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Metro te va gustar

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Inicio curso: septiembre 2019

de-pol.es

Lo vi ayer, creo que en la primera, muy interesante y si que creo que a METRO le va a gustar, hasta creo que lo vi por allí

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materialpolicial.com

Hola JASAN12.
Este post lo veo muy interesante, asi nos podemos enterar de las intervenciones que se hagan con la colaboracion de ambos cuerpos.
Un saludo.

intervencionpolicial.com

HOKU escribió:Hola JASAN12.
Este post lo veo muy interesante, asi nos podemos enterar de las intervenciones que se hagan con la colaboracion de ambos cuerpos.
Un saludo.

Muchas gracias, pero para recordar que el post es para participar todos si alguien tiene algo para añadir será bienvenido.

protencio escribió:Muy curioso el post podrian hacerlo fijo.

Eso lo deciden los moredadores pero me parece una buena idea




Un saludo

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sector115.es

Jerez
Un paciente agrede a tres vigilantes de seguridad de las Urgencias del Hospital
El incidente se produjo la noche del pasado lunes y el central puso en marcha en seguida el protocolo de actuación habitual en estos casos




El Área de Urgencias del Hospital de Jerez volvió a vivir hace unos días un nuevo episodio de tensión. En esta ocasión, fue un paciente de Salud Mental el que la emprendió a golpes contra tres vigilantes de seguridad del centro hospitalario. Al parecer, el individuo fue trasladado hasta el Hospital -para ser atendido de alguna dolencia- acompañado por agentes de Policía Local de una población cercana minutos antes del incidente.

Según confirmaron ayer, por otra parte, fuentes del Servicio Andaluz de Salud (SAS), «el Hospital de Jerez puso en marcha rápidamente el Plan de Actuación ante las agresiones», aunque no lo hizo al completo -excepto la parte jurídica- porque el personal afectado por el altercado no eran trabajadores sanitarios dependientes de la Administración pública, sino de una empresa de seguridad contratada de forma externa. Los empleados afectados fueron atendidos en Urgencias.

De hecho, los responsables de interponer una denuncia o no ante esta nueva agresión -dato que se desconocía al cierre de esta edición- es la empresa: «La parte jurídica le corresponde a la sociedad contratada». De todas formas, desde el SAS, reiteraron que «condenamos cualquier acto de agresión, por supuesto».

No es la primera vez que vigilantes de seguridad y personal sanitario de Urgencias sufren agresiones similares. Solamente en febrero de 2007, el centro registró hasta cuatro agresiones y el Sindicato Profesional de Vigilantes pidió que se realizara una inspección técnica en el centro para comprobar si era necesario dotar los turnos de más personal.

En la mayoría de los casos -al contrario que en éste- son los familiares de los enfermos los que acaban protagonizando episodios violentos contra los trabajadores.

«Si no lo paran se lleva al chaval». La espontánea reacción de un escolta y la posterior intervención de la Policía Municipal de Vitoria impidieron ayer que un joven arrebatara un niño de 5 años a su madre, que presenció la angustiosa escena mientras daba gritos de socorro junto a la plaza del Artium. Según explicaron fuentes policiales, el detenido fue puesto en libertad por el juez y ha sido ingresado en la unidad psiquiátrica del hospital de Santiago.


Los hechos ocurrieron a las nueve y media de la mañana en la calle Prudencio María de Verástegui, ubicada junto al museo Artium. Según testigos presenciales, una mujer paseaba por la zona «junto a sus dos hijos» cuando de repente, y sin mediar palabra, un individuo se acercó a la madre y «le arrebató a uno de los niños» tras agarrarlo por la cintura y avanzar con él a cuestas calle abajo. Las mismas fuentes explicaron que el detenido, de 33 años y que responde a las iniciales R.C.S., se llevaba al niño «encima de un hombro», lo que provocó la sorpresa de la mujer.

Una vez que comprobó que el individuo no se detenía, la madre, presa del pánico, comenzó a dar gritos de auxilio y a correr tras el joven. «La situación era tan extraña que es posible que ella pensara al principio que se trataba de una broma», relató la camarera de un bar cercano.

