de Francia Enrique IV, unió a la Orden de San Lázaro la del Carmelo, en vista de que esta última languidecía y era conveniente su unificación con otra más poderosa.

La Orden de San Lázaro no desatendía, ni muchísimo menos, sus obligaciones militares ni su lucha contra el poder turco. En el siglo XVII los lazaristas armaron una flota para luchar contra los corsarios y piratas, eligiendo el puerto y ciudad de Saint Maló como centro de sus operaciones marítimas. La Orden llegó a reunir hasta diez fragatas y luchó valerosamente defendiendo la seguridad de las costas francesas.

Aún en el XVII, el Papa Gregorio XIII dictó una bula por la que mandaba incorporar la Orden de San Lázaro a la de San Mauricio, formándose así la llamada Orden de San Mauricio y San Lázaro, y que se convirtió en una de las más distinguidas de Italia. Ocurrió algo semejante a la ocasión anterior, cuando otro Papa trató de incorporarla a la de San Juan de Jerusalén. El Priorato de Sicilia acató la bula pontificia, pero no sucedió lo mismo con el Gran Maestre de los Lazaristas de Boigny que, con varios prioratos y encomiendas, continuaron su vida independiente. Entre los grandes Maestres del siglo XV están , los marqueses de Nerestang, de Luvois, de Dangeau, el Duque de Berry, después Luis XVI y luego el Conde Provenza, más tarde rey con el título de Luis XVIII. Como Caballeros de la Orden de San Lázaro en otros países, pueden citarse a los Zares de Rusia, Pablo I y Alejandro I y al Archiduque Leopoldo de Austria, los Duques de Sevilla. El rey Luis XVIII de Francia y más tarde Carlos X, se declararon protectores de esta Orden.

En Francia había tres Órdenes importantes, muy antiguas: La del Espíritu Santo, la de San Luis y la de San Miguel. Junto a las Órdenes anteriores figuraba la de los Lazaristas. Las exigencias que imponía el ingreso a la Orden de San Lázaro: Nueve grados de nobleza, sin principio conocido, o remontándose a fecha incierta.

Pasados los turbulentos tiempos anteriores a la época contemporánea, la Orden de San Lázaro, permaneció, no extinguiéndose como algunas otras Órdenes Militares de Caballería. Actualmente se halla representada en Francia, Alemania, Italia, Polonia, Holanda, Suiza, Portugal y Espańa. Con fecha 26 de junio de 1935 registró la Orden sus Estatutos en Espańa. El 9 de mayo de 1940 fue reconocida con carácter oficial y declarada de utilidad pública en todo el territorio nacional, por orden que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el 10 del mismo mes.

Su reglamento de la lucha contra la lepra fue aprobado por el Decreto de 8 de marzo de 1946, que concede y asigna a la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, importantes misiones. Los miembros de esta Orden se dividen en dos grupos: Los miembros y los afiliados. Sólo los primeros y aun entre estos, sólo los Caballeros de Justicia, pueden asistir a los Capítulos de sus respectivos Prioratos. Aparte de los de Justicia hay los de Devoción. Todos pueden ser caballeros, damas o eclesiásticos, pero es absolutamente preciso profesar la religión católica.

Tras la reunificación de las dos Obediencias existentes( Obediencia de Malta y Obediencia de Paris ) acaecida en la conferencia internacional de La Orden celebrada en Toronto en 2004 y ratificado por una amplia mayoría frente a la candidatura de el príncipe Charles Philippe de Orleans, el actual 48º Gran Maestre de la única Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret es Smo. Sr. Don Francisco de Paula de Borbón y Escasany V Duque de Sevilla, Grande de España.

En solemne sesión de Investidura de la Orden de San Lázaro, celebrada en Manchester el 12 de septiembre de 2008, fue nombrado 49º Gran Maestre de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret el Ssmo. Sr. Don Carlos Gereda y de Borbón, Marqués de Almazán.

Los miembros, Caballeros de Justicia, están obligados a probar de manera indubitable, la legitimidad de sus ascendientes hasta el segundo grado civil inclusive, la nobleza de cien ańos de dos de sus apellidos, uno de los cuales siempre será el primero por la línea paterna y el otro, bien el segundo de la citada línea, o el primero de la materna; esto queda a elección del pretendiente al ingreso. Los Caballeros de Justicia, usan como distintivo una cruz octogonal verde, bordada sobre el frac o el uniforme, así como en sus mantos capitulares. Las categorías son: Gran Collar, Gran Cruz, Comendador y Caballero. Sólo los miembros, no así los afiliados, están autorizados a usar el uniforme de la Orden, de pańo azul oscuro, con cuello y bocamangas blancas, charreteras y pantalón galoneado. Sable o espadín, depende de los actos. Sombrero apuntado y botas de charol. La Orden está regida por el Gran Maestre que lo es con carácter vitalicio y queda autorizado a nombrar un coadjutor. También existe un Consejo Supremo Consultivo que orienta al Gran Maestre en aquellas materias en que se solicita su parecer. Los afiliados, aquellos que practican pruebas de nobleza son denominados como "nobles de mérito" y los dispensados de ellas son considerados únicamente como "de mérito". Tanto los primeros como los segundos pueden tener los mismos grados que los miembros, pero no llevan la cruz bordada. Para estos, existe la cruz denominada de "Mérito", dividida en cuatro categorías, así como medallas, concedidas por relevantes servicios. Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Mar Sep 13, 2011 7:16 pm


Edición 175 Aniversario Gc

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Orden del Toisón de Oro

Es una orden de caballería fundada en 1429 por el duque de Borgoña y conde de Flandes, Felipe III de Borgoña, para celebrar su matrimonio[1] con la princesa portuguesa Isabel de Avis, hija del rey de Portugal Juan I, en la ciudad de Brujas. Fue creada siguiendo el modelo de la Orden de la Jarretera inglesa, de la que Felipe había sido elegido miembro en 1422, pero dedicada a San Andrés (Felipe había rechazado la elección para no ofender al rey de Francia).

Al igual que su modelo inglés, la orden estaba en origen restringida a un número limitado de caballeros, primero 24 pero incrementado a 30 en 1433 y a 51 en 1516. Los miembros de la orden no podían ser «herejes» y por tanto se convirtió en una distinción exclusivamente católica durante la Reforma. La insignia consiste en un collar de eslabones entrelazados de pedernales o piedras centelleantes inflamadas de fuego con esmalte azul y rayos de rojo rematando con un cordero y el toisón todo de oro esmaltado. Existen dos versiones sobre el significado del vellón, una alude al mito de Jasón y el vellocino de oro, mientras que la otra ve su origen en el relato bíblico de Gedeón y el cordero que ofreció a Dios en sacrificio y acción de gracias por la victoria conseguida contra los madianitas. Los eslabones y piedras de fuego aluden a la divisa que el mismo duque traía siempre en sus armas, que era un eslabón con su pedernal y un epígrafe que decía: «Ante ferit quam flamma micet» («Hiere antes de que se vea la llama»).

