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Oleada de multas contra los ganaderos del Macizo Central


Xóvenes Agricultores prepara movilizaciones y Medio Rural descarta que sea una campaña


Los ganaderos del Macizo Central de Ourense se enfrentan a un auténtico aluvión de denuncias por pastorear en montes quemados en 2012 a pesar de estar penalizado en la Ley 43/2003.


Son más de un centenar las multas, según las estimaciones de Xóvenes Agricultores, que cifró entre 300 y 400 euros sus cuantías. El responsable trivés, Pedro Rodríguez Parente, advirtió de que no se van a quedar con los brazos cruzados. 'Xóvenes Agricultores non vai permitir que se abuse do sector, que se machaque aos gandeiros. Quen da a orde? Por que esa actitude? Quen obtén beneficios?', planteó, y reclamó el archivo de esas multas. También afirmó que trasladará las quejas al Valedor do Pobo, sin descartar las movilizaciones.

La Consellería de Medio Rural, que dirige Rosa Quintana, negó tajantemente que se trate de una campaña contra el colectivo de ganaderos. 'Neste intre non hai ningunha campaña sancionadora específica. O que se fai é un seguimento da situación de acordo co establecido pola Lei Básica do Estado e pola Lei de Prevención de Incendios Forestais de Galicia, que establecen determinadas limitacións ao pastoreo en terreos afectados por incendios forestais', afirmó. Además, señaló la obligación de la Xunta de hacer cumplir la Lei: 'Non pode haber excepcións', aseguró. Este departamento también explicó las causas de las denuncias. 'Pode ocorrer que en áreas nas que se rexistra unha incidencia sistemática e crónica da actividade incendiaria -caso do Macizo Central ourensán- poida haber algunha queixa pola aplicación da normativa, pero o problema non é a lei, senón a actividade incendiaria', afirmó.

Los ganaderos desconfían que los métodos utilizados para justificar las denuncias no son válidos. Tanto es así que Pedro Rodríguez apuntó la posibilidad de movilizar al colectivo: 'Faremos concentracións ante os cuarteis da Guardia Civil', dijo. El coordinador de Xóvenes Agricultores se basó en los argumentos expuestos por los denunciados. 'Es habitual que los agentes no se encuentren delante de los animales, cuando observan una actividad supuestamente infractora, sino que lo normal es que se sitúen a varios kilómetros de distancia y en un lugar de cierta altura que le permita la visión de su campo de control, ayudándose la mayoría de las veces de unos prismáticos', recoge un ganadero de Montederramo en su recurso.


Los ganaderos dicen que la distancia existente entre los agentes y el ganado imposibilita la identificación de los 14 dígitos de los crotales de las reses y que solo pueden apreciarse los 4 últimos, que son de mayor tamaño, tal y como reflejan las fotos incluidas en la denuncia. Los recurrentes añaden que las cuatro cifras son llevadas a la base de datos de la Xunta. 'Sale una relación de propietarios titulares de reses con ese número de terminación (que puede corresponder a varios) por lo que, y por proximidad a la zona donde percibieron la infracción, se sanciona al que tiene ganado coincidente con los dígitos parcialmente anotados', según el recurso. Al igual que otros muchos, afirma que el propietario puede ser otro.


El colectivo cree que no se le permite la defensa

La supuesta identificación del ganado con prismáticos no es la única anomalía que Xóvenes Agricultores advierte en las denuncias. También critica que se podría estar vulnerando el “derecho constitucional de defensa” de los ganaderos. Estos no conocen las denuncias que dieron origen a las sanciones hasta recibir los expedientes . “Se le está privando de su derecho a conocer el contenido del citado documento y comprobar su adecuación al relato de hechos”, según consta en uno de los recursos presentados por los denunciados.

Medio Rural rechaza revisar las sanciones a los ganaderos

Xóvenes Agricultores critica a la Xunta por ofrecer a los denunciados sólo la posibilidad de recurrir


REDACCIÓN. OURENSE - 15-05-2013

Los ganaderos del Macizo Central se movilizarán si siguen sin encontrar una solución a la oleada de expedientes sancionadores abiertos por la Consellería do Medio Rural e do Mar. La reunión que el jefe territorial, Yago Borrajo, mantuvo ayer con el secretario xeral y el coordinador de Xóvenes Agricultores en Trives, Francisco Bello y Pedro Rodríguez, respectivamente, finalizó sin ningún tipo de compromiso del representante de la Xunta. 'É vergonzoso que o xefe territorial se despache cun 'que recurran'. Non quere investigar', protestó el representante trivés de la asociación agraria.


La cita fue solicitada a raíz de las numerosas multas -más de un centenar- a las que se enfrentan los ganaderos del Macizo Central por pastorear en montes quemados por los incendios forestales, a raíz de las denuncias cubiertas por los agentes de la Guardia Civil. Los expedientes están basados en el artículo 67 de la Ley 43/2003 y contemplan sanciones económicas que van desde los 300 hasta los 400 euros.

La ausencia de una solución llevó al coordinador de Xóvenes Agricultores a afirmar que el colectivo de ganaderos se movilizará si los recursos contra las multas no son admitidos. Además, en los próximos días se reunirá con los alcaldes del Macizo Central para informarles del problema.