Alejamiento

La casualidad hizo que un escolta privado pasara por la misma calle, lo que resultó determinante para frenar la angustiosa persecución. El vigilante actuó «muy rápido» e interceptó al joven de inmediato. Un testigo explicó que él mismo llamó a la Policía, que llegó a la zona «casi al instante» y detuvo al individuo.

El presunto agresor tiene dos órdenes de alejamiento de sus padres, que residen en Málaga. De hecho, la Policía Municipal confirmó que ya había sido el protagonista «de otras acciones violentas» en la capital andaluza.

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He visto muchas cosas en 14 años de profesión, pero nunca entre personas tan mayores». César Carmona, natural de Huelva aunque residente en el extrarradio de Bilbao, es uno de los vigilantes de seguridad de la empresa LPM que trabajan en la transitada estación ferroviaria de Abando, y se convirtió el lunes en un policía improvisado.


Cuando hacía una de las rondas rutinarias por la «entreplanta» (el primer piso) de la intermodal, alrededor de las cinco menos diez de la tarde, se encontró «con un señor de gafas y barbita que con una mano se presionaba el lado izquierdo del cuello», relató ayer a EL CORREO. Al preguntarle qué le había pasado, el hombre le explicó casi con mímica que «uno que estaba en el bar le había apuñalado». «Soltaba sangre a chorros», describe César con marcado acento andaluz.

Después supo que Manuel, así se llama el herido, de 73 años y vecino de Bilbao, estaba completando un crucigrama, sentado tranquilamente en una hamburguesería de la estación, cuando el agresor, Luis G.G., de 75 años, un conocido «indigente» que pulula por la zona, sacó un puñal y se lo clavó cerca de la yugular. Al parecer, el autor de la puñalada alega que la víctima le había «insultado y escupido en anteriores ocasiones y que ya estaba harto».

Sin pensarlo, César se dirigió hacia el lugar donde le había indicado Manuel. «Vi al que le había apuñalado cuando metía el machete dentro de la funda». Y fue a por él. Le quitó el arma y le sentó en una de las sillas exteriores del local. «Al principio se puso violento y me dijo barbaridades, así que le esposé a la barandilla», en el mirador de la primera planta de la estación. Después le identificó. César conocía a aquel individuo: «Es de los que vienen aquí por la mañana y se quedan hasta la noche, pero como es un sitio público, no puedes prohibir entrar a nadie».

De la oreja al omóplato

Una vez que ya tenía al agresor retenido, llamó al 112 y pidió el apoyo de su compañera, que acudió en auxilio de la víctima, junto con el jefe de seguridad de la estación. El hombre «se había desmayado». Según el informe médico posterior, presentaba varias puñaladas en la zona de la cara, concretamente en el pómulo izquierdo, y en el cuello, que, según César, «le llegaba desde la oreja hasta el omóplato». El personal de seguridad intentó taponar la herida para evitar que el hombre se desangrara, y le atendió hasta que llegó una ambulancia.

Al cabo de unos diez minutos aparecieron varias patrullas de la Ertzaintza y agentes de paisano. Los policías pidieron al sospechoso que se levantara y, tras despojarle de las esposas, le indicaron que sacara todo lo que llevaba en los bolsillos. Ante la sorpresa de César y de los propios agentes, Luis G.G. extrajo otras cuatro armas blancas, una de ellas «como la de Curro Jiménez», una automática de nueve centímetros de filo, y otra más pequeña de seis. «Iba preparado el hombre», ironizaba ayer el vigilante, consciente de lo peligroso que había resultado retenerle.

También tenía dinero, algunas «monedas». César había entregado a la Ertzaintza el puñal que le retiró al agresor. Se trataba de un arma blanca con una empuñadura de color negro con una hoja de diez centímetros, previsiblemente la empleada en la agresión.