La bula de confirmación de la Orden y de aprobación de sus constituciones y ordenanzas la dio el papa Eugenio IV el 7 de septiembre de 1433, siendo las dignidades de la Orden cuatro: el canciller, el tesorero, el rey de armas y el secretario. El gran maestrazgo correspondía al rey de España por bulas de los pontífices Gregorio XIII, de 1574, y de Clemente VIII, de 1600. Esto fue así porque al casar la heredera de la corona borgoñona, María con el archiduque Maximiliano I de Austria, la orden quedó vinculada a la Casa de Austria, y posteriormente a los Austrias españoles.

Grandes maestres de la Orden

  • Felipe III, duque de Borgoña (10 de enero de 1430–1467).
  • Carlos «el Temerario», duque de Borgoña (1467–1477).
  • Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1478–1482).
  • Felipe I, rey de Castilla y duque de Borgoña (1482–1506).
  • Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y Rey de España(1506–1555).
  • Felipe II, rey de España y Portugal (1555–1598).
  • Felipe III, rey de España y Portugal (1598–1621).
  • Felipe IV, rey de España y Portugal (1621–1665).
  • Carlos II, rey de España (1665–1700).

A la muerte de Carlos II de España, los dos pretendientes al trono, Felipe de Anjou (futuro Felipe V) y el archiduque Carlos (futuro emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico), ostentaron la dignidad de grandes maestres de la Orden.

En 1725, un tratado entre ambos soberanos reconoció a Carlos VI la dignidad de gran maestre de forma vitalicia. Sin embargo, a su muerte, los emperadores del Sacro Imperio primero y los de Austria después siguieron ostentando el gran maestrazgo de la rama austríaca de la Orden, sin atender las protestas de los soberanos españoles, los cuales cuestionaron siempre su legitimidad
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Mar Sep 13, 2011 7:20 pm



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El Toisón de Oro en España

  • Luis I, rey de España (1724).
  • Fernando VI, rey de España (1746–1759).
  • Carlos III, rey de España (1759–1788).
  • Carlos IV, rey de España (1788–1808).

Existieron ciertas controversias acerca de su concesión durante la Guerra de la Independencia. El hecho de que el rey José I se abrogara el maestrazgo de la Orden y concediera el Toisón de Oro a Napoleón causó el enfado del exiliado rey de Francia Luis XVIII, que devolvió su distinción en protesta. A su regreso, el rey Fernando VII revocó todas las distinciones concedidas por José Bonaparte.

En 1812, la Regencia española concedió el Toisón de Oro al duque de Wellington, lo que fue confirmado por el rey Fernando VII al tomar el poder en 1813, tras consultarlo con el papa Pío VII. De esta forma, el duque de Wellington fue el primer protestante en ostentar esta distinción. Posteriormente, también cristianos ortodoxos recibieron esta dignidad.

  • Fernando VII, rey de España (1808–1833).
  • Isabel II, reina de España (1833–1868).

También durante las Guerras Carlistas, los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón cuestionaron la legitimidad de Isabel II como gran maestre de la Orden y su derecho a otorgar el Toisón de Oro.

  • Alfonso XII, rey de España (1874–1885).
  • Alfonso XIII, rey de España (1886–1941).
  • Juan de Borbón y Battenberg, pretendiente al trono de España y conde de Barcelona (1941–1977).
  • Juan Carlos I, rey de España (desde 1975).

El Toisón de Oro en Austria

Con la entronización del primer Borbón en España, el rey Felipe V, al derrotar en la Guerra de Sucesión Española al archiduque Carlos, este se declaró Gran Maestre de la Orden al alcanzar la dignidad imperial, naciendo así la rama austriaca de la orden, separada de la española. Así los Maestres de la Orden Austriaca del Toisón de Oro son:

  • Carlos VI, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1725–1740).
  • Francisco I, emperador del Sacro Imperio y Duque de Lorena (1740–1765).
  • José II, emperador del Sacro Imperio (1765–1790).
  • Leopoldo II, emperador Sacro Imperio (1790–1792).
  • Francisco II, emperador del Sacro Imperio (1792–1835).
  • Fernando I, emperador de Austria (1835–1848).
  • Francisco José I, emperador de Austria (hasta 1867) y luego de Austria-Hungría (1848–1916).
  • Carlos I, emperador del Imperio Austrohúngaro (1916–1922).

Tras la desaparición del Imperio austrohúngaro, el rey Alberto I de Bélgica reclamó que la dignidad de gran maestre y el tesoro de la Orden le fuesen transferidos como soberano de las tierras de Borgoña. Esta reclamación llegó a ser considerada seriamente durante las negociaciones del Tratado de Versalles, pero finalmente rechazada debido a la intervención del rey Alfonso XIII de España, que tomó posesión de las propiedades de la orden en nombre del destronado emperador Carlos I de Austria y IV de Hungría. El Gobierno de la República de Austria reconoció en 1957 la personalidad jurídica de la Orden en Austria, asignando la dignidad de gran maestre al archiduque Otto, cabeza de la antigua Casa Imperial.

  • Otto de Habsburgo, hijo de Carlos I de Austria y IV de Hungría (1957–2000).
  • Archiduque Carlos de Habsburgo-Lorena, hijo del anterior (desde 2000).
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Mar Sep 13, 2011 7:25 pm


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Caballeros de la Orden Española

  • Vicente María de Vera Ladrón de Guevara Enríquez de Navarra, I duque de la Roca con Grandeza de España de 1ª clase por gracia de Carlos IV y real célula expedida en Aranjuez el 24 de marzo de 1793; marqués de Sofraga, perteneció a la Orden del Toisón de Oro en 1794 (fallecido en 1813).
  • Nicolás Osorio y Zayas, duque de Alburquerque, marqués de Alcañices y de los Balbases, seis veces Grande de España concedido en 1852 (fallecido en 1866).
  • El príncipe Luis Fernando de Baviera, concedido en 1859 (fallecido en 1949).

Caballeros nombrados por el gran maestre Alfonso XII de España, entre 1875 y 1885

  • El príncipe Guillermo de Prusia, luego kaiser Guillermo II de Alemania, en 1875 (fallecido en 1941).
  • El príncipe Víctor Manuel de Italia, luego rey Víctor Manuel III de Italia, el 2 de diciembre de 1878 (fallecido en 1947).
  • El príncipe Gustavo de Suecia, luego rey Gustavo V de Suecia, el 30 de junio de 1881 (fallecido en 1950).
  • El zarevich Nicolás Alejandrovich de Rusia, luego zar Nicolás II de Rusia, en 1883 (fallecido en 1918).
  • El emperador Meiji de Japón, en 1883 (fallecido en 1912).
  • El príncipe Federico de Dinamarca, luego rey Federico VIII de Dinamarca, en 1883 (fallecido en 1912).

