Lo pongo aquí y no en el hilo de euskera para que no pase desapercibido....
El complejo camino que ha recorrido el llamado y largamente anunciado Decreto de Exenciones del Euskera está a punto de llegar a su fin. Tal como adelantaron ayer las consejeras de Educación y Cultura del Gobierno Vasco, Isabel Celaá y Blanca Urgell, salvo imprevistos el Ejecutivo lo aprobará en el consejo de gobierno del próximo 3 de abril.
Así, tras su publicación en el BOPV el 16 del mismo mes, entrará en vigor un texto que, por muy enrevesado que parezca, se basa como afirmó Blanca Urgell en «aplicar la lógica: has estudiado en euskera y por lo tanto sabes euskera y no tienes que acreditarlo. Exactamente igual que si has estudiado en castellano no debes acreditar que lo conoces».
Un «paso de gigante»
«Estamos comenzando a actuar como un país normal: sin exigir a los ciudadanos ninguna certificación lingüística en su propia lengua oficial», apuntó en la misma línea Isabel Celaá. La titular de Educación destacó también que la medida, producto de un largo proceso que empezó hace años con la reordenación de la laberíntica maraña de títulos que acreditaban los distintos grados de conocimiento del euskera y el establecimiento de las correspondientes equivalencias con el marco de referencia europeo, simplicísimo por comparación con sus cuatro niveles (B1, B2, C1, C2), reconoce la calidad del sistema educativo vasco, en el que el euskera ha experimentado un gran avance en los últimos años. Se ha dado, aseguró «un paso de gigante en la normalización del euskera».
El propio decreto, precedido por un «enorme consenso» en la comunidad educativa y de un importante grado de sintonía política, reconoce que «el sistema para acreditar el conocimiento del euskera tiene que estar vinculado a esa realidad; tiene que reconocer y valorar el gran esfuerzo realizado en la normalización y la generalización de la enseñanza en euskera, así como confiar en la calidad de esa enseñanzas».
A efectos prácticos, se beneficiarán de la medida quienes aspiren a un puesto en la administración en el que tener un determinado nivel de conocimiento de la lengua sea un requisito o un mérito. Como destacó Celaá, no tendrán que convalidarlo, sino que se les reconocerá el que corresponde al nivel de estudios que han completado en euskera y en las condiciones que se recogen en la tabla adjunta. Todo eso, subrayó, se ha hecho primando «la cautela y la prudencia». Decidiendo, por ejemplo, que las condiciones para obtener el C1 (EGA) sean más duras que las que se establecen en el caso de otras lenguas oficiales del Estado. Otro efecto de un decreto que llevará la firma de cinco consejeros es que el nivel de cuya acreditación quedará exento será también reconocido a la hora de seguir avanzando en el aprendizaje del euskera.