La víctima fue trasladada al hospital de Basurto, donde quedó ingresada. La Policía autonómica arrestó al agresor bajo la acusación de un delito de lesiones con arma blanca y otro de tenencia de arma prohibida. «Aquí ya no puede entrar, tenemos órdenes expresas del jefe de seguridad de la estación de negarle el paso si aparece», advirtió el vigilante.

La cosa salió bien, y me alegro mucho por el Vigilante y por el agredido, pero podía haber salido fatal. Creo que habría sido más correcto actuar en otra secuencia temporal:

1.- Avisar al 112, porque hay alguien herido y tiene que venir ayuda sanitaria. Y es preferible salvar una vida que detener un delincuente que luego puede ser identificado y localizado.

Con esa llamada ya está avisada también policia.

2.- Avisar a la compañera, pues no se sabe la peligrosidad del agresor.

3.- Detener (no retener, como dice la noticia) al agresor.

4.- Engrilletarlo, pero nunca a una barandilla.

5.- Cachearlo a fondo, pues es bastante frecuente que lleve más de un arma.

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bueno,pues os cuento un ejemplo de colaboracion.en vigo durante la celebracion de una de las fiestas mas importantes de la ciudad que dura una semana en el recinto de las fiestas en alguna de las noches nos llegamos a encontrar seguridad privada,guardia civil,policia local y nacional.la verdad es que la colaboracion siempre fue muy buena cuando requerimos la presencia de la policia local nunca fallaron,cuando ellos nos requirieron para cortar un cruce o una calle alli estubimos,si habia algun coche que molestaba les pasabamos la matricula por tlf y localizaban al propietario despues nos llamaban para decirnos lo que habia.con la gente tampoco nunca tubimos ningun problema incluso teniamos que cortar dos calles y desviar el trafico ( con permiso del ayuntamiento,claro esta) y la gente claro se mosqueaba un poco por tener que cambiar de ruta pero no por que el que se lo dijera fuera un v.s. fue un servicio que siempre me gusto.habia que patear unas cuantas calles,pero cuando la gente agradecia nuestra presencia y la falta que hacia compensaba todo.

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El Metro se plantea pasar de largo o cerrar las estaciones conflictivas de madrugada



EL CORREO acompaña al dispositivo de seguridad nocturna del suburbano
«La consigna es extremar la protección de los empleados»
«Oé, oé, oé, oé...». Son las cuatro de la madrugada, tránsito del sábado al domingo, y el metro suena a alborozo. Mientras esperan al convoy con destino al jolgorio, las cuadrillas entonan cánticos más propios de las gradas futboleras, pero no hay ninguna victoria deportiva que celebrar. Cantan a la noche, a la cita semanal con el descontrol. Los bares del Casco Viejo de Bilbao han cerrado, así que van a seguir la ronda por Barakaldo, o por Deusto, aprovechando que están en fiestas. Las cuadrillas se animan y continúan el coro: «... Oé, oé, hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual».

Lamentablemente, a menudo cumplen la estrofa. Aún está en las retinas la estación de Algorta arrasada tras una reyerta y los empleados se confiesan «hastiados» de denunciar las amenazas, insultos y vejaciones que sufren durante el turno de noche. Por ello, Metro Bilbao decidió tomar cartas en el asunto y evolucionar el operativo de seguridad y los recursos de apoyo a los trabajadores. Una pieza clave en el proceso fue la incorporación a la sede central del metro de un agente de la Ertzaintza experto en prevención de conflictos. Él explica a EL CORREO que su trabajo diario consiste en «controlar y evaluar los incidentes que se han producido a lo largo de la semana y planificar los efectivos necesarios para la siguiente».