Caballeros nombrados por el gran maestre Alfonso XIII de España, entre 1886 y 1941

  • El príncipe Constantino, luego rey Constantino I de Grecia, en 1889 (fallecido en 1923).
  • El príncipe Luis Felipe, duque de Braganza, en 1892 (fallecido en 1908).
  • El rey Guillermo II de Wurtemberg, en 1892 (fallecido en 1921).
  • El príncipe Jorge, duque de York, luego rey Jorge V del Reino Unido, en 1893 (fallecido en 1936).
  • Excmo. e Ilmo. Sr. D. Guillermo Chacon Maldonado, Almirante General de la Armada Española, el 10 de Julio de 1895 (fallecido el 28 de Marzo de 1899).
  • El príncipe Yoshihito de Japón, luego emperador Taishō de Japón, en 1896 (fallecido en 1926).
  • El infante Fernando de Borbón-Sicilia, 8 de mayo de 1897 (fallecido en 1960).
  • El príncipe Guillermo de Prusia, príncipe heredero de Alemania, en 1900 (fallecido en 1951).
  • El infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias, 7 de noviembre de 1901 (fallecido en 1949).
  • El príncipe Cristián de Dinamarca, luego rey Cristián X de Dinamarca, el 4 de junio de 1901 (fallecido en 1947).
  • Émile Loubet, presidente de Francia, en 1902 (fallecido en 1929).
  • El príncipe Alfonso de Borbón y Battenberg, príncipe de Asturias, luego conde de Covadonga, en 1907 (fallecido en 1938).
  • El rey Manuel II de Portugal, en 1908 (fallecido en 1932).
  • El príncipe Gustavo Adolfo, duque de Escania, luego rey Gustavo VI Adolfo de Suecia, en 1910 (fallecido en 1973).
  • El rey Haakon VII de Noruega, en 1910 (fallecido en 1957).
  • El príncipe Eduardo de Gales, luego rey Eduardo VIII del Reino Unido, más tarde duque de Windsor, en 1912 (fallecido en 1972).
  • Raymond Poincaré, presidente de Francia, en 1913 (fallecido en 1934).
  • El infante Jaime de Borbón y Battenberg, duque de Segovia, en 1921 (fallecido en 1975).
  • El príncipe Leopoldo, duque de Brabante, luego rey Leopoldo III de Bélgica, en 1923 (fallecido en 1983).
  • El príncipe Humberto de Saboya, luego rey Humberto II de Italia, en 1923 (fallecido en 1983).
  • El príncipe Hendrik de los Países Bajos, duque de Mecklenburg-Schwerin, en 1924 (fallecido en 1934).
  • Gaston Doumergue, presidente de Francia, en 1926 (fallecido en 1937).
  • El infante Juan de Borbón y Battenberg, desde 1941 conde de Barcelona, en 1927 (fallecido en 1993).
  • El infante Gonzalo de Borbón y Battenberg, en 1927 (fallecido en 1934).
  • El emperador Showa de Japón, en 1928 (fallecido en 1989).
  • Paul von Hindenburg, presidente de Alemania, en 1931 (fallecido en 1934).

Caballeros nombrados por el gran maestre Juan de Borbón, conde de Barcelona, jefe de la Casa Real española, entre 1941 y 1977

  • El infante Juan Carlos de Borbón, desde 1975 rey Juan Carlos I de España, en 1941.
  • El rey Balduino I de Bélgica, en 1960 (fallecido en 1993).
  • El rey Pablo I de Grecia, en 1962 (fallecido en 1964).
  • El infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria, en 1964.
  • El rey Constantino II de Grecia, en 1964.

Caballeros nombrados por el gran maestre Juan Carlos I de España, desde 1977

  • Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondéjar, en 1977 (fallecido en 1996).
  • Torcuato Fernández-Miranda Hevia, duque de Fernández-Miranda, en 1977 (fallecido en 1980).
  • Beltrán Alfonso Osorio y Díez de Rivera, duque de Alburquerque, en 1977 (fallecido en 1994).
  • El príncipe Felipe de Borbón y Grecia, Príncipe de Asturias, en 1981.
  • José María Pemán y Pemartín, en 1981 (fallecido en 1981).
  • El rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, en 1983.
  • El gran duque Juan de Luxemburgo, reinante hasta el año 2000 y príncipe de Luxemburgo, en 1983.
  • El rey Olaf V de Noruega, en 1984 (fallecido en 1991).
  • El emperador Akihito de Japón, en 1985.
  • El rey Hussein de Jordania, en 1985 (fallecido en 1999).
  • La reina Beatriz I de los Países Bajos, en 1985.
  • La reina Margarita II de Dinamarca, en 1985.
  • La reina Isabel II del Reino Unido, en 1988.
  • El rey Alberto II de Bélgica, en 1994.
  • El rey Harald V de Noruega, en 1995.
  • El rey Simeón II de Bulgaria, ex primer ministro de Bulgaria, en 2004.
  • El rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia, en 2006.
  • El gran duque Enrique I de Luxemburgo, en 2007.
  • Adolfo Suárez González, duque de Suárez y expresidente del Gobierno de España, 8 de junio de 2007.
  • El rey Abdalá Bin Abdelaziz de Arabia Saudita, en 2007.
  • Francisco Javier Solana Madariaga, en 2010.
  • Víctor García de la Concha, en 2010.

Los collares de la Orden del Toisón entregados no son hereditarios y al fallecimiento de su titular han de reintegrarse a la Casa Real. Su control es más fácil porque están numerados.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Mié Sep 21, 2011 7:44 pm


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Orden Teutónica

Orden de los Caballeros Teutones y Caballeros Teutónicos del Hospital de Santa María de Jerusalén, en alemán Deutscher Orden; en latín Domus Hospitalis Sactæ Mariæ Teutonicorum). Orden medieval de carácter religioso-militar fundada en Palestina en 1190 (Tercera Cruzada) durante el asedio de la fortaleza de San Juan de Acre. En 1198 se convierte en orden militar. Desde el siglo XIX la orden pervive como una organización cristiana de carácter caritativo.

La Orden estaba formada por nobles alemanes y seguía el modelo de la Orden del Temple y de la Orden de San Juan de Jerusalén. Fundada en San Juan de Acre (Palestina) en 1190 durante la Tercera Cruzada tras la toma de Jerusalén por Saladino. Originalmente fue solamente una organización caritativa que ayudaba a los peregrinos cristianos, luego fue reorganizada como orden militar, a semejanza de los Caballeros Templarios, en 1192 y obtuvo el reconocimiento oficial del papa Inocencio III en 1198.

Artículo principal: Montfort (Israel)
En 1220 los Caballeros Teutónicos establecen su cuartel general en la fortaleza de Monfort que se convirtió en la sede de los "Gran Maestre" de la Orden Teutónica en 1229.