'O gandeiro é o máis perxudicado polos incendios forestais. Temos claro que hai outros elementos que si se benefician dos lumes', dijo Pedro Rodríguez. Además, echó en falta un mayor apoyo de la Xunta al medio rural. 'Quedan poucos gandeiros e a este paso isto vai ser un deserto', protestó.



Solo me queda felicitar al Equipo del SEPRONA de Trives a cuyos miembros conozco en persona y felicitarlos ya que su trabajo en esta zona es muy complicado.....por muchos factores...

¡¡ xustiza xustiza señor conselleiro, pero non ma aplique ao meu !!

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que te pasa a bocaaaa?????????????????????????????????????????????????????

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La “injusticia” que trajo la Red Natura

Los ganaderos del Macizo Central, pasto de las llamas desde 2010, se rebelan contra el celo medioambiental mientras los vecinos de O Courel piden ampliar su protección

“El jabalí, el lobo, el corzo... Aquí todo está protegido, menos el ganadero y el campesino”. Pedro Rodríguez Parente, representante de Xóvenes Agricultores en el Macizo Central ourensano, no logra espantar el cabreo que arrastra desde que empezaron a arreciar las multas. Han caído muchas, “bastantes más de cien” en muy poco tiempo, buena parte de ellas fechadas en lote un mismo día, la mayoría de 300 y de 400 euros, aunque en Manzaneda, según el alcalde, Davide Rodríguez (Anova), también le han puesto 500 euros de sanción a un modesto ganadero “con solo 12 vacas”. La ilegalidad que esgrime el Seprona es el pastoreo en montes que ardieron hace menos de tres años.

Esa actividad está prohibida por ley y no hay excepciones. Desde 2010, sucesivos incendios que los medios de extinción atajaron “mal y tarde” asolaron la mayor parte de esta zona, integrada por municipios como Chandrexa de Queixa, Laza, O Bolo, Manzaneda, A Pobra de Trives, Viana do Bolo, Vilariño de Conso, Larouco y Montederramo. En el Macizo Central, paradigma gallego de la ganadería extensiva, un imponente y avejentado pedazo de Galicia protegido por la Red Natura, prácticamente desaparecieron los pastos. El ganado, que aquí no vive estabulado, quedó sin alimento. Así que los propietarios (de los animales y del monte) resembraron para recuperar lo más rápido posible el sustento de vacas, ovejas y cabras. Y ahora los rebaños, que campan libres, tiran “por su cuenta” hacia las zonas vetadas. No le digas a una vaca que no lo haga, “porque ellas no saben de prohibiciones y leyes”, protesta el regidor de Manzaneda.

Aquí nadie va en contra de la Red Natura, sino de las “restricciones injustas, sin contraprestaciones” que acarreó, y que pueden tener que ver con la proliferación, año tras año, de los fuegos. Según Davide Rodríguez, si se multiplican los incendios forestales es por el “abandono total”. “Antes los vecinos, que hoy parecen ser considerados por la Administración como los grandes terroristas del monte, segaban la hierba, eliminaban la maleza y cortaban los árboles que crecían al borde de los ríos, pero ahora lo tienen prohibido”. “Nadie nos manda cuadrillas forestales que limpien, y la Confederación Hidrográfica tiene los cauces llenos de mierda: están impracticables”, denuncia.

El portavoz de Xóvenes Agricultores, sindicato afín al PP, se enciende en la oficina de Trives al hablar de las multas, de los fuegos que sufren y no merecen, y entonces critica que la Xunta “haga mucho más caso a cuatro melenas que en agosto están en la playa [luego cita expresamente a varios grupos ecologistas gallegos] que a los ganaderos y agricultores que trabajan todo el año, que vigilan al lobo y al jabalí día tras día sin poder hacer nada más”. “La naturaleza de este lugar no es así gracias a ningún ecologista, sino a nuestros antepasados, que arañaron con sus manos la tierra”, reivindica Rodríguez Parente. “Nosotros somos los mayores defensores del paisaje, y la gente está por abandonar, desanimada por tantas y tantas trabas”, lamenta. “El hombre es parte de este paisaje, pero debemos de molestar a alguien... No sé si quieren ganaderos neandertales o qué”.

Para pedir cualquier permiso de quema, de corta, de siembra, hay que dirigirse a Medio Rural y pocos tienen Internet para hacerlo. “Ida y vuelta a la oficina de Castro Caldelas, desde Cernado, son 100 kilómetros”, describe Davide Rodríguez. “Y luego la autorización tarda un mes en llegar”. “El 97% de nuestro ayuntamiento está en Red Natura, y lo único que recibimos a cambio son 20.000 euros cada dos años. Esta cantidad no compensa lo que pierde una gente que respeta al máximo la naturaleza”.

Fernando Álvarez, el gran emprendedor de Manzaneda, todavía espera la visita que le prometió la conselleira Rosa Quintana después del incendio que arrasó la carballeira en la que pacían sus 150 ovejas. La suya es la única explotación de ganado de leche que queda de 80 que había y, como ya nadie viene a recogerla, se pasó al queso. La Xunta tardó dos años en darle los permisos para la quesería. También recuperó viñedos abandonados, y ultima un “proyecto de agroturismo”, tras restaurar “la casa quemada de los maquis”. “Es un orgullo vivir en el campo”, proclama. “Esto tiene futuro si hay ganas. Pero todo son atrancos y zancadillas”.