Estudia cuántos casos se han registrado -la media son 20 ó 25 por semana-, la gravedad del incidente, dónde ha ocurrido y a qué hora. «Con esos datos, elaboramos un mapa de incidentalidad», la herramienta básica en esta fase de prevención, ya que indica cuáles son las estaciones más conflictivas y cuándo desplegar en ellas más efectivos. «Las más problemáticas son Casco Viejo, Barakaldo, Berango y Bolueta, y las horas conflictivas coinciden con el horario de cierre de los locales». Los brotes de incidentes han llevado a Metro Bilbao a plantearse medidas drásticas. «Barajamos la posibilidad de que los trenes pasen de largo en determinadas estaciones cuya curva de incidentalidad es preocupante, pero hay que estudiarlo profundamente e implicar a los ayuntamientos y a los propietarios de las salas de fiestas. Si es necesario, nos plantearemos cerrar las estaciones en las horas críticas», asegura el experto.

La labor preventiva que él diseña tiene un segundo pilar: la formación del personal del metro. «Les preparamos para saber detectar los problemas. Identificar los niveles de agresividad en la gente y saber tratarla para evitar el incidente». Cuentan con la colaboración de la asociación de ayuda a drogodependientes Gizakia, dado que el alcohol y las drogas suelen ser el origen de muchas actitudes violentas. «Los supervisores ya han completado un curso para reconocer qué signos manifiesta cada sustancia y cómo tratar a los consumidores. Ahora van a hacerlo los vigilantes». Los cursos también se apoyan en el visionado de grabaciones de las cámaras de seguridad. «El personal puede repasar cómo reaccionó en situaciones críticas y pedirnos consejo para mejorar».

Cuando llega el sábado por la noche, se despliegan todos los medios humanos y materiales disponibles. Los supervisores de Metro Bilbao están en sus puestos y más de 50 vigilantes privados se distribuyen por la red del suburbano para garantizar su seguridad. «Se les pide mucha mano izquierda con los pasajeros y, sobre todo, apoyo incondicional al personal de Metro. La orden estricta ahora mismo es proteger a los supervisores hasta el extremo». Vigilan la zona de canceladoras, los andenes y los vagones.

Micrófonos en la solapa

El último fin de semana, tuvieron que sacar del tren a un chaval por causar problemas y disolvieron un botellón en plena estación de Bolueta. Por si algo se les escapa, los monitores del centro de control reciben imágenes de más de 200 cámaras: entre 6 y 10 objetivos en cada estación y 8 en cada tren logran que apenas haya ángulos muertos. «Las imágenes se guardan como prueba para procesos judiciales y ahora los empleados están empezando a utilizar micrófonos para los casos de insultos y amenazas. Estamos regulando el sistema porque el ruido ambiente del paso de los trenes supone un problema».

Desde el exterior, la Ertzaintza y las policías locales informan al metro de trifulcas que les pueden entrar por la puerta, «y ahora intentamos implicar a un tercer agente exterior: organizadores de grandes eventos. Se trata de que nos prevengan si ha habido conflictos en sus recintos». Todo es poco con tal de prevenir, «porque cada agresión es un fracaso». A veces, no logran evitarlo. Entonces sigue la labor de este experto en resolución de conflictos. «Contactamos con la víctima y hablamos personalmente sobre sus inquietudes. Le facilitamos cualquier apoyo que necesite y le asesoramos médica y jurídicamente si quiere denunciar. Después hacemos un seguimiento continuo hasta la resolución judicial».

En Metro Bilbao son claros: «El que la hace la paga. Ahora, el 90% de los casos están en los juzgados y se están cobrando el 80% de las multas». Sin embargo, tienen en cuenta el arrepentimiento. «Hay que dar confianza. El otro día, un chaval rompió una canceladora de una patada y vino a disculparse y a pagar los daños. Se le ha permitido que lo haga a plazos». Otro ejemplo son los jóvenes de la reyerta de Algorta, castigados con trabajos en el metro. «Ya han cumplido. Colaboraron con los supervisores ayudando a chavales 'traspuestos', y estuvieron contentos. Uno de ellos preguntó cómo acceder a trabajar en el metro».

La labor parece dar frutos -los incidentes se han reducido un 15% en estos meses-, pero el equipo de seguridad mira al futuro. «Antes de abrir las nuevas estaciones, preguntaremos a la Policía de Santurtzi y a la Ertzaintza de Muskiz qué incidentes se producen en el área, dónde están las zonas de ocio y cuáles son las horas de cierre de los locales».