1220: Leopoldo VI de Austria dona a los teutónicos el lugar de Monfort para un castillo... 1227 Los teutónicos reedifican el castillo de Monfort

Juan G. Atienza, Caballeros Teutónicos pág. 301.
En 1266, los árabes no consiguen tomar la fortaleza. Pero regresarán en 1271 y conseguirán hacerse con el castillo a través de un túnel excavado en la roca. Los caballeros teutónicos se ven obligados a refugiarse en San Juan de Acre.[1]

"...La residencia oficial del Gran Maestre, que constituía, de hecho, la sede del cuartel general de la orden, comenzó siendo instalada en San Juan de Acre y, posteriormente pasó de esta ciudad al castillo de Monfort y de allí a Acre, de nuevo, según iban mandando las circunstancias..." Juan G. Atienza, Caballeros Teutónicos pág. 190.

Un siglo después, en 1291, la toma de Acre por los sarracenos obligó a los cruzados a retirarse de Tierra Santa, impulsando a la orden a reconsiderar su misión. Derrotados en las Cruzadas, los caballeros de la Orden Teutónica se trasladaron a Transilvania (donde construyeron el Castillo de Bran) hasta su expulsión en 1225 por el rey Andrés II de Hungría.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Mié Sep 21, 2011 7:46 pm


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Estado Teutónico

En ese momento la orden se estableció, ya definitivamente, tras atacar y exterminar a gran parte de los antiguos Prusianos bálticos, en Prusia creando un Estado de la Orden Teutónica independiente, desde el que lanzaron campañas contra el Reino de Polonia, el Ducado de Lituania y contra otros pueblos no cristianizados, proceso que se conoció como las Cruzadas Bálticas.

El Emperador Federico II Hohenstaufen otorgó a los teutones todos los privilegios de los príncipes del Imperio, como el derecho de soberanía sobre los territorios conquistados.

A pesar de una derrota frente al ruso Alexander Nevski en 1242, la orden extiende rápidamente su dominio sobre los países bálticos exceptuando Lituania, que resistió durante 200 años.

A partir de 1308 ocuparon el conjunto de Prusia, extendiéndose hasta Estonia. Dicha conquista incluía las regiones bálticas de Pomerania, Curlandia, Letonia, Estonia y Dánzig, ciudad ésta que estuvo bajo su poder hasta 1454. La orden contaba además con posesiones en diferentes puntos del Sacro Imperio Romano Germánico.

A finales del siglo XIV, la orden alcanzó el apogeo de su poder gracias a una potente economía urbana, que les permitía contratar mercenarios procedentes de toda Europa para incrementar sus levas feudales, así como convertirse en una potencia naval en el mar Báltico.

Sin embargo, en 1410 sufrieron una tremenda derrota en la Batalla de Tannenberg frente al gran duque Vytautas de Lituania y rey Ladislao II de Polonia, de modo que los territorios conseguidos por la Orden pasaron a manos polacas y lituanas. Comenzó entonces una decadencia que culminó en 1525.

Al producirse en Europa la Reforma Protestante, la Orden se convirtió al Luteranismo por medio de su Gran Maestre Alberto I de Prusia, quien renunció y se convirtió al luteranismo para ser Duque de Prusia.

Secularización de Prusia

La Orden fue suprimida en la zona meridional del feudo y sus tierras secularizadas para crear el ducado de Prusia en 1525. La Orden pervivió vinculada a los Habsburgo, conservando numerosas propiedades en Alemania y otras partes de Europa, pero en 1809, Napoleón Bonaparte ordenó su disolución, por lo que perdieron buena parte de sus bienes seculares.

Supervivencia de la Orden

Hasta la Primera Guerra Mundial, la Orden se mantuvo presidida por los Habsburgo. En la actualidad, opera con fines principalmente benéficos en Europa Central.

Emblema de la Orden


Los caballeros llevaban una capa blanca con una cruz negra. Como escudo se empleaba a veces una cruz paté, que posteriormente inspiró la Cruz de Hierro usada por el reino de Prusia y por Alemania.

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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Sab Sep 24, 2011 2:27 pm


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Orden de Carlos III

La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III fue establecida por el Rey de España Carlos III, mediante Real Cédula de 19 de septiembre de 1771 con el lema latino «Virtuti et merito», con la finalidad de condecorar a aquellas personas que se hubiesen destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona. Desde su creación, es la más distinguida condecoración civil que puede ser otorgada en España. Aunque se encuentra dentro de la categoría de las Órdenes Militares desde su creación, formalmente se convirtió en orden civil en 1847.

Tanto la Orden como las condecoraciones que se otorgan están reguladas en un Real Decreto de 2002, donde se fija como objetivo «recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación» y por una Orden de 8 de mayo de 2000.

Aunque la Real Cédula de creación es de septiembre de 1771, Carlos III no hizo públicas las disposiciones que habrían de regular la distinción hasta el 24 de octubre. La razón para ello estuvo en el origen de la Orden. El futuro Rey y Príncipe de Asturias, Carlos, llevaba cinco años de matrimonio sin hijos, por lo que al nacer el primer infante quiso su abuelo, Carlos III, dejar constancia de su gratitud a Dios —al que afirmaba haber rezado en espera de la continuidad de la dinastía— y, en especial, a la Virgen María en su advocación de Inmaculada Concepción y de quien se declaraba el rey profundamente devoto. Así, en la fecha señalada, cuando la nuera del Rey había podido asistir al primer oficio religioso con el niño en brazos, quiso el rey promulgar las normas de concesión, nombrándose a sí mismo Gran Maestre de la Orden y fijando en sus herederos, siempre que ostentasen el título de Rey de España, el mismo tratamiento y cargo. Aunque el infante y varios hermanos murieron poco después, Carlos III mantuvo su compromiso, si bien el número de Cruces otorgadas fue muy reducido por el pesar del monarca.

Las disposiciones de creación exigían dos requisitos: ser benemérito y afecto a Su Majestad. Se crearon dos clases: las «Grandes Cruces» y las «Pensionadas», siendo discrecional por el monarca su concesión, aunque autolimitó a sesenta las primeras y a doscientas las segundas. En 1783 se ampliaron las órdenes a tres, con la de «Caballeros Supernumerarios», cuya importancia se situaba entre las dos anteriores. En este momento se precisaron más las obligaciones y requisitos de los titulares: debían tener pureza y nobleza de sangre hasta sus bisabuelos, conforme regulaba el Fuero viejo de Castilla y las demás normas vigentes. Los recibidos en la Orden debían jurar fidelidad a la persona del Rey, a su familia, a la protección de los bienes de la Casa Real, reconocerle como Gran Maestre, vivir y morir en la fe católica, aceptando como indubitado el Misterio de la Inmaculada Concepción, y asistir al menos una vez al año a una misa completa y comulgar

El Papa Clemente XIV, el 21 de febrero de 1772 reconoció a la Orden mediante bula y le otorgó beneficios religiosos, tanto a la misma como a sus integrantes, reconociendo al Gran Maestre toda la capacidad para disponer en materia religiosa sobre los miembros, incluso la absolución y la bendición apostólica. Los beneficios de los integrantes de la Orden fueron de distinta índole, ampliándose después con Pío VI.

