FORO POLICIA

Cartera porta placa CNP

fabricado en piel de vacuno

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Los proetarras utilizaron, en la noche del jueves al viernes un nuevo tipo de artefacto para atacar el aparcamiento municipal de Amorebieta, en Vizcaya, según informaron a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Se trata de una sustancia plástica dentro de un tubo de cartón, similar al que se utiliza para enrollar el papel higiénico. Al arder, produce una gran cantidad de humo y, si alcanza algún material combustible, puede provocar un incendio. Los expertos de la Policía Autónoma investigan el artilugio, en principio muy rudimentario, por si forma parte de una nueva hornada de «armas» para la «kale borroka». La utilización del cartón, un material que normalmente se quema por completo, puede estar motivada por el intento de que no queden rastros de ADN de los que confeccionan los artefactos caseros.


Daños en vehículos
No fue el único ataque de los terroristas callejeros. Un total de ocho contenedores fueron quemados en Bilbao y, como consecuencia de las llamas, catorce vehículos, estacionados en las inmediaciones, sufrieron daños de diversa consideración.

Cuatro de los contenedores fueron incendiados en la calle Kalamua, dos más en la calle Zumarraga, otro en la calle Ronda y el octavo en la calle Fika. Los bomberos y patrullas policiales sofocaron las llamas. Los terroristas actuaron durante treinta minutos, entre las cuatro y media y las cinco de la madrugada, lo que demuestra una preparación y coordinación de los sabotajes.

Las llamas de uno de los contenedores destruidos en la calle Zumarraga se extendieron a varios vehículos, uno de los cuales quedó calcinado y otro sufrió serios desperfectos.

«Esta nueva acción se sitúa en el contexto de ataques continuados de los últimos días que evidencian la decisión de grupos de radicales abertzales de hacerse presentes mediante la violencia callejera en el marco festivo vasco y en el periodo veraniego en general», según el Departamento de Interior, que exigió «a quienes se proclaman públicamente dirigentes de la izquierda abertzale que los condenen de forma clara y sin ambages».

La utilización de este tipo de criminalidad ya fue «teorizada» por el entonces jefe del «aparato político» y ahora disidente, José Luis Álvarez Santacristina, alias «Txelis», detenido en la localidad francesa de Bidart, en 1992. Afirmaba que la lucha «X» e «Y» (el terrorismo callejero) se crearon para paliar las deficiencias operativas que en momentos concretos y zonas determinadas tuviera «Z», como se denominaba a ETA en documentos internos.