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Comarcas
Gormaig contará con vigilancia privada y videocámaras tras los últimos

Rafael Briet, Encarna Llinares y Antonio Bernabé en la Junta General de Seguridad Ciudadana, ayer, en Cocentaina. Los vecinos de la urbanización de Gormaig, en Cocentaina, verán previsiblemente cumplidas sus reivindicaciones sobre la contratación de vigilancia privada así como la instalación de videocámaras, tras la última oleada de robos registrados en el interior de sus viviendas. Así lo anunciaba ayer la subdelegada del Gobierno, Encarna Llinares, con motivo de la celebración de la Junta de Seguridad Ciudadana.

Llinares aprovechó para recordar que pese a que la propuesta de los vecinos respecto a la contratación de seguridad privada para la zona fue rechazada en un principio por no adecuarse a la ley de seguridad de 1997, "éstos la volvieron a solicitar modificando algunas cuestiones para adaptarse al reglamento y estamos pendientes del informe definitivo de la Policía Nacional".

Respecto a la instalación de videocámaras de vigilancia -otra de las medidas propuestas por los vecinos para atajar los robos que vienen padeciendo desde hace tres años-, la subdelegada del Gobierno informaba que "su solicitud también fue denegada por tratarse de una urbanización privada, por lo que vamos a intentar que sea la Policía Local la que pida su instalación para controlar tanto la situación en Gormaig, como en otros puntos del municipio".

Mientras, los vecinos han decidido peatonalizar uno de los accesos a la urbanización con la colocación de un bolardo automático que impida el paso de vehículos de 10 de la noche a 7 de la mañana.

Gc Edicion 175 Aniversario

gafaspolicia.com

Un hombre de 75 años asesta varias puñaladas a otro anciano


Un hombre de 75 años fue detenido el lunes por la tarde en Bilbao acusado de asestar varias puñalas a un hombre en el interior de un establecimiento hostelero situado en la estación de Renfe de Abando.

En declaraciones, uno de los vigilantes que intervino en los hechos explicó que conocía de vista al agresor, que acudía a la hamburguesería de la estación diariamente, "a comer una hamburguesa", y donde permanecía la mayoría de la jornada.

Según explicó, serían las cinco de la tarde cuando fue requerido, ya que en el exterior de la hamburguesería había sido agredido un hombre. Personado en el lugar, vio al agredido, al que le brotaba "la sangre a chorros" del cuello, y al agresor, que guardaba "un machete" en una funda.

Tras pedir apoyo a sus compañeros, tranquilizó al agresor hasta que le pudo esposar, mientras que su compañera, ayudada por el jefe de seguridad de la estación, "presionaba" la herida de la víctima, "de unos cinco centímetros, desde la oreja hasta la nuca". Una ambulancia se desplazó al lugar de los hechos y trasladó al herido a un centro hospitario, mientras agentes de la Ertzaintza se hicieron cargo del detenido, a quien se le encontraron "cinco navajas más".

Un testigo explicó que la víctima se encontraba en el interior del local, sentado junto a una mesa mientras hacia un crucigrama. De repente, se acercó a él el anciano ahora detenido y sin mediar palabra, le asestó varias puñaladas en la zona de la cara y el cuello.

El vigilante de seguridad entregó a los ertzainas un puñal con una empuñadura de color negro con una hoja de diez centímetros, presuntamente utilizado en la agresión. Por todo lo anterior, los agentes procedieron a la detención de L.G.G., de 75 años y vecino de Bilbao, acusado de una presunta agresión con arma blanca.

foropolicia.es

El atacante esperó a la salida al trabajador, que resultó herido leve.La rápida actuación del vigilante jurado atajó la agresión.