Las insignias de la Orden han variado a lo largo del tiempo, pero invariablemente han mantenido rasgos originales: banda de seda azul con cantos blancos, cruz de ocho puntas con la imagen de la Inmaculada Concepción, la leyenda «Virtuti et Merito» y la cifra del Rey fundador.

Aunque a la fundación de la Orden, el monarca hizo depósito anual de su fondo personal de un millón y medio de reales para cubrir las distinciones pensionadas, la cuantía no fue suficiente, por lo que hubo de retribuirse según antigüedad, al tiempo que se detrajo de otras órdenes militares o civiles las cantidades sobrantes por estar vacante la concesión.

El gobierno de la Orden se fue haciendo más complejo, aunque en realidad era el monarca y el tesorero quienes terminaban por fijar las concesiones y retribuciones. Especial cuidado tuvo el rey en incorporar a la Orden los teólogos de la Corona que indagaban los misterios de la Virgen María, llegando en algunos casos a ser más numerosos los eclesiásticos que los caballeros y nobles que la conformaban. Las reuniones se formalizaban en la Iglesia de San Gil en Madrid dos veces al año, una coincidiendo con la Inmaculada Concepción y otra con el Día de Todos los Santos. Con Carlos IV se hicieron algunas reformas en las vestimentas y distribución de los colores en las distinciones. La invasión francesa provocó que dos instituciones se arrogasen la facultad del gobierno de la Orden, otorgando ambas distinciones: el rey José I y la Junta Suprema Central en nombre de Fernando VII. Al final, las otorgadas por el monarca napoleónico fueron abolidas por él mismo.

Con el rey Fernando se trasladó la sede al Monasterio de las Descalzas Reales y al Monasterio de la Encarnación de Madrid a un tiempo. Durante este reinado se ampliaron las distinciones y se modificaron las normas, exigiéndose mayores requisitos para ingresar. Sin embargo, la reforma más profunda se produjo durante el reinado de Isabel II. Un modelo de España liberal requirió adaptar todas las órdenes militares y civiles. El Real Decreto de 26 de julio de 1847 estableció el carácter exclusivamente civil de la orden y configuró cuatro grados. A partir de ese momento fueron los méritos, y no exclusivamente el afecto a la Corona y su Reina, los que determinaron el acceso.

Aunque la Orden se abolió durante unos meses coincidiendo con la Primera República, fue restablecida aún antes de la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII. Hasta la llegada de la Segunda República, que suprimió de nuevo la Orden, se procedió a refundir las distintas disposiciones que regulaban las materias, y se fueron incluyendo causas para la pérdida de las distinciones.

Tras finalizar la Guerra Civil, la dictadura franquista restableció la Orden el 10 de mayo de 1942 en contra del expreso deseo de los herederos de la Corona española. Con la monarquía constitucional en la persona de Juan Carlos I, la Orden se ha ido modernizando, permitiendo la incorporación de las mujeres a la misma desde 1983.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Sab Sep 24, 2011 2:37 pm


Academia Acceso CNP

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Está reservado a los miembros de la Familia Real Española, los Jefes de Estado y de Gobierno y a aquellos ciudadanos españoles que posean, al menos durante tres años, la Gran Cruz. El número de ciudadanos vivos españoles que, con excepción de la Familia Real, pueden recibir el Collar está restringido a veinticinco. La descripción de la distinción que hace el reglamento es:

Collar: estará formado por la sucesión de piezas o eslabones siguiente: la cifra de oro del Monarca que da nombre a la Real Orden, orlada de palma y laurel de oro, esmaltados en verde y rojo; seguida, a ambos lados, por dos leones rampantes de oro vueltos hacia la cifra, seguidos cada uno por un castillo, también de oro, al que sucede un trofeo de guerra, compuesto por un casco de caballero de oro y dos banderas en aspa, la puesta en banda de oro, esmaltada en rojo, acompañada de un basto de oro, y la puesta en barra esmaltada en azul, acompañada por un haz de líctor de oro, todo orlado de hojas de laurel esmaltadas en verde. A esta secuencia seguirá otra de castillo, león, cifra, león, castillo, trofeo, hasta completar el total de eslabones que forman el collar, que será de 41. De la de la cifra, que figurará como central, penderá la venera de la Orden, mediante dos cadenillas de oro.

A esta pieza acompaña la Venera que debe ser:

...una cruz de oro, formada por cuatro brazos iguales, simétricos dos a dos, rematados por ocho esferas de oro, cuyo centro o llama será de esmalte azul añil, contornado por una franja de esmalte blanco. En cada entrebrazo figurará una flor de lis de oro pulido. En el anverso, en exergo, sobrepuesto un óvalo de oro, orlado de esmalte azul, en cuyo centro llevará la imagen de la Purísima Concepción en sus esmaltes. En el reverso, llevará, en exergo, un óvalo en cuyo centro, esmaltado en azul, con la cifra de Carlos III de oro, orlada con la leyenda «VIRTUTI ET MERITO» de oro, sobre esmalte blanco. Esta cruz irá coronada por dos ramas de laurel de oro, anudadas por un lazo de esmalte azul. Sus dimensiones máximas son de 50 milímetros de ancho por 75 milímetros de alto, incluida la corona de laurel.

Cuando no lo requieran las circunstancias, se autoriza el uso de una Gran Cruz del Collar, insignia más sencilla y que sustituye a las miniaturas que sí están autorizadas en otros grados. El tratamiento recibido por los titulares del Collar es el del «Excelentísimo». Los herederos de los condecorados con el Collar están obligados a su restitución al Estado tras el fallecimiento del titular.

La Gran Cruz

Se reserva a quienes, habiendo cumplido servicios relevantes para España, fueran o hubieran sido Presidentes del Congreso de los Diputados, del Senado, del Tribunal Constitucional, del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal Supremo, Ministros u otras altas autoridades del Estado (cargo que en 2010 solo ostentan los Secretarios de Estado), además de todos aquellos que posean otra «Gran Cruz» civil o militar española durante, al menos, tres años. El número máximo de Grandes Cruces está limitado a cien, sin contar las concedidas a los Ministros. El reglamento describe así la distinción:

Será una banda de seda, de 101 milímetros de ancho, de color azul celeste, con una franja central de color blanco de 33 milímetros de ancho. Dicha banda se unirá en sus extremos mediante un rosetón picado, confeccionado con la misma tela que la banda, del cual penderá la venera de la Real Orden, cuyas dimensiones máximas serán de 50 por 75 milímetros.

Conjuntamente con la Banda se ostentará una placa de plata abrillantada, de dimensiones máximas de 75 por 80 milímetros, formada por cuatro brazos iguales con ocho puntas rematadas por sendas semiesferas lisas, simétricos dos a dos. En cada entrebrazo figurará una flor de lis de plata abrillantada. Como exergo, un óvalo en cuyo centro llevará la imagen de la Purísima Concepción en sus esmaltes y, a sus pies, la cifra de Carlos III, orlada de laurel, con el lema «VIRTUTI ET MERITO», sobre una cartela esmaltada en blanco, orlada de una franja de esmalte azul. Cerrando el óvalo, una franja de esmalte azul orlada de plata abrillantada.

Como miniatura de la Gran Cruz se establece una para ojal o banda, o en su sustitución una roseta sobre galón de oro y como pasador de insignia en los uniformes de diario de los miembros de las Fuerzas Armadas una Corona Real con un distintivo blanco y azul. El tratamiento de los titulares es de «Excelentísimo» y los herederos no están obligados a la devolución de la Gran Cruz a la muerte del titular, si bien deben comunicarlo a la Cancillería de la Orden.

La Encomienda de número

Se concede a los ciudadanos que, habiendo prestado notables servicios a España, tuvieran la Encomienda con más de tres años de antigüedad, o reúnan los requisitos exigidos para la Gran Cruz pero no ostenten o hayan ostentado cargo alguno de los mencionados para recibirla. Su vinculación clara con la Gran Cruz hace que su número también esté limitado a doscientas. El reglamento describe así la distinción:

Los Comendadores de Número llevarán como insignia una placa de plata abrillantada, de dimensiones máximas de 75 por 80 milímetros, formada por cuatro brazos iguales con ocho puntas rematadas por sendas semiesferas lisas, simétricos dos a dos, cuyo centro o llama será de esmalte azul. En cada entrebrazo figurará una flor de lis de plata abrillantada. En exergo, un óvalo en cuyo centro llevará la cifra de Carlos III de oro, sobre esmalte azul, orlada por una corona de laurel, en sus esmaltes, todo ello calado y sobre un fondo de plata pulida.

Como miniatura de la Encomienda de número se establece una para ojal o banda, o en su sustitución una roseta sobre galón de oro y plata por mitades y como pasador para la insignia del uniforme de diario de las Fuerza Armadas, la cinta como en los demás casos con la cifra del monarca Carlos III. Los titulares tienen el tratamiento de «Ilustrísimo» y a su muerte los herederos no están obligados a la devolución de la Encomienda de número, si bien deben comunicar el óbito a la Cancillería de la Orden.

La Encomienda

Se concede a los ciudadanos que, habiendo prestado notables servicios a España, tuvieran la Cruz con más de tres años de antigüedad. La Encomienda es, así, un grado que se alcanza sólo por antigüedad y su número no está limitado. El reglamento describe así la distinción:

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Los Comendadores llevarán, pendiente del cuello con una cinta azul celeste de 45 milímetros de ancho, con una franja central de color blanco de 15 milímetros de anchura, una cruz de oro, de 52 milímetros de diámetro, formada por cuatro brazos iguales, simétricos dos a dos, rematados por ocho esferas de oro, cuyo centro o llama será de esmalte azul añil, contornado por una franja de esmalte blanco. En cada entrebrazo figurará una flor de lis de oro pulido. En el anverso, en exergo, sobrepuesto un óvalo de oro, orlado de esmalte azul, en cuyo centro llevará la imagen de la Purísima Concepción en sus esmaltes. En el reverso, llevará, en exergo, un óvalo en cuyo centro, esmaltado en azul, con la cifra de Carlos III de oro, orlada con la leyenda «VIRTUTI ET MERITO» de oro, sobre esmalte blanco. Esta cruz irá coronada por dos ramas de laurel de oro, anudadas por un lazo de esmalte azul, en cuya parte superior se encontrará el ojal para el paso de la cinta.

Como miniatura de la Encomienda se establece una para ojal o banda, o en su sustitución una roseta sobre galón de plata y como pasador para la insignia del uniforme de diario de las Fuerza Armadas, la cinta como en los demás casos con la Venera en miniatura. Los titulares tienen el tratamiento de «Ilustrísimo» y a su muerte no están obligados a la devolución de la Encomienda de número, si bien deben comunicar el fallecimiento del titular a la Cancillería de la Orden.

La Cruz

Constituye el modo ordinario de entrada en la Real y Distinguida Orden de Carlos III, siempre que los así recompensados hayan prestado notables servicios a España y no sean acreedores de otra distinción civil o militar española por los mismos méritos. El número de Cruces no está limitado. El reglamento describe así la distinción:

Llevarán una cruz de oro, formada por cuatro brazos iguales, simétricos dos a dos, rematados por ocho esferas de oro, cuyo centro o llama será de esmalte azul añil, contornado por una franja de esmalte blanco. En cada entrebrazo figurará una flor de lis de oro pulido. En el anverso, en exergo, sobrepuesto un óvalo de oro, orlado de esmalte azul, en cuyo centro llevará la imagen de la Purísima Concepción en sus esmaltes. En el reverso, llevará, en exergo, un óvalo en cuyo centro, esmaltado en azul, con la cifra de Carlos III de oro, orlada con la leyenda “VIRTUTI ET MERITO” de oro, sobre esmalte blanco. Esta cruz irá coronada por dos ramas de laurel de oro, anudadas por un lazo de esmalte azul. Sus dimensiones máximas son de 50 milímetros de ancho por 75 milímetros de alto, incluida la corona de laurel. Esta insignia se portará mediante un pasador-hebilla de metal dorado, pendiente de una cinta de 30 milímetros de anchura, de color azul celeste, con una franja en el centro de color blanco, de 10 milímetros de anchura.

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Como miniatura de la Cruz se establece una para ojal o banda, o en su sustitución una roseta simple sin galón alguno y como pasador para la insignia del uniforme de diario de las Fuerza Armadas, la cinta como en los demás casos sin otra señal identificativa. Los titulares tienen el tratamiento de «Ilustrísimo» y a su muerte no están obligados a la devolución de la Encomienda de número, pero como en anteriores supuestos deben comunicar a la Cancillería de la Orden el fallecimiento del titular.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Jue Oct 06, 2011 12:42 pm


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Cruzadas Marinas

Conocidas son las cruzadas llevadas a cabo por los reyes cristianos contra los musulmanes en Tierra Santa, destinadas a la recuperación de Jerusalén del poder otomano, pero no tanto aquellas otras que, siendo también Cruzadas, tuvieron por escenario el mar. Una de estas Cruzadas fue la llevada a efecto por Ramón Berenguer III, Conde de Barcelona. La conquista de la isla de Mallorca es conocida históricamente. Esta conquista tuvo carácter de Cruzada dado que el Papa Pascual II concedió las indulgencias de Cruzada para la empresa militar.