Un celador del hospital Reina Sofía, en funciones interinas de administrativo en la recepción del servicio de Urgencias, resultó ayer con dos heridas de arma blanca cuando fue agredido a la salida del trabajo, sobre las tres de la tarde, por el familiar de un paciente recién ingresado. El trabajador, de 48 años de edad y cuya identidad no se ha querido difundir, recibió dos puñaladas en el costado izquierdo de escasa relevancia, por lo que fue atendido en el mismo centro hospitalario de sus heridas y dado de alta sobre las 16.15 horas, informan fuentes de la dirección del hospital.

El empleado agredido se benefició de la rápida actuación del vigilante de seguridad, de la empresa Black Star, que custodiaba la entrada al servicio de Urgencias, agente de seguridad privado que intervino rápidamente evitando que prosiguiera la agresión e inmovilizando al atacante hasta la llegada de la Policía Nacional, que arrestó al sujeto y lo trasladó a dependencias policiales.

La gerencia del hospital, que difundió ayer un comunicado condenando la agresión, se felicitó por la rápida actuación del vigilante y la eficaz puesta en marcha del plan para la prevención y atenciones a las agresiones del hospital, un conjunto de protocolos diseñados por la Consejería de Salud para actuar con rapidez en casos como este, atajar las agresiones y alertar a la Policía Nacional.

Por otra parte, compañeros del trabajador agredido mostraban ayer su pesar e indignación por el suceso, una muestra "de lo vendidos que estamos" y de los malos tratos verbales y físicos de los que son objeto los empleados de los servicios sanitarios en todos los estamentos, incluso, como ha sido el caso, administrativos tras un mostrador.

Una hora después de la agresión, familiares del detenido regresaron al servicio de Urgencias del hospital cordobés para recriminar a los administrativos y compañeros del herido, según informó personal presente, por lo que se volvió a llamar a la Policía Nacional para garantizar la plena seguridad en las instalaciones sanitarias

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Cuatro ciudadanos búlgaros pertenecientes a una peligrosa banda de delincuentes fueron detenidos ayer por la tarde en una tienda de telefonía del centro de ocio Conquistadores situado a la salida del Puente Real (proximidades del Hospital Infanta Cristina), una rápida actuación desarrollada por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil con el apoyo de agentes de Badajoz.


Uno de los empleados de la tienda de deportes 'Intersport' situada justo enfrente del local de 'Phone House' donde se realizaron los arrestos, explicó que la operación se llevó a cabo pasadas las 18.30 horas. «Dos de los detenidos estuvieron aquí un poco antes y uno de ellos incluso preguntó por unas zapatillas Nike del 37-38».

Este joven relató que los agentes se echaron encima de los sospechosos sin darles tiempo a reaccionar. «Los retuvieron en el suelo hasta que pudieron colocarles las esposas».

De paisano

Testigos presenciales aseguraron que en esos instantes iniciales los guardias civiles de paisano también redujeron por confusión a un hombre que hacía sus compras en la tienda. «Su mujer estaba fuera y al verlo en esa situación se puso muy nerviosa».

En esos instantes iniciales la plantilla de de la Guardia Civil sólo estaba compuesta por siete u ocho agentes, por lo que pidieron la colaboración de los tres vigilantes de seguridad del centro para que les ayudasen a reducir a los delincuentes. Un vigilante confirmó que en el momento de las detenciones se encontraban en la tienda de Phone House los ciudadanos búlgaros, tres empleados y alrededor de diez personas que nada tenían que ver con la banda contra la que se actuaba. Todos ellos fueron sacados del negocio cuando los delincuentes estuvieron reducidos, y el servicio de vigilancia del centro comercial también vació el pasillo superior hasta que los detenidos fueron sacados por la puerta principal y conducidos a los vehículos policiales.

Un vigilante de seguridad confirmó que al menos uno de los detenidos tenía en su poder una pistola, aunque en ningún momento tuvo tiempo para sacarla de su bolsillo.

La Delegación del Gobierno en Extremadura confirmó anoche que la operación tenía su origen en Madrid y que también se había desarrollado en el levante español, aunque no precisó el tipo de delitos del que se acusa a los detenidos, cuyas edades rondan los 35 o 40 años.