Ocurría que las Islas Baleares, en poder de los musulmanes, se habían convertido en un auténtico nido de piratas que llegaban a hacer casi imposible la navegación por el Mediterráneo, tal era su actividad. El comercio se veía seriamente amenazado por los piratas berberiscos y eso fue lo que motivó la decisión de intentar la conquista de las Baleares. Proclamada la Cruzada, acudieron, a la desembocadura del Arno, gentes de todas las partes de Italia, llevando todo tipo de naves, bien pertrechadas de elementos de guerra. La flota partió a mediados de agosto del año 1.113, deteniéndose algunos días en la isla de Cerdeña. Una vez que emprendieron la navegación una tempestad hizo a las naves arribar a las costas de Cataluña y los tripulantes cayeron en el error de confundirlas con las de Mallorca.

Cuando se percataron de su equivocación, decidieron enviar una embajada a Ramón Berenguer III, el cual no sólo la atendió sino que se personó en San Feliú de Guixols, lugar donde la flota se había congregado y hay que decir que en ella iban como pasajeros varios obispos.

Ante el Conde de Cataluña, le expusieron sus propósitos anunciándole el carácter de Cruzada promulgada por el Papa, al tiempo que solicitaban su ayuda. El conde, tras de meditarlo, accedió a la petición y los cruzados, muy contentos con la promesa, decidieron nombrarle jefe de la expedición.

Una nueva Cruzada, esta vez por mar, forzosamente tenía que despertar el entusiasmo de aquellos hombres acostumbrados, como estaban, al combate contra los sarracenos. La concentración de naves se efectuó en el puerto de Salou, pero el invierno estaba en pleno apogeo y los jefes pensaron que no era la estación más propicia para navegar: una tempestad inoportuna podía echar por tierra todos sus esfuerzos, por lo que decidieron esperar hasta la primavera.

Pero la espera produjo algunos resultados negativos: muchos nobles italianos, desalentados, decidieron regresar a su patria, llevándose las naves con las que iban a colaborar en la Cruzada, así como a sus hombres de armas.

Por el contrario, el Conde de Barcelona, totalmente decidido a emprender la acción, procuró, por todos los medios, reforzar sus efectivos con más barcos y más combatientes. El Papa, con el fin de que no cundiera el desánimo, hizo una nueva proclamación de Cruzada y envió a Barcelona como Legado al Cardenal Boson para animar y concertar los esfuerzos de todos.

El Cardenal, reuniendo a los jefes de la expedición, les hizo llegar el mensaje del Sumo Pontífice: la Cruzada que se debía emprender tenía las mismas indulgencias y el mismo carácter que cuantas se emprendieron por tierra en Palestina.

En la primavera del año 1.114 regresó a Barcelona la flota pisana de modo que llegaron a reunirse hasta quinientas naves, emprendiendo la ruta el día de la natividad de San Juan Bautista, el 24 de junio.

La flota, pasó junto a la isla Dragonera, llegando a Ibiza y, de inmediato, desembarcó el ejército que cubrió la llanura frente a la ciudad. Pero la vieja urbe, fenicia, cartaginesa, romana y ahora bajo el poder musulmán, constituía una fortaleza defendida por una triple muralla.

No fueron pocos los días que hubo que ocupar en el asalto, hecho de armas en el que se distinguieron, por su arrojo, los cruzados italianos al grito de "Dios lo quiere", utilizado ya en las Cruzadas de Tierra Santa. Pero el Conde de Barcelona y sus vasallos se habían reservado el ataque al tercer recinto amurallado, el más inexpugnable de todos. Tales fueron los empujes de los catalanes, que la fortaleza terminó rindiéndose.

Se procedió a demoler las fortificaciones e Ibiza quedó abandonada, emprendiendo los Cruzados la marcha hacia Mallorca. El 21 de agosto del año 1.114 avistaron la bahía de Palma. La conquista de esta ciudad fue aún más difícil que la de Ibiza, pues la defensa dirigida por el Walí, Nazaredolo, llegó a extremos increíbles de tenacidad y heroísmo.

En el ataque, al primer recinto amurallado, resultó herido el propio Conde Ramón Berenguer. En la embestida al segundo recinto amurallado, los defensores ofrecieron rendirse a cambio de que les fueran respetadas sus vidas. El Conde de Barcelona, quiso acceder a ello, pero los cruzados se negaron en rotundo. Ramón Berenguer, muy disgustado, estuvo a punto de retirarse con sus hombres de armas, pero no le quedó más remedio que unirse con sus huestes a los atacantes con la intención de proteger las vidas de los que se entregaran sin resistencia.

La última y peor de todas las batallas fue el asalto a la Almudaina y a la Zuda que los musulmanes, sabiendo que no existía cuartel y que, caso de ser vencidos iban a ser pasados a cuchillo por los asaltantes, la defendieron, con el valor que da la desesperación, prefiriéndo morir en combate antes que ser degollados una vez hechos cautivos.

El Conde Ramón Berenguer había tenido razón al mostrase proclive a conceder lo que los defensores pedían que, no era tanto; tan sólo que sus vidas fueran respetadas. Pero la brutalidad de los restantes cruzados impidieron un compromiso que tanta sangre habría ahorrado. Fue preciso tomar torre por torre, en una batalla que parecía no tener fin, hasta que, en los primeros días de abril de 1.115, la ciudad quedó en poder de los cruzados. Los cruzados italianos, una vez aniquilados los enemigos y destruido el refugio de los piratas que tanto daño hacían a su comercio por el Mediterráneo, ya no pensaron en otra cosa que no fuera regresar a su patria para disfrutar del cuantioso botín del que se habían apoderado.

A los requerimientos del enviado del Papa que les recordaba, una y otra vez, el carácter de Cruzada de la empresa, hicieron oídos sordos.

Influyeron también mucho en su decisión, las noticias que llegaban de que el califa de los almohades, Yusuff, estaba preparando una poderosa flota para reconquistar la isla y vengar a sangre y fuego la derrota recibida.

Por otra parte, el Conde de Barcelona se sentía amenazado por los moros de la Península, los de Valencia, y al quedarse solo tampoco estaba en condiciones de dejar en Mallorca una potente guarnición que fuera capaz de rechazar los ataques que, sin la menor duda, emprendería el califa Yusuff. Por lo tanto, se reembarcó con sus hombres y la isla quedó abandonada, de modo que muy pronto fue nuevamente ocupada por los musulmanes.

De este modo lo que en un principio se inició como Cruzada a fin de reconquistar definitivamente un territorio ocupado por los enemigos de la fe cristiana vino a quedar en una expedición de castigo, sin más beneficios ni provechos, que el botín que los cruzados italianos se llevaron a su patria. Poco provecho sacó el Conde Ramón Berenguer del hecho: haberse portado como fiel hijo de la Iglesia atendiendo la petición de Cruzada efectuada por el Papa.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Jue Oct 06, 2011 12:48 pm


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Reales Maestranzas de Caballería

Son corporaciones nobiliarias creadas en la época moderna por la Corona con la intención de que la nobleza se ejercitase en el manejo de la equitación y las armas, prácticas cada vez más en desuso por el proceso imparable de creación de una aristocracia cortesana. La caballería era en el siglo XVI el cuerpo militar natural de la nobleza. Actualmente en cuanto meras asociaciones se rigen por la ley 1/2002, de 22 de marzo reguladora del derecho de asociación, así como sus propios estatutos.

Gracias a estas instituciones nobiliarias se disponía de una caballería financiada directamente por los mismos maestrantes. Las reales maestranzas se organizaban bajo la advocación de un santo patrón y se organizaban internamente de la misma forma que una cofradía.

Felipe II mandó expedir varias Reales Cédulas el día 6 de septiembre de 1572, dirigidas inicialmente a las ciudades andaluzas de Antequera, Jerez de la Frontera, Ronda y Sevilla, en la que animaba a las distintas noblezas locales a organizarse en hermandades nobiliarias con los fines anteriormente expuestos.

El 10 de octubre de ese mismo año se reunió el Cabildo municipal de Antequera acordando constituir en la ciudad y por sus hijosdalgos una Cofradía de Caballeros.

El 3 de agosto de 1573 la nobleza de Ronda crea la Hermandad del Santo Espíritu bajo la advocación de Nuestra Señora de Gracia, antecedente de la actual Real Maestranza de Caballería de Ronda, que se constituiría como tal el 17 de octubre de 1706, a imagen de lo que unos años antes había sucedido en Sevilla.

Sevilla igualmente había creado una cofradía bajo la advocación de San Hermenegildo, la cual entraría en decadencia rápidamente. Ya en 1670 se constituye una junta de nobles que toma como patrona a Nuestra Señora del Rosario y un año después se redactan las ordenanzas de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Los requisitos para el ingreso son ser ciudadano español, mayor de dieciséis años, profesar la religión católica, estar en pleno goce de sus derechos civiles, probar la nobleza así como la hidalguía de sus cuatro primeros apellidos, y de los dos de su esposa si el aspirante estuviese casado, no ha debido de ejercer oficios viles ni mecánicos, ni comercio. Todo ello por medio de informaciones de testigos ante la autoridad de los lugares de donde fuesen vecinos, tener una conducta moral intachable y poseer posición económica desahogada.

Tenemos constancia de la existencia varias maestranzas de caballería en distintas ciudades españolas. Su decadencia y desaparición fue debido a diferentes causas; la prohibición del uso de las armas cortas de fuego, abandono de antiguas costumbres de vestimenta típicas de las prácticas de la jineta, la decadencia de la cría caballar en el sur de España, etc.

En 1728 se realizó una consulta al Rey por parte de la ciudad de Carmona en la que se daba cuenta de la existencia de la Maestranza de Carmona que se regirá desde 1732 por las ordenanzas de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

También en 1728 Felipe V responde afirmativamente a un memorial presentado por los caballeros Diego Chacón y Rojas y su hijo Juan con el fin de reorganizar, a imagen de lo que había sucedido unos años antes con las de Sevilla y Ronda, la Maestranza de Antequera bajo el patrocinio de Nuestra Señora de los Remedios. Esta institución se rigió bajo unas ordenanzas que se conservan en el Archivo General Militar de Segovia. Dicha Maestranza estuvo en funcionamiento como tal hasta finales de siglo, en que se transformaría en la "Sociedad Ecuestre Antequerana", la cual ha llegado hasta nuestros días en forma de Círculo Recreativo.

Tres años más tarde una serie de caballeros solicitaron a S.M. formar la Maestranza de Jaén. La Junta de Caballería del Reino contestó de forma negativa. El mismo caso se dio con la Maestranza de Utrera en 1732.

En cambio, en 1739, la Junta de Caballería dictaminó a favor de la erección de la Maestranza de Jerez de la Frontera.

Por último en 1758 se pide la aprobación de la Maestranza de Palma de Mallorca, a lo que se contestará favorablemente, rigiéndose a partir de entonces por unas ordenanzas propias.
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Re: Órdenes militares españolas

Notapor Juanete » Sab Oct 29, 2011 10:19 pm


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Orden de Monreal

La orden militar de Monreal fue una militia Christi creada en 1124 en la actual Monreal del Campo por Alfonso I el Batallador con características similares a las recientemente fundadas en Tierra Santa. Sucedió en el tiempo a la Cofradía de Belchite, que fue creada en 1122. A la cofradía militar de Belchite o a la de Monreal aluden los documentos posteriores de 1136 otorgados por Alfonso VII de León como Militia Caesaraugustana, probablemente con ocasión de la fusión entre las dos órdenes pioneras y la reorganización o refundación tras la derrota de Fraga y la crisis sucesoria de Alfonso I el Batallador. Junto con la Cofradía de Belchite, fue una de las primeras órdenes militares de España. Fue fundada por Alfonso I de Aragón, según carta del arzobispo Guillermo de Aux para someter a los sarracenos y abrir un camino a Jerusalén pasando el mar.

Para ello, Alfonso I reunió una asamblea en 1222 para crear una cofradía militar en Belchite con presencia de los más altos prelados de la época, en que se dieron cita el legado del Papa Bernardo, abad de la Grasse, el arzobispo primado de España Bernardo de Toledo, y los arzobispos Olegario de Tarragona, Diego Gelmírez de la sede Compostelana y el francés Guillermo de Auch. También estuvieron presentes el abad Raimundo de Leire (probablemente en representación de la diócesis de Pamplona, vacante en ese momento) y los obispos Pedro de Segovia, Bernardo de Sigüenza, Raimundo de Osma y Guidón de Lescar, junto a los más destacados prelados aragoneses: Esteban de Huesca, Ramón Guillén de Roda-Barbastro, Miguel de Tarazona, Sancho de Calahorra y Pedro de Librana de Zaragoza.

Los cofrades y sus bienhechores recibieron beneficios de cruzada. La Militia Christi tuvo una primera base en la recién conquistada localidad de Belchite y posteriormente en la recientemente fundada (en 1124) Monreal, actual Monreal del Campo (Teruel), cuyo nombre significaría mansión del Rey Celestial, recibiendo una zona de influencia en el área del Jiloca y Teruel, hasta Segorbe.

Posteriormente, a la muerte de Alfonso I de Aragón, como consecuencia de la derrota sufrida en Fraga, se concedió a la Militia Christi de Monreal el castro de Belchite, por mano del rey Alfonso VII de León en 1136, quien la llama «Militia Caesaraugustana» y confirma a López Sanz como rector de la refundación de la misma.

Finalmente, la Militia Christi de Monreal, por el acuerdo del conde de Barcelona y señor de Aragón, Ramón Berenguer IV, mediante la concordia de Gerona (27 de noviembre de 1143), que supuso la entrada de la Orden del Temple en España, fue integrada en la templaria. La concordia fue ratificada mediante bula de Eugenio III el 30 de marzo de 1